Un joven recibe un correo electrónico de su esposa, tras dos años de desaparición. Una mujer cumple los deseos irracionales de un viejo ornitólogo japonés abatido por el leerle los diarios de su difunta hija a un salón de pájaros. Una amiga que escucha, desde el margen, atentamente el relato; y una joven trompetista de jazz que lo observa todo desde la tarima. Entre estas coordenadas se entabla una búsqueda en la que la verdad y la imaginación melancólica de los solos se confunden para conformar un panorama torcido, digno de ese presente intempestivo, donde todo es experimentado a segunda mano y a la distancia. "No hay un momento en esta novela que no suene. El palacio que Sergio Gutiérrez Negrón ha construido es el de un hombre poblado de interferencias y ruidos, que intenta poner en pausa los circuitos de la inevitabilidad [...] Una primera novela prometiendo futuros que ya han llegado.” SOBRE EL Actualmente reside en Atlanta, Georgia. Colabora mensualmente con la columna Buscapié de El Nuevo Día. Ha traducido a algunos poetas anglosajones con distintos fines, al igual que ha publicado algunos relatos en antologías y revistas. Palacio es su primera novela.
Sergio Gutiérrez Negrón (Caguas, 1986) ha publicado las novelas Los días hábiles, Palacio, y Dicen que los dormidos, la colección de cuentos Preciosos perdedores, y el ensayo académico Mexico, Interrupted: Labor, Idleness and the Mexican Economic Imaginaries. En el 2017, fue seleccionado por el Hay Festival como parte de Bogotá39, un listado de 39 escritores prometedores del continente menores de 39. Dos años antes, en el 2015, fue reconocido por el Festival de la Palabra con el Premio Nuevas Voces, un premio otorgado a autores puertorriqueños jóvenes. Ese mismo año fue parte de Latinoamérica Viva, una selección de autores latinoamericanos noveles curada por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Escribió columnas para El Nuevo Día por nueve años. Sus cuentos, ensayos y crónicas han aparecido en varias revistas y periódicos, entre estos World Literature Today, Casa de las Américas (Cuba), Centro (Colombia) y Clarín (Argentina). Es profesor de literatura y estudios culturales en Oberlin College.
Sergio Gutiérrez Negrón (Caguas, 1986) has published the novels Los días hábiles, Palacio, and Dicen que los dormidos and the collection of stories Preciosos perdedores. In 2017, he was selected by the Hay Festival as part of Bogotá39, a list of 39 promising writers from the continent under 39. Two years earlier, in 2015, he was recognized by the Festival de la Palabra with the Nuevas Voces Award, an award given to young Puerto Rican authors. That same year he was part of Latinoamérica Viva, a selection of new Latin American authors curated by the Guadalajara International Book Fair. He wrote op-eds for El Nuevo Día between 2010 and 2019. His stories, essays and crónicas have appeared in various magazines and newspapers, including World Literature Today, Cuadernos Hispanoamericanos, Casa de las Américas (Cuba), Centro (Colombia) and Clarín (Argentina). He is a professor of Latin American literature and cultural studies at Oberlin College.
La novela corta, Palacio, de Sergio Gutiérrez Negrón, es hermosamente escrita con personajes absorbentes. Es un estudio de luto, de los fallecidos y de los vivos que se fueron, desde la perspectiva de varias personas. Hay un hombre de veintitantos años cuya esposa lo dejó dos años atrás, después de un ataque de nervios; una joven estudiante enamorada del hombre de veintitantos cuyo padre acaba de morir; un profesor cuya hija y esposa han fallecido; y una joven músico alejada de su familia cuya madre está moribunda. Aunque la cantidad de fallecidos puede parecer abrumadora, esta novela funciona porque la narrativa es, con una excepción (los monólogos histéricos y pretenciosos de la músico), sencilla y estable. En casi cada situación, después de la desaparición del amado/amada, los viudos se percatan que no los conocieran, que el desaparecido tuvo una vida ignota interior en la cual la pareja no importa. Curiosamente, los abandonados entienden mejor ahora a los seres amados que antes de sus desapariciones. Por lo menos, los abandonados comprenden su ignorancia acerca de sus medias naranjas y hasta qué punto les atribuyeron sentimientos y pensamientos que no existían. O como el narrador pregunta: “Cuánto tiempo tomaba conocer a alguien? Cuánto tiempo toma tender el puente entre una isla y otra?” Mostrando varias relaciones (padre-hija, esposo-esposa, amiga-amiga) en culturas distintas (EE UU, Puerto Rico, y Japón), el autor sugiere que nunca podemos conocer a alguien. De hecho, sus personajes abandonan sus esfuerzos de conocer a los muertos para ser capaces de continuar con sus vidas, aunque con heridas emocionales que, tenemos la impresión, no van a curarse jamás.
Un golpe de genio en el libro es la parte en la cual el padre (un ornitólogo) que perdió a su hija contrata a una mujer (cuya voz se parece a la de la hija fallecida) para leer el diario de la hija a unos loros. Con la voz de los loros, el padre quiere rodearse por las palabras y pensamientos de su hija. Pero la hija revelada en el diario no es la persona que conoció el padre. Su muerte forzó al padre a fijarse en el hecho que su hija era un desconocido. Es como un doble dolor del luto. Los personajes no solo pierden a sus seres queridos, pero también sus propias memorias de los fallecidos llegan a ser manchadas porque eran basadas en malentendidos y mentiras que se hacen visibles después de las muertes.
Una novela sobre la obsesión con el pasado y cómo lo construimos y reconstruimos para sobrevivir el presente.
Frank recibe un email de Alice, su esposa, dos años después de su desaparición. Resulta que Alice se encuentra en Japón trabajando para ornitólogo. Mientras tanto Frank habla con una amiga pakistaní mientras ven de vez en cuando las presentaciones de una trompetista. La novela está dividida en tres segmentos, pero básicamente son solo dos porque el tercero es una especie de continuación del segundo. La primera parte, narrada en la voz de Frank, está cargada por un aire de misterio y obsesión. El regreso de Alice y a lo que se está dedicando es casi surreal. Sin embargo, la voz de Frank no es confiable, a menudo se intersecan en su narración el presente, el recuerdo, la re-narración de algo contado por Alice y la recreación de lo que él cree que está sucediendo en Japón. El misterio entre las aves, Alice, el ornitólogo (propiamente llamado Dr. Abe) y unos diarios, es envolvente y lírico, y el autor logra obsesionarnos tanto como lo está Frank. Luego de un leve desenlace en esta primera parte, para sorpresa de este lector, la novela pasa a una segunda parte distinta. Esta vez nos narra Ayesha, amiga de Frank, sobre la amistad que desarrolla con Willow, la trompetista. Es en esta parte donde la novela pierde fuerza, pues luego de la rareza de la primera parte y la forma de construir, reconstruir y deconstruir la memoria de Frank, Ayesha se nos muestra más lineal y cotidiana, con muy poco para anclarnos o interesarnos. A eso se suma que la presencia de Willow se siente forzada, sin razón. Lo mejor de esta parte tiene que ver cuando Ayesha habla de Frank y Alice. Aún con su buena resolución, esta segunda parte palidece, no porque esté mal escrita, sino porque no está a la par con el resto de la novela. Aún así, la primera parte es tan buena que podría considerarse una novela corta en sí.
Palacio es un escrito sobre el peso de los recuerdos y cómo la mente los construye como un laberinto de muchos pisos, entradas y salidas, como su título sugiere.
Expermiento gráfico de inusitado candor y ternura. Días es la bitácora en donde Banuchi y Rodríguez registran sus rutinas diarias, en todo su banal esplendor. Gallinas, gatos, desempleo, jevas... La factura presenta múltiples técnicas.
Me sorprendió mucho cuán buenos narradores son y lo bien compuestos que están sus bocadillos y rótulos. Algunas de las historietas brillan más que otras. Se queda conmigo, por ejemplo, la historia de la lata de cerveza Medalla que milagrosamente retorna a Banuchi luego de haberla perdido en la corriente del río en El Yunque.
La novela sigue a un esposo abandonado que trata de dar con las razones de la abrupta e inesperada desaparición de su esposa, quien al igual que el estaba, hasta su desaparición, trabajando en su disertación doctoral. Aunque no es una gran novela, la trama es novedosa, los personajes son interesantes, se lee con facilidad y es bastante corta, apenas 139 páginas.
La primera parte empezó muy bien. La idea me parece extraordinaria y, sin embargo, una vez llega a la segunda parte, con Ayesha como narradora, la historia pierde su propósito. Yo no la recomiendo.
I found this on a table in the Libros AC bookstore in Santurce, San Juan, and had a great chat with the bookseller (full disclosure: the bookstore is the retail arm of the Libros AC publishing imprint), who declared this the most significant comics publication in Puerto Rico. I was enchanted. Each entry is an autobiographical quick shot of comic strip length. The range of styles and subjects across the two authors is broad, and collectively, a pointillist portrait of daily life in Puerto Rico emerges. Not unlike American Splendor, the mundane, the curious, the hilarious, the heartbreaking, the routine, and the remarkable are all documented here. I have some new social media accounts to follow, and a few years of entries following from this collection to catch up on!
Casi tan buena como su segundo libro. Me hubiese gustado más "Spanglish." Me dejó con muchas preguntas y pocas respuestas. Llenaré los espacios con mi propia imaginación.