¿Qué define una biblioteca? ¿Hay algo que podamos decir que “es” una biblioteca? ¿Un mueble? ¿Una cantidad de libros determinada? Con este libro nos vamos a dar cuenta de que no hay una definición única. Están quienes fusionan sus bibliotecas al casarse y quienes, al irse a convivir con otra persona, prefieren mantenerlas separadas. También hay bibliotecas “inmateriales”: libros leídos pero no acumulados, desperdigados por el universo. Y por qué no, bibliotecas separadas: una en Buenos Aires y otra en Rosario. ¿Obsesión por el orden, clasificación de las obras por género? ¿Libros que se prestan?
Para festejar los quince años que cumple Ediciones Godot en febrero de 2023, Katya Adaui, Selva Almada, Jazmina Barrera, Jorge Carrión, Luis Chitarroni, María Sonia Cristoff, Mercedes Halfon, Martín Kohan, Brenda Lozano, Carla Maliandi, Emiliano Monge, Dolores Reyes, Edgardo Scott y Reynaldo Sietecase responden, con sus estilos y miradas particulares.
Ha escrito los libros de relatos Aquí hay icebergs (La Perra Gráfica, Bolivia, 2018 y Penguin Random House, Perú, 2018), Algo se nos ha escapado (Criatura Editora, Uruguay, 2013 y Borrador Editores, Perú, 2011) y la novela: Nunca sabré lo que entiendo (Planeta 2018 y 2014, Perú). Sus cuentos aparecen en antologías peruanas y extranjeras. Su obra Siete olas fue presentada en Microteatro Lima. Trabaja como guionista de cine, columnista y tallerista. Entre septiembre y octubre de 2018 fue invitada a Pekín como residente del programa internacional de escritura de la academia de literatura Lu Xun. Cursó la maestría en Escritura Creativa de la Universidad Tres de Febrero en Buenos Aires.
Amé casi todos los ensayos, me sentí identificada con un buen número de autores. Leer este libro fue como chusmear la biblioteca personal de varios escritores, y eso me encantó.
Una compilación de textos emotiva sobre las bibliotecas personales de varios autores y autoras latinoamericanas, de cómo empezó su amor a los libros y a coleccionarlos, y cómo han tenido que adecuarlos a través del tiempo, de cambios, de separaciones y mudanzas. En los últimos años me he vuelto una apasionada del tema de las colecciones de libros, y de la defensa de comprarlos sin leerlos de manera inmediata: cada libro es una posibilidad, y como ya dijera algun autor, está en nuestros estantes esperando el momento en que estemos listos para leerlo. Por ello, fue una sorpresa que este libro no me entusiasmara tanto como esperaba. Sin embargo, confieso que creo que fue más bien el formato, ya que lo escuché como audiolibro. Pienso que un libro como Bibliotecas se disfruta más hojeado, subrayado y comentado y con una lectura pausada que permita imaginar todas y cada una de esas bibliotecas fantásticas e íntimas de las y los autores.
Lo pasé increíble con este libro. Me gustaron, sobre todo, los ensayos de Jazmina Barrera, Brenda Lozano y Emiliano Monge.
Recomiendo su lectura a todos aquellos que hemos convivido con una biblioteca, por pequeña que sea. El libro tiene como pie forzado la escritura sobre las bibliotecas personales, pero permite que cada autora y autor indague y explore esta relación más allá de los espacios comunes; algunos, con una cuota de humor y de mundos propios que me encantaron.
Fantástico. Qué mejor idea que la premisa de este libro: escritores y escritoras hablan de sus bibliotecas. Esas bibliotecas exponen las líneas afectivas de sus vidas. Precioso, muy entretenido, te dan ganas de reordenar tu biblioteca. Mi fav: el de Jazmina Barrera.
