Barcelona. 21 cm. 429 p. Encuadernación en tapa dura de editorial. Colección 'Narrativa actual. Autores de lengua española', numero coleccion(22). Pombo, Álvaro 1939-. El metro de platino iridiado. Narrativa actual (RBA Editores). Autores de lengua española. 22 .. Este libro es de segunda mano y tiene o puede tener marcas y señales de su anterior propietario. 8447301737
Álvaro Pombo es un poeta, novelista y ensayista español, nacido en Santander en 1939. Su obra se caracteriza por su estilo refinado, su profundidad psicológica y su enfoque en la complejidad de las relaciones humanas y la identidad. Estudió Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid y, más tarde, en el Birkbeck College de Londres, donde vivió durante casi dos décadas antes de regresar a España. Su formación académica y su experiencia en el extranjero influyeron en su estilo literario, que combina una sensibilidad poética con una ironía sutil y una aguda introspección.
Su estilo único y su profundidad temática han hecho de él una de las voces más importantes de la literatura española actual. A lo largo de su carrera, Pombo ha escrito numerosas novelas y poemarios que han sido aclamados por la crítica y premiados en distintas ocasiones. Entre sus obras más destacadas se encuentran El héroe de las mansardas de Mansard (1983), que explora el tema de la homosexualidad y el deseo en la España de posguerra; Donde las mujeres (1996), una reflexión sobre la soledad y las relaciones familiares; y La cuadratura del círculo (1999), en la que ahonda en el dilema entre los ideales y la realidad. Otros títulos importantes son El metro de platino iridiado (1990), que le valió el Premio Herralde, y La fortuna de Matilda Turpin (2006), con la que ganó el Premio Planeta. Su obra se caracteriza por un enfoque en temas existenciales y filosóficos, así como un lenguaje rico y colorido, en el cual aúna la musicalidad de la poesía con el vigor narrativo de la novela.
Además de su obra literaria, Álvaro Pombo ha tenido una activa participación en la vida pública y política española. Fue miembro de la Real Academia Española desde 2004, ocupando el sillón J y también se presentó a las elecciones al Senado como candidato del partido UPyD en 2011. La obra de Pombo ha sido fundamental en el panorama literario contemporáneo en lengua española, por su habilidad para reflejar los conflictos internos y las contradicciones de sus personajes.
Me ha gustado, pero es una novela con un corazón lleno de culebras. El libro va creciendo poco a poco, acumulando densidad a través de la descripción del mundo interior de los personajes y de los efectos de sus relaciones, articuladas como combinaciones de enfrentamiento a dos, muchas veces sobre dualidades arquetípicas enfrentadas y rivalidades explícitas o soterradas. Las sucesivas capas de complejidad van depositando el veneno y la cizaña que circula entre la galería de personajes que orbitan alrededor del personaje de una santa, María, único bastión positivo de la novela (al margen del hijo, Pelé, cuyo rol se estructura al margen del resto, más como objeto que como sujeto).
En un momento de la novela se cita a Iris Murdoch, "sus novelas londinenses", y es cierto que hay algo de ella en la manera de articular el deseo como motor de relación y puesta en juego de las afecciones de los personajes, pero, al revés que en Murdoch, el deseo aquí está contaminado, es turbio y está envenenado de crueldad. Lo que en Murdoch es ligereza, la maravillosa ligereza que dota de altura moral a su obra, aquí es pura densidad, porque la novela acaba pesando como un fardo por todos los pecados y malos sentimientos de los personajes y por la importancia que ellos mismos se dan. Pombo, como Murdoch, es un moralista, pero con una diferencia fundamental: donde Murdoch juzga hechos y acciones, Pombo juzga personas, y lo hace de manera implacable, con poca compasión. Incluso la miseria, la debilidad, parece convertirse en agravante.
El estilo de la novela también contribuye a esta densidad, porque está más cerca del alambicado subjetivismo de la prosa de Javier Marías (aunque, para mí, sin la brillantez de las mejores novelas de este) que de la limpieza y agilidad de verbo de la irlandesa: a diferencia de Pombo, está más convencida de transmitirnos la filosofía y las ideas de sus personajes por lo que hacen que por lo que piensan.
