What do you think?
Rate this book
Ontem Não Te Vi Em Babilónia
Uma noite ninguém dorme, e durante a meia-noite a as cinco da manhã, as pessoas sonham acordadas no sono: contam e inventam as suas vidas e as suas histórias, ou as histórias em que transformam as suas vidas, ou as vidas que transformaram em histórias. Podem ser vidas cruéis, de medo, de uma cicatriz interior, de algo que talvez fosse o Estado português de outros tempos. Podem ser vidas de amores passados, de lápides varridas, de um desejo de uma vida inteira, de se poder ser feliz sem pensar. Nestas histórias, nestes silêncios destas falas, nos risos e nas traições, vamos identificando a noite de um país, a noite cheia de vozes de todos nós, e a noite silenciosa que é o isolamento de cada um. Como diz o autor - "porque aquilo que escrevo poder ler-se no escuro".
479 pages, Paperback
First published January 1, 2006
17 people are currently reading
247 people want to read
About the author
António Lobo Antunes
87 books1,039 followersAt the age of seven, António Lobo Antunes decided to be a writer but when he was 16, his father sent him to medical school - he is a psychiatrist. During this time he never stopped writing.
By the end of his education he had to join the Army, to take part in the war in Angola, from 1970 to 1973. It was there, in a military hospital, that he gained interest for the subjects of death and the other. The Angolan war for independence later became subject to many of his novels. He worked many months in Germany and Belgium.
In 1979, Lobo Antunes published his first novel - Memória de Elefante (Elephant's Memory), where he told the story of his separation. Due to the success of his first novel, Lobo Antunes decided to devote his evenings to writing. He has been practicing psychiatry all the time, though, mainly at the outpatient's unit at the Hospital Miguel Bombarda of Lisbon.
His style is considered to be very dense, heavily influenced by William Faulkner, James Joyce and Louis-Ferdinand Céline.
He has an extensive work, translated into several languages. Among the many awards he has received so far, in 2007 he received the Camões Award, the most prestigious Portuguese literary award.
By the end of his education he had to join the Army, to take part in the war in Angola, from 1970 to 1973. It was there, in a military hospital, that he gained interest for the subjects of death and the other. The Angolan war for independence later became subject to many of his novels. He worked many months in Germany and Belgium.
In 1979, Lobo Antunes published his first novel - Memória de Elefante (Elephant's Memory), where he told the story of his separation. Due to the success of his first novel, Lobo Antunes decided to devote his evenings to writing. He has been practicing psychiatry all the time, though, mainly at the outpatient's unit at the Hospital Miguel Bombarda of Lisbon.
His style is considered to be very dense, heavily influenced by William Faulkner, James Joyce and Louis-Ferdinand Céline.
He has an extensive work, translated into several languages. Among the many awards he has received so far, in 2007 he received the Camões Award, the most prestigious Portuguese literary award.
Ratings & Reviews
Friends & Following
Create a free account to discover what your friends think of this book!
Community Reviews
Displaying 1 - 16 of 16 reviews
September 24, 2022
Las noticias de los últimos días confirman la idea de que, con el inevitable paso de los años, nos vamos quedando huérfanos y lo que antaño fue una flotilla poderosa e invencible, poco a poco se va convirtiendo en un solitario barco a la deriva, buscando en vano el faro que lo dirigirá, sano y salvo a tierra. ¿Cuántas veces encontramos esa luz tan anhelada en las páginas de un libro? ¿Cuántas veces una imagen en la pantalla es suficiente para hacernos sentir completos? La afirmación definitiva de que esta vida y su supuesta realidad, jamás nos serán suficientes. Ayer fue Hilary Mantel y hace dos semanas Javier Marías. Ambos iniciando su séptima década en pleno uso de sus facultades, en medio de proyectos nuevos y totalmente entregados a su arte. La muerte los tomó por sorpresa y se los llevó con sus planes, que por siempre quedarán incompletos. Nosotros, sus lectores, de igual manera quedamos un tanto incompletos sin ellos.
