What do you think?
Rate this book
La forja de un rebelde #2
The Track
Después del gran éxito de "La forja", primera parte de la trilogía "La forja de un rebelde", Fabver & Faber continuó con la edición de la autobiografía novelada de Arturo Barea, escritor, periodista y republicano, exiliado en Reino Unido desde 1938. Así, el 9 de julio de 1943, llegó a las librerías inglesas la segunda parte, titulada "La ruta", en la que Barea cuenta sus primeros escarceos literarios y, sobre todo, sus experiencias en la guerra de Marruecos.
240 pages, Paperback
First published January 1, 1943
8 people are currently reading
404 people want to read
About the author
Arturo Barea
24 books41 followersArturo Barea nació en Badajoz el 20 de septiembre de 1897. Su padre trabajaba en el servicio de reclutamiento y murió a los 34 años. Su madre y hermanos se trasladaron a Madrid donde ella trabajó de lavandera. Barea fue educado al principio por unos tíos acomodados (su madre y hermanos siguieron con su vida humilde), pero al morir también el tío, dejó los estudios a los trece años. Trabajó de aprendiz en un comercio, y más tarde en un banco hasta 1914. Le llamaron a filas en 1920 y tuvo que ir a Marruecos, donde vivió la derrota de Annual en 1921.
Se casó en 1924 con Aurelia Rimaldos, y tuvo cuatro hijos, pero el matrimonio no fue afortunado y terminó separándose.
Con la II República se incorporó a la vida sindical en UGT. Durante la Guerra Civil española apoyó al bando republicando realizando diversas misiones de carácter cultural y propagandístico. Fue responsable del servicio de censura de la prensa extranjera en el Ministerio de Estado, que controlaba las comunicaciones de los corresponsales extranjeros desde la Telefónica de Gran Vía. Allí vivió el asedio de Madrid y los bombardeos que tenían el rascacielos como uno de sus objetivos habituales. Participó en emisiones radiofónicas desde un sótano acolchado, con el seudónimo "La voz desconocida de Madrid".
En 1938 se casó con la periodista austriaca Ilse Kulcsar, que sería clave para la versión inglesa de sus libros. Al finalizar la contienda se exilió a Inglaterra donde continuó con sus actividades literarias hasta su fallecimiento. Le dieron la nacionalidad británica en 1948.
Llegó a pronunciar más de 900 alocuciones en la BBC bajo el seudónimo de Juan de Castilla.
De formación autodidacta, Barea escribió con una prosa clara y rica sobre todo cuentos y novelas.
Después de 18 años exiliado en Inglaterra, Arturo Barea falleció en Faringdon, un pueblo del condado de Oxford, el 24 de diciembre de 1957. Sus cenizas fueron esparcidas en el jardín de su casa en una aldea a las afueras de Faringdon, en la finca del aristócrata Lord Faringdon, quien apoyó activamente la causa de la República española y en 1936 trabajó en un hospital de campaña en el frente de Aragón durante la Guerra Civil.
La lápida de su tumba fue puesta por Olive Renier tras la muerte de Ilse en Viena en 1972. Renier conoció a Barea e Ilse cuando trabajaron los tres para la BBC en 1940. Renier escribió:
Yo erigí la lápida, pero fui incapaz de encontrar palabras que expresaran mis sentimientos por aquellas cuatro personas, cuya causa (aunque ellos decían encontrarse entre los afortunados), era el símbolo de las enormes causas perdidas de nuestra generación —la causa de España, la de los judíos, la de la social democracia en Alemania, en Italia, en fin, en toda Europa.
El franquismo hizo todo lo posible por desacreditarlo. En 1951, las autoridades culturales de Madrid se quejaron de que un periodita había escrito que era un "periodista español"; y en 1956, este autor tan español fue denominado "el inglés Arturo Beria", aludiendo al político ruso Beria, con el que por lo demás nada tuvo él que ver.
En octubre de 2010 colaboraron en la restauración de la lápida Paul Preston, Gabriel Jackson, Javier Marías, Elvira Lindo, Santos Juliá, Michael Eaude (biógrafo de Barea), Nigel Townson (editor de la edición en tres volúmenes de las obras de Barea, publicadas por Debate), Edwin Williamson (titular de la Cátedra Alfonso XIII de Estudios Hispánicos en la Universidad de Oxford) y Jeremy Treglown (ex editor del Times Literary Supplement). En 2013 se pondrá una placa en el pub que frecuentó.
Los padres austriacos de Ilse, la mujer de Barea, refugiados judíos que escaparon de la persecución nazi, están enterrados al lado de la lápida de Arturo Barea.
Todos sus libros se han publicado, primero en versión inglesa y, más tarde, en castellano, a excepción de los 20 cuentos de guerra Valor y miedo: relatos, publicados en Barcelona, en 1938. En su novela The broken root, 1952 — publicada en castellano en 19
Se casó en 1924 con Aurelia Rimaldos, y tuvo cuatro hijos, pero el matrimonio no fue afortunado y terminó separándose.
Con la II República se incorporó a la vida sindical en UGT. Durante la Guerra Civil española apoyó al bando republicando realizando diversas misiones de carácter cultural y propagandístico. Fue responsable del servicio de censura de la prensa extranjera en el Ministerio de Estado, que controlaba las comunicaciones de los corresponsales extranjeros desde la Telefónica de Gran Vía. Allí vivió el asedio de Madrid y los bombardeos que tenían el rascacielos como uno de sus objetivos habituales. Participó en emisiones radiofónicas desde un sótano acolchado, con el seudónimo "La voz desconocida de Madrid".
En 1938 se casó con la periodista austriaca Ilse Kulcsar, que sería clave para la versión inglesa de sus libros. Al finalizar la contienda se exilió a Inglaterra donde continuó con sus actividades literarias hasta su fallecimiento. Le dieron la nacionalidad británica en 1948.
Llegó a pronunciar más de 900 alocuciones en la BBC bajo el seudónimo de Juan de Castilla.
De formación autodidacta, Barea escribió con una prosa clara y rica sobre todo cuentos y novelas.
Después de 18 años exiliado en Inglaterra, Arturo Barea falleció en Faringdon, un pueblo del condado de Oxford, el 24 de diciembre de 1957. Sus cenizas fueron esparcidas en el jardín de su casa en una aldea a las afueras de Faringdon, en la finca del aristócrata Lord Faringdon, quien apoyó activamente la causa de la República española y en 1936 trabajó en un hospital de campaña en el frente de Aragón durante la Guerra Civil.
La lápida de su tumba fue puesta por Olive Renier tras la muerte de Ilse en Viena en 1972. Renier conoció a Barea e Ilse cuando trabajaron los tres para la BBC en 1940. Renier escribió:
Yo erigí la lápida, pero fui incapaz de encontrar palabras que expresaran mis sentimientos por aquellas cuatro personas, cuya causa (aunque ellos decían encontrarse entre los afortunados), era el símbolo de las enormes causas perdidas de nuestra generación —la causa de España, la de los judíos, la de la social democracia en Alemania, en Italia, en fin, en toda Europa.
El franquismo hizo todo lo posible por desacreditarlo. En 1951, las autoridades culturales de Madrid se quejaron de que un periodita había escrito que era un "periodista español"; y en 1956, este autor tan español fue denominado "el inglés Arturo Beria", aludiendo al político ruso Beria, con el que por lo demás nada tuvo él que ver.
En octubre de 2010 colaboraron en la restauración de la lápida Paul Preston, Gabriel Jackson, Javier Marías, Elvira Lindo, Santos Juliá, Michael Eaude (biógrafo de Barea), Nigel Townson (editor de la edición en tres volúmenes de las obras de Barea, publicadas por Debate), Edwin Williamson (titular de la Cátedra Alfonso XIII de Estudios Hispánicos en la Universidad de Oxford) y Jeremy Treglown (ex editor del Times Literary Supplement). En 2013 se pondrá una placa en el pub que frecuentó.
