Scritto nel 1936, Inazuma (Lampi) segna una tappa fondamentale nell'evoluzione artistica di Hayashi Fumiko, il passaggio da una scrittura più strettamente avvinta all'esperienza personale a una narrativa che vuole essere oggettiva. Una scelta non solo stilistica, ma che tocca nodi profondi e complessi come il rapporto fra gender, genere sessuale, e genre, genere letterario. Al centro del romanzo Kiyoko, il prototipo della giovane donna ribelle, concentrata nella ricerca testarda della propria indipendenza e pur tuttavia piena di contraddizioni nel suo rifiuto di piegarsi all'etica tradizionale che vuole una donna moglie e madre. La sua diversità è scritta nel corpo, nel labbro leporino, la cui cicatrice deturpa un volto altrimenti perfetto; la sua ricerca di una vita diversa, lontana dalla famiglia d'origine e dai modelli di femminilità interpretati dalle sorelle, è problematica, e il suo stesso rifiuto del matrimonio non è rifiuto dell'istituzione, quanto delle pressioni sociali e familiari dalle quali come donna si vede costretta. Romanzo dell'ambiguità, Inazuma si conclude senza dare al lettore alcuna certezza. Kiyoko decide di riprendere gli studi e di trovare un lavoro che le consenta di vivere con dignità, non rifiuta il matrimonio in sé, quanto la realtà familiare nella quale è cresciuta, un rapporto di coppia come quelli che ha visto vivere dalle sorelle. Ma rimane il dubbio che la possibilità di un amore differente le sia precluso dal suo handicap.
Fumiko Hayashi (林 芙美子), December 31, 1903 or 1904 (Japanese sources disagree on the birth year) - June 28, 1951) was a Japanese novelist and poet.
When Hayashi was seven, her mother ran away with a manager of her common-law husband's store, and afterwards the three worked in Kyūshū as itinerant merchants. After graduating from high school in 1922, Hayashi moved to Tokyo with a lover and lived with several men until settling into marriage with the painter Rokubin Tezuka (手塚 緑敏?) in 1926.
Many of her works revolve around themes of free spirited women and troubled relationships. One of her best-known works is Hōrōki (translated into English as "Vagabond's Song" or "Vagabond's Diary") (放浪記, 1927), which was adapted into the anime Wandering Days. Another is her late novel Ukigumo (Floating Clouds, 1951), which was made into a movie by Mikio Naruse in 1955.
Hayashi's work is notable as well for its feminist themes. She was later to face criticism for accepting sponsored-trips by the Japanese military government to occupied China, from where she reported positively on Japanese administration.
Until the 1980s, "women's literature" (joryu bungaku) was considered a separate category from other modern Japanese literature. It was critically disparaged as popular but too sentimental. But Ericson's (1997) translations and analysis of the immensely popular Hōrōki and Suisen (Narcissus) suggest that Hayashi's appeal is rooted in the clarity with which she conveys the humanity not just of women, but also others on the underside of Japanese society.
“Se guardaba en el corazón unas emociones fugaces que parecían llamar a vientos lejanos.”
Inazuma (El Relámpago) fue escrita en 1936 pero se desarrolla en la década de los años 20 en un momento en el que Japón estaba en plena transición abriendo tímidamente sus puertas a la modernidad, a la entrada de Occidente. Era también el Japón de antes de la guerra en la que sobre todo las mujeres apenas tenían muchas salidas excepto casarse. Ya en Nubes Flotantes abordé a Fumiko Hayashi una autora sorprendente por cómo le dio voz a las mujeres normales y corrientes, inesperada en cómo retrata tambén la realidad en toda su crudeza, sin edulcorar casi nada. Esta novela quizás no contenga la grandeza de Nubes Flotantes, pero a mi me ha llamado sobre todo la atención la forma en la que retrata el contexto social y familiar de la protagonista femenina, Kiyoko. Quizás el hecho de que Fumiko Hayashi, proviniese de un estrato humilde, que era lo raro en las mujeres que escribían en aquella epoca en Japón, es lo que dota a sus noveles ese nivel de realidad, de conexión con la calle y más que una historia concreta, está analizando una realidad en la que muchas mujeres no se resignaron a ajustarse a los roles que la sociedad exigía de ellas. Fumiko Hayashi fue una de esas mujeres, igual que lo fue Yukiko en Nubes Flotantes, y lo es la Kiyoko de esta novela, Inazuma.
“La lámpara se balanceaba en el techo y las largas siluetas de las tres mujeres que ocupaban la cocina se movían de un lado a otro. Las tres sombras desprendían angustia, cada una de ellas desde un ángulo diferente. La gata bajó desde la primera planta, haciendo ruido en cada peldaño que pisaba.”
