La presencia de Simone Weil en el panorama filosófico, literario y cultural ha ido en aumento en los últimos años. Su vida y su obra, dotadas de extraordinaria pureza y autenticidad, son objeto de admiración no exenta de crítica. La mayoría de sus lectores manifiestan haberse visto atraídos por un impulso interior que les ha permitido afrontar el riesgo que se corre al acercarse a sus escritos: el riesgo de desmontar todos los planteamientos y poner en cuestión todas las creencias. Pues el contacto con el pensamiento de Simone Weil produce una sacudida que sitúa ante el lugar incierto y peligroso que ella consideraba patrimonio exclusivo de los desheredados, con los que quiso identificarse plenamente en su sed inagotable de verdad. Simone Weil vivió en ese límite de la lucidez y la locura, ya que no quería para sí una cordura al precio de la indiferencia, la mentira y la incoherencia. A su juicio, sólo una santidad genial, absolutamente nueva y vibrante, podría servir aún de revulsivo para transformar un mundo dominado por la fuerza e insensible ante el dolor y la belleza. Los trabajos reunidos en este libro pretenden proporcionar claves de lectura de la obra de Simone Weil desde un punto de vista plural y atendiendo a la diversidad de sus temas: desde los elementos de una filosofía del trabajo, de una filosofía política e, incluso, jurídica, hasta los aspectos místicos, religiosos y espirituales. Pero, más allá de esta pluralidad, aspiran a ir a lo esencial: a esos tesoros de oro puro que ella creía depositados por error en su pensamiento.
“El mundo es un texto con variadas significaciones, y se pasa de un significado al otro mediante un trabajo. Un trabajo en el que el cuerpo siempre participa, como cuando aprendemos el alfabeto de una lengua extranjera: ese alfabeto debe ir metiéndose en la mano a fuerza de escribir las letras. Al margen de esto, cualquier cambio en la manera de pensar resulta ilusorio”
Junto a María Zambrano y Hannah Arendt, es una de las tres mujeres filosofas más importante del siglo XX, Simone Weil es un referente citatorio de escritores de la talla de: George Bataille, Carlos Fuentes, George Steiner, Albert Camus. Weil no solo fue alimento literario, también fue una fuente de inspiración para muchos cineastas como: Liliana Cavani y Roberto Rossellini. A músicos y artistas como: Giocomo Danese o Kaija Sariaho. Una mujer de una fuerte convicción del planteamiento de ideales de educación y justicia para hacer de la humanidad mas sabia y libre.
Simone Weil: La conciencia del dolor y de la belleza es el producto divisorio entre “la lucidez y la locura, un lugar propio de la genialidad, un lugar i del cual ella misma consideraba patrimonio exclusivo de los desheredados, con lo que quiso identificarse plenamente en su sed inagotable de verdad” Este titulo es el fruto del esfuerzo armonizado entre varios escritores, quienes fueron parte de un seminario celebrado en octubre 2008 en la sede de Valencia de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Primer acto conmemorativo del centenario del nacimiento de Simone Weil. Massimo La Torre, Adrià Chavarría, Jesús Ballesteros, Miklos Vetö, Josep Oton, Wanda Tommasi entre otros fueron algunos de los exponentes que magistralmente pescaron en la historia el productivo mensaje de esta gran mujer que fue Simone Weil.
Simone Weil es un continuo registro entre lo sagrado y la escritura, salpicado por lo político y lo místico. Una vida que fue una escritura que permitió ser un registro fiel de su testimonio. Toda la vida de esta mujer transcurrió entre la experiencia de la esclavitud, la experiencia mística y la experiencia de la crueldad de la realidad de la guerra. El trabajo testimonial de Weil estuvo marcado por la filosofía del trabajo, la filosofía política y la filosofía jurídica, quien en sí misma se replanteaba la búsqueda de la verdad, el asombro de la belleza y la vulnerabilidad entre el sufrimiento.
Es un excelente texto biográfico de esta pensadora política, comprometida con los acontecimientos que determinaron la primera mitad del siglo XX. No fue una mujer de enunciados vociferados detrás de un escritorio, si no que vivió en carne propia la experiencia de la esclavitud obrera cuando decide trabajar en la fabrica de la Peugeot para experimental el día a día de los trabajadores, de ser una maestra de los desposeídos en cuanto a sus derechos y deberes ante la sociedad, y de propiciar la compasión y la búsqueda de la verdad a través del cristianismo cuando tiene su primer contacto en la Abadía benedictina de Solesmes, descubriendo su amor por Francisco de Asís, independientemente de sus raíces judías.
He hecho trampas, he leído una selección de los artículos que incluye el libro, no su totalidad. Me asomé a las ideas de S. Weil gracias a Isabel Coixet y su "Un amor": "la belleza seduce a la carne con el fin de obtener permiso para pasar al alma". Esperaba encontrar un espíritu más abierto al placer y disfrute, aunque en el caso de S. Weil intuyo que la noción de belleza se relaciona más con la verdad que con la materialidad. Una verdad que se encuentra tanto en el dolor como en la belleza obediente de las olas del mar. Una lectura para retomar.
hay textos que me parecen profundamente malos (incluso que despistan), pero otros tremendamente acertados. siempre igual con la bibliografía secundaria de weil.