Los padres austriacos de Ilse, la mujer de Barea, refugiados judíos que escaparon de la persecución nazi, están enterrados al lado de la lápida de Arturo Barea.
Todos sus libros se han publicado, primero en versión inglesa y, más tarde, en castellano, a excepción de los 20 cuentos de guerra Valor y miedo: relatos, publicados en Barcelona, en 1938. En su novela The broken root, 1952 — publicada en castellano en 19
Ratings & Reviews
Friends & Following
Create a free account to discover what your friends think of this book!
Community Reviews
Displaying 1 - 30 of 53 reviews
September 2, 2022
Un sorprendente testimonio de primera mano de la guerra colonial de España en el Rif, con el Desastre de Melilla (o Annual) relatado tangencialmente. Arturo Barea es enrolado por su edad en el ejército español y asciende rápidamente a sargento del arma de Ingenieros donde termina destacado en el frente de Tetuán y Xauen. La descripción de la vida en la retaguardia en Marruecos está llena de momentos interesantes y es lo mejor de la novela, en mi opinión, por el contrario, los fragmentos del licenciamiento y vuelta a la vida civil me hacen perder interés en esta parte de la trilogía. La narración pierde un poco de ímpetu cuando se aleja de la acción y aparecen las reflexiones del escritor en su nueva vida burguesa, echamos de menos la vida aventurada del primer tomo de la trilogía o de la escenas del Rif. En cualquier caso, me ha gustado en su conjunto.
August 1, 2021
La primera mitad del libro, ambientado en la guerra de Marruecos (1920-1923), debería ser lectura obligatoria en los cursos donde se enseñe historia contemporánea de España. Una obra de arte que nada tiene que envidiar a un ensayo histórico en cuanto a la explicación y comprensión de un suceso del pasado. Muy, muy bueno.
May 12, 2023
Segundo volumen de las memorias de Arturo Barea, "La forja de un rebelde".
Después de la maravilla del primer volumen, dedicado a la infancia del autor en el Madrid de principios del s. XX, en este segundo libro el nivel baja un poco. De ahí las 4 estrellas, que quizás son más bien 3,5, frente a las 5 que le puse al anterior. Aun así, está bien escrito y es interesante, y si uno ha leído el primero, sin duda ya querrá seguir conociendo la historia de Arturo hasta el final.
"La ruta" está dedicado a la guerra de Marruecos, en los años 20. Un Arturo ya veinteañero es reclutado y enviado a Marruecos a luchar contra la revuelta rifeña independentista. Allí, dada su formación (escasa para nuestros estándares, pero absolutamente por encima de la media en la época, cuando el 90% de los soldados eran analfabetos o poco menos) es destinado a puestos de intendencia o de ingenieros, aunque también le tocará una breve fase de combate directo.
Aunque no pasó de sargento, con sus vivencias directas, sus conversaciones con unos y otros (varios de ellos oficiales y hasta generales, para los que trabajó como secretario), nos dan una idea bastante clara de lo que fue el desastre de Marruecos, y el desastre social y político de la España de la época: un ejército absolutamente corrupto, donde el único objetivo es enriquecerse robando a costa de la soldadesca, compuesta por la clase más baja de la sociedad, ya que los adinerados pueden librar a sus hijos del reclutamiento forzoso pagando una determinada cantidad; unos generales guiados únicamente por el afán de gloria, aunque para ello tengan que sacrificar a miles de jóvenes bajo su mando (es esclarecedor el detalle de cómo destituyeron a un oficial que había ganado una posición sin pegar un tiro, simplemente parlamentando, porque ello les había privado de la "gloria" y las medallas que supondría una victoria a tiros); y unos políticos ineptos en gobiernos que duran semanas y que no son capaces de tomar una decisión clara sobre si seguir la guerra o terminarla.
En su estancia en Marruecos, Barea conocerá también a Millán Astray y a Franco, y son curiosos los detalles que cuenta sobre ellos.
Todo ello, como siempre, narrado con una prosa ágil, amena, y llena de anécdotas. Porque entre militares, políticos y guerra también queda sitio para borracheras, amistades, amores y más. Porque, al fin y al cabo, Barea era un muchacho joven y vivía como tal, siempre que la guerra se lo permitiera.
En fin, un libro que, si bien no está a la altura del primero, sigue siendo muy recomendable. Ahora a por el tercero y último, centrado en la Guerra Civil.
Después de la maravilla del primer volumen, dedicado a la infancia del autor en el Madrid de principios del s. XX, en este segundo libro el nivel baja un poco. De ahí las 4 estrellas, que quizás son más bien 3,5, frente a las 5 que le puse al anterior. Aun así, está bien escrito y es interesante, y si uno ha leído el primero, sin duda ya querrá seguir conociendo la historia de Arturo hasta el final.
"La ruta" está dedicado a la guerra de Marruecos, en los años 20. Un Arturo ya veinteañero es reclutado y enviado a Marruecos a luchar contra la revuelta rifeña independentista. Allí, dada su formación (escasa para nuestros estándares, pero absolutamente por encima de la media en la época, cuando el 90% de los soldados eran analfabetos o poco menos) es destinado a puestos de intendencia o de ingenieros, aunque también le tocará una breve fase de combate directo.
Aunque no pasó de sargento, con sus vivencias directas, sus conversaciones con unos y otros (varios de ellos oficiales y hasta generales, para los que trabajó como secretario), nos dan una idea bastante clara de lo que fue el desastre de Marruecos, y el desastre social y político de la España de la época: un ejército absolutamente corrupto, donde el único objetivo es enriquecerse robando a costa de la soldadesca, compuesta por la clase más baja de la sociedad, ya que los adinerados pueden librar a sus hijos del reclutamiento forzoso pagando una determinada cantidad; unos generales guiados únicamente por el afán de gloria, aunque para ello tengan que sacrificar a miles de jóvenes bajo su mando (es esclarecedor el detalle de cómo destituyeron a un oficial que había ganado una posición sin pegar un tiro, simplemente parlamentando, porque ello les había privado de la "gloria" y las medallas que supondría una victoria a tiros); y unos políticos ineptos en gobiernos que duran semanas y que no son capaces de tomar una decisión clara sobre si seguir la guerra o terminarla.
En su estancia en Marruecos, Barea conocerá también a Millán Astray y a Franco, y son curiosos los detalles que cuenta sobre ellos.
Todo ello, como siempre, narrado con una prosa ágil, amena, y llena de anécdotas. Porque entre militares, políticos y guerra también queda sitio para borracheras, amistades, amores y más. Porque, al fin y al cabo, Barea era un muchacho joven y vivía como tal, siempre que la guerra se lo permitiera.
En fin, un libro que, si bien no está a la altura del primero, sigue siendo muy recomendable. Ahora a por el tercero y último, centrado en la Guerra Civil.
April 28, 2025
He aprendido más de historia de España leyendo este libro que en todo el instituto.
January 28, 2020
Buenísima esta segunda parte de "La forja de un rebelde"!. Tenía cierto temor a que me defraudara pues había leído algunas críticas que decían que esta segunda parte de la trilogía era la más floja. Pero para nada ha sido así. Me ha gustado tanto o más que la primera parte. Ardo en deseos de leer el tercer y último volumen de esta trilogía!