Por lo demás, la novela es bastante impecable, muy hábil a la hora de transmitir los sentimientos tóxicos y las debilidades de los personajes, y más allá de esos reparos de tono y punto de vista, solo me ha molestado algún desliz pasajero, como esa escena del pajarillo de la parte final, tan enfática, cursi y subrayona.
En resuman, que me ha gustado y creo que se podría considerar una gran novela, pero yo siempre seré del equipo de Iris Murdoch.
Libro inmenso, complejo, escrito magistralmente. Está muy por encima de otras obras que he leído del mismo autor. La novela nos describe, mediante el recurso de un narrador omnisciente que nos traslada el flujo de consciencia de los personajes, los pensamientos y vicisitudes de una familia "bien" madrileña desde principios de los 70 hasta mediados de los 80. La protagonista es, sin duda, María y a su alrededor orbitan el resto de personajes. María es una persona clara - en sus acciones y pensamientos - , serena, alegre, de gran sentido común y de una bondad esencial ( que paradójicamente le impedirá advertir las primeras señales de la tragedia que se va a producir). De ella dice su marido, Martín: " María era el valor-oro, el metro de platino iridiado que medía todos los otros metros, las irregularidades de todas las demás identidades y que podía, de puro inalterable, cansar un poco " En contraposición a María, el resto de los protagonistas (es esposo Martín, el hermano Gonzalito y la amiga Virginia) son turbios, viven en su mundo particular y albergan, aunque no exclusivamente, una maldad que provocará la zozobra de sus existencias. Es admirable con qué maestría define Pombo a cada uno de los personajes a través de sus pensamientos. Esta novela, que podría calificarse de existencialista, exige un cierto esfuerzo al lector para no perderse en las digresiones ( a veces muy filosóficas) de los protagonistas y en las largas frases que, en cierto modo, me han recordado a Proust. Como compensación al esfuerzo lector, se nos regala una historia maravillosa, con un final increíble, en la que hay mucho que reflexionar, escrita con un lenguaje exquisito. Una obra maestra. "Era verdad que tenía que vigilarse esa tendencia, cada vez más pronunciada con los años, de detenerse entusiasmada en el instante feliz, en la coherencia y plenitud aparente de lo real, en la belleza instantánea del macizo de petunias blancas o de un chopo verde, altísimo, tintineando en el aire. ' De los árboles vengo, madre ', pensó María. ' De ver cómo los menea el aire '"
Bastant feixuc de llegir, sobretot la primera part (reconec que m'he saltat alguna pàgina...), però construeix els cinc personatges de la novel·la al detall. L'argument es va fent més interessant a mig llibre i s'ensuma un final que no et deixarà indiferent. Segurament està magistralment escrit però pel meu nivell com a lectora m'ha costat, massa "filosòfic".
Hacía mucho tiempo que no leía un libro tan horrible como éste. Y es que El metro de platino iridiado, es extraño y tedioso ya desde el título. Y sus más de 400 páginas solo ahondan más en el sufrimiento y la tortura que experimenta el lector cuando lee esta obra.
Álvaro Pombo es el autor de este bodrio. Incomprensiblemente, es un escritor muy famoso y laureado en España, donde ha ganado varios premios literarios importantes. La crítica profesional suele alabarle como un gran autor. Pero para mi es justamente lo contrario. Me parece un escritor mediocre que tapa sus carencias con un estilo de escritura grandilocuente, enrevesado y con una ejecución soporífera. Obviamente consigue todo esto con una prosa lenta, ampulosa y con un desarrollo lamentable, un lenguaje rimbombante que ahoga al lector y unas descripciones aceptables, sin nada realmente especial. Pero los personajes se llevan la palma. Una construcción terrible que aúna miles de reflexiones sentimentales estériles, evoluciones inverosímiles y unas costumbres algo alejadas de la España de los años 70, que es donde se ubica la novela. Hay cuatro protagonistas, a cual más espantoso. María es de un simplismo pavoroso, siempre instalada en la inacción, es un personaje ingenuo que piensa que el amor siempre lo cura todo. Martín, su marido, es un intelectual estúpido con ínfulas de grandeza que cada vez que habla hace el ridículo. Virginia, la mejor amiga de María, personaje débil, nervioso y autocomplaciente, es impulsiva y nunca mide las consecuencias de sus acciones. Y Gonzalito, hermano menor de María, está como una cabra.
