Bellísimo poemario escrito con voz sensible -- voz de hombre conmovido por los detalles cotidianos del hogar añorado en las montañas cafetaleras de Costa Rica y las bellezas consoladoras del exilio nórdico (I Respiración de piedras) y apasionado por los amores que se desenvuelven como pequeños desgarros y furtivos placeres (II Poemas de amor para el no creyente). Casi todos los poemas estás escritos en primera persona y muchos son dirigidos a una segunda persona --amada o extrañada o deseada-- en tono de conversación íntima. Esto abre una ventana a la rica vida interior de la que nace esta clara voz poética.