Arturo Barea cuenta en "La ruta" su servicio militar obligatorio en África (Ceuta, Tetuán, Xauen, Melilla) y su reincorporación a la vida civil una vez que el General Primo de Rivera decidió retirar a las tropas españolas de África (aunque no del todo). El autor aprovecha el libro para contar los movimientos políticos que acontecían en España por aquella época, incluyendo en su relato a personajes como el propio General Primo de Rivera, Francisco Franco (que más tarde sería Generalísimo), Millán Astray (máximo responsable de la Legión, cuyo lema es "Viva la muerte"), etc.
Me ha llamado poderosamente la atención el modo en que Barea cuenta cómo África se convirtió en la gallina de los huevos de oro de los militares españoles de comienzo del siglo XX. Allá iban los suboficiales y oficiales españoles a hacer carrera y sobre todo a ganar un dinero que no podía aspirar a ganar viviendo en la península. Y allá iban también los "espabilados" que aspiraban a mejorar sus economías a costa del aparato militar: vendedores de vino, dueños de burdeles, suministradores del ejército (alpargatas, ropa, maquinaria, animales). El libro describe magistralmente la pobreza moral y económica de unos y otros, cómo en un ambiente salvaje, en el que la vida vale poco, todas y todos vivían al día: sobrevivían de día al sol y el calor, las enfermedades, los disparos del enemigo, y por la noche se entregaban a la bebida, al juego y al sexo. Y decía que me ha parecido magistral porque yo he vivido lo mismo como alférez pero a otra escala y en Mallorca, que lo que Barea cuenta de su "mili" en Ceuta. La misma gestión de los dineros públicos, la misma ruina moral de la tropa, la bajeza moral de algunos muchos mandos.
Después de un período de convalecencia en Madrid de una enfermedad mortal en aquella época en la que Barea le vio las orejas al lobo (lease la muerte), y ya en la segunda parte del libro, nuestro protagonista tiene que decidir si continuar la carrera militar en África o volver a Madrid. Finalmente se decide por esta última opción y pronto le veremos desarrollar su nueva vida profesional en un ambiente político y social inestable.
El capítulo que lleva por título "Villa Rosa" me ha resultado entrañable. En el mismo lugar en el que Arturo Barea tuvo un encuentro con el General Primo de Rivera en los años 20 del siglo pasado, ayer mismo vi una fila de extranjeros esperando para asistir a un espectáculo de música flamenca. Por fuera y por dentro la "jaula" apenas ha cambiado: los azulejos, las ventanas con sus rejas. Los que si son diferentes son los bichos. Si esas paredes pudieran hablar...
Arturo Barea cuenta en "La ruta" su servicio militar obligatorio en África (Ceuta, Tetuán, Xauen, Melilla) y su reincorporación a la vida civil una vez que el General Primo de Rivera decidió retirar a las tropas españolas de África (aunque no del todo). El autor aprovecha el libro para contar los movimientos políticos que acontecían en España por aquella época, incluyendo en su relato a personajes como el propio General Primo de Rivera, Francisco Franco (que más tarde sería Generalísimo), Millán Astray (máximo responsable de la Legión, cuyo lema es "Viva la muerte"), etc.
Me ha llamado poderosamente la atención el modo en que Barea cuenta cómo África se convirtió en la gallina de los huevos de oro de los militares españoles de comienzo del siglo XX. Allá iban los suboficiales y oficiales españoles a hacer carrera y sobre todo a ganar un dinero que no podía aspirar a ganar viviendo en la península. Y allá iban también los "espabilados" que aspiraban a mejorar sus economías a costa del aparato militar: vendedores de vino, dueños de burdeles, suministradores del ejército (alpargatas, ropa, maquinaria, animales). El libro describe magistralmente la pobreza moral y económica de unos y otros, cómo en un ambiente salvaje, en el que la vida vale poco, todas y todos vivían al día: sobrevivían de día al sol y el calor, las enfermedades, los disparos del enemigo, y por la noche se entregaban a la bebida, al juego y al sexo. Y decía que me ha parecido magistral porque yo he vivido lo mismo como alférez pero a otra escala y en Mallorca, que lo que Barea cuenta de su "mili" en Ceuta. La misma gestión de los dineros públicos, la misma ruina moral de la tropa, la bajeza moral de algunos muchos mandos.
Después de un período de convalecencia en Madrid de una enfermedad mortal en aquella época en la que Barea le vio las orejas al lobo (lease la muerte), y ya en la segunda parte del libro, nuestro protagonista tiene que decidir si continuar la carrera militar en África o volver a Madrid. Finalmente se decide por esta última opción y pronto le veremos desarrollar su nueva vida profesional en un ambiente político y social inestable.
El capítulo que lleva por título "Villa Rosa" me ha resultado entrañable. En el mismo lugar en el que Arturo Barea tuvo un encuentro con el General Primo de Rivera en los años 20 del siglo pasado, ayer mismo vi una fila de extranjeros esperando para asistir a un espectáculo de música flamenca. Por fuera y por dentro la "jaula" apenas ha cambiado: los azulejos, las ventanas con sus rejas. Los que si son diferentes son los bichos. Si esas paredes pudieran hablar...
February 17, 2022
Me ha gustado más que La Forja.
May 31, 2025
4.5⭐
Todavía me sorprendo recordando a mitad de lectura que es una historia real (con sus licencias, of course, pero basada en hechos reales) y, sobre todo, vivida hace CIEN años. Pienso "ay ojalá haga una firma en el Feria" y luego me doy cuenta de que este señor llevará muerto sabe dios cuánto.
Es un libro (o una saga) atemporal, donde acompañamos a Arturo en su crecimiento y descubrimiento de cómo es España y la vida en general.
Ojalá nos hubiesen mandado leerlo en el instituto, tanto por el interés que suscita en la historia de la época (a mí se me daba fatal Historia) como por ver que las dudas y pensamientos que tienes tú con 10, 15, 20 y 25 años son las mismas que lleva teniendo más gente desde hace siglos.
Todavía me sorprendo recordando a mitad de lectura que es una historia real (con sus licencias, of course, pero basada en hechos reales) y, sobre todo, vivida hace CIEN años. Pienso "ay ojalá haga una firma en el Feria" y luego me doy cuenta de que este señor llevará muerto sabe dios cuánto.
Es un libro (o una saga) atemporal, donde acompañamos a Arturo en su crecimiento y descubrimiento de cómo es España y la vida en general.
Ojalá nos hubiesen mandado leerlo en el instituto, tanto por el interés que suscita en la historia de la época (a mí se me daba fatal Historia) como por ver que las dudas y pensamientos que tienes tú con 10, 15, 20 y 25 años son las mismas que lleva teniendo más gente desde hace siglos.
September 9, 2011
I accidentally got this book as i have already read it in the 3 vols in 1 form called "Forging the Rebel". The Track is v. 2. Details author's sign up in the army and shipping out to Morocco and fighting there for a few years, de-mobbed and going back to a Spain in confusion and depression and Primo as dictator. Such an interesting story and story teller. You can really get a good idea of what Spain and its culture, military, rich and poor, work, play were like in 1923, and see how and why it exploded into civil war about a decade later.
July 26, 2023
Continuación de las desventuras de Arturo ahora alistado en el ejército y destinado al norte de África. He disfrutado mucho de la lectura de esta segunda parte de la autobiografía de Barea. Ayuda ha dilucidar las vicisitudes y penurias por las que pasaron nuestros mayores en esta España de principios del siglo pasado donde vemos cómo se empieza a cocer a fuego lento todo lo que vendría después…
Un gustazo leerlo y ahora a por la tercera y última parte.
Un gustazo leerlo y ahora a por la tercera y última parte.
May 6, 2020
Sigo en shock por el descubrimiento de esta trilogía. Todos conocíamos más o menos los desastres de la guerra de Marruecos pero es impresionante leerlo desde dentro y con un lenguaje tan sencillo es simplemente maravilloso. He acabado el primer cuarto de siglo, vamos a por la república.