Jean-Luc Godard falleció también hace unos días, en su casa al borde del Lago Leman, en un pequeño y pintoresco pueblo llamado Rolle, donde el gran cineasta francosuizo, siempre del lado de la controversia, creó con su muerte por medio del suicidio asistido, su última obra. Y así, finalmente llego, tras varias bifurcaciones, al inmenso escritor portugués António Lobo Antunes. Porque bien visto, Godard y él están unidos por una búsqueda similar, donde el lenguaje se sitúa al centro de una transformación constante y la forma, es justo ese envoltorio que es menester maniobrar y manipular, con el solo propósito de lograr contener ese discurso innovador.
En la obra de Lobo Antunes, el lenguaje es rey. Portentosa y vigorosa, su prosa es un ser vivo cuya capacidad de mutación es sorprendente. La exigencia estilística y emocional, tan presente en otras novelas suyas que he leído, se manifiesta en esta con mayor fuerza. Y es sorprendente cómo el escritor aprieta las tuercas de tal manera que, el lector, en un momento dado se siente perdido en ese inmenso mar de pensamientos, cuyo ir y venir incesante produce un efecto casi hipnótico. No deja de manifestarse a todo lo largo de la novela la gran mente creadora del autor. La trama es en sí misma una especie de laberinto: cuatro voces irrumpen en la aparente tranquilidad de una noche de insomnio, donde la ansiedad de alcanzar el tan anhelado sueño se ve poco a poco amenazada y aniquilada por el aplastante despliegue de ese inmenso aparato que esa la mente y que está compuesta de absolutamente todos los recuerdos que guardamos y amontonamos, en un desorden aparente, en los diversos rincones, escalafones, pasillos y anaqueles que la conforman. La entrada a cada una de las mentes de los personajes (finalmente puedo concluir que son tres personajes, un hombre y dos mujeres y que, sin embargo, cada sección del libro conforma cuatro voces, cuyo orden es aparentemente arbitrario, la cuarta es una especie de comodín, que el autor utiliza para redondear ideas) produce un efecto que va en ascenso y es directamente proporcional a las horas que marca el reloj (y a la angustia de cada personaje, que finalmente constata que es su mente -y todo el enorme bagaje que constituyen el miedo, la soledad, el desamor, la espera, la tristeza-, la que no va a permitirle sucumbir al sueño), y que conforman las seis grandes secciones o capítulos: medianoche, una de la mañana, dos de la mañana, etc. El progreso temporal es un planteamiento capital del libro.
A todo lo largo de la novela, las ideas recurrentes sirven de guías al lector, algo así como las piedras que forman un camino para lograr cruzar un río, por ejemplo. Así, los nombres de lugares conforman un plano lingüístico, más que geográfico: Lisboa, Peniche, Alentejo, Montemor, Évora, Estremoz, Sintra y Luxemburgo. Cada lugar atado a un recuerdo específico y representando en el discurso de los personajes el movimiento. Luego vienen los diversos árboles que representan un plano más de este mapa semántico: manzano, árbol de la China, abeto, pomar, nogal, encina, olmo; después los pájaros: albatros, cuervos, milanos. Las personas, objetos y sitios: gitanos migrando, una niña ahorcada en la rama de un manzano, una muñeca, tres payasos, las olas de Peniche, las hierbas alrededor de un árbol, los perros (y particularmente una perra en celo, dentro de un garaje), un surtidor de gasolina y el empleado leyendo el periódico, un hospital, un hombre vestido de mujer (la transformación como idea germinal) y finalmente los nombres de personas: Ana Emilia, António, Elizabete, Lurdes, Laura, Marionela, Isménia. Las alusiones políticas, sobre una idea alegórica de la novela (representando el insomnio de un país entero), están también muy presentes y requerirían un estudio más completo. Es particularmente interesante y sorprendente la manera en cómo el autor se va introduciendo en los pensamientos de sus personajes, que en repetidas ocasiones se refieren al libro que escriben, dirigiéndose a sus lectores en una serie continua de paréntesis, que también van en ascenso y que, al final, logran el desdoblamiento definitivo, la metamorfosis suprema: el nombre del propio autor, a quien le tomó casi quinientas páginas romper el capullo para lograr volar libremente. La escritura como liberación, ni más ni menos.