Un libro muy bonito. Como ya dijeron en otras reseñas, reúne textos de varixs escritorxs que comparten su relación con los libros (como objeto y como soporte) a través del concepto de biblioteca. Creo que toda persona que se considere a sí misma lectora disfrutaría de este libro. Está plagado de reflexiones hermosas, además de que nos da la posibilidad de espiar un poco de la intimidad lectora de cada escritor/a.
Un hermoso libro para todxs aquellxs que amamos los libros y las bibliotecas. Acá hay diferentes opiniones y experiencias, pero todxs lxs que escriben no son ajenxs a sus encantos. Relatos en los que se puede evidenciar los múltiples significados de una biblioteca y además abre el juego para pensar muchos más.
Este libro justificó todas mis compras impulsivas de libros que no leeré en un futuro cercano, e hizo que mi biblioteca con aprox 150 libros se viera humilde y austera jajaja
sumergirse en el mundo de las bibliotecas personales de cada escritor/a es una experiencia fascinante y reveladora. desde las distintas formas de organizar los libros hasta las experiencias lectoras únicas de cada uno. estas historias me han dejado reflexionando sobre mis propias prácticas de lectura y con ganas de reorganizar mis libreros y obvio, de comprar más libros. una lectura que no solo entretiene, sino que también inspira a explorar y expandir nuestros propios horizontes literarios. ¡imprescindible para los amantes de los libros!
El libro es un compilado de reflexiones y experiencias en torno a tener (o no) una biblioteca. Lo único que tienen en común las personas que escriben, es que trabajan directamente con libros en su vida profesional.
Me gustaron varios capítulos, otros no tanto. Son todos muy personales. Finalmente, ¿que más personal que una biblioteca propia? Disfruté especialmente aquellos que hablaban de la movilidad de las bibliotecas. De lo lejos que están del mito de las bibliotecas como repositorios llenos de polvo y olvido. Por el contrario, aquí dan cuenta de las bibliotecas como monstruos vivos y espacios caóticos.
Desde ese lugar disfruté mucho el capítulo de Dolores Reyes porque habla sobre prestar libros. Tener una biblioteca personal es poder compartir aquellas lecturas que te volaron la cabeza, hacer circular infinitamente esa experiencia lectora. Me aferro mucho a esa idea cuando extraño los libros que he prestado. En mi caso es algo compulsivo. Si de pronto veo a un amigue intruseando mi biblioteca, lo mando a casa con tres libros que no pidió.
Como vieja sapa y futura bibliotecaria me gusta mucho conocer las intimidades lectoras, materiales y organizativa (existe esa palabra?) de otras personas. Cualquier persona. Me quedó dando vueltas que muchos de estos personajes ordenan sus bibliotecas por orden alfabético ???? rarísimo
“Ese libro ya no está en mi biblioteca porque el amor fue tan fuerte que necesité compartirlo. (…) Ese es un libro fantasma, está en mi memoria, pero ya no es material, como algunos amigos, como algunos amantes.” Halfon, Mercedes (página 64)
Tuve que leerlo para la facultad, me encantó. Mis ensayos favoritos fueron el de Selva Almada, Jazmina Barrera, Jorge Carrión, María Sonia Cristoff, Mercedes Halfon, Martín Kohan, Brenda Lozano y Dolores Reyes. (8/14)
Un paseo por la biblioteca y experiencias lectoras de muchos escritores e incluso por la ansiedad compartida de los mundos que no vamos a llegar a visitar. Se siente como algo intimo, mutuo, y una carta de amor a las bibliotecas y a la lectura.
Iba más o menos bien, ya saben discursos grandilocuentes y clichés, de pronto con algunos ensayos divertidos e inteligentes. Pero se me cayó cuando en el penúltimo ensayo se denostó de forma tan soberbia a la literatura infantil.
¡Cómo me gustan los libros sobre libros! Me sentí identificada con más de una historia, con como al amor por la lectura se le va sumando el ansia por formar nuestras propias bibliotecas, las cuales terminan por hablar (mas que ninguna otra cosa) de nosotros mismos.
Tengo un ansia por ir a mi casa, pararme frente a los libreros y ver de qué forma vuelvo a organizar mis libros. (Quizá hasta mande hacer uno de esos sellitos para marcarlos jaja)
Me gustaron caaaasi todos los ensayos (textos libres kkk) por eso no le doy las faib estars.
:son textos muy personales sobre sus historias con los libros: mudanzas, préstamos, matrimonios librescos, manías y temas varios alrededor de eso que le decimos libro
La verdà, creo que a muchos nos han pasado historias similares o hemos lidiado con la aventura de prestar o no prestar, marcar, subrayar, hacer anotaciones, dibujos, combinar bibliotecas, meter en cajas, resguardar como tesoros, dejar ir, robar🥸(o ser robado 😥), y eso hace que leerlo sea un goce, además que hay chismesito de por medio:
Como dice alguien ahí: el objeto no es el libro, el objeto es la lectura. (Muy romántico pero me gustó la frase)
Ediciones Godoy es una editorial Argentina de Ensayo, no ficción y ficción. Este libro es una curiosidad que se hizo para celebrar los 15 años que cumplió en 2023 la editorial. Se trata de un ensayo sobre bibliotecas que pretende dar respuesta a qué es una biblioteca... es el continente (un mueble), es el contenido (una cantidad de libros), es un patrimonio inmaterial de los libros que has leído y que pueden estar desperdigados o deslocalizados o que nunca fueron de tu propiedad, puede incluso incluir libros digitales y no sólo los físicos...
Descubrí el libro curioseando este fin de semana por el Back to the Book, Festival independiente de literatura y edición (está última edición se ha celebrado del 12-14 sept de 2025, en Matadero, en el barrio de Arganzuela, Madrid). Me llamó la atención, me hice con él y la verdad no me ha defraudado. Es un libro cortito y entretenido que he leído en un par de días. Como digo, una curiosidad, un libro sobre libros (o sobre el conjunto de libros que es una librería).
Se compone de 14 capítulos, cada uno escrito por un autor, todos de ellos hispanoamericanos: Katya Adaui (Perú), Selva Almada (Argentina), Jazmina Barrera (México), Jorge Carrión (España), Luis Chitarroni (Argentina), María Sonia Cristoff (Argentina), Mercedes Halfon (Argentina), Martín Kohan (Argentina), Brenda Lozano (México), Carla Maliandi (Argentina), Emiliano Monge (México), Dolores Reyes (Argentina), Edgardo Scott (Argentina) y Reynaldo Sietecase (Argentina).
La verdad es que creo que no conocía a ninguno de estos escritores contemporáneos y no me he leído nada de ninguno de ellos que yo sepa. Pero investigaré.
Cada autor, a su manera particular nos cuenta anécdotas referidas a sus bibliotecas, tejidas con anécdotas de sus vidas, como compraron su ex libris, qué ocurre con sus bibliotecas cuando se mudan o se separan, cómo las tienen ordenadas, si subrayan los libros, si los prestan, si los regalan, cuantos tienen sin leer, si saben localizarlos rápidamente en su desorden caótico de su orden particular... También te cuentan sus manías, sus tesoros, los libros que han "robado" o les han "robado", los que nunca prestarían... lo cual me ha servido para fichar algunos títulos.
Es como sentarte en un coloquio de escritores o en un club de lectura a tomar un café con ellos y entablar una charla amena sobre esos temas que inquietan a todo lector voraz y con muchos de los cuales me he sentido identificada; dónde voy a meter los libros si sigo acumulando, debo tener un máximo y sacar uno por cada uno que entre, con qué criterio me deshago de los descartados, cuál es el mejor orden (alfabético, por autor, por género, por colores y tamaños?), podré leer todos en esta vida, qué pasada con mis libros cuando muera...
Si te gustan los libros y hablar de libros, si tienes una biblioteca aunque sea modesta, sin duda te gustará esta pequeña joyita tan original.
Estoy comenzando muy bien este año, y me encanta sentirme tan satisfecha con lo que he leído hasta ahora. Este libro corto me ha fascinado.
En Bibliotecas, encontramos pequeños ensayos de diversos escritores que, cada uno con su estilo, nos comparten su visión personal sobre su biblioteca y su relación con los libros. Algunos, a través de anécdotas de sus vidas, relatan la conexión cercana que han tenido con sus libros: desde quienes, por circunstancias como un divorcio o un viaje, se han visto obligados a dejarlos atrás, hasta quienes han tenido que elegir cuidadosamente con cuáles quedarse en el momento que emprenden una nueva etapa de su vida en otras tierras.
Nos toparemos con personajes como el que subraya los libros, el que los presta, o el que sigue adquiriéndolos aunque sabe que quizá nunca los leerá todos. También hay reflexiones sobre cómo los ordenan... o no. El crecimiento de sus bibliotecas, muchas veces, va de la mano con su propio crecimiento personal o profesional.
Estos relatos son muy entretenidos y, en muchas ocasiones, lograrán que te identifiques, te horrorices o incluso te saquen una sonrisa. Pero todos nos llevan a un mismo punto: el amor por los libros. Muy recomendado.
Un libro ideal para los amantes de los libros y de las bibliotecas. Un compendio de opiniones, anécdotas y perspectivas en torno a la biblioteca y temas afines, como la colección de libros, los hábitos de lectura, la idealización del objeto libro, la disyuntiva entre físicos y digitales, etc. A partir de una serie de preguntas disparadoras -que Edgardo Scott explicita en su texto, cerca del final de libro- cada uno de los/as escritores/as entrevistados/as despliega su historia íntima y personal con sus propias bibliotecas. ¿Qué pasa con nuestra biblioteca después de una ruptura amorosa de larga convivencia? ¿Qué pasa con las bibliotecas ante mudanzas, exilios, destierros? ¿Los libros se subrayan, se marcan, se escriben, se prestan, se rompen (¡una persona tan emocionada con una lectura que parte el libro al medio para darle la primera mitad a una amiga!), se debaten, se roban? ¿Cómo se organizan los libros, en una única gran biblioteca, en estantes repartidos por la casa, alfabéticamente, por tema, por género? ¿Es un trauma o un placer organizar una biblioteca? ¿Tienen vida propia las bibliotecas? Me quedo con una frase que pesqué por ahí: la biblioteca personal de cada uno es la que se constituye con todos los libros leídos, que cada uno lleva en sí mismo a todas partes, única y jamás repetible.
Me encantó conocer las bibliotecas de estos escritores, vi un poco de mi en cada una de estas historias que hablan del amor por la literatura. En la casa donde nací no había biblioteca, vivía con mi abuelita y ella jamás aprendió a leer. cuando yo aprendí, amaba leerle porque empecé a descubrir cosas increíbles y quería que ella también las conociera. desde niña siempre estuve tan sola y tan triste que los libros se convirtieron en un refugio y también en una necesidad. me enamoré tanto de los libros que me hice bibliotecaria para estar siempre rodeada de ellos y poder compartir este amor con otras personas. en la universidad tuve mi primer trabajo y todo mi sueldo lo gastaba en libros, así que cuando me fui a vivir sola lo único que tenía eran mi bicicleta y muchos libros. ahora vivo con mi novia y tenemos una gran biblioteca, ambas la vamos nutriendo constantemente, es una gran selección. intento mantenerla ordenada por autores pero todo el tiempo está en movimiento, las pilas de libros se acumulan en el suelo y también la terrible doble fila. termino todos los libros, pero a la vez interrumpo casi todos. aprovecho los beneficios de leer en digital pero necesito poder tener los libros en mis manos, sin caricias es imposible el amor.