February 27, 2025
Una autobiografía que muestra la realidad y la miseria de la España de los años 20, y las penurias y corrupción que vivieron los soldados españoles en la guerra de Marruecos.
Debería ser lectura obligatoria en los institutos.
Debería ser lectura obligatoria en los institutos.
May 17, 2023
Continuacion de La forja, igual de bueno, un retrato de la guerra de Marruecos, sus horrores, la situación política y la corrupción muy necesaria para cualquier persona interesada en España. Una parte de la historia que no nos enseñan en los colegios. Este libro debería ser lectura obligatoria. Imprescindible para nuestra memoria histórica.
May 19, 2024
Estoy leyendo la trilogía de Arturo Barea de manera espaciada. Ya reseñé hace unos meses la primera parte. Cada vez que termino uno de los volúmenes, siento como si regresara de un larguísimo viaje.
En esta segunda parte, Barea cuenta su visión de la Guerra de Marruecos, en donde sirvió como sargento en el Cuerpo de Ingenieros. No me extraña nada que esta trilogía estuviera prohibida en España hasta el inicio de la democracia. El autor no se corta un pelo; cuenta todo lo que vivió con una honestidad arrolladora y con todo lujo de detalles. Los libros sobre guerras se limitan casi siempre a contarnos los hechos militares, las victorias, las derrotas... Los protagonistas suelen ser los oficiales, los reyes y los políticos que dirigen las operaciones. Sin embargo, lo más fascinante de este libro es que por sus páginas no solo desfilan Millán Astray, Franco, Dámaso Berenguer o Primo de Rivera, sino numerosos soldados y sargentos con sus vidas -a menudo miserables- truncadas por una guerra absurda.
La imagen que da Barea del ejército español en Marruecos es lamentable: una pandilla de oficiales presuntuosos, puteros y corruptos enviando a la muerte a miles de campesinos analfabetos reclutados como soldados. Tetuán y otras ciudades tomadas por los españoles estaban llenas de bares y burdeles para entretenimiento del ejército colonial. Se pone de manifiesto la corrupción generalizada del ejército, donde el que más o el que menos robaba y trampeaba lo que podía con el dinero del Estado. Todo estaba podrido. La gente adinerada pagaba para que sus hijos no fueran reclutados al frente y que en su lugar enviaran sustitutos (campesinos de los pueblos más pobres de España). El siguiente fragmento nos da una idea del tipo de personas que lucharon -y murieron- en esa guerra:
"¿Por qué tenemos nosotros que luchar contra los moros? ¿Por qué tenemos que "civilizarlos" si no quieren ser civilizados? ¿Civilizarlos a ellos, nosotros? ¿Nosotros, los de Castilla, de Andalucía, de las montañas de Gerona, que no sabemos leer ni escribir? Tonterías. ¿Quién nos civiliza a nosotros? Nuestros pueblos no tienen escuelas, las casas son de adobe, dormimos con la ropa puesta, en un camastro de tres tablas en la cuadra, al lado de las mulas, para estar calientes. Comemos una cebolla o un mendrugo de pan al amanecer y nos vamos a trabajar en los campos de sol a sol (...). Reventamos de hambre y de miseria. El amo nos roba y, si nos quejamos, la Guardia Civil nos muele a palos. Si yo no me hubiera presentado en el cuartel de la Guardia Civil cuando me tocó ser soldado, me hubieran dado una paliza. Me hubieran traído a la fuerza y me hubieran tenido aquí tres años más. Y mañana me van a matar. ¿O voy a ser yo el que mate?"
Barea estaba en Melilla cuando tuvo lugar el llamado Desastre de Annual, en donde perdieron la vida miles de soldados españoles a manos de las tribus del Rif, que se sublevaron contra las autoridades coloniales españolas. Lo que presenció fue tan horrible que lo describe de este manera:
"Yo no puedo contar la historia de Melilla de julio de 1921. Estuve allí, pero no sé dónde; en alguna parte, en medio de tiros de fusil, cañonazos, rociadas de ametralladora, sudando, gritando, corriendo, durmiendo sobre piedra o sobre arena, pero sobre todo vomitando sin cesar, oliendo a cadáver, encontrando a cada nuevo paso un nuevo muerto, más horrible que todos los vistos hasta el momento antes".
Después de esta batalla horrible, Barea se contagia de tifus y, tras pasar un tiempo en el hospital, vuelve a la Península por un periodo de tiempo para recuperarse, aunque después le mandan de nuevo a África. Esta segunda parte del libro, sin embargo, es menos "aventurera" para él y más "castrense". El autor dedica bastantes capítulos a hablar de la vida en el cuartel de Ceuta donde lo destinaron. Ese mundillo castrense que describe es tremendamente clasista, jerárquico e hipócrita. Durante el tiempo que está en Ceuta, Barea conoce a una chica, una camarera de hotel, se hacen novios y alquila un piso para irse a vivir con ella. Pero el comandante del cuartel le dice que no puede hacer eso, porque en esa sociedad absolutamente hipócrita estaba bien visto que un militar se acostara con prostitutas todos los días o que tuviera una amante, pero no que viviera con una chica sin casarse.
Hay muchas referencias a lo largo del libro a personajes conocidos de la convulsa y dramática historia de España de la primera mitad del siglo XX: Millán Astray, a quien Barea ve arengando al Tercio (como llamaban a la Legión), incitándoles a entregarse a la muerte antes de comenzar una batalla; Franco, que en aquel momento era comandante en el Tercio, de quien se dice que "todo el mundo le odia, igual que todos los penados odian al jaque más criminal del presidio, y todos obedecen y le respetan porque se impone a todos los demás, exactamente como el matón de presidio se impone al presidio entero"; Primo de Rivera, con quien Barea se encuentra en una taberna de Madrid, y al que se atreve a decir a la cara que España debería abandonar Marruecos.
Precisamente sobre esto último versa gran parte de los últimos capítulos del libro. Barea se licencia -tiene la posibilidad de quedarse en el ejército como sargento, pero detesta la vida militar- y vuelve a Madrid, donde consigue trabajo en una oficina dedicada al registro de patentes. Los niveles de pobreza y desempleo son altísimos. La crispación política y el descontento social son enormes en 1923. La mayor parte de la opinión pública estaba en contra de la Guerra de Marruecos y el gobierno pidió al general Picasso que investigara lo ocurrido en el Desastre de Annual y pudieran depurarse responsabilidades. El resultado de la investigación fue el llamado Expediente Picasso, donde se ponía de manifiesto la negligencia de los altos mandos e incluso la intervención del propio monarca, Alfonso XIII. Sin embargo, el Congreso no pudo emitir ningún dictamen porque se lo impidió el golpe de Estado de Primo de Rivera de septiembre de 1923. En este contexto finaliza esta segunda parte, con Primo de Rivera deseando abandonar Marruecos frente a la opinión contraria de la mayor parte del ejército en África, que no querían que la guerra acabara (por una parte, era una deshonra para ellos abandonar después de tanta sangre derramada y, por otra, a muchos oficiales se les acababa la gallina de los huevos de oro).
En conclusión, un libro imprescindible y absolutamente recomendable para adentrarse en la triste historia española del pasado siglo.
En esta segunda parte, Barea cuenta su visión de la Guerra de Marruecos, en donde sirvió como sargento en el Cuerpo de Ingenieros. No me extraña nada que esta trilogía estuviera prohibida en España hasta el inicio de la democracia. El autor no se corta un pelo; cuenta todo lo que vivió con una honestidad arrolladora y con todo lujo de detalles. Los libros sobre guerras se limitan casi siempre a contarnos los hechos militares, las victorias, las derrotas... Los protagonistas suelen ser los oficiales, los reyes y los políticos que dirigen las operaciones. Sin embargo, lo más fascinante de este libro es que por sus páginas no solo desfilan Millán Astray, Franco, Dámaso Berenguer o Primo de Rivera, sino numerosos soldados y sargentos con sus vidas -a menudo miserables- truncadas por una guerra absurda.