Un análisis riguroso y puntual se convertiría en un ensayo bastante más extenso que la presente reseña (más académico, más detallista y aburrido…) y creo que aquí no es lugar para hacerlo. Así que me detengo, tan solo para regresar a la idea inicial del presente texto sobre la pérdida y decirle a mi querido y muy admirado Javier Marías: estoy muy triste porque Ayer no te vi en Babilonia.
__
Jean-Luc Godard falleció también hace unos días, en su casa al borde del Lago Leman, en un pequeño y pintoresco pueblo llamado Rolle, donde el gran cineasta francosuizo, siempre del lado de la controversia, creó con su muerte por medio del suicidio asistido, su última obra. Y así, finalmente llego, tras varias bifurcaciones, al inmenso escritor portugués António Lobo Antunes. Porque bien visto, Godard y él están unidos por una búsqueda similar, donde el lenguaje se sitúa al centro de una transformación constante y la forma, es justo ese envoltorio que es menester maniobrar y manipular, con el solo propósito de lograr contener ese discurso innovador.
En la obra de Lobo Antunes, el lenguaje es rey. Portentosa y vigorosa, su prosa es un ser vivo cuya capacidad de mutación es sorprendente. La exigencia estilística y emocional, tan presente en otras novelas suyas que he leído, se manifiesta en esta con mayor fuerza. Y es sorprendente cómo el escritor aprieta las tuercas de tal manera que, el lector, en un momento dado se siente perdido en ese inmenso mar de pensamientos, cuyo ir y venir incesante produce un efecto casi hipnótico. No deja de manifestarse a todo lo largo de la novela la gran mente creadora del autor. La trama es en sí misma una especie de laberinto: cuatro voces irrumpen en la aparente tranquilidad de una noche de insomnio, donde la ansiedad de alcanzar el tan anhelado sueño se ve poco a poco amenazada y aniquilada por el aplastante despliegue de ese inmenso aparato que esa la mente y que está compuesta de absolutamente todos los recuerdos que guardamos y amontonamos, en un desorden aparente, en los diversos rincones, escalafones, pasillos y anaqueles que la conforman. La entrada a cada una de las mentes de los personajes (finalmente puedo concluir que son tres personajes, un hombre y dos mujeres y que, sin embargo, cada sección del libro conforma cuatro voces, cuyo orden es aparentemente arbitrario, la cuarta es una especie de comodín, que el autor utiliza para redondear ideas) produce un efecto que va en ascenso y es directamente proporcional a las horas que marca el reloj (y a la angustia de cada personaje, que finalmente constata que es su mente -y todo el enorme bagaje que constituyen el miedo, la soledad, el desamor, la espera, la tristeza-, la que no va a permitirle sucumbir al sueño), y que conforman las seis grandes secciones o capítulos: medianoche, una de la mañana, dos de la mañana, etc. El progreso temporal es un planteamiento capital del libro.
