Una y otra vez he cerrado con fuerza los ojos, negándome a ver en que se había convertido mi mundo. Ahora que no queda nadie que pueda llevarme de la mano, me he visto obligada a mirar a mi alrededor y lo que he descubierto me espanta. He empleado todas mis fuerzas en mantenerme cuerda, en superar cada pérdida y en luchar contra el código moral. Tienes en las manos todos mis esfuerzos, todo lo que he logrado. Hago público mi diario con la esperanza de abrir los ojos a tantos otros que, como yo, andan por este mundo centrados solo en conseguir mantener su reputación en niveles que les permitan salir a cenar o conservar sus descansos en el trabajo.Léelo, pero ves con cuidado, una vez abras los ojos tal vez no puedas volver a cerrarlos.