La imagen que da Barea del ejército español en Marruecos es lamentable: una pandilla de oficiales presuntuosos, puteros y corruptos enviando a la muerte a miles de campesinos analfabetos reclutados como soldados. Tetuán y otras ciudades tomadas por los españoles estaban llenas de bares y burdeles para entretenimiento del ejército colonial. Se pone de manifiesto la corrupción generalizada del ejército, donde el que más o el que menos robaba y trampeaba lo que podía con el dinero del Estado. Todo estaba podrido. La gente adinerada pagaba para que sus hijos no fueran reclutados al frente y que en su lugar enviaran sustitutos (campesinos de los pueblos más pobres de España). El siguiente fragmento nos da una idea del tipo de personas que lucharon -y murieron- en esa guerra:
"¿Por qué tenemos nosotros que luchar contra los moros? ¿Por qué tenemos que "civilizarlos" si no quieren ser civilizados? ¿Civilizarlos a ellos, nosotros? ¿Nosotros, los de Castilla, de Andalucía, de las montañas de Gerona, que no sabemos leer ni escribir? Tonterías. ¿Quién nos civiliza a nosotros? Nuestros pueblos no tienen escuelas, las casas son de adobe, dormimos con la ropa puesta, en un camastro de tres tablas en la cuadra, al lado de las mulas, para estar calientes. Comemos una cebolla o un mendrugo de pan al amanecer y nos vamos a trabajar en los campos de sol a sol (...). Reventamos de hambre y de miseria. El amo nos roba y, si nos quejamos, la Guardia Civil nos muele a palos. Si yo no me hubiera presentado en el cuartel de la Guardia Civil cuando me tocó ser soldado, me hubieran dado una paliza. Me hubieran traído a la fuerza y me hubieran tenido aquí tres años más. Y mañana me van a matar. ¿O voy a ser yo el que mate?"
Barea estaba en Melilla cuando tuvo lugar el llamado Desastre de Annual, en donde perdieron la vida miles de soldados españoles a manos de las tribus del Rif, que se sublevaron contra las autoridades coloniales españolas. Lo que presenció fue tan horrible que lo describe de este manera:
"Yo no puedo contar la historia de Melilla de julio de 1921. Estuve allí, pero no sé dónde; en alguna parte, en medio de tiros de fusil, cañonazos, rociadas de ametralladora, sudando, gritando, corriendo, durmiendo sobre piedra o sobre arena, pero sobre todo vomitando sin cesar, oliendo a cadáver, encontrando a cada nuevo paso un nuevo muerto, más horrible que todos los vistos hasta el momento antes".
Después de esta batalla horrible, Barea se contagia de tifus y, tras pasar un tiempo en el hospital, vuelve a la Península por un periodo de tiempo para recuperarse, aunque después le mandan de nuevo a África. Esta segunda parte del libro, sin embargo, es menos "aventurera" para él y más "castrense". El autor dedica bastantes capítulos a hablar de la vida en el cuartel de Ceuta donde lo destinaron. Ese mundillo castrense que describe es tremendamente clasista, jerárquico e hipócrita. Durante el tiempo que está en Ceuta, Barea conoce a una chica, una camarera de hotel, se hacen novios y alquila un piso para irse a vivir con ella. Pero el comandante del cuartel le dice que no puede hacer eso, porque en esa sociedad absolutamente hipócrita estaba bien visto que un militar se acostara con prostitutas todos los días o que tuviera una amante, pero no que viviera con una chica sin casarse.
Hay muchas referencias a lo largo del libro a personajes conocidos de la convulsa y dramática historia de España de la primera mitad del siglo XX: Millán Astray, a quien Barea ve arengando al Tercio (como llamaban a la Legión), incitándoles a entregarse a la muerte antes de comenzar una batalla; Franco, que en aquel momento era comandante en el Tercio, de quien se dice que "todo el mundo le odia, igual que todos los penados odian al jaque más criminal del presidio, y todos obedecen y le respetan porque se impone a todos los demás, exactamente como el matón de presidio se impone al presidio entero"; Primo de Rivera, con quien Barea se encuentra en una taberna de Madrid, y al que se atreve a decir a la cara que España debería abandonar Marruecos.
Precisamente sobre esto último versa gran parte de los últimos capítulos del libro. Barea se licencia -tiene la posibilidad de quedarse en el ejército como sargento, pero detesta la vida militar- y vuelve a Madrid, donde consigue trabajo en una oficina dedicada al registro de patentes. Los niveles de pobreza y desempleo son altísimos. La crispación política y el descontento social son enormes en 1923. La mayor parte de la opinión pública estaba en contra de la Guerra de Marruecos y el gobierno pidió al general Picasso que investigara lo ocurrido en el Desastre de Annual y pudieran depurarse responsabilidades. El resultado de la investigación fue el llamado Expediente Picasso, donde se ponía de manifiesto la negligencia de los altos mandos e incluso la intervención del propio monarca, Alfonso XIII. Sin embargo, el Congreso no pudo emitir ningún dictamen porque se lo impidió el golpe de Estado de Primo de Rivera de septiembre de 1923. En este contexto finaliza esta segunda parte, con Primo de Rivera deseando abandonar Marruecos frente a la opinión contraria de la mayor parte del ejército en África, que no querían que la guerra acabara (por una parte, era una deshonra para ellos abandonar después de tanta sangre derramada y, por otra, a muchos oficiales se les acababa la gallina de los huevos de oro).
En conclusión, un libro imprescindible y absolutamente recomendable para adentrarse en la triste historia española del pasado siglo.
January 5, 2012
The author describes his experiences in the 1920s, much of which time he was an army engineering sergeant, serving in Spanish Morocco. His depiction of the Spanish Army in Morocco, especially the Spanish Legion, is exceptional. Obscurely he seems to foresee the possibility of that army intervening in the politics and society of Spain, as happened in the 1930s with the civil war. Written in an engaging style, in a translation by the wife of the author, who was by then a political exile in England.
September 21, 2024
Continúa la forja del rebelde que llevaba dentro Barea. El salto en el tiempo le lleva hasta Marruecos en un descarnado relato sobre sus vivencias como militar en el norte de Marruecos a principios del SXX. La narración se vuelve más cruda pero sigue siendo diáfana y magnética.
September 8, 2014
It took me a while to get started. But once it got going couldn't put it down.
Particularly enjoying leaning so much about Spain in the 1920's and the antecedents to the civil war.
Particularly enjoying leaning so much about Spain in the 1920's and the antecedents to the civil war.
April 25, 2022
Me ha gustado, Arturo Barea tuvo una vida muy interesante y tiene la habilidad de narrarlo de una manera amena.
Arturo se centra, en gran parte del libro, en los años que pasó en la guerra del Rif. He de decir que desconocía esta guerra. Sabía que existió y que fue importante para España, pero nunca supe hasta qué punto esta guerra alteró la vida de muchísima gente e influyó en la
sociedad de entonces y de los años posteriores. Sin la guerra del Rif, el Tercio y los generales que estuvieron en Marruecos, no se entendería la guerra civil que se sufrió años más tarde.
Capítulo a capítulo, Arturo va mostrando hechos que nos llevan a la época. Hay muchas cosas que destacaría, como por ejemplo:
- la vida en Marruecos. "Durante los primeros veinticinco años de este siglo Marruecos no fue más que un campo de batalla, un burdel y una taberna inmensos".
