«Hay que leer Psicología del arte en dos como psicología del arte y como psicología del arte. [...] Al comparar el libro de Vygotsky con otros textos sobre arte de los primeros años veinte percibimos de inmediato su excepcionalidad. En él, su autor interroga a las formas clásicas de la la fábula, la novela y las tragedias de Shakespeare. Pero su atención no se centra en las controversias por aquel entonces de moda. [...] El gran problema que se plantea reviste un significado más amplio y gené una creación artística ¿qué es lo que hace?, ¿qué la convierte en obra de arte? Éste es, en realidad, el problema estético capital, y no podemos ignorarlo si queremos ponderar el verdadero valor de una novedad surgida en el mundo del arte. En opinión del autor, al analizar la estructura de una obra de arte uno debe recrear la respuesta, la actividad interna a la que dicha obra da pie. Este concepto permitió a Vygotsky internarse en los secretos del valor perdurable de las grandes obras artísticas o descubrir esa fuerza en virtud de la cual una epopeya griega o una tragedia shakesperiana siguen, en palabras de Marx, “suministrándonos goce artístico y, en ciertos sentidos, sirviéndonos como norma y modelo inalcanzable”.» De la introducción de A. N. Leontiev
Lev Semenovich Vygotsky (Russian: Лев Семёнович Выготский or Выготский, born Lev Simyonovich Vygodsky) was a Soviet developmental psychologist and the founder of cultural-historical psychology.
Vygotsky is a perspicacious reader. His analysis of the forms of fable, short story, and tragedy are profoundly illuminating. His analysis of Hamlet rivals anything I've ever read on the subject. The arguments Vygotsky sets forth in developing the psychology of art flow with life.
3.5 Me queda la sensación de que lo realmente sustancial de la obra se encuentra en su último tercio, pero reconozco que bien puede ser por el interés puntual que tenía al explorar esta bibliografía. El principio catártico de las expresiones artísticas evidentemente representa un hito en el pensamiento psicológico que se atreve a investigar el terreno artístico. Tanto así, que aún queda un sedimento de este pensamiento en nuestras representaciones cotidianas. Lo interesante radica en la vigencia de esta hipótesis, más aún bajo el entendimiento del mecanismo que Vygotski plantea que está en juego: la transubstanciación de la emoción. No pareciera necesario insistir en la profundidad apabullante de esta intuición que nos ofrece Vygotsky, contrastada con innumerables ejemplos desde las artes plásticas hasta la literatura, incluso refiriendo la arquitectura, de donde sale una de las frases que me generaron mayor estremecimiento estético-intelectual: "fue esta ley [catarsis], y no otra, la que obligó al maestro de Notre Dame en París a situar en la cúspide de la catedral unos monstruos deformes y horribles, las gárgolas, sin las cuales la catedral sería inimaginable". Esto es clave para comprender qué es lo que nos atrae de toda forma artística, y sobre todo, por qué es indispensable en una sociedad, más aun una contrariada, tormentosa, llena de conflictos. Es allí donde viene a contestar el arte. Pero ahí viene el segundo elemento clave, a saber, que no es solamente que el arte es arte en la medida en que una emoción es transformada, dominada, resuelta , sino que para considerarse como tal, exige del espectador un ejercicio activo, a saber, que él también busque una forma creativa de resolver la sensación contrariada. "Solo entonces el efecto del arte será completo" La catarsis, por tanto, es un ejercicio activo (aún si inconsciente) de la imaginación, una resolución imaginativa que se despliega como espejo de una resolución de índole semejante bajo la forma de una producción artística. El arte, como catarsis, es un ejercicio doble de resolución, y en esa medida es una resolución amplificante, que exhorta al otro a ejercer esta conversión de sus conflictos. Es aquí, a mi parecer, donde yacía lo más rico y lleno de potenciales de la obra. Me quedo son el sinsabor, no obstante, no ser ya el ocaso del texto. Reconozco, no obstante, los pasos dado por este brillante psicólogo ruso.
Abre un nuevo panorama para ver al arte no sólo como una forma de ver al arte como método psicológico o terapéutico, sino que también abre el panorama para ver al arte como algo natural y como parte de la vida no sólo actual sino pasada y futura, como algo indispensable en la vida del ser humano. Sin duda vale la pena leerlo y aplicarlo.