A todo lo largo de la novela, las ideas recurrentes sirven de guías al lector, algo así como las piedras que forman un camino para lograr cruzar un río, por ejemplo. Así, los nombres de lugares conforman un plano lingüístico, más que geográfico: Lisboa, Peniche, Alentejo, Montemor, Évora, Estremoz, Sintra y Luxemburgo. Cada lugar atado a un recuerdo específico y representando en el discurso de los personajes el movimiento. Luego vienen los diversos árboles que representan un plano más de este mapa semántico: manzano, árbol de la China, abeto, pomar, nogal, encina, olmo; después los pájaros: albatros, cuervos, milanos. Las personas, objetos y sitios: gitanos migrando, una niña ahorcada en la rama de un manzano, una muñeca, tres payasos, las olas de Peniche, las hierbas alrededor de un árbol, los perros (y particularmente una perra en celo, dentro de un garaje), un surtidor de gasolina y el empleado leyendo el periódico, un hospital, un hombre vestido de mujer (la transformación como idea germinal) y finalmente los nombres de personas: Ana Emilia, António, Elizabete, Lurdes, Laura, Marionela, Isménia. Las alusiones políticas, sobre una idea alegórica de la novela (representando el insomnio de un país entero), están también muy presentes y requerirían un estudio más completo. Es particularmente interesante y sorprendente la manera en cómo el autor se va introduciendo en los pensamientos de sus personajes, que en repetidas ocasiones se refieren al libro que escriben, dirigiéndose a sus lectores en una serie continua de paréntesis, que también van en ascenso y que, al final, logran el desdoblamiento definitivo, la metamorfosis suprema: el nombre del propio autor, a quien le tomó casi quinientas páginas romper el capullo para lograr volar libremente. La escritura como liberación, ni más ni menos.
Un análisis riguroso y puntual se convertiría en un ensayo bastante más extenso que la presente reseña (más académico, más detallista y aburrido…) y creo que aquí no es lugar para hacerlo. Así que me detengo, tan solo para regresar a la idea inicial del presente texto sobre la pérdida y decirle a mi querido y muy admirado Javier Marías: estoy muy triste porque Ayer no te vi en Babilonia.
__
March 29, 2025
With "Ontem não te vi em Babilônia," Antonio Lobo Antunes pushes his writing to the extreme. He offers a doubly tricky book because it reveals the harsh interiority of deeply destroyed characters and uses novel literary techniques.
This book, from chapter to subchapter, from midnight to five in the morning, from character to character, reels off endless insomnia. It is a veritable polyphonic labyrinth into which Antonio Lobo Antunes invites us. All the soliloquies resemble terrifying nightmares in which it is difficult to untangle truth from falsehood. All the protagonists are linked to "the man," the main character of this book. All the protagonists are also deeply destroyed beings. "The man," this abject agent of Salazar's political police, a specialist in liquidations and torture, is awake; he seems to fear the vengeance of his former colleagues. He thinks of his older sister who raised him and whom he lost sight of; he sees and sees endlessly the lid of the coffin falling and crushing his mother's face. Her death, when he was still a child, caused a trauma with dire consequences. Anna Emilia, mistress of "the man" and wife of a police officer bestially murdered by her lover, thinks of her daughter, who committed suicide at the age of fifteen after the murder of her father. Alice, the wife of "the man," abandoned and frustrated in her desire to be a mother, sees her terrible landowner father again and relives the abortion imposed on her by her husband. People wounded by life, sick from their childhood, sad, vegetative, animal lives; infinitely painful images of death, torture, violence, abandonment, rejection, murder, abortion, loneliness—confusedly mixing, at the dawn of old age, in the form of a balance sheet, past and present—relentlessly torment all the actors in this drama.
Each narrator—one single, long, and unique sentence per chapter—speaks. These are long, non-linear, repetitive, constantly interrupted, obsessive monologues (doll, holm oak, earring, bicycle, spoon taps on a tin can, extinct planets, etc.). The subject is sometimes incoherent, that of a mentally ill person. The text is fractured, complex, and served by problematic punctuation. A network of monomaniacal metaphors—dogs, birds, trees—passes in the narrative from one character to another; the dead speak; should we consider the possibility of a single narrator? In the last chapter, Anna Emilia claims this role and asserts that she lied. Lobo Antunes himself immediately and very briefly—à la Hitchcock—appears.
