Tú viniste cuando lavaba los platos. Me asomé por la ventana, vi que las niñas jugaban afuera, en el jardín, a los montoncitos de tierra. A pesar de los vestidos sucios, y del horror de tener qué lavarlos después, pensé que todo marchaba bien con el mundo y sólo necesitaría un poco de paciencia para disfrutar de un día maravilloso. Era viuda pero con el dinero que nos dejó mi padre teníamos más que suficiente.
Pero no podíamos ser completamente felices.
No del todo.
Nuestra maldición, la mía ...
Published on June 08, 2021 22:32