- la corrupción en el Ejército. Era brutal. Todo el que podía robaba de los presupuestos de la guerra. Muchos militares no querían que terminara definitivamente la guerra.
- el Tercio. "Su contacto me llenó de un miedo, casi diría terror, hacia el Tercio, que ha durado por toda mi vida". Detalla la valentía de los tercios y también rumores de la época y anécdotas sobre Millán Astray y Franco que hacen ver un poco la personalidad de ambos.
- la guerra en el frente, incluido el desastre de Annual.
- las diferencias sociales, tanto en el ejército como en la vida civil.
Por otro lado, me ha llamado muchísimo la atención el profundo machismo de la época. Como le comentó una vez un familiar a Arturo: "una mujer o es una mujer casada, y en este caso su puesto es tener la casa arreglada y ocuparse de los chicos, o es una puta y entonces su puesto es pasearse en las esquinas. Y no se te meta en la cabeza nada diferente. El hombre tiene que mantener la casa y los chicos, ésta es su obligación. Y si un día le da la gana de divertirse un poco, pues bien, te vas por ahí, te buscas una fulana y haces lo que te pida el cuerpo sin dar escándalo". Esta filosofía de vida (por decirlo así) está en el ambiente de manera implícita o explícita durante muchas partes de la novela. Pero es de agradecer que Arturo lo muestre de esa manera y que no exista un blanqueamiento de lo visto y vivido.
Arturo se centra, en gran parte del libro, en los años que pasó en la guerra del Rif. He de decir que desconocía esta guerra. Sabía que existió y que fue importante para España, pero nunca supe hasta qué punto esta guerra alteró la vida de muchísima gente e influyó en la
sociedad de entonces y de los años posteriores. Sin la guerra del Rif, el Tercio y los generales que estuvieron en Marruecos, no se entendería la guerra civil que se sufrió años más tarde.
Capítulo a capítulo, Arturo va mostrando hechos que nos llevan a la época. Hay muchas cosas que destacaría, como por ejemplo:
- la vida en Marruecos. "Durante los primeros veinticinco años de este siglo Marruecos no fue más que un campo de batalla, un burdel y una taberna inmensos".
- la corrupción en el Ejército. Era brutal. Todo el que podía robaba de los presupuestos de la guerra. Muchos militares no querían que terminara definitivamente la guerra.
- el Tercio. "Su contacto me llenó de un miedo, casi diría terror, hacia el Tercio, que ha durado por toda mi vida". Detalla la valentía de los tercios y también rumores de la época y anécdotas sobre Millán Astray y Franco que hacen ver un poco la personalidad de ambos.
- la guerra en el frente, incluido el desastre de Annual.
- las diferencias sociales, tanto en el ejército como en la vida civil.
Por otro lado, me ha llamado muchísimo la atención el profundo machismo de la época. Como le comentó una vez un familiar a Arturo: "una mujer o es una mujer casada, y en este caso su puesto es tener la casa arreglada y ocuparse de los chicos, o es una puta y entonces su puesto es pasearse en las esquinas. Y no se te meta en la cabeza nada diferente. El hombre tiene que mantener la casa y los chicos, ésta es su obligación. Y si un día le da la gana de divertirse un poco, pues bien, te vas por ahí, te buscas una fulana y haces lo que te pida el cuerpo sin dar escándalo". Esta filosofía de vida (por decirlo así) está en el ambiente de manera implícita o explícita durante muchas partes de la novela. Pero es de agradecer que Arturo lo muestre de esa manera y que no exista un blanqueamiento de lo visto y vivido.
April 23, 2019
Segunda parte de la autobiografía de Arturo Barea donde encontramos al personaje varios años después de donde nos dejó en el primer volumen. Este libro me ha parecido inferior al primero porque Barea hace algo que no hizo antes: opinar sobre lo que narra, especialmente para justificar sus acciones.
Creo que la fuerza de Barea reside en que se limita a describir lo que ve. Él no usa hipérboles, no busca explicarnos que hay detrás de lo que ve, no justifica a unos u a otros, ni si quiera así mismo. Es esta sencillez de estilo lo que le da mucha fuerza a su relato porque deja al lector de cara ante los hecho tal como él los vivió.
No obstante, en la primera parte de la ruta Barea se salta esta regla para empezar a contarnos su día a día en Marruecos. Cuenta sus acciones justificándose continuamente. Va con prostitutas pero el condena los burdeles, no quiere participar en el sistema de corrupción pero acepta pagos por hacer la vista gorda, él es el único que comprende a los marroquíes, el único soldado que no es un bruto… Todo ello me ha hecho al personaje muy antipático.
Por suerte, la segunda parte vuelve al estilo de la forja. La narración coge fuerza y vemos parte del Madrid, e incluso la España, de principios de la década de 1920.
El libro no nos explica los detalles sobre lo que pasa ni el por qué pero ayuda a entender mejor esta época. Vemos la miseria material y moral tanto de la gente común como de los soldados. Vemos el sistema corrupto, caótico de los gobernantes españoles en el Protectorado de Marruecos. Vemos las primeras apariciones de Franco, el Tercio o los pistoleros. Nos metemos en los cafés madrileños donde la gente termina las tertulias a golpes en contraposición con la tranquila y beata ciudad provinciana de Córdoba.
En resumen, el inicio de la ruta no es el esperado tras leer la forja pero según van pasando las páginas, vamos descubriendo al Barea que tanto nos/me gusta.
Creo que la fuerza de Barea reside en que se limita a describir lo que ve. Él no usa hipérboles, no busca explicarnos que hay detrás de lo que ve, no justifica a unos u a otros, ni si quiera así mismo. Es esta sencillez de estilo lo que le da mucha fuerza a su relato porque deja al lector de cara ante los hecho tal como él los vivió.
No obstante, en la primera parte de la ruta Barea se salta esta regla para empezar a contarnos su día a día en Marruecos. Cuenta sus acciones justificándose continuamente. Va con prostitutas pero el condena los burdeles, no quiere participar en el sistema de corrupción pero acepta pagos por hacer la vista gorda, él es el único que comprende a los marroquíes, el único soldado que no es un bruto… Todo ello me ha hecho al personaje muy antipático.
Por suerte, la segunda parte vuelve al estilo de la forja. La narración coge fuerza y vemos parte del Madrid, e incluso la España, de principios de la década de 1920.
El libro no nos explica los detalles sobre lo que pasa ni el por qué pero ayuda a entender mejor esta época. Vemos la miseria material y moral tanto de la gente común como de los soldados. Vemos el sistema corrupto, caótico de los gobernantes españoles en el Protectorado de Marruecos. Vemos las primeras apariciones de Franco, el Tercio o los pistoleros. Nos metemos en los cafés madrileños donde la gente termina las tertulias a golpes en contraposición con la tranquila y beata ciudad provinciana de Córdoba.
En resumen, el inicio de la ruta no es el esperado tras leer la forja pero según van pasando las páginas, vamos descubriendo al Barea que tanto nos/me gusta.
May 17, 2025
A fascinating read.
Without a doubt, Barea's purpose was to show how the Rif War set the stage for the Spanish Civil War, the subject of the next book of the trio. However, I read it for the Moroccan element, and for that it is one of those books that describes the violence and hell of colonial "pacification" through the perpetrator's eyes. Despite the limits of this perspective, it was very very well written (and well translated by his wife, Ilsa).
The example of his writing that has stuck with me is a very very graphic paragraph (content warning):
"...In the ground floor rooms bloody tracks, traces of men dragged away by the shoulder with blood streaming down their books and tracing two wavering lines as of red chalk on the stone flags.
And then the back room.
