Ojalá alguien me diese un abrazo y me dijese: todo va a salir bien.
Pero como no ocurre, te acostumbras a vivir sin ello, a traficar con la soledad del alma, alimentándola con letras e ilusiones.
Y escribir se parece un poco a esto, a la soledad del corredor de fondo al que todos quieren ver llegar a la meta, pero al que nadie abrazaría si se cae.
Y ahí estás tú con tu folio en blanco, tu alma desnuda y tu carrera por terminar. Y, sí, ojalá alguien te diese un abrazo al terminar tu libro y te dijese: todo va a salir bien. Pero al igual que en la vida, eso casi nunca ocurre, pero ahí sigues frente al oleaje. No lo olvides.
Published on January 23, 2025 15:17