"Ontem Não Te Vi em Babilónia" is a difficult read, but it's the price to pay for following the characters' thoughts as closely as possible. We feel their pain, their anguish, their solitude, their disorder. We glimpse the potential banality of monstrosity. Indeed, we gain in lucidity, but we don't find it, it seems to me, and this is my only reservation, all that makes the richness, the usual beauty of Lobo Antunes' language.
This book, from chapter to subchapter, from midnight to five in the morning, from character to character, reels off endless insomnia. It is a veritable polyphonic labyrinth into which Antonio Lobo Antunes invites us. All the soliloquies resemble terrifying nightmares in which it is difficult to untangle truth from falsehood. All the protagonists are linked to "the man," the main character of this book. All the protagonists are also deeply destroyed beings. "The man," this abject agent of Salazar's political police, a specialist in liquidations and torture, is awake; he seems to fear the vengeance of his former colleagues. He thinks of his older sister who raised him and whom he lost sight of; he sees and sees endlessly the lid of the coffin falling and crushing his mother's face. Her death, when he was still a child, caused a trauma with dire consequences. Anna Emilia, mistress of "the man" and wife of a police officer bestially murdered by her lover, thinks of her daughter, who committed suicide at the age of fifteen after the murder of her father. Alice, the wife of "the man," abandoned and frustrated in her desire to be a mother, sees her terrible landowner father again and relives the abortion imposed on her by her husband. People wounded by life, sick from their childhood, sad, vegetative, animal lives; infinitely painful images of death, torture, violence, abandonment, rejection, murder, abortion, loneliness—confusedly mixing, at the dawn of old age, in the form of a balance sheet, past and present—relentlessly torment all the actors in this drama.
Each narrator—one single, long, and unique sentence per chapter—speaks. These are long, non-linear, repetitive, constantly interrupted, obsessive monologues (doll, holm oak, earring, bicycle, spoon taps on a tin can, extinct planets, etc.). The subject is sometimes incoherent, that of a mentally ill person. The text is fractured, complex, and served by problematic punctuation. A network of monomaniacal metaphors—dogs, birds, trees—passes in the narrative from one character to another; the dead speak; should we consider the possibility of a single narrator? In the last chapter, Anna Emilia claims this role and asserts that she lied. Lobo Antunes himself immediately and very briefly—à la Hitchcock—appears.
"Ontem Não Te Vi em Babilónia" is a difficult read, but it's the price to pay for following the characters' thoughts as closely as possible. We feel their pain, their anguish, their solitude, their disorder. We glimpse the potential banality of monstrosity. Indeed, we gain in lucidity, but we don't find it, it seems to me, and this is my only reservation, all that makes the richness, the usual beauty of Lobo Antunes' language.
August 14, 2012
http://conspiracaodasletras.blogspot....
Aconteceu magia na Feira do Livro de Lisboa. Algo que ainda hoje tenho dificuldade de explicar ou até mesmo de perceber. Quando passeava no recinto do grupo Leya em busca de novidades, vi uma fila enorme para autógrafos. Surpresa das surpresas, era António Lobo Antunes. Não resisti e apesar de saber que teria um largo tempo de espera à minha frente, fui escolher um livro ao calha para, também eu, garantir o meu autógrafo. Foram talvez cinco minutos apenas, mas asseguro que foram muito intensos... Uma experiência que gostaria de repetir...
Escolhi Ontem Não te Vi em Babilónia. Porquê? Não sei, havia algo que me dizia que deveria ser este o primeiro. Sinceramente não sei se fiz uma boa escolha. O próprio António Lobo Antunes me questionou se era o primeiro livro dele que iria ler. Quando lhe respondi que sim, falou-me um pouco do enredo e alertou-me que iria ser difícil de ler, mas que valeria a pena pois no final iria perceber. Será que percebi? Quero acreditar que sim, mas do que tenho a certeza é que serviu para me apaixonar pela sua escrita.