Aunque no se pueda decir que esta sea una novela con un personaje central, porque las protagonistas son todas las mujeres de una misma familia, madre e hijas, que dentro de un marco familiar algo desestructurado, han tomado decisiones diferentes. Una madre casada cuatro veces, con cuatro hijos de diferentes hombres, y cuyas hijas cada una de ellas, tampoco se han ajustado a ciertas reglas. Desde el momento en que la madre, ha intentado ajustarse a esas exigencias sociales casándose, no una sino cuatro veces, saliendo malparada en cada una de sus experiencias, de alguna forma ha influido en la educación de sus hijos. La sociedad exige de ellas que se atengan a la regla de ser buenas esposas y madres, pero está visto que la realidad les tiene preparada otros planes. De estos hijos, desesperanzados, insatisfechos e infelices, la única que parece tener claro que no debe ni quiere ajustarse a estos planes de casamiento es Kiyoko, y aunque sea una novela coral, Kiyoko se convierte en una especie de personaje guía por lo que supone de abanderar una especie de rebelión en la familia y lo que puede significar para una mujer de aquella época irse a vivir sola, porque esta estructura familiar continuamente presionándola, le hace más daño que bien. En este aspecto se convierte en una historia de sufrimiento por parte de ella, con un continuo conflicto entre su independencia y la conciencia del deber en lo que se refiere a los lazos de familia.
“Al quedarse sola, Mitsuko se sintió vacía, como si estuviera dando vueltas sobre sí misma sin llegar a ningún lado; permaneció apoyada en el brasero, sin energías siquiera para preparar la comida.”
Al igual que en Nubes Flotantes, los personajes hablan continuamente de dinero, de cómo conseguirlo, de cómo robarlo, prestarlo o engañar vendiendo unas pocas posesiones, todo esto en un claustrofóbico contexto familiar en el que Kiyoko se siente cada vez más ahogada, planteándose llegado un punto desconectar completamente de esta esclavitud emocional que supone la familia. Fumiko Hayashi consigue retratar en Kiyoko a un tipo de mujer fuerte que se siente capaz de buscar su libertad incluso en contra de estas convenciones sociales en la que formar parte de la familia era el pilar esencial, abandonándola Kiyoko corria el riesgo de convertirse en una outsider porque para lo que Kiyoko es inaceptable no es tanto la institución del matrimonio sino la presión social que la obliga a considerar el matrimonio como una especie de contrato para conseguir un estatus, que le era imposible conseguir a las mujeres de la época que iban por libre. Fumiko Hayashi está continaumente incidiendo en esta presión familiar a Kiyoko en una suerte de escenas familiares con conversaciones en torno al dinero sobre todo. Aquí no hay glamour ni falsos romanticismos, sino simplemente la dura realidad del día a día. El estilo de Hayashi es directo, crudo y real a veces, con escenas de violencia atmósferica y violencia real sufridas sobre todo por ellas. No sentimentaliza ni esconde, sino que la autora pone sobre el tapete la dura realidad de las mujeres de la época. El Relámpago sin llegar a tener la brillantez de Nubes Flotantes, sin embargo comparte la extraordinaria visión de la época en Japón, la subsistencia del día a día y la dificultad para encontrar tu identidad sobre para ellas. Fumiko Hayashi siempre merecerá la pena.
"Ahora que estaba completamente sola, la inseguridad crecía en ella como las ramas de un árbol. Era una soledad pesimista, un dolor frágil. [...] El interior del armario, el tatami y las paredes se fueron convirtiendo en algo familiar para ella y, al fin, Kiyoko consiguió sentirse liberada y con la tranquilidad de quien ha encontrado un refugio."
Hayashi Fumiko è sicuramente una delle scrittrici più importanti e interessanti del Novecento e anche una delle più peculiari: con la sua letteratura vediamo apparire nel mondo della scrittura giapponese qualcosa di diverso. Infatti, Hayashi Fumiko, che inizia a scrivere alla fine degli anni Venti tra il ’27 e il ’28 e scriverà fino all’anno della sua morte, nel 1951, dando vita a una ampissima produzione fatta di romanzi, racconti e anche di componimenti poetici, era una donna di bassa estrazione sociale.
Tutte le scrittrici che si erano affacciate al panorama letterario fino a questo momento in Giappone, invece, erano tutte donne che in qualche modo provenivano da ambienti altolocati, che avevano avuto il privilegio di un’educazione raffinata e godevano, appunto, del privilegio dell’indipendenza economica.
Hayashi Fumiko era povera. Era nata a Onomichi, una piccola cittadina di provincia. Era una figlia illegittima e aveva trascorso i suoi primi anni peregrinando da un villaggio all’altro del Kyūshū con la madre e con il suo nuovo compagno, che era un venditore ambulante. Aveva conosciuto la povertà. Aveva conosciuto la fame, e questo è un tema che, infatti, ricorre nella sua scrittura. Le protagoniste di Hayashi Fumiko spesso hanno fame e desiderano del cibo, che in qualche modo rappresenta a volte una sorta di gratificazione di bisogni anche più profondi, e diventa quindi anche una metafora.