La historia que se nos narra en El metro del platino iridiado, es de una simpleza que sorprende si tenemos en cuenta que la estructura del texto es tan densa que invita a estrellar el libro contra la pared en vez de proseguir con la lectura. En esencia, este libro es un drama familiar sobre quien soporta el peso de las decisiones dentro de una familia. Y lo explicaré con la sinopsis. La historia comienza cuando María, una jovencita de familia bien, se casa con Martín, un pelmazo que se cree el próximo genio literario. El matrimonio horroriza a todo el entorno de la joven, incluido su hermano, Gonzalo, y su mejor amiga, Virginia, ambos convencidos de que la pareja se precipita hacia la infelicidad. Pero contra todo pronóstico, el amor resiste el tiempo y se consolida como solo puede hacerlo cualquier cosa a la que echamos la rutina encima. Será entonces cuando la tragedia golpeé a la familia, trastocando la cotidianidad y revelando una podredumbre escondida que aqueja a todos los grupos humanos cuando la mayoría de sus miembros son unos estúpidos egoístas. El desenlace, abrupto, abierto y claramente insatisfactorio, nos deja la puerta abierta a una continuación, aunque espero que el autor no haya decidido ejecutar tamaño despropósito, ya que es una historia agotada de la que poco o nada más podría sacarse.
En definitiva, El metro de platino iridiado, es una lectura horrible, intrascendente y plana que no logra trasmitirte más emoción que la del aburrimiento más desconcertante. Con un texto tan denso que invita a abandonar la lectura, unos personajes irritantes y una trama sin nada extraordinario, leer esta novela se convierte en toda una proeza, digna de acabar en los anales de la Historia Lectora. Así que mi recomendación es que huyáis lo más pronto y rápido posible. No vaya a ser que este metro (con o sin Iridio) os alcance.
No cabe duda de que Álvaro Pombo es un escritor excelente, sin podérsele reprochar nada en ese sentido. En cuanto a la narración, está en la línea de sus demás novelas; profundizando en el mundo interior de los diversos personajes y exponiendo los discursos de cada uno de ellos. Sin embargo, en esta obra me ha parecido que hay un exceso en lo referente a lo filosófico; siendo rebuscado y, hasta cierto punto, absurdo. Muy posiblemente, Pombo no sea un escritor que escriba para las masas, llegando a ser pretencioso y buscando cierta distinción intelectual. Creo que en otros libros su bagaje intelectual se enlaza mejor con aquello que nos está contando, siendo más sencillo a la vez que profundo. Por lo tanto, no es un libro que recomendaría a aquellos que vayan a hacer una primera lectura del autor. Pero sí la recomiendo a aquellos que le tengan cariño a su obra, los cuales seguramente no queden defraudados.
La siguiente parte de la crítica puede contener SPOILERS:
En referencia a la construcción de los personajes, creo que María (personaje central de la novela) es también el que está peor elaborado, siendo engullida por los demás personajes. Si bien imagino que parte de la gracia del personaje era esa, he echado en falta algún pasaje final de emancipación del personaje. Asimismo, tampoco me ha agradado que la relación extramatrimonial de Martín y Virginia no trascendiera en un conflicto mayor tras su ruptura.
De un estilo similar al ultimo capitulo de Ulises, todo se explica a partir del dialogo interno y del pensamiento de cada personaje, lo cual complica su lectura. Además, aparece trufada de cultismos y reflexiones filosóficas. La primera mitad sirve para poner el contexto y creo que sobra el 60% de texto. La segunda mitad se hace mucho más interesante, si bien continua con el mismo estilo, a medida que se eleva la tensión.
Una novela moral construida sobre los diálogos interiores de una familia de clase alta en la que casi todos los personajes son gente horrible y pesadísima (menos María, el joven Pelé y Alfonso Vélez, cuya aparición suele dar un poco de aire fresco cada vez), ensimismados y turbios. Muy densos todos (sobre todo ellos). Hacia el final del libro le envía un saludo a Iris Murdoch. Hubo muchos momentos en que pensaba que no lo acababa pero si.
Demasiado largo, demasiado denso. María, en el centro, es una especie de Santa , entre mujer fuerte y la paciencia de Job. La rodean su plúmbeo y egoísta marido, su perdido y egocéntrico hermano y la frívola de su mejor amiga…