En esta obra de Ciencia Ficción, Hugo Correa refiere la historia de un hombre que es secuestrado por un grupo misterioso que, conforme transcurre la novela, se descubre como representante de una sociedad futurista en la que el protagonista se ve atrapado.
Hugo Correa Márquez (Curepto, 24 de mayo de 1926 - † Santiago de Chile, 23 de marzo de 2008) fue un periodista y escritor chileno de ciencia ficción. Nacido en Curepto, un pueblo campesino al interior de Talca. El reconocimiento de Ray Bradbury le permitió ver sus obras traducidas al inglés, francés, alemán, portugués y sueco; así como publicar en dos revistas clásicas: Fantasy and Science Fiction y Nueva Dimensión. En su país de origen su reconocimiento desde la cultura oficial nunca llegó. Sus obras se anticiparon en lo temático a clásicos reconocidos como Mundo Anillo de Larry Niven o Solaris de Stanislaw Lem.
'Los altísimos' es una desconocida novela de ciencia ficción del autor chileno Hugo Correa que merece ser redescubierta. El gran Ray Bradbury la calificó como una de sus obras favoritas de este género, el mismo que él desarrolló con tanta maestría. Definitivamente, algo de razón debía tener.
'Los altísimos' nos cuenta la historia de Hernán Varela, un joven chileno que despierta un día cualquiera en un lugar que no reconoce, junto a personas que parecen normales, pero algo deshumanizadas. Poco a poco, Hernán comenzará a entender qué hace en este lugar, por qué llegó hasta allí y quiénes son estas personas que ahora lo rodean. Hernán deberá aceptar una nueva identidad que se le ha otorgado, desde ahora utilizará el nombre de "X.".
Hugo Correa creó un mundo complejo, lleno de detalles que, a ratos, hacen algo densa la lectura de esta novela. La trama, a su vez, tiene bastantes giros, obligando al lector a estar atento durante la lectura. Pero, el resultado final es muy gratificante. Da gusto terminar esta novela y saber que acá, en Chile, se escribió ciencia ficción y de la buena!
Un hallazgo este libro! Maravilloso el relato, la velocidad de avance sutil no te suelta, siempre queda algo que resolver un poquito más allá. Hay reflexión del ser en el cosmos, hay rebeldía y sabiduría. En distintos momentos, uno es solo uno, pataleando por algo que suena injusto, invasivo. Luego, uno es la comunidad, hay empatía. Todo en medio de cuestiones interplanetarias, tecnologías elevadas y un viaje a través del asombro. Este libro explora la CF social, vincular y filosófica.
"Los Altísimos" concentra una literatura metafísica y social a la vez, con descripciones densas de cada cosa que compone el mundo de los Cronnios. Quizás el único inconveniente (que por otro lado, lo hace un libro asombroso) es que se hace algo tedioso y difícil imaginar esta perspectiva tan llena de sucesos extraterrestres. Me sorprende la nula limitación y la perspectiva creativa del autor. Recomendadísimo para los amantes de la ciencia ficción y las distopías.
Si me preguntaran porqué tengo un porcentaje de estrellas tan alto acá, respondería que se trata de un hábito que tengo de dejar los libros que no me gustan apenas me doy cuenta de que no llegarán a ningún lado. La vida no es lo suficientemente larga como para pasearse por todas las obras escritas y por escribir, y he aprendido a ser selectivo con las lecturas. Si llego a un punto en el que siento en que me estoy obligando a seguir, lo dejo. La curiosidad y la diversión tienen que ser siempre los motores que impulsen lo que leo. De lo contrario, no suma, y si no suma, ¿de qué sirve?. Este libro es un caso especial porque entró por un momento a la categoría de los que dejo de lado nada más pasadas unas cuantas páginas. Razones para hacerlo me sobraban. Pero como le comenté a un amigo, tenía un "no-sé-qué" que me hacía seguir, una chispa incipiente que me daba la esperanza de que podía ser diferente. Pasadas ciertas páginas, llegó la revelación. Creo que esta es una de las pocas novelas que ha logrado cambiar mi opinión de forma tan radical. Un chileno se despierta en una clínica desconocida, asistido por un extraño de hábitos desconcertantes que se identifica como L. Se le informa que ha sido presa de una intoxicación alcohólica, y que ha pasado una semana en ese estado. Sin embargo, pronto la realidad comienza a torcerse, y las mentiras de L. afloran: Hernan Varela, nuestro héroe, no está en una clínica como cualquier otra, y el idioma que habla su doctor, personaje que se hace llamar D., no es el polaco. Poco a poco, Los Altísimos da vueltas y vueltas las capas ilusorias del mundo. Así es como comienza la novela. Siento que tal punto de partida fue el que me desazonó un poco: era como cualquier otra novela. Una técnica repetida hasta el hartazgo; hombre que se despierta en un lugar desconocido y por razones desconocidas junto a un desconocido. Todo igual. Los personajes, por otro lado, me parecieron planos de primer momento, sin motivación, como títeres. El protagonista apenas tiene reacción a lo que ocurre a su alrededor, como si no comprendiera la escala de su predicamento, y el asistente es tan estoico como un maniquí; de hecho, solo responde de forma maquinal sin asomo de emoción. Todo esto se justifica más adelante. La sensación de lata y pesar, no obstante, no me la pude quitar hasta que la trama empezó a avanzar. Lo cierto es que la narración del libro en sí (primera persona y presente) no ayuda en mucho. Tengo poco que rescatar de esta parte, más que se intuye que algo no encaja, y de ahí nace la chispa de la curiosidad que me llevó a seguir. Luego, la novela da un vuelco. Se develan misterios, se introducen nuevos escenarios. Lo que antes parecía una falencia del autor es dado a saber como uno de los múltiples engaños que el ayudante, L., ha tendido a Hernan. De aquí la novela toma nueva vida y comienza a demostrar todo su potencial. Se introducen críticas al sistema social maquinal, carente de emociones, que vela por el funcionamiento Colectivo por sobre las inquietudes individuales. La deshumanización a través de la tecnología y la inteligencia artificial también forman buena parte del repertorio. La sensación que impera es el desconcierto y la impotencia. Me recordó mucho a Un mundo Feliz, sin los filtros de la época, pues si bien la idea de servir a un bien común también está presente aquí, no hay separación de clases. Todo lo satisface la tecnología y la población es un bloque homogéneo. La inseminación y el futuro de la raza, asimismo, se supeditan a los designios digitales. La mano del hombre se aleja del cauce de su destino. He de destacar que Hugo Correa se atiene mucho al lema de mostrar por sobre solo decir. Cuando se propone el análisis de todos los tópicos antes mencionados las disertaciones continuas se funden con la trama, llegando a un equilibrio donde la información es clara y concisa. Sin embargo, si hay algo que me llamó la atención de la novela fue el hecho de que la poca historia que hay se devela en puntos claves, y lo cierto es que es muy poca, tanto así que alcanzaría en una sola hoja. Todo lo demás es exposición. Como el protagonista se ve enfrentado a un mundo nuevo, a Brave new World, si se quiere, se ve forzado a aprender su historia, su cultura, cosas alejadas de lo que en primer lugar lo llevaron allí. Así da la impresión, hasta el final. Tras varias páginas más de muestras culturales del escenario ficticio, viene para mí lo que fue el punto álgido de la novela, que constó de una revelación donde lo tecnológico y atisbos teológicos se funden con una anécdota de alcance planetario que recuerda a la desventura de los invasores de El fin de la Infancia. Si la ciencia responde una pregunta y genera muchas más, así es como se definiría esta sección. Correa se vale hábilmente de parangones y de la voz distintiva del guía de Hernan para exponer los puntos finales que dan la razón de ser de todo lo que ha conocido, y lo que ha de conocer, y deja más de una crisis existencial en el lector, cuya sorpresa es igual a la del pobre chileno dentro de las páginas. Si tuviera que elegir, creo que esta sería mi parte favorita. El final no me sorprendió. No fue malo, pero dado el potencial de lo de antes, podría haber sido explosivo, por decir poco. La historia simplemente deja de contarse. A más de alguno le dará la sensación de que quedan cabos sueltos, pero es justamente esa la idea: aquí la pesadilla no termina. El pesimismo de la ciencia ficción se hace sentir con todo rigor. No puedo dejar de mencionar eso sí una de las cosas que me molestó de la narración, y es que Correa gustaba de cortar la acción en cualquier momento y comenzar a narrar una situación totalmente distinta. No me pasó, pero quizá a los demás pueda confundirlos un poco esta manía del autor. Asimismo, pareciera que el personaje de Hernan Varela no cuenta nunca mucho de él. Su personalidad tiene poca relevancia, y más parece ser un medio para que el lector vea lo que Correa quiere mostrar. Es lícito, sí. Mas me habría gustado ver algo más de carisma de su parte. En síntesis, da para pensar, es ágil, de prosa fácil pero no habitual y con ideas de simple procesamiento, sin quitarles el mérito de lo alto que apuntan. Cuenta con mucho potencial. Los Altísimos de Hugo Correa es un título recomendable para los amantes de la ciencia ficción, en especial si quieren encontrar a algún chileno que se haya incursionado en el género. Debo recomendar, eso sí, que la paciencia debe reinar en su viaje. Vale la pena lo que ocurre tras el primer acto totalmente.
me resultó un poco tedioso leer las pormenorizadas descripciones de todos los planetas y sistemas y el funcionamiento de las grandes máquinas, pero la capacidad de hugo correa para imaginar todo eso durante los años 50 no me deja de sorprender. me gustaron mucho las sutilezas en las relaciones entre personajes como hernan varela y A y todo el rollo de la colectividad, la sumisión, la inmensidad, el infinito, la intrascendencia humana y la nada.
"Los Altísimos” es una novela de ciencia ficción del autor chileno Hugo Correa, publicada originalmente en 1951 y aumentada y publicada nuevamente en 1959. Es uno los libros pilares de la ciencia ficción latinoamericana y una de las obras más relevantes de la ciencia ficción en general, aun cuando en nuestro país pareciese diluirse entre la literatura nacional sin mayores laureles. Ray Bradbury dijo de esta obra que “Hugo Correa” consigue en Los Altísimos una fantasía tan poética como aterradora, de lo mejor que he leído”. Esto junto a otros halagos internacionales le valieron su posición como una de las obras más relevantes del siglo XX, siendo comparado con los grandes maestros del genero de ciencia ficción a nivel mundial.
“¿Comprende lo que es la eternidad? ¿No? Yo tampoco. ¿Por qué? Porque nuestra razón no ha sido conformada para entender conceptos así. Nuestra vida transcurre en el infinito y en la eternidad”. La novela trata sobre Hernán Varela, un chileno común y corriente quien despierta en un extra hospital, todo es confuso, los recuerdos son difusos, la información falta y las personas a su alrededor hablan con una extraña convicción sobre hechos que no encajan. Hernán irá descubriendo las circunstancias que lo llevaron a este lugar, la personalidad y naturaleza de sus interlocutores, mientras devela los grandes misterios de una sociedad ajena a todo lo conocido; y más allá de esa sociedad, están ellos, los que crean, los que son, los Altísimos.
Es una excelente novela, tiene cortes existencialistas y filosóficos, problematiza en un universo en la infinidad y nuestra posición en él, los roles que ocupamos sin ser conscientes de si mismos ni de ellos. Quizás nuestra poca autoestima nos lleva a sorprendernos de que algo así haya sido escrito en 1951 y por un latinoamericano, pero lo cierto es que es grandioso, un mundo increíble y aterrador, junta elementos como los grandes contemporáneos y nos da una obra que con justa razón ha sido alabada por los que saben. A ratos se hace lenta y densa su lectura, creo yo debido al estilo narrativo, pero es una obra que creo no tiene desperdicio, por lo que recomiendo mucho leerla.
Este libro es completamente distinto a mi anterior lectura. Ciencia ficción dura y uno de los elementos icónicos en este género a nivel nacional. Los altísimos es como las cebollas o como los ogros, según la analogía que prefieran, tiene capas. A medida que se avanza en la trama aparecen nuevos elementos que le dan otro sentido a las primeras planas. Quizás es posible que se entienda mejor contando un poco de la trama, pero es de ese tipo de historias que es imposible contar sin hacer Spoilers, y lo digo como advertencia antes de continuar.
Hernán Varela es un chileno común, un día despierta en una clínica polaca tras sufrir una intoxicación alcohólica, lo ven, tan chileno como cualquiera de nosotros. En ese momento se cuestiona como su vida llegó a tal punto. Un día conoció a un supuesto brasileño de apellido Méndez con el que hicieron buenas migas, Hernán le recordaba a un amigo y eso le inspiraba confianza, así que lo contrató, pese a su falta de experiencia, en un cargo gerencial con buen sueldo. Ahí Varela se desbordó, pero no tuvo mucho tiempo para sentirse culpable, porque ahí en la clínica conoció a L quien le informo que Méndez no era nah Brasileño sino que era polaco y buscado por el gobierno. Aparentemente la amistad de Méndez no era muy inocente y el resultado concreto es que Varela había sido capturado erróneamente por los polacos y era imposible devolverlo sin revelar tan pésimo procedimiento. De ahí en adelante la vida de Hernán Varela empieza a cambiar de forma vertiginosa, Polonia no es lo que parece, la tierra no es lo que parece y los humanos con los que se cruza, bueno esos si son peculiares desde el primer momento, incluso más de lo que se podría esperar de un polaco. El libro es sólido, muy concreto y a ratos algo denso, me agrada porque entrega muchas herramientas para divagar, aunque personalmente es un poco nihilista para mi espíritu soñador, sin embargo, es tal como dice su fama, un imperdible de la literatura chilena.
Me fascinó este libro, quizás la narración a ratos se haga pesada debido a que el texto se esmera en detallar cómo era ese mundo y el relato es en primera persona con muchos monólogos. Me recordó a ratos a Philip K. Dick, a otros a Arthur C. Clarke.
Siento que en las sinópsis se enfocan mucho en el anticomunismo o antisoviética (?) de la obra, elemento que está, es bastante obvio pero eso no le hace justicia que contempla todo un universo propio de la ciencia ficción con tecnologías que aún hoy resultan difíciles de pensar con detalles relacionados con la física, con viajes interestelares. Si quieres leer algo anticomunista o una distopia antitotalitaria, no sé, lee 1984 mejor.
No sé si es para todo el mundo, pero creo que merece la pena.
Es la primera novela de ciencia ficción que he leído y que mejor que sea una novela tan olvidada por los chilenos.
El mundo que creó Correa es absurdamente complejo, me llama mucho la atención lo inteligente que es este hombre. El como pensó en todo, en los detalles técnicos detrás de cada artilugio, es fascinante.
Hugo Varela despierta en una clínica luego de una noche de juerga. No sabe muy bien dónde está ni cómo llegó, sólo que quienes le tratan se parecen a él, pero no son como nosotros: los humanos. Le dicen que están en Polonia y que debe descansar para recuperar fuerzas y volver a su puesto de vigía: ¿Qué puesto de vigía? El que dejaste de lado, X, su nueva identidad. Correa nos presenta la construcción de la ciencia ficción en sus pañales, donde los viajes inter estelares, mundos desconocidos y habitados por humanoides son posibles con sólo la voluntad de los Altísimos. Un universo que ha sido concebido con el único fin de hacer prosperar una raza que sabe que tiene una misión, una visión y un posible destino, pero que están en manos de otros que no saben del todo cómo funciona. Una verdadera prisión al aire libre, o en medio del universo. La primera novela de este escritor chileno consagrado en la ciencia ficción, reconocido por él maestro Ray Bradbury. Es una historia que te hace pensar si no sólo vivimos en la ilusión de un mundo que creemos comprender.
(...) “Los planetas subordinados a una estrella nada deben temer, excepto a la casualidad. Menos un planeta como la Tierra, situado en las afueras de la galaxia.” “Los cronnios han obtenido el ciclo lógico: hombre-máquina-hombre. Así como las máquinas jamás podrán superar a sus inventores en cuanto a labor creadora, así también el hombre nunca podrá aventajar la calidad, precisión e imparcialidad de sus mecanismos. Se ha conseguido de ello algo único: su insuperable ayuda en la conservación de la especie.” “- Siempre estamos esclavizados a algo o a alguien. El hombre nació para ser sojuzgado. La curiosidad es su peor maldición. Algún día lo comprenderá.” “¿Cómo no se me ocurrió? ¡Son tantos los detalles desconcertantes de Polonia! Cuando uno atraviesa por un período de confusión mental, hasta la perogrullada más grande se nos antoja cosa de magia. Cada día que transcurre se acentúa mi ánimo la interrogante: ¿qué me espera...?” (...)
iugh yo amo las distopias pero, iugh con esta simplemente decir, que es muy malo No pero en serio, la idea base está buenísima, pero está muuuuuuuuy mal desarrollada. partiendo por el hecho de que de los 30 capítulos, en 25 te explican como está formado Cronn que onda con él, capítulos en los que casi me muero de sueño. No hay ninguna story-line o algo que tenga sentido, las cosas simplemente suceden y ya (aunque tampoco es como que sucedan muchas cosas)
La única razón por la que me lo leí en un día fue para que mi mente no sufriera más.
A veces las geometrías y descripciones se hacen un poco confusas pero de a poco se van aclarando. La historia en si, los viajes, el misterio que tiene es brutal.
"Los altísimos" de Hugo Correa es un viaje inquietante hacia lo desconocido que late con una vigencia perturbadora.
Publicada originalmente en 1951 y luego revisada y ampliada en 1959, esta novela marcó un antes y un después. Correa, considerado el gran pionero de la ciencia ficción chilena, crea una atmósfera donde la ciencia, la filosofía y la naturaleza humana se entrelazan con una elegancia que fascina y, a la vez, incomoda. No es casual que haya recibido el respaldo de autores reconocidos internacionalmente como Isaac Asimov y Ray Bradbury: aquí no encontrarás explosiones espaciales gratuitas, sino una reflexión profunda sobre el poder, la libertad y los límites de la verdad.
En plena Guerra Fría, cuando el mundo estaba obsesionado con el progreso tecnológico y temeroso del control político, esta novela surgió como un espejo oscuro: ¿qué pasa cuando una sociedad perfecta esconde secretos que no podemos o no queremos ver?
Correa nos sumerge en una historia que no necesita fuegos artificiales para inquietar: su fuerza está en las atmósferas densas, en el misterio que se insinúa más que se muestra, y en ese toque inquietante que hace que uno se pregunte si realmente queremos conocer a “los otros”. Lo más fascinante es cómo, desde Chile, el autor logró escribir una ciencia ficción con alcance universal, pero enraizada en preguntas muy locales sobre el poder, la fe y la condición humana.
Leerlo es sentir que, de pronto, el universo se ha vuelto más grande… y más peligroso.
"Alguien acecha en cada detalle" Llegué a esta novela a través de un Club de Lectura destinado a las distopías. No conocía el libro y mucho menos a su autor, Hugo Correa, nacido en la provincia de Talca, Chile. "Los Altísimos" (1951) resulta un viaje vertiginoso por un mundo que descubrimos de forma paulatina al igual que el personaje principal. La historia arranca con un chileno extraviado en Polonia, recostado en la cama de lo que parece un hospital. A su despertar asisten al menos dos personas que resultan extrañas para "X" –como será reconocido el personaje principal a lo largo del texto– y de las que no logra fiarse. X será bienvenido a una suerte de matrioshka argumental, donde se suceden capas y capas de giros argumentales sorprendentes y donde la paranoia resulta prácticamente una forma de mantener la cordura para Hernán Varela, el nombre humano de X. La experiencia de lectura me mantuvo absorto como los mejores capítulos de "Lost" aunque siempre temí (al igual que por la serie) sí el viaje lograría contar con un final que le hiciera justicia. Creo que lo hace a medias y pese a eso es un libro que vale leer, una experiencia casi lisérgica. Sí algo abunda en esta novela es la creatividad; la ejecución correcta de la narración y las descripciones pormenorizadas de Cronn y su historia, aún así, hacen difícil sostener con claridad las profusas imágenes que circulan en la obra.
En Cronn se desprende un sincretismo entre la tecnología y la sociedad, donde el matrimonio se ha prohibido, reforzándose a su vez tareas y estereotipos de género y una visión conservadora de la sexualidad, donde la castidad es alentada dado sus estimulación "de las capacidades físicas". Todo conforme se asegure el correcto funcionamiento de cada "tornillo" en la sociedad/máquina. Pensando que el libro fue escrito en los 50, perfila los temores y fantasías relativos a la visión geopolítica del mundo.
"Los Altísimos" se configuraría como una ciencia ficción "blanda", dado que se evidencias licencias creativas importantes, no supeditando la narración a su pacto con las leyes de la ciencia. La obra da cuenta de elementos tecnológicos diversos como los "navíos interplanetarios magnéticos" o "magnetones", deportes como el "esquí aéreo" que se practica a través de los "canales magnéticos", casas que se limpian solas a través de sistemas de succión o aspiración, amplificadores o minimizadores de objetos, e incluso gigantes y colosos cuyo nacimiento estaría emparentado a la evolución y sostenimiento de la civilización de Cronn.
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-Usted se aprovecha de mi ignorancia. Sabe que cualquier historia que me cuente estoy obligado a creérsela. -Siempre estamos esclavizados a algo o a alguien. El hombre nació para ser sojuzgado. La curiosidad es su peor maldición. Algún día lo comprenderá.
PROS Es una novela de ciencia ficción escrita hacia 1951. Está llena de ideas y anticipaciones que suenan muy frescas hoy en día. La imaginación de Correa y la creación de mundos es admirable. El argumento es simple y hay muchas reflexiones sobre la libertad humana, el colonialismo, y los riesgos deshumanizadores de un «socialismo» perfecto.
CONTRAS Algunas descripciones se hacen en un estilo muy complejo. Es llamativo que un extraño en un mundo asombroso sólo piense en seducir a las nativas.
FINAL Imperdible para amantes de la ciencia ficción, en el estilo de Ray Bradbury.
Siento que aún no proceso por completo todo el libro y el hecho de que fue escrito en los años 50 hace que aumente mi asombro. Supero todas mis expectativas completamente y parte de lo que me demoré en leerlo fue porque en varios capítulos necesité tiempo para procesar todo lo que había leído. De verdad no tengo palabras frente a todos los detalles y hechos que fueron ocurriendo. Será mi nuevo libro para recomendar a todo mundo, porque necesito discutirlo. Ray Bradbury no me defraudó en su recomendación.
Sin duda viendo en retrospectiva este libro es fascinante, pero también imposible de obviar como desde mediados del siglo pasado, las personas ya veían un mundo (u otros mundos) evolucionados, donde el individuo deja de existir, lo importante es la colectividad, donde las relaciones no están prohibidas, pero si restringidas, donde dejas de ser tu para pasar a ser un nosotros.
El autor puede llegar a ser critico sin realmente serlo, no puedo evitar pensar ¿Cuál es la finalidad de Hugo Correa? Plantear una sociedad igualitaria y comunal o bien criticar esa comunidad dejando de lado la individualidad y que parezca una pesadilla lo llamado igualitario, porque al final es inevitable entrever que esta sociedad planteada por muy elevada y adelantada, vive bajo el yugo de alguien o algunos, hasta cierta medida no pude evitar pensar en el libro de 1986, cuando X se da cuenta que es vigilado, que en realidad no tiene privacidad.
A veces me parecía incluso onírico lo que Hugo Correa contaba, creo que mucho tiene que ver con el estilo narrativo y claro por la manera en que el protagonista llega a ese lugar, en algunos momentos me llegue a plantear que solo fuera un sueño todo lo que estaba sucediendo.
Esta parte de existencialismo y filosofía del ser puede resultar abrumadora en ciertos momentos porque es imposible no ponerse a reflexionar sobre lo planteado, pero también te va llenando de futurismo, mundos adelantados, maquinas, seres humanos o especies elevados y adelantados y claro los Altísimos, que se yerguen como seres supremos ¿una metáfora sobre Dios? Esta obediencia cuasi obligada, el miedo al castigo, no estoy segura de que a eso se refiera exactamente o simplemente solo quiso referenciar el hecho de que siempre hay alguien arriba de la sociedad que es quien por medio del miedo controla a una sociedad.
Es verdad que en partes se hace algo pesada la lectura, tal vez muy descriptiva o tal vez muy lenta, no se definirlo, en partes sentía que no avanzábamos del mismo lugar, sin embargo, eso nunca me hizo querer desistir de la lectura, en parte porque me gustaba mucho la historia y la intriga de saber que iba a pasar, pero sobre todo porque me enamoré del estilo narrativo de Hugo Correa
Creo que con este libro termino de cerrar mi amor y devoción hacia los libros que presentan mundos fantásticos. Muuucha descripición (lo que es comprensible), pero no es para mí. Hacia el final me parece entretenido, me enganchó en las últimas 30 páginas. Valorando solamente el apartado de lo que es (el llamado) "worldbuilding" de ciencia ficción, me parece muy valorable que este libro se haya escrito por un autor chileno y con tanta soltura. Buen manejo de algunos conceptos científicos y su reimaginación literaria, como el aumentar o disminuir el tamaño de los átomos, el funcionamiento de Cronn, etc. No tiene nada que envidiarle a los más grandes de la ciencia ficción pop. Pero siento que ahí queda el libro, en la construcción de un mundo ficticio. Me parece muy desconectado de cualquiera "realidad social", aunque en algunos lados quieran venderlo como una "crítica al modelo socialista". ¡Pamplinas! El libro claramente no es 1984 ni un Mundo feliz ni Neuromancer. No dice nada de Chile ni de su gente (me parece obsceno, morboso, inmoral que aparezca la palabra Chile en la novela), ni de EE.UU, ni de la Unión Soviética. Ocurre todo en el mundo ficticio de Cronn y es difícil encontrarle un ancla de "realidad". Por supuesto que la situación vivida por el protagonista, Hernán, es humana y como tal es transversal. Hay una soledad, un desgarro, un desanclaje al aparecer de pronto en tan avanzada civilización, pero se siente más como un lúdico "qué pasaría si un chileno..." a un crítico "qué pasaría si la sociedad...". Se puede entrever una crítica a la razón y a una reflexión sobre lo que nos hace humanos, pero si es por eso, he sentido mucho más con los cuentos de Hugo Correa que con esta novela, sinceramente. ¿La recomiendo? Pensando en que esta novela es considerada un clásico de la ciencia ficción chilena, si y solo si te interesa hacer una cronología de la ciencia ficción chilena por ser un flipado de las armas, léela. Si no, no. Existen cuentos y novelas de ciencia ficción en Chile que me parecen mucho mejores que esta y que sí reflejan algo de chilenidad.
Perdón por tantos me parece pero es que me parecen muchas cosas.
Primero decir que yo no soy fan de este tipo de género (ciencia ficción ?) por lo que cuando leí en la contraportada la muy favorable crítica de Ray Bradbury, no significó mucho para mi. Me prestaron este libro y lo empecé a leer sin expectativas mientras transcurrían los días del protagonista en Santiago de Chile, para dar un estrepitoso vuelco- por cierto me encanta que el autor haya decidido mantener a su protagonista chileno y no referirse a un país extranjero más popular. Avanzando en la historia , me sorprendía con las evocaciones a la Física Moderna y en general las descripciones fantásticas de todo un “nuevo mundo” (Cronn) ; fue en ese momento que me referí a la solapa del libro para reconfirmar que fue escrito por un chileno nacido en 1926 nada más ni nada menos que en Curepto, una localidad del centro sur de Chile que si es pequeña hoy en día , imagino lo que fue en 1926. Obra publicada por primera vez en 1951, tal vez en la época la física moderna y viajes espaciales estaban bien presentes en ciertas esferas intelectuales y tal vez por ahí el interés del autor . Sin embargo, aun así lo encuentro absolutamente meritorio y adelantado a la época sus referencias al orden social; la “libertad “ de las mujeres en Cronn (Kronn?) para no tener que cargar con la “responsabilidad social de tener hijos “ en beneficio de la especie ; no que quisiera vivir en una sociedad como la descrita sólo que encuentro que el autor fue un adelantado a su época para simpatizar y plasmar el dilema de la sociedad actual de la maternidad y trabajo.
A ratos denso en sus descripciones , solía perderme , pero creo que esos pequeños desconciertos aportaban al asombro a la historia y lo que vivía el protagonista. Se acababan las páginas y yo solo rogaba porque hubiera un desenlace (finales abiertos no por favor!) . El final me pareció escalofriante; no solo por el brutal casi exterminio de los cronnios sino porque empatizaba con el protagonista; un chileno “de a pie” ; absolutamente solo , en la inmensidad del universo.
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Gran novela de este autor. Siendo la primera que leo del mismo quedó con un buen sabor de boca. Además años que no leí a un compatriota(🇨🇱) y me da gusto su grandeza y puedo confesar que me convertí en fan de Hugo correa(autor según yo poco conocido en mi patria).
Una novela grande para mí dentro del mundo de la ciencia ficción. Grandes momentos , ideas, enemigos(los altísimo), tecnológia, y personajes(aunque al principio es difícil, pero hay un porque)
Spooooilereeerrrrrr. 🙊🙊🙊🙊🙊🙊🙊
Me encantó mucho el tema de la civilización creada por los altisimos, y cómo estas ciudades vivientes (te hablan) tenían una tecnología increíble.
X y L fueron los personajes que me amarraron a la novela, principalmente L, el que tiene una razón de ser como es y que es vital para entender los misterio que posee la novela .
Los altisimos son entes o dioses que están más allá de nuestro entendimiento, los que para mí son totalitarios y vengativos (en caso de rebeldía)
Me encantó el epílogo, como Hernán Varela llega a un planeta de características similares a la Tierra, una antes de la aparición de la raza humana. Un lugar de pureza o un paraíso ( una tierra sin contaminación y calentamiento global) El que siente que llega a colonizar pero sin las herramientas, así que tendrá que solo disfrutar de la Tierra fértil .(al menos que los altisimos se enteren y muera🙊)
Me faltó la A para Varela pero era muy perfecto que se quedará con la A en esas tierras remotas.Pero que estuviera A significaría peligro para ambos ya que los altisimos sabrían de la irregularidad y los buscarían para hacerlos pagar con sangre 🙊🙊🙊🙊🙊🙊.
Alfaguara Santiago de Chile, 2015. Una joya de sciencia ficción chilena. Encontré este libro buscando en las librerías de Providencia cualquier ficción speculativa de Sur América. Un vendedor de los libros me recomendó este libro. Caché que eran cuentos, pero no tuve razón, es una novela. El idioma es atmosférico, no tiene demasiado terminología scientifica. La narración es clásica, la historia se abre como una cebolla, con cada capítulo sabemos más. Ese progreso fabulativo está unido con el protagonista. La narración es autodiagetica, el protagonista mismo es el narrador de la novela. Hay una onda con Matrix con el concepto de Los Altísimos, en el sentido que son seres omnipresentes y omnipotentes. A mí esta novela me recordó de una muy buena novela de sciencia ficción de un autor croata, Supek. Si les gusta ficción scientifica, y cualquier ficción speculativa, este libro es para ustedes . Hasta luego mis murciélagos!