A little boy has got hold of a jug of chocolate sauce in his mother's absence. He has painted his face and hands, his legs and his clothes, the table and the chair. He has climbed down from the chair and poured a big blog of chocolate on the floor. He has passed his fingers across the walls and left the print of his hand in every corner, on every piece of furniture, in lines, hooks and hieroglyphs. Jumping up and down in his joy at seeing dark stripes on all the clean things, he has put his foot in the jug and splashed the chocolate on the walls, right up high. It was so beautiful that he has plunged both hands into the jug and spattered big drops and little drops everywhere, even on the ceiling. Right in the middle a big blog has stuck half-dry.
In the back room were five dead men. They were smeared with their own blood, face, hands, uniforms, hair, and boots. The blood had made pools on the floor, stripes on the walls, blobs on the ceiling, sprawling splashes in all the corners..."
Without a doubt, Barea's purpose was to show how the Rif War set the stage for the Spanish Civil War, the subject of the next book of the trio. However, I read it for the Moroccan element, and for that it is one of those books that describes the violence and hell of colonial "pacification" through the perpetrator's eyes. Despite the limits of this perspective, it was very very well written (and well translated by his wife, Ilsa).
The example of his writing that has stuck with me is a very very graphic paragraph (content warning):
"...In the ground floor rooms bloody tracks, traces of men dragged away by the shoulder with blood streaming down their books and tracing two wavering lines as of red chalk on the stone flags.
And then the back room.
A little boy has got hold of a jug of chocolate sauce in his mother's absence. He has painted his face and hands, his legs and his clothes, the table and the chair. He has climbed down from the chair and poured a big blog of chocolate on the floor. He has passed his fingers across the walls and left the print of his hand in every corner, on every piece of furniture, in lines, hooks and hieroglyphs. Jumping up and down in his joy at seeing dark stripes on all the clean things, he has put his foot in the jug and splashed the chocolate on the walls, right up high. It was so beautiful that he has plunged both hands into the jug and spattered big drops and little drops everywhere, even on the ceiling. Right in the middle a big blog has stuck half-dry.
In the back room were five dead men. They were smeared with their own blood, face, hands, uniforms, hair, and boots. The blood had made pools on the floor, stripes on the walls, blobs on the ceiling, sprawling splashes in all the corners..."
December 28, 2023
“—(…) deberíamos acabar con Marruecos de una manera o de otra, Al menos así no matarían a gente que no quiere que la maten. Si tú quieres, os pueden dejar aquí a ti y a tu Tercio, y regalaros Marruecos.
—No sería mala idea. Pero ¿qué iban a hacer entonces los generales? ¿Y todos los que chupan aquí? ¿Los ibas a meter en el Tercio con nosotros? No seas idiota, hombre. El día que se termine Marruecos, habrá que encontrar otra guerra para los generales o, si no, la inventarán ellos. Y si las cosas se ponen muy mal, acabarán haciéndose la guerra entre ellos mismos, igual que hace cien años.”
En esta segunda parte de “La forja de un Rebelde”, Barea se centra en la presencia española en Marruecos, cubriendo el desastre de Annual, como ya hiciera en la primera novela de la serie, desde la perspectiva del pueblo llano. Hace una gran trabajo situando a las principales figuras del conflicto (incluyendo a Primo de Rivera, Millán Astray o Franco) y situando los intereses materiales de estos, poniendo relieve a esa visión de la historia que se centra en grandes personajes y no en las condiciones materiales de la sociedad.
Me ha resultado mucho más entretenida que la primera parte, entre otras cosas porque ya va dirigiendo los hechos a lo que anticipo que será una gran conclusión en “La Llama”. Sin duda, uno de los libros a los que más ganas le tengo para 2024.
—No sería mala idea. Pero ¿qué iban a hacer entonces los generales? ¿Y todos los que chupan aquí? ¿Los ibas a meter en el Tercio con nosotros? No seas idiota, hombre. El día que se termine Marruecos, habrá que encontrar otra guerra para los generales o, si no, la inventarán ellos. Y si las cosas se ponen muy mal, acabarán haciéndose la guerra entre ellos mismos, igual que hace cien años.”
En esta segunda parte de “La forja de un Rebelde”, Barea se centra en la presencia española en Marruecos, cubriendo el desastre de Annual, como ya hiciera en la primera novela de la serie, desde la perspectiva del pueblo llano. Hace una gran trabajo situando a las principales figuras del conflicto (incluyendo a Primo de Rivera, Millán Astray o Franco) y situando los intereses materiales de estos, poniendo relieve a esa visión de la historia que se centra en grandes personajes y no en las condiciones materiales de la sociedad.
Me ha resultado mucho más entretenida que la primera parte, entre otras cosas porque ya va dirigiendo los hechos a lo que anticipo que será una gran conclusión en “La Llama”. Sin duda, uno de los libros a los que más ganas le tengo para 2024.
December 20, 2022
En la segunda parte de la trilogía de la Forja de un Rebelde, abandonamos el punto de vista inocente del niño y adolescente que protagonizaba La forja para adoptar el de un adulto que, reclutado para el servicio Militar obligatorio va a parar a la Guerra de África. La corrupción del ejercito, la ruina moral de la potencia colonial y la futilidad de la guerra capturan la narración, construyendo un lamentable panorama de la decadencia de España. Perdidas sus colonias, el antiguo Imperio se embarca en un papel de ridículo administrador de un desierto para tener entretenidos a los generales y que dejen a los de siempre gobernar en paz. Allí cada uno, del cabo al general, roba, humilla y maltrata a sus subordinados en un ambiente muy viril de tugurios, burdeles y cuarteles. Finalmente, licenciado, Barea se reincorpora a Madrid donde la Dictadura de Primo de Rivera echa a andar terminando de hundir a la monarquía de Alfonso XIII y preparando el camino a la II República entre el sempiterno ruido de sables. Se está construyendo una ruta que como la que da título al libro marchará de sangre las babuchas de los que la tengan que recorrer.
April 19, 2024
Continua Barea su trilogía autobiográfica de La forja de un rebelde llevando al lector a sus años como soldado en África, en Marruecos. Al igual que en La forja, primer volumen de la trilogía, en este Barea, con un tono donde la melancolía, la rabia, la impotencia y, sobre todo, el sosiego que da el tiempo a la memoria y los recuerdos, narra su vida en Marruecos, entre Tetuán, Xauen, Ceuta y los abruptos y resecos paisajes del norte de Marruecos durante su estancia en el norte de África durante la Guerra absurda, sangrienta, salvaje y corrupta que libró España en su mísera colonia africana.
Y, también como en el primer libro de la trilogía, Barea no solo nos hace viajar a su vida sino literalmente al norte de Marruecos con descripciones de la vida social y militar en Tetuán y Ceuta, además de la vida cuartelera castrense donde la supervivencia de los más analfabetos soldados se mezcla con el descarado robo y corrupción militar y política que llevó al desastre que terminó siendo aquella guerra para España y que supuso los polvos que terminarían generando los lodos en los que el país se sumergiría apenas unos años después de aquello (ya salen nombre propios como Millán Astray y Franco).
Apunto una cosa más: reconozco que me está sorprendiendo para bien esta trilogía.
Y, también como en el primer libro de la trilogía, Barea no solo nos hace viajar a su vida sino literalmente al norte de Marruecos con descripciones de la vida social y militar en Tetuán y Ceuta, además de la vida cuartelera castrense donde la supervivencia de los más analfabetos soldados se mezcla con el descarado robo y corrupción militar y política que llevó al desastre que terminó siendo aquella guerra para España y que supuso los polvos que terminarían generando los lodos en los que el país se sumergiría apenas unos años después de aquello (ya salen nombre propios como Millán Astray y Franco).