Hayashi Fumiko aveva però potuto ricevere un’eduzione pressoché regolare, grazie alla riforma dell’istruzione che c’era stata in Giappone già alla fine dell’Ottocento e che prevedeva l’istruzione obbligatoria fino alla scuola superiore per i bambini di entrambi i sessi.
A poco più di diciotto anni segue a Tōkyō quello che era il suo amore dell’epoca, una storia che poi finirà in breve tempo, ma che fu importante per lei per poter arrivare e vivere nella città che in quel momento era il centro della produzione culturale di tutto il paese.
Hayashi Fumiko arriva dunque a Tōkyō. Nei primi anni svolge qualunque tipo di lavoro perché aveva bisogno di mantenersi: farà la cameriera di caffè, farà la donna di servizio, farà l’inserviente ai bagni pubblici, la dattilografa e anche la contabile, ma per poco tempo perché era assolutamente negata per i calcoli. Tutto questo fino a quando riuscirà a pubblicare il suo primo lavoro, che è Hōrōki (Diario di una vagabonda), che le darà la fama e finalmente l’indipendenza economica tanto agognata. Da quel momento Hayashi Fumiko diventerà una delle autrici più amate del Giappone.
Ogni giorno mi sveglio e mi viene voglia di strapparmi i capelli al pensiero che autrici come Hayashi Fumiko siano quasi completamente escluse dalle discussioni sui migliori autori giapponesi. La mancanza di importanza che le viene attribuita, sia su suolo giapponese che dall’occidente (ciò dimostrato dalla mancanza di traduzione anglofona per questo testo, uno dei suoi più celebri ed influenti. sulla letteratura nipponica), mi fa, sinceramente, ribrezzo. Lampi è uno dei libri più impattanti che abbia letto negli ultimi anni: il mondo femminile dipinto da Hayashi è un mondo crudele, duro ed inclemente e l’autrice non ha paura di mostrarlo soprattutto attraverso la sua scrittura fredda, cruda e realistica; le sue scene mancano della raffinatezza che ci si aspettava dalle autrici giapponesi del tempo, i personaggi da lei descritti sono orribili, approfittatori senza remore e con una dubbiosa moralità. Hayashi si focalizza su coloro che si trovano ai margini della società, prostitute, diseredati e, nel caso specifico di Lampi, i cosiddetti shiseiji, i figli illegittimi, completamente marginalizzati dalla collettività (e dalle istituzioni) del paese. Una lettura consigliatissima (soprattutto per coloro che conoscono la storia giapponese di inizio ‘900).
“Lui avvicinò il proprio viso al suo e lei sentì il suo respiro acre. allora si sollevò inarcando la schiena, come un animal pronto all’attacco, abbassò il mento e lo morse sulla guancia sinistra con una violenza tale da fare uscire un fiotto di sangue. Tsunakichi scattò in piedi. Il sangue gli colava lungo la guancia. Anche Kiyoko fu pronta ad alzarsi e proprio in quel momento dalla casa di Kunimune arrivò il suono di un agile rondò per pianoforte. Sembrava che quella musica le please dire qualcosa. Quelle note leggere erano un balsamo, una brezza sul lago. L’ombra dei pioppi ondeggiava sui tatami e le piccol foglie sembravano piovute dal sole. la mattina intorno era silenziosa e tranquilla, come se non fosse successo niente.”
Hayashi Fumiko era di umili origini. Era una novità, perché nel panorama della letteratura giapponese femminili, tutte le autrici avevano origini altolocate.
Sfonda nel mondo letterario con un memoir dei suoi giorni a vagabondare per Tokyo, patendo la fame e rimpiangendo un amore finito. Grazie a questo testo, raggiunge l'indipendenza finanziaria.
"Lampi", scritto nel 1936, è un romanzo che parla di chi appartiene al suo stesso ambiente sociale, ai derelitti, si figli illegittimi. Le protagoniste sono tutte donne di una famiglia che hanno fatto scelte diverse e che la società vuole "buone mogli e madri", ma la realtà è ben diversa dalla norma.
Pur essendo un romanzo corale, Kiyoko è un po' la protagonista principale, una donna che rigetta il ruolo che le impone la società, e cerca l'indipendenza. La maggior parte della narrazione si svolge nelle soffocanti mura domestiche, luogo in cui Kiyoko cerca di sottrarsi fuggendo e cercando la libertà anche dalla sua stessa famiglia, che avverte come un peso e un onere.
