Describen la flamante ceremonia
los delegados de nuestra abundancia.
Añaden al aroma otra fragancia
con dulce ética y suave parsimonia.
¿Quién va a culparles desde nuestro imperio?
Nuestro imperio reparte sus bondades.
Nuestro imperio se jacta en sus piedades.
Es inmenso el poder de nuestro imperio.
Los simulacros diarios no resisten
la lava incomparable que nos baña.
Traficamos con sangre y plata falsa.
Alabamos a aquellos que subsisten.
Hemos visto nacer cada patraña,
flotando a la deriva, en nuestra balsa.
***
Nota bene: Desde el 30 de noviembre de 2020, he publicado a diario en Belascoaín y Neptuno.
Posdata: Este soneto es parte de mi poemario Los culpables, publicado en 2010 por Linkgua Ediciones.
Published on September 20, 2023 06:00