Zig-Zag, lecturas para fumar es una selección de los textos que Rogelio escribió durante dieciocho años. Se dice fácil. Pero como recomiendan los profesionales del peligro, no lo intente en casa.
Pedalear a través de las páginas de Zig-Zag, esa selección de textos que Rogelio escribió y publicó en varios medios como La Mosca durante dieciocho años, es adentrarse en las entrañas de una época y un autor; es colocarse hasta encontrar la comunión entre la noche, la calle y la policromía de cada nota que sale de la música que puebla la vida de Rogelio, un cronista musical consumado más no consumido. Bicicletas, drogas y rock n´roll son las tres garantías, el común denominador de las crónicas del buen Rogelio, pues ¿qué otros condimentos necesarios se necesitan para vivir al cien? Son 43 textos, entre crónicas, perfiles y columnas de opinión y reclamos al Osito Bimbo, los que completan Zig-Zag que si le hacemos caso y nos lo fumamos, el buen viaje está garantizado.
Desintoxicados, rehabilitados, jurados y abstemios salen de unas espirales para caer en otras quizá menos destructivas. Quienes pregonan “vivir libres de adicciones” y etiquetan a los consumidores como “drogadictos que necesitan rehabilitación”, suelen padecer hábitos en secreto o en diversas formas socialmente aceptadas. Con frecuencia son retorcidos y criminales, como los políticos drogados de poder y los religiosos pederastas.
En cuanto tuve en mis manos este libro, obsequio del autor al igual que su anterior y primer libro de "Las bicicletas y su dueños", fui pasando las páginas con historias de viajes, anécdotas y pasajes de su vida que se fueron mezclando con la música de Ramones, Black Sabath, The Who y Talking Heads entre otros que ahí detalla con sumo cuidado y recomienda porque lo marcaron desde jóven. Desde las historias de conciertos, toquines y fiestas sin fin, hasta las historias finales del Duende Bubulin, el Gansito Marinela, Monsivais y el Toreo de Cuatro Caminos, el libro va llevando de la mano con sus aficiones melómanas y medicinales hasta el gusto por la bicicleta y sus rodadas que reflejan el destino sin vuelta y con escalas que viven plenamente quienes se dedican a este arduo y solitario trabajo de ser escritor. No cabe duda de que Leer(lo) es un placer.
Terminando de zigzaguear no me resta mas que suspirar y soltar una sonrisa en el rostro. Un tomo mas de mi juventud en mi librero, gracias Rogelio, por tus lecturas fumadas de buen rock, sustancias, reportajes, ensayos y tu diario público. Ahí quedan sus viajes viajados, sus gustos contagiosos y sus críticas enviciantes. Así como la ida de cada uno de tus ídolos en cuero, mezclilla y blitzkrieg pop. Ahí se va zigzagueando el Dandy enmarcado en esencia de Warhol. Sus opiniones urbanísticas y su ideología contagiosa. Pedalea mi cerebro, esperamos tu próxima aventura literaria. Excelente compilado.