Le sorelle maggiori, Mitsuko e Nuiko, l'unico fratello e la madre completano il quadro familiare sfaccettato. Il fulcro, oltre che l'incasellamento sociale a cui sono costrette le donne nel pre Guerra del Pacifico (e post se è per quello), è anche il legame familiare che dovrebbe sovrastare ogni difficoltà, ma che diventa una catena che impedisce ai vari membri di trovare la serenità.
Una vera e propria boccata d'aria fresca. Incredibile come Hayashi Fumiko riesca a rendere il suo libro così attuale e incisivo.
"Kiyoko se fue acostumbrando a la habitación e hizo uso de sus escasos ahorros para abastecerse d djn hornillo de barro, carbón y una cacerola. Las herramientas y artilugios iban amontonándose poco a poco e los rincones de su cuarto y Kiyoko sentía de vez en cuando que esa era, por fin, su vida. El interior del armario, el tatami y las paredes se fueron convirtiendo de forma paulatina en algo familiar para ella y, al fin, Kiyoko consiguió sentirse liberada y con la tranquilidad de quien ha encontrado un refugio".
Un poco 'La casa de Bernarda Alba' a la japonesa, la autora da voz en esta novela a esas primeras mujeres jóvenes que osaron salirse del camino prefijado para ellas.
Kiyoko è la sorella minore di un gruppo di tre donne e un ragazzo, sono tutti figli di padre diverso e le sue sorelle tentano di sposarla a un commerciante a causa della cicatrice che le deturpa il labbro...
Kiyoko è una donna indipendente nel Giappone degli anni 30, sua sorella Nuiko è una manipolatrice che seduce gli uomini e poi li rifila alle sorelle, almeno è quel che ha fatto dopo aver tradito il proprio marito con quello che poi è diventato lo sposo di Mitsuko, e ora toccherebbe a Kiyoko che lei vorrebbe sposare a un rozzo commerciante, ma le cose precipitano e intanto che lei ci va ancora a letto, sua sorella lo rifiuta provocando una reazione a catena, quindi il marito di lei viene prontamente licenziato per far posto al nuovo arrivato
nel Giappone anteguerra le donne non è che avessero molte possibilità, proprio come adesso, e una donna con un difetto fisico di certo non è in una buona posizione, quindi qualsiasi uomo potrebbe esser considerato un buon partito dalla famiglia ansiosa di liberarsi del peso e di avvantaggiarsi della relazione con un ricco commerciate...
Fumiko Hayashi fu una specie di femminista e le donne che descrive sono piuttosto dure, certo Nuiko è la peggiore delle sorelle e le sue manovre per avvantaggiarsi al massimo delle sue relazioni sessuali la rendono un modello molto comune, ma Kiyoko è una che non si lascia piegare, vuole scegliere il suo destino e non accetta che la sua cicatrice le precluda una vita normale, sua sorella Mitsuko invece è la vittima predestinata delle macchinazioni della madre, incontinente sessualmente proprio come Nuiko e della stessa Nuiko
storia dolorosa della ricerca di un'autonomia e della consapevolezza che i legami di sangue non presuppongono certo un affetto incondizionato, la prosa asciutta rende il racconto attuale e le emozioni che descrive vanno molto oltre le convenzioni che il Giappone chiama "relazioni personali"
Ha estado bonito. Dramático-sutil en el clásico estilo japonés y un ejemplo interesante de carácter femenino. La portada, como en cada libro de la editorial, maravilla.
"Lampi" (Inazuma) di Hayashi Fumiko, scritto nel 1936, è un testo innovativo per la letteratura nipponica, almeno per due ragioni, mi sembra di aver colto, anche leggendo il bellissimo e interessantissimo saggio introduttivo di Paola Scrolavezza (a cui è affidata pure la traduzione): intanto per un linguaggio "diverso" rispetto a quello che si può più ampiamente "saggiare" nella letteratura dell'epoca, un linguaggio sicuramente più "terreno", più vicino alla "strada", a quel variegato mondo, a cui i protagonisti di "Lampi" appartengono, di un Giappone popolare e non aristocratico; soprattutto, però, ciò che risalta indubbiamente nel testo della Hayashi è la protagonista: Kiyoko, la quale rappresenta un tipo di donna forte, ribelle e incline a perseguire la propria felicità e la propria indipendenza, anche a scapito delle convenzioni sociali: in una parola, emancipata, o che, quantomeno, punta all'emancipazione. Fatto ancora più sorprendente se si considera che la realtà all'interno della quale si muove Kiyoko - e all'interno della quale si muoveva Hayashi che in parte è riflessa nella protagonista di "Lampi" - è ancora intrisa di patriarcato e nella quale il destino della donna è espresso, in buona sostanza, nell'affermazione per cui le donne devono essere «buone mogli, madri sagge». E, a ben pensarci, la famiglia, a cui si allude in fondo nella massima indicata sopra, è, in questo romanzo, altrettanto protagonista di Kiyoko; scrive Paola Scrolavezza: «Con questo romanzo [Inazuma] dunque Hayashi si inserisce perfettamente nella tradizione iniziata dagli scrittori naturalisti, il cui interesse era incentrato sulla famiglia (ie) che viene a sostituire quello che in Zola e nel naturalismo francese era la «società»». La maggior parte del romanzo, infatti, ci rappresenta un quadro familiare complesso e profondamente conflittuale - si voglia anche per il fatto che le tre sorelle e il loro fratello non sono figlie e figli dello stesso padre, ma di tre padri diversi, sollevando la questione, particolarmente sentita da Kiyoko, e per la verità cara anche a Hayashi stessa, dell'essere una shiseiji (figlia illegitima) - in cui a essere problematizzata, in fondo, è la questione del matrimonio: di fronte ai matrimoni fallimentari, contratti non certo per amore, che Kiyoko ha modo di osservare nella sua famiglia, lei, che pure non è contraria a questo istituto, decide di non sposarsi, nonostante le insistenze del suo nucleo familiare e nonostante i vantaggi che potrebbe ottenere dal candidato sposo individuato per lei, che tuttavia lei non ama affatto. Come scrive perfettamente Paola Scrolavezza nel suo saggio introduttivo: «Kiyoko non discute la legittimità del matrimonio, è convinta che possa essere una buona scelta, se c'è un accordo che rende felici entrambi gli sposi. Quello che per lei è inaccettabile è la pressione sociale che spinge una donna a sposarsi soltanto per potersi definire «moglie», e acquisire così uno status. In pratica, il messaggio di Hayashi è che il matrimonio dovrebbe essere sempre una scelta fatta per amore, non per adempiere un obbligo sociale»; e più oltre aggiunge: «[...] il problema centrale è sempre la libertà di scelta. La scrittrice cioè introduce una riflessione su cosa accade qualora venga negata la libertà, e un individuo sia costretto a una scelta contro la propria volontà [si pensi ai matrimoni - appunto fallimentari - delle sorelle di Kiyoko]», concludendo affermando che: «In pratica, a essere messa in discussione è la struttura stessa della famiglia così come concepita all'interno del sistema patriarcale». Un testo dunque moderno e storicamente importante, mi sembra di poter dire, che senza ombra di dubbio merita per queste ragioni di essere conosciuto.
Spesso c'è il preconcetto che lo stile dei romanzi giapponesi sia molto fatuo, lezioso, onirico, delicato: se queste caratteristiche vi hanno fermato dal leggere la letteratura nipponica vi consiglio questo libro, che se ne discosta completamente, nessun elemento fantastico, molta concretezza e uno stile terroso, quasi squadrato. Abbiamo una protagonista che per tutto il romanzo cerca la propria identità, scavando nel significato più profondo che ciò implica, partendo dal rapporto con il proprio corpo, i propri desideri, le aspettative della famiglia e della società, i modelli femminili a lei vicini; non c'è mai un rifiuto di ciò che ci si aspetta da lei per partito preso, per essere alternativa, ma una ribellione profonda e quindi vera, non di facciata per avere un' etichetta a cui aggrapparsi, una rivoluzione nella concezione di amore, che può accettare il matrimonio come istituzione ma vissuto con un nuovo significato, più puro e più adatto alla sua sensibilità. È piena di contrasti, in questo non distacco totale dal formale ma dall'essenza, nella percezione di sé bella ma sfigurata, del confronto con le sorelle che rappresentano l'apparenza dell'ideale femminile richiesto dal suo mondo. Nelle cultura occidentale, ma non solo, attuale il corpo sta riacquistando centralità nella discussione identitaria, che è uno dei topoi fondanti di questo periodo storico, al di là dell'espressione del sé con il look e credo che questo libro, foglio di un'altra epoca e società, abbia ben precorso questi temi e oggi più che mai meriti una lettura.
Hayashi Fumiko nos muestra en “El relámpago” a una familia humilde en la que cada uno de sus miembros lucha día a día por salir adelante.
La madre con sus cuatro hijos, de diferentes padres, intenta una conexión de hermandad que resulta imposible.
Mitsuko esposa abnegada que detesta a un marido infiel y que en su pérdida se plantea si merece la pena seguir viviendo. Nuiko, cruel, déspota, infiel y manipuladora utiliza todo lo que hay a su alcance para mejorar su existencia. Kiyoko, decidida a no casarse si no es por elección a pesar de su “defecto físico” se enfrenta, de forma despiadada a una madre a la que no consigue entender, hasta el punto de odiarla. El hijo varón, cansado de ser pobre se va a la un lugar lejano del que probablemente no regresará.