Sobre o título, Ontem não te vi em Babilónia, li algures que o autor disse que também poderia ser Ontem Não Te Vi No Corte Inglês ou tão-somente Ontem Não Te Vi. De facto não poderia estar mais de acordo, mas a magia de António Lobo Antunes também passa pela forma superior como baptiza as suas obras. Nunca vi outro autor com tamanha capacidade de escolher os títulos.
Numa noite de insónias, várias pessoas com medo de falar, relatam o seu ontem. Entre a meia-noite e as cinco da manhã cada uma delas dá o seu testemunho, mente, inventa, mostra os reflexos de uma sociedade, mostra um pouco do autor. Verdadeiros quebra-cabeças que teimam em atormentar quem apenas quer esquecer o passado.
Ana Emília quer esquecer a morte da filha, um suicídio quando tinha apenas 15 anos. Alice, outrora enfermeira, quer esquecer a infância, mas quer também esquecer o presente. Quer esquecer Osvaldo, o seu marido, tuberculoso, que dorme no quarto ao lado. Não dorme, está também acordado, também ele querendo esquecer a morte da mãe quando era ainda uma criança.
A noite vai avançando e vão-se descobrindo laços que ligam intimamente as personagens. Como num bailado de andorinhas que procuram o ninho sem caminho certo, também a cabeça do leitor procura o fio condutor que permite atingir o final do livro. Aí também nós passamos por uma insónia, por um pesadelo.
No meu caso o “pesadelo” foi ler pela primeira vez este mestre. Parece que se institucionalizou que António Lobo Antunes é imperceptível e apenas para sobredotados. Talvez de facto eu ainda não estivesse preparado. Se achei confuso? Difícil? Provavelmente, mas tenho a certeza que vou repetir.
Aconteceu magia na Feira do Livro de Lisboa. Algo que ainda hoje tenho dificuldade de explicar ou até mesmo de perceber. Quando passeava no recinto do grupo Leya em busca de novidades, vi uma fila enorme para autógrafos. Surpresa das surpresas, era António Lobo Antunes. Não resisti e apesar de saber que teria um largo tempo de espera à minha frente, fui escolher um livro ao calha para, também eu, garantir o meu autógrafo. Foram talvez cinco minutos apenas, mas asseguro que foram muito intensos... Uma experiência que gostaria de repetir...
Escolhi Ontem Não te Vi em Babilónia. Porquê? Não sei, havia algo que me dizia que deveria ser este o primeiro. Sinceramente não sei se fiz uma boa escolha. O próprio António Lobo Antunes me questionou se era o primeiro livro dele que iria ler. Quando lhe respondi que sim, falou-me um pouco do enredo e alertou-me que iria ser difícil de ler, mas que valeria a pena pois no final iria perceber. Será que percebi? Quero acreditar que sim, mas do que tenho a certeza é que serviu para me apaixonar pela sua escrita.
Sobre o título, Ontem não te vi em Babilónia, li algures que o autor disse que também poderia ser Ontem Não Te Vi No Corte Inglês ou tão-somente Ontem Não Te Vi. De facto não poderia estar mais de acordo, mas a magia de António Lobo Antunes também passa pela forma superior como baptiza as suas obras. Nunca vi outro autor com tamanha capacidade de escolher os títulos.
Numa noite de insónias, várias pessoas com medo de falar, relatam o seu ontem. Entre a meia-noite e as cinco da manhã cada uma delas dá o seu testemunho, mente, inventa, mostra os reflexos de uma sociedade, mostra um pouco do autor. Verdadeiros quebra-cabeças que teimam em atormentar quem apenas quer esquecer o passado.
Ana Emília quer esquecer a morte da filha, um suicídio quando tinha apenas 15 anos. Alice, outrora enfermeira, quer esquecer a infância, mas quer também esquecer o presente. Quer esquecer Osvaldo, o seu marido, tuberculoso, que dorme no quarto ao lado. Não dorme, está também acordado, também ele querendo esquecer a morte da mãe quando era ainda uma criança.
A noite vai avançando e vão-se descobrindo laços que ligam intimamente as personagens. Como num bailado de andorinhas que procuram o ninho sem caminho certo, também a cabeça do leitor procura o fio condutor que permite atingir o final do livro. Aí também nós passamos por uma insónia, por um pesadelo.
No meu caso o “pesadelo” foi ler pela primeira vez este mestre. Parece que se institucionalizou que António Lobo Antunes é imperceptível e apenas para sobredotados. Talvez de facto eu ainda não estivesse preparado. Se achei confuso? Difícil? Provavelmente, mas tenho a certeza que vou repetir.
June 11, 2014
Terribly difficult read but an amazing linguistic exercise on how to portray the world from a flow or consciousness standpoint. Lobo Antunes revived surrealism in our era in a way that I had only seen Anais Nin do.
October 30, 2024
Very confusing story, with many characters to decode. The narrator's mind is filled with pain, hurt and nostalgia, transporting me to an uncomfortable place.
July 19, 2025
"Quando estou muitas horas acordada a sentir o tempo que não sei para onde vai no relógio eléctrico, sei que passa por mim num zumbidinho leve, começo a distinguir coisas no escuro, primeiro os móveis que deixaram de ser móveis e perderam o nome e depois o tecto, as paredes, o quadrado mais claro da janela e o rectângulo mais claro da porta esses sim ainda tecto e paredes e janela e porta e eu todavia
perdendo-os também e a esquecer o que são, parece que a alma me sai num fuminho e tenho medo que não regresse mais, que ficando sem alma fique sem a minha vida inteira e continue a respirar como respiram as cortinas e as árvores que por mais que nos falem não as podemos ouvir, não nos preocupamos no caso por exemplo de se assustarem, sofrerem, não fazem parte de nós, andam por aí e acabou-se, quando estou muitas horas acordada a minha cara principia a tornar-se da mesma matéria que as tais coisas do escuro e deixa de ser cara, os braços deixam de ser braços consoante os móveis deixaram de ser móveis e perderam o nome"
É meia noite, Ana Emília quer esquecer a morte da filha, que se suicidou quando tinha apenas 15 anos. Alice, outrora enfermeira, quer esquecer a infância, mas quer também esquecer o presente. Quer esquecer Osvaldo, o seu marido, tuberculoso, que dorme no quarto ao lado. Não dorme, está também acordado, também ele quer esquecer a morte da mãe quando era ainda uma criança.
A noite avança e vão-se descobrindo laços que ligam intimamente as personagens.
A narrativa que se passa entre a meia noite e as cinco da manhã explora histórias de vidas sonhadas ou sonhos de vida, que variam entre a alegria e a tristeza, o medo e o desencanto, permeadas por reflexões sobre o passado, a solidão e o ressentimento.
"Ontem Não Te Vi em Babilónia" foi uma leitura cativante e emocionante.
A escrita prende do início ao fim, com uma história que nos faz refletir sobre as nossas escolhas e os destinos a que nos levam tal como a complexidade das relações humanas. A profundidade das personagens e o ambiente onde se constroem são narradas de forma sublime.
É mais uma obra deste grande escritor que recomendo, para quem procura uma experiência literária rica e impactante!
Não é um romance!
É só mais um excelente livro do senhor António Lobo Antunes
perdendo-os também e a esquecer o que são, parece que a alma me sai num fuminho e tenho medo que não regresse mais, que ficando sem alma fique sem a minha vida inteira e continue a respirar como respiram as cortinas e as árvores que por mais que nos falem não as podemos ouvir, não nos preocupamos no caso por exemplo de se assustarem, sofrerem, não fazem parte de nós, andