En Mortal y rosa, sobrecogedora y tierna elegía de la infancia, Umbral evoca la muerte de su hijo. Desde la inhóspita revelación de la pérdida, construye un largo monólogo en que la muerte actúa como coartada maravillosa que convierte su pesadilla humana en una fuerza catártica y liberadora.
Francisco Alejandro Pérez Martínez (11 May 1932 – 28 August 2007), better known as Francisco Umbral, was a Spanish journalist, novelist, biographer and essayist. He was half-brother of Leopoldo de Luis.
Este libro está asilvestrado. No sabe a dónde va. Ni a qué forajidos frecuenta. Charla contigo. Discute contigo. Se ríe de ti, contigo. No es un libro para ser leído. Eso ha de quedar claro desde un principio. Festeja la vida, antes del final. Y se oscurece cuando los cauces traen cuerpos flotando, a la deriva. Es cruel e injusto. Pero certero como la mordedura de una serpiente que no supimos domesticar. Y es que la vida se vuelve contra su domador en los rincones más inesperados. En las casas más amablemente habitadas. Y así, Umbral nos ayuda a cruzar el tránsito entre la vida y la muerte. Nos mece y nos arropa. Y nos susurra al oído antes de irnos a la cama que cualquiera podría morir esta noche.
Este libro es un recopilatorio de las noches más oscura del hombre evolucionado contra todo pronóstico. No exento de humor, escupe contra lo establecido por pernicioso, por carca, por no valer de nada en los momentos de las necesidades más desesperadas.
No quedan recuerdos después de todo. Y la trascendencia es un mito que hemos elevado al Olimpo del marketing.
Pregúntale al polvo. Que es lo que queda. Que es lo que siempre espera. Que es lo que nunca responde.
En mi vida he leído nada igual. Me ha estremecido, enternecido, sigo en estado de shock, en serio, jamás leí prosa más bella. Un libro que no termina nunca, o, en palabras del propio autor: este libro no se cierra, sino que queda eternamente abierto...
Por mi parte he de decir que dudo que vuelva a leer algo similar en mucho tiempo.
Señor Umbral, llego tarde a sus escritos, esto es lo primero que leo de usted, y me parece de lo más curioso que en este libro expresara su deseo de que en un futuro alguien le leyese y le llevara a decir: "No estaba mal este señor. Era interesante lo que decía. Debió dejar poca obra. Lástima". Creo que no ha sido poca la obra que nos ha dejado, pero ya le digo que llego tarde a usted, y sí, me ha parecido muy interesante, tan interesante que pienso que aunque sólo hubiese escrito "Mortal y Rosa" habría usted merecido el premio Nobel de literatura.
Grita, aruña, filosofa, asusta, desborda, absorbe, destroza, humaniza, juega, llora, huye, agota, sexualiza, despierta, siembra, extrae, muestra, investiga, polemiza, profetiza, resuelve, asombra, eaminiñoniza, enfronta, poetiza, aumenta, respira, confunde y también alumbra. Pero sobre todo, marca. Eso es lo que hace esta alma disfrazada de novela.
«El frío era una visita inoportuna. Ahora viene a quedarse o, peor aún el frío soy yo. Antes pasábamos por noviembre como por una estación de transbordo. Ahora me veo condenado a vivir para siempre en el frío ferroviario de las estaciones. »
Bellísimo, durísimo, certero, implacable. Mi primera experiencia con Umbral no ha podido ser mejor. Sus párrafos te dejan sin aliento, de forma literal, y vuelves tras ellos muchas veces. Es imposible no conmoverse ante cualquiera de las páginas en las que se dirige al hijo, a ese hijo que sabe que va a perder. Como señala Félix Grande en el prólogo de mi edición, el autor estaba tan aturdido de dolor que no se daba cuenta de que escribía un monumento a la literatura. De lectura obligada.
Me lo imaginé parco, fue lirismo. Me lo imaginé gris, fue el más bello rosa. Me lo imaginé inmóvil, fue mortal. Me lo imaginé una puerta cerrada: fue un maravilloso umbral de melancolía.
"... esta corporalidade mortal e rosa onde o amor inventa o seu infinito” Pedro Salinas
Vida Infância e Ternura Luz e Cor Sonho e Realidade Corpo e Alma Desejo e Sexo Saúde e Doença Escrita e Leitura Humanidade e Loucura Violência e Desolação Medo e Angústia Solidão e Frio Amor e Dor Morte
... é Mortal y Rosa. O diário íntimo de Francisco Umbral, escrito após a morte do seu único filho. Um longo monólogo, numa prosa poética que deslumbra e comove, de um homem destroçado que continua a viver para assim manter o seu filho vivo...na sua memória... "Porque lo más desolador es que ni en la muerte nos encontraremos. Cada cual se queda en su muerte, para siempre. La muerte es distancia, sólo distancia. Y sólo de mi puedes vivir ahora, de tanto como en mi habitaste, hijo. Y sólo de ti puedo viver. Sólo está vivo de mí lo que está vivo de ti: el recuerdo."
"Soy el único cadáver que ha escrito un libro (...) De modo que me crece la pirámide en el alma, el espacio sagrado, la cripta donde te llevo, entre dos costillas, entre el epigastrio y el sentimiento, y me veo en los espejos de los grandes almacenes y sólo hay una imagen en un espejo porque vives en el útero que me ha nacido para ti."
"Estoy viviendo muerte, porque la muerte hay que vivirla en la vida. Luego, en la muerte no hay muerte. Desvelado, dolorido, cansado, cobarde, solo, enfermo, herido, estoy entre tus cosas, hijo, ni vivo ni muerto, sin decidirme por ninguna de las soledades que me esperan, dudoso entre tantas ausencias, horrorizado del sol que hoy ha salido en el cielo, y que nada significa y sólo es como un inmenso estorbo entre tú y yo."
"Tu muerte, hijo, no ha ensombrecido el mundo. Ha sido un apagarse de luz en la luz. Y nosotros aquí, ensordecidos de tragedia, heridos de blancura, mortalmente vivos, diciéndote."
"Cuando me arranco al bosque de los sueños, a la selva oscura del dormir, e me cobro a mí mismo, me voy lentamente completando. Porque he dejado de interesar-me por mis sueños. A la mierda con Freud."
"A la gente le asusta mucho esto de la bomba atómica. ¿Por qué? Yo creo que, después de tantos siglos de sangre, matanzas, crueldad y obstinación, lo más digno que puede hacer la humanidad es suicidarse colectivamente, globalmente, y terminar de una vez."
Si hubiera empezado por aquí, mi opinión de Umbral habría sido otra. Siempre admiré al prestidigitador del lenguaje, pero no le veía el alma. Me retracto.
pues terminada la lectura de playa, y el libro de Umbral, aunque no me parezca precisamente brillante, ha servido muy bien al propósito que yo le impuesto (el de lectura de playa). la primera mitad es muy a menudo soporífera, pero pienso que gana con las páginas; es posible rescatar fragmentos muy bellos (porque alcanza una prosa verdaderamente bella) a pesar de las muchas reflexiones de viejo chocho, tontas, insulsas, vulgares, etc. (que, a todo esto, he encontrado reflexiones parecidas en Javier Marías, aunque ahí se disfrazan mejor de ficción). en fin, que me ha gustao, es lo que es y me ha ayudado a redescubrir la actividad estival de leer en la playa (la mejor cosa del mundo). ah y por último: qué ganas tan tontas de tener un niño y de enseñarle este mundo a la par bello y profundamente cruel!!! ha sido imposible no desear ser madre como una verdadera demente leyendo esto: «Él, fruta que habla, calabaza que vive, está ahora entre los dos fuegos, entre los mil fuegos fríos de la fruta, y grita, chilla, ríe, vive, lleno de pronto de parientes naturales, primo de los melocotones, hermano de los tomates, con momentos de hortaliza y momentos de exquisita fruta tropical. (...) Qué fragor de colores en el mercado de fruta. El niño corre entre las frutas, entre los niños, entre los primos, entre los albaricoques».
Un libro singular, difícil de clasificar. Porque el asunto central es la muerte del hijo con tan solo cinco años, pero se reflexiona sobre diversos aspectos que hacen a la vida y al devenir de los simples mortales, además, por supuesto, de la exploración de ese vínculo comprometedor como ninguno. Así planteado no he avanzado mucho, y hora es ya de señalar que el atractivo está en un deslumbrante manejo de las imágenes, de una prosa poética que hábilmente elude sensiblerías y nos deja un texto sí sensible y conmovedor, que golpea y embiste bellamente a través de sus contundentes imágenes.
[1975] Prepárate para que Umbral te muestre el horror lírico del amor y la tragedia, de lo terrible y lo bello. No se deja nada en el tintero, coge un cuchillo se arranca el corazón y te lo deja latiendo encima de la mesa. Genialidad absoluta.
Umbral escribe desde el dolor y la frustración de la enfermedad de su hijo un libro absolutamente precioso, lírico, duro y apabullante, como método de conectar con un niño que se le escapa entre los dedos, desde la rabia de los hospitales, con la tristeza de la enfermedad y el dolor de un niño enfermo con un fatídico final.
No pude desenredarme de esta lluvia de citas, ideas, tópicos... que, en algún momento, me recordó al último discurso del jubilado ante sus excompañeros.
Obra inclasificable. Se mueve entre la poesía en prosa, el ensayo filosófico y el diario personal, no un diario de hechos y sucesos del día si no de sensaciones y reflexiones. Y en el centro de todo el niño que muere, el dolor insufrible por el hijo perdido. No es lectura recomendable para el lector medio por su densidad, es mas apropiada para el que tenga el paladar entrenado para degustar exquisiteces. A mí me ha gustado bastante, la obra alcanza altas cotas de belleza, dolor y placer intelectual, hay cantidad de frases geniales. El problema que tengo es que el libro es mas que nada poesía y yo nunca he conseguido disfrutarla del todo, (aunque parece que con la edad la voy asimilando mejor), creo que el motivo es porque no lo comprendo todo y esto me causa frustración. Aquí, como es poesía es prosa, lo he entendido casi todo, aunque el sentido de algunas frases se me ha escapado. Espero que siga mejorando mi relación con la poesía.
Todo acaba por reducirse a cómo vivir. «Sólo me queda tu recuerdo», escribe Umbral a su hijo. Mortal y rosa es un desgarramiento del suicidio y una teorización hecha desde la tristeza sobre la pureza y la verdad de la infancia. El mar vertebrante y lo quimérico de la felicidad: «De la dicha sólo tenemos el recuerdo». Umbral torna el «there is no was» de Faulkner en el futuro como «pasado actuante». Me ahogaré en tu libro cuando lo necesite, Francisco Umbral; te pensaré y te leeré.
no consigo saber si me ha gustado o no. hay partes k están genial (que también son cuando habla de infancia (y a veces d escritura o lectura) y eso siempre mola) y otras que entran ganas de matarle al Paco joder colega guárdate el aRnés. confunde bastante estar medio llorando en un momento dado porque habla d su hijomWerto y al girar la página está haciendo un elogio de la esfericidad del culo de la muchacha que está andando delante suyo. k hago, paco, lloro o no!
Novela desgarradora, tierna y dura, ágil y pausada, sobre la pérdida de un hijo.
Umbral analiza con precisión cada sentimiento, lo desmenuza y lo hace tuyo; pocos escritores están a esta altura lírica, y muy pocos consiguen hacer una obra maestra de un suceso tan macabro y antinatural.
Donde sea que esté el hijo a estas alturas, esta elegía le hace un precioso homenaje
Uma obra brutal, ao mesmo tempo intimista e universal, que sob a forma de um diário (em sentido lato) nos mostra o que se segue, na mente e na vida de um pai, à morte do filho.
Longe de ser um texto cravado de lamentos ou lugares comuns (que ainda assim seriam compreensíveis perante tamanha dor), Umbral questiona tudo, com uma delicadeza e profundidade na escrita que, ainda que por vezes chegue a entediar, logo consegue dar(-nos) a volta para voltarmos ao ritmo e à tristeza mais profunda, aquela que nos abre as grades do senso comum, que rasga os filtros do social e nos permite andar à solta, à deriva com a sinceridade mais visceral, tocar algo que nunca ninguém tocou.
É um murro ler este livro; mas é também uma experiência que nos faz crescer, que nos enriquece sob todos os aspectos. Porque não é apenas literatura o que está nestas páginas, é vida, e atingir o toque sublime do vital com o literário é um sonho que poucos conseguem concretizar. Pode ter sido pela razão mais triste do mundo, mas Umbral conseguiu-o com 'Mortal e Rosa'.
Sólo encontré una verdad en la vida, hijo, y eras tú. Sólo encontré una verdad en la vida y la he perdido. Vivo de llorarte en la noche con lágrimas que queman la oscuridad.
Gràcies a llibres com aquest, tinc la certesa que el dia que em vaig enganxar a la lectura em vaig fer el millor regal de la meva vida. Crec que és la primera vegada que m'he emocionat a cada pàgina, Umbral ha estat una sorpresa maravellosa.
Nuestra mano es una herramienta y un arma. Tiene el molde de la violencia. Por eso, cuando redacta leyes, suelen salirle violentas, y cuando redacta poemas suelen salirle mentiras.
El mundo ha perdido, con su atentado contra ti, su última oportunidad de tener sentido y derecho a las estrellas de cada noche.
No es una novela, “Mortal y rosa” no esconde una historia ficticia, sino que es un diario íntimo en el que Francisco Umbral recopila los sentimientos por la vida que podemos tener cada uno de los seres humanos. Y habla de la ausencia y del tiempo, del paso de tiempo, y habla de la mujer, habla de la mujer como si fuese una mujer (admirable), y habla de ser escritor, de la fascinación angustiosa de ser escritor… de ser lector. La literatura como salvación del escritor, como salvación del hombre, que le hace mantenerse en la inocencia y en la alegría de su niñez.
Según avanzan las páginas la lectura se hace cada vez más desgarradora, puesto que el escritor se hace cada vez más pesimista, sumergiéndose en la angustia que le produce la cada vez mayor ausencia de su hijo.
Mortal y rosa, mortal del que se queda, en la vivencia de la ausencia, mortal al que le cambia la vida sin previo aviso; y la rosa como un recuerdo, un recuerdo de lo que no volverá, el recuerdo de una rosa, que se concibe como un hijo, un recuerdo de la infancia, de la infancia de un hijo, un recuerdo bonito, pero que no regresará nunca, y deja al mortal en el recuerdo, en la ausencia (esto solo son interpretaciones humildes de una apasionada estudiante de literatura).
La obra comienza, aparentemente, con una huida de lo que se tiene que hablar, de lo que el autor sabe que tiene que escribir y el lector espera leer. Esta fuga constituye una larga autoevaluación poética de cada parte del cuerpo y cómo se concreta en un ser que envejece. Es una exploración creativa de la corporeidad (su estructura y sus funciones) que se abre a asociaciones ingeniosas, incluso un poco surrealistas. La prosa es muy muy bella, así que al final tienes delante una anatomía lírica en la que cada miembro es un verso.
Y la verdad es que, enfrascado como estás en este prefacio, te das cuenta de que en realidad tú tampoco quieres que llegue eso de lo que habla la contraportada. Y llega, claro: sí que se habla de la muerte del hijo, creando poesía pura y desgarrada; pero este libro, más que tratar de esa tragedia que lo llena todo, es una recopilación de todas las reflexiones que surgen a expensas de la injusticia vivida.
Una de las ideas clave es el vitalismo que llama a experimentar la realidad, anunciando que todo pensamiento y palabra es una imitación mediocre de la grandeza del placer y el dolor. Es paradójico que esto salga de la boca de alguien que se gana la vida con el lenguaje... pero quizá por eso mismo elige este enfoque: porque, en el mismo instante en el que algo queda expresado, se genera una distancia insondable entre el verdadero algo y su manifestación verbal. Si nos acabamos creyendo que el dolor contado es el vivido, ¿quizá tendremos menos dolor?
Abandonado antes da página 70... Não entra nada. Nada me fica. No final de cada parágrafo, já não lembrava como tinha começado. Um suplício, infelizmente.
Empecé a leerlo como prosa, pero pronto entendí que, en el fondo, es un poemario. Y como tal traté de leerlo: no más de unas pocas páginas al día, para no saturarme, para disfrutar de la forma, y para que la variedad de temas que trata (sobre todo la primera mitad del libro), no se mezclaran entre ellas y se perdieran.
Y aún así…qué pesado se me ha hecho, qué lento, qué repetitivo.
Me han emocionado algunos fragmentos en los que habla sobre la enfermedad del niño, sobre su muerte, o sobre el dolor que le provoca. Me han gustado algunas ideas y metáforas, las reflexiones sobre el escritor y el lector.
Y aún así…qué pesado se me ha hecho, qué poco me apetecía leerlo.
Qué obsesión con el sexo. Puede hablar de lo que quiera, por supuesto, pero al sexo saltaba cada pocas páginas, en mitad de cualquier otro tema que estuviera tratando, incluso hablando de la muerte de su hijo, de pronto aparecía de nuevo la obsesión con el sexo, otra vez y además, de forma repetitiva, sin aportar nada nuevo.
Repite temas, y no solo eso, sino que repite las mismas ideas y con una forma casi idéntica. Además, estira innecesariamente (al menos para mi) cada uno de estos temas, añadiéndole líneas y líneas, y donde un par de adjetivos hubiesen bastado, él les pone tres, cinco, a veces más, haciendo que mensajes y pasajes que eran bonitos y tenían fuerza, se diluyan y se hagan muy pesados.
Umbral, en el libro, dice que “tengo que resignarme a hace literatura en mi diario íntimo, y que vaya resultando un poco el poema en prosa de unos graves meses de mi vida”. Así que puedo entender que si este libro era realmente un diario íntimo de unos meses concretos de su vida, no quisiera editarlo mucho ni hacerle muchos arreglos, pero honestamente creo que este libro hubiera mejorado mucho si se hubiera recortado y reducido a la mitad.
Me costó mucho trabajo adentrarme en el libro porque a pesar de hacer el intento por leer la obra en en el contexto de la época, es difícil leer impávida frases tan machistas, aún sabiendo que las escribió un macho intelectual en la España de los 70. Una vez que volví al libro, dispuesta a terminarlo, me atrapó la belleza de las líneas que son para su hijo, esas líneas en que Umbral deja de ser el dandy para ser un padre que, desde el dolor, escribe un diario para su hijo muerto, ese que vivirá eternamente en "el utero que me ha nacido para ti".
Creo que para entender a Umbral en toda su magnitud es preciso leer esta obra. Es poesía en prosa y aunque no es mi género hay que reconocer que es muy potente. Plagada de citas por la que cualquier escritor daría su brazo por poseer una sola de ella, es una obra que mira hacia adentro del autor. Con la que la pérdida del hijo la obra se modifica hasta hacerla girar en torno a esa desgracia. Umbral se desangra en esta obra. Dejo una cita a modo de resumen: 'Qué frío, hijo, en esta mañana fría, el rincón quieto, blanco y desolado de tus juguetes'.
Una prosa magistral. Dolorosa belleza. Catarsis. Poética sin caer en la sensiblería, a pesar del tema que trata. Enmarcado en la muerte de su único hijo de cinco años, Umbral desgrana un año en su vida donde se suceden múltiples reflexiones sobre la vida y la muerte. Los elementos que conforman la existencia. Habría subrayado casi cualquier frase del libro. Está lleno de referencias poéticas, filosóficas. Y esos versos prestados de Salinas. Pura literatura. De lo más bello que he leído nunca.
No suelo poner estas puntuaciones y menos a autores de tanto renombre, pero la verdad es que el libro me ha parecido insulso a la vez que pretencioso, con un lenguaje muy barroco que al final apenas transmite nada