H. Fumiko da relevancia a las mujeres y las coloca en el centre de una historia única, solo porque está escrita por ella. La sensación que nos deja es de que querer leer un libro de cada uno de los personajes que nos muestra. Espectacular.
Espectacular. ¡Qué dominio de la elipsis, de la sutileza, de la atmósfera, del desarrollo de personajes, del ritmo y de todo! ¡Joder y qué final! ¡Una auténtica pasada esta historia familiar centrada en tres hermanas que viven en Tokio en los años 20! Una novela coral donde sobresale el personaje de Kiyoko, una chica que, a pesar de una deformación genética en el rostro, decide tomar su propio rumbo y no seguir una vida marcada por la búsqueda de status social a través de un marido. Desde ya, fan de la autora.
Nunca había leído un clásico de una autora japonesa y creo que ha sido muy buena introducción. Aunque es verdad que la historia no es trepidante, refleja muy bien cómo era la sociedad con las mujeres en el Tokio de comienzos del siglo XX. La forma tan natural de narrar las cosas me ha hecho teletransportarme al momento y empatizar con los personajes.
Flojito. Para tan bien que escribe, tan buenas tramas... Meh. Quizá otros libros suyos sean mejores. Las hermanas mayores y el hermano, totalmente desaprovechados, no se explican sus motivaciones ni sus actos, me interesaban más los maridos que ellas... No había por donde coger la trama con el panadero. Solo está bien descrita la protagonista y es entendible todo lo que hace. La madre podría haber sido un personajazo y es una señora mayor que llora (y ya). Menos capitulico de relleno y más desarrollar los personajes maña.
Los personajes de esta novela son gente corriente del Japón de los años 20, aunque nos habla de las vicisitudes de una familia algo peculiar. La madre es una mujer que vive su vida sin prestar atención al qué dirán, y no parece importarle nada tener cuatro hijos de padres distintos. La hija protagonista, Kiyoko, es la que parece sentir más la soledad a la que te somete el pertenecer a una familia diferente y que no ha seguido las normas aceptadas como correctas. Esa misma protagonista es quien reclama de forma más insistente el derecho a tener la libertad de elegir cómo vivir su vida y de escapar de las normas que la sociedad le marca a ella.
En un momento en el que para una mujer casarse es casi el objetivo de vida, todos lo que rodean a Kiyoko piensan que su labio leporino justifica que ella deba entregarse a cualquiera que la acepte. Solamente ella parece tener claro que prefiere ser libre y, como mucho, elegir casarse por amor.
Aunque la lucha entre el miedo a la soledad y el deseo de libertad se cuela en varios momentos del libro, par mí la autora presenta mujeres que quieren elegir su propio destino y van a hacerlo. El libro se lee con facilidad, y es difícil soltarlo.
Lo ricordavo intenso e coinvolgente già dalla prima lettura per l'esame di letteratura giapponese 2 (ormai sei anni fa!). Non mi ha deluso neanche dopo tutto questo tempo! Sicuramente da provare a rileggere in lingua originale la prossima volta.
Lamento decir que no fue una lectura para mí. Me gusta mucho la literatura japonesa, por su elegancia y concisión, y aunque tiene parte de sus características, se inserta casi en un estilo de realismo sucio que, como lectora, no suelo apreciar. Intenso y a veces violento, me ha costado terminarlo.
Il primo libro terminato nel 2023 si candida già come uno tra i migliori dell'anno. Questo libro mi ha sorpreso sotto diversi punti di vista: innanzitutto la trama è di respiro molto più ampio di quanto mi aspettassi e segue i diversi membri di una famiglia giapponese, al posto che concentrarsi sulla sola Kiyoko che, pur essendo certamente considerabile come "centro" del romanzo, non è certo il personaggio principale (potremmo dire che lei e Mitsuko si "dividono la scena" sotto questo punto di vista). La ragazza assume un'importanza centrale poichè gli altri personaggi si rapportano costantemente sia vedendola come un ideale di donna "emancipata" (es. Mitsuko) sia osteggiandola per il suo "egoismo". Come tutti i personaggi di questo romanzo, Kiyoko è un personaggio ambiguo e certamente non la tipica "strong female character" alla quale tutti noi potremmo essere più o meno abituati: la sua fortissima spinta all'indipendenza è infatti fortemente legata al suo senso di inadeguatezza fisica, come più volte sottolineato nel romanzo, pertanto le cause delle sue azioni rimangono spesso difficili da decifrare in modo univoco e rendono impossibile ridurla a un personaggio macchiettisticamente emancipato. Gli altri personaggi rimangono altrettanto ambigui, poichè spesso azioni apparentemente "forti" da loro compiute verso l'emancipazione risultano non essere che modi diversi di riproporre le loro debolezze, non rendendo noi lettori in grado di capire (e sperare) un domani diverso per loro. A questo "cast" di personaggi meravigliosamente umani, si unisce la scrittura formidabile di una delle autrici giapponesi più di successo del secolo scorso, che con la sua prosa non risparmia nulla nè della crudezza nè della bellezza dei personaggi e del mondo che li circonda.
“Ozaki Akira llamó a mi obra “literatura del alma”, un término que acepto con agradecimiento (…) Nací como ser humano y soy feliz si puedo escribir sobre temas como el dolor de las personas, la nostalgia de los tiempos y cosas por el estilo”. El relámpago es una novela sobre una familia “de mujeres tristes”, que retrata el Japón de los años 20 desde los márgenes, enlazando las visiones y experiencias de cuatro mujeres que encarnan -diferentes facetas- de lo no normativo. Una madre, Osei, con cuatro hijos de padres diferentes. La hermana mayor, Nuiko, ambiciosa y caprichosa que no duda en usar “sus armas de mujer” para salirse con la suya. Mitsuko, la mediana, esposa y viuda pusilánime incapaz de hacer frente a quien la desafía. Katsuke, el único varón y que depende de su madre y hermanas. Y, por último, Kiyoko, la hermana menor, que representa el ideal de mujer fuerte, resistente, que hace de la independencia su bandera, que se enfrenta con determinación y fiereza a quienes amenazan su libertad pero que se siente tan expuesta como vulnerable por una cicatriz en su rostro. La comparación con las Hermanas Makioka es inevitable y es que la obra de Hayashi Fumiko tiene el mismo tono costumbrista de la de Tanizaki. Hay temas que se repiten. Pero el relámpago es una novela mucho más profunda. Hay más belleza, más verdad. Y es que su autora nos traslada de una forma tan poética como amarga el destino cruel de las mujeres que no se ajustan a la horma de lo que se espera de ellas. Hayashi Fumiko nos está hablando de ella misma, de su alma. No puedo esperar a leer Nubes Flotantes.
Este libro relata la historia de una familia de clase humilde. Tres hermanas y un hermano, de diferentes padres, se verán envueltos en los problemas de la cotidianidad, las expectativas y la sociedad de un Japón en progreso de 1920.
Hayashi Fumiko, describe con absoluto genio la normalidad de la familia. No falla en retratar un ambiente solitario, triste y despiadado que nos plantea si vale si quiera estar vivo en el.
Una cosa que me ha fascinado, ha sido los huecos textuales. Es decir, cómo cuenta una historia sin contarla. En esta novela es muy importante lo que no vemos, casi incluso más que lo que vemos.
La sensación que deja es de desolación. Hayashi Fumiko no deja de sorprenderme, es una autora única, que nos acerca a sus personajes y nos hace sentir con su sencillez de prosa que nosotros hemos vivido con ellos. Que somos parte de su mundo ficticio.
En general me cuesta leer literatura japonesa, tardo en conectar con los personajes probablemente porque los nombres me suelen resultar ajenos, pero no en el caso de esta novela. Rápidamente conectas con el personaje principal, Kiyoko, una chica con una cicatriz en la cara que la hace ser vista por su familia (y probablemente por la sociedad del momento) casi como una apestada. Es la lucha de Kiyoko por salir adelante y elegir su futuro y no el futuro que su madre y hermanas han buscado para ella: casarse con un panadero que es un monstruo y acabar viviendo una vida desgraciada como ellas.
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Darei 3 stelle e 1/2 Sicuramente una scrittura forte, che affronta temi importanti in uno spaccato di vita dura, con personaggi abbastanza ben caratterizzati. Lo stile di scrittura distaccato e oggettivo dei fatti, se si escludono due o tre scene più intense, non mi ha permesso di immergermi completamente nella storia e di empatizzare fino in fondo con i protagonisti. È un libro importante e di Hayashi Fumiko andrebbe letto tutto, così da capire come viveva e cosa sentiva la donna nel Giappone degli anni ‘30-‘40, ma non mi ha coinvolto pienamente.
Sarà perché ho letto questo libro con la piena consapevolezza di star leggendo un cult, tanto per la letteratura giapponese quanto per la narrativa femminile in particolare, sono riuscita ad apprezzarlo a pieno, nonostante possa sembrare a primo acchito un libro come tutti gli altri. Se parliamo della traduzione italiana, credo che il suo punto di forza sia la prefazione di Paola Scrolavezza, senza cui il libro perderebbe gran parte del suo carico di significato.
Esta novela sigue la historia de 3 hermanas si no mal recuerdo en los años 2o del siglo XX aprox. La mayor es alguien que solo ve por sus intereses, de una forma descarada mantiene relaciones fuera de su matrimonio, bebé y tiene negocios, es decir se comporta como cualquier hombre de su época. La hermana de en medio es completamente sumisa y obediente de lo que primero, le decía su familia y posteriormente, su esposo. Finalmente esta la hija menor que ya trabaja pero quiere seguir estudiando y su hermana mayor la quiere casar con un tipo mucho mayor que ella, solo porque les puede proveer e incluso darles negocios al resto de la familia; y quién tiene una cicatriz de labio leporino razón por la que dice que nunca se va a casar.
El libro se lee rápido porque aunque se escribió en el siglo pasado tiene una prosa sencilla y muy limpia, aunado a esto todo el tiempo están pasando cosas y los capítulos son muy cortos. Como buena historia niponesa te invita a la reflexión, la introspección y te deja con una sensación de tranquilidad. Aunque no se dejen engañar, en esta novela hay muertes, violencia familiar, pobreza, matrimonios arreglados, mujeres infelices debido a los mandatos del patriarcado, por mencionar solo algunos aspectos.
También hay un hermano pero este realmente no figura mucho. Algo a destacar y que le pesa mucho a las personajas es que todxs (incluido el hermano), son hijxs de distintos padres, lo cual significaba tener una enorme mancha en la sociedad durante la época de la novela. Solo por este hecho creo que la madre tiene una relevancia mayor a la vimos en la trama, pues no nos mostraron todo lo que seguramente batallo al criar a sus 4 hijxs de padres distintos y la discriminación y/o violencia que debió haber vivido por esto.
Principalmente, se desarrolla la vida de la hermana menor con esa rebeldía enorme que posee y de la hermana de en medio cuya obediencia y bondad se difuminan en su carácter. Esta última sin dudas fue mi personaja favorita, porque aunque es la que peor situación vive, nunca dejo de ser amable y cariñosa con su hermana menor (aunque esta la tratara de lo peor), e incluso con su mamá aunque le pesara mucho tener hermanxs de distintos papás. Su nobleza me ganó por completo.
Coadiuvato da una più che esaustiva introduzione a cura di Paola Scrollavezza e da una traduzione finalmente corretta, scorrevole, revisionata e corredata da un glossario indispensabile, finalmente torna dopo tanti anni di fotocopie, fuori catalogo e racconti brevi questa famosa autrice giapponese, Hayashi Fumiko.
E' inutile soffermarsi sulla biografia e sul contesto letterario che circondava l'autrice, ampiamente spiegati dall'introduzione: sul romanzo in sè, personalmente credo sia una slice of life molto frammentaria e molto giapponese come aspetto e come anima, a cui l'autrice dona la sua personale impronta, rendendola così realistica da risultare quasi cruda.
Attraverso le vicende quotidiane e sofferte di una madre, delle tre figlie e delle loro famiglie, in poco più di venti capitoli, descrivendo solo brevi episodi incisivi che creano una gabbia scarna attorno al romanzo, Hayashi Fumiko crea ancora una volta uno spaccato duro ed efficace dei rapporti tra consanguinei. Incredibilmente schietta, come sempre, la resa dei personaggi. La madre Osei riflette le sue ambizioni sulle figlie; Nuiko, che vive apertamente anche le proprie azioni più turpi, Mitsuko, incapace di dare una salda direzione alla sua esistenza, e l'eroina Kiyoko, decisa a non piegarsi alle convenzioni paventate dalla sua scomoda famiglia, a costo di risultare crudele. A corredo di questo quartetto ruotano figure più o meno incisive di personaggi maschili, con un continuo passaggio di chiaro scuro tra la violenza e la passività con cui vivono il loro rapporto con le donne. L'atmosfera così disperatamente realistica è mitigata dagli scorci familiari e naturali, che riflettono e suggeriscono in un raffinato gioco di illusioni le intenzioni dei protagonisti, in primis Kiyoko, le cui decisioni sembrano riflettersi nella luce procurata dai lampi lontani, che aprono e chiudono il romanzo.
Decisamente consigliato se amate la scrittura giapponese della prima metà del 1900.
Fue un libro un poco pesado y aburrido, pero había algo que no me dejaba olvidarme de él. Creo me daba coraje ver que página tras página, todos las penurias que pasaban las mujeres (refiriendonos a esa época y lugar), eran causadas por un hombre. En verdad que la única posibilidad para que a una mujer le fuera bien en la vida, era elegir (o que le eligieran) un buen marido. En fin, fue una lectura pesada pero trato de llevarme lo bueno solamente. Que es conocer mejor la vida y costumbres del Japón de esa época.
Orgoglio e pregiudizio giapponese del novecento che fa un passo in più, per quanto riguarda il tema del matrimonio e della vita delle donne e con una protagonista Kyoko davvero ribelle. Fantastica la scena dove Kyoko affronta l'amante.