Apunto una cosa más: reconozco que me está sorprendiendo para bien esta trilogía.
April 11, 2020
Segunda parte de la trilogía en la que Arturito ya es el hombre que tanto pedía ser en la primera parte tras mandar al pairo al banco y que su madre le dijera que aún era un niño aunque el pensará que ya era un hombre en la última frase del mismo.
Es un hombre que está de sargento en Marruecos. Ese Marruecos que fue una maldición para nuestro país tantos años por culpa de los intereses militares. Intereses que nada tenían que ver con la beligerancia en sí con los rifeños (como mucho los legionarios que estaban de la olla) sino con el mangoneo constante de todos los altos mandos de las diferentes facciones del ejército que teníamos allí destinadas.
La guerra solo les interesaba para sacar pasta al estado, robándole de todos los sitios mientras los soldados rasos daban la cara y morían en los caminos y en los continuos desastres allí vividos.
Y con ellos los intereses igualmente económicos de muchos en la península.
Una vergüenza total que para mí no ha sido una novedad, ya conocía estos mangoneos de otras lecturas históricas. Pero siempre es bueno leerlo de manos de alguien que lo vivió en su carnes.
Es un hombre que está de sargento en Marruecos. Ese Marruecos que fue una maldición para nuestro país tantos años por culpa de los intereses militares. Intereses que nada tenían que ver con la beligerancia en sí con los rifeños (como mucho los legionarios que estaban de la olla) sino con el mangoneo constante de todos los altos mandos de las diferentes facciones del ejército que teníamos allí destinadas.
La guerra solo les interesaba para sacar pasta al estado, robándole de todos los sitios mientras los soldados rasos daban la cara y morían en los caminos y en los continuos desastres allí vividos.
Y con ellos los intereses igualmente económicos de muchos en la península.
Una vergüenza total que para mí no ha sido una novedad, ya conocía estos mangoneos de otras lecturas históricas. Pero siempre es bueno leerlo de manos de alguien que lo vivió en su carnes.
January 24, 2021
Segunda parte de la trilogía La forja de un rebelde. Lo que me ha parecido más interesante respecto a la primera es la comprensión del mundo que le rodea que tiene el protagonista. Lo que en la primera parte era descripción, retrato de lo que se cuenta, sin analizar ni profundizar en los porqués, ahora es análisis y opinión. Sigue presentando un dibujo de lo que ve desde primera línea, a veces en el centro de los sucesos que narra y a veces fuera, contándolos de oídas. Pero ya no se limita a contarlo sino que lo analiza, lo discute y presenta opiniones contrapuestas, explica lo que pasa y por qué pasa, o al menos por qué cree que pasa.
Todo esto es a la vez virtud y defecto. Lo que antes era la mirada inocente de un niño, que ve pero no comprende, o está empezando a comprender, ahora es la visión de un adulto, que ha tomado partido y lo refleja en sus opiniones.
El conjunto es un retrato de una época convulsa vista desde dentro, que ayuda a comprender como transcurrieron algunos de los años más importantes de la historia de España.
Todo esto es a la vez virtud y defecto. Lo que antes era la mirada inocente de un niño, que ve pero no comprende, o está empezando a comprender, ahora es la visión de un adulto, que ha tomado partido y lo refleja en sus opiniones.
El conjunto es un retrato de una época convulsa vista desde dentro, que ayuda a comprender como transcurrieron algunos de los años más importantes de la historia de España.
July 23, 2025
Entusiasma leer una obra de tanta calidad que ayuda a entender, aprender y conocer un periodo de la historia de España no muy tratado en la actualidad.
Este segundo volumen de la trilogía 'La forja de un rebelde' narra en lo individual la trayectoria como Sargento del arma de Ingenieros de Arturo Barea en diversas plazas norteafricanas, su vuelta a Madrid. En lo colectivo muestra la situación convulsa fruto de las campañas y desastres en Marruecos, la crisis económica posterior a la Gran Guerra, la corrupción que rodea los grandes nombres de la aristocracia y del capital español y los primeros años de la dictadura (o dictablanda) de Miguel Primo de Rivera. Finaliza con el desembarco de Alhucemas de 1925.
Este segundo volumen de la trilogía 'La forja de un rebelde' narra en lo individual la trayectoria como Sargento del arma de Ingenieros de Arturo Barea en diversas plazas norteafricanas, su vuelta a Madrid. En lo colectivo muestra la situación convulsa fruto de las campañas y desastres en Marruecos, la crisis económica posterior a la Gran Guerra, la corrupción que rodea los grandes nombres de la aristocracia y del capital español y los primeros años de la dictadura (o dictablanda) de Miguel Primo de Rivera. Finaliza con el desembarco de Alhucemas de 1925.
November 24, 2021
Segundo libro de "La forja de un rebelde. "Muy interesante el relato de Arturo Barea. Su destino en Marruecos y la descripción del caos y la corrupción del ejército. Su estancia de tres años como sargento y sus dudas entre reengancharse o volver a una vida civil incierta de hambre y trabajo precario.
Muy interesantes las descripciones sobre el matrimonio, el lugar del hombre y de la mujer, la imposibilidad de que funcione una vida en matrimonio. Muy interesantes también las opiniones sobre la guerra de Marruecos, sobre si es mejor abandonar o seguir allí sacrificando soldados. La última parte corresponde a la dictadura de Primo de Rivera.
Muy interesantes las descripciones sobre el matrimonio, el lugar del hombre y de la mujer, la imposibilidad de que funcione una vida en matrimonio. Muy interesantes también las opiniones sobre la guerra de Marruecos, sobre si es mejor abandonar o seguir allí sacrificando soldados. La última parte corresponde a la dictadura de Primo de Rivera.
April 4, 2024
Sin duda una de las obras imprescindibles en la literatura española: la forja de un rebelde. En este segundo tomo se pasa revista a la situación de la sociedad española a principio de los años 20 del siglo pasado y a la válvula de escape que significaba para las clases bajas el alistarse en el ejército, a pesar de que entonces el país estaba inmerso en la guerra de Marruecos. Interesante descripción de los niveles superiores del ejército retratando a personajes históricos de la época: Millán Astray, Primo de Rivera, Franco y otros.
September 19, 2025
Bueno bueno mi padre me dijo que estaba bien pero era un trámite en la trilogía pero te explica muy bien la visión de la guerra de Marruecos y cómo realmente se veía a la gente (se menciona a gente MUY importante de la historia de españa: Primo de Rivera, Franco, Sanjurjo, Alfonso XIII). Me lo he fumao la verdad, enganchado desde la página 1. La escritura que tiene Barea es muy fácil de asimilar y muy natural, como si te lo contase de palabra y escribiese lo mismo que habla sin maquillarlo. Además es muy gracioso ver cómo se hablaba en España en los 1920s.
March 10, 2018
Continuación de las memorias. Esta vez la historia se centra en las campañas del ejército español en Marruecos en los tres años que el autor estuvo prestando servicio allí. Relata la dura vida de los soldados en los blocaos, hostigados constantemente por los moros. Habla de oficiales y políticos corruptos, de militares indignados por la decisión de abandonar Marruecos, de Franco, de Millán Astray y perfiĺa lo que está por venir en aquella España en crisis
October 30, 2024
Un libro que a priori no debería interesarme porque son movidas militares me ha tenido enganchada. Es la segunda parte de la forja y en él se habla de la guerra de Marruecos y acaba con el desastre de Annual. Se ve el crecimiento del fascismo, la corrupción del estamento militar y cómo todo el que podía robar, robaba. Me gusta para tener una perspectiva de los acontecimientos que desencadenaron el golpe del 36 y porque cuenta todas las cositas cotidianas que no salen en los libros de historia.
Displaying 1 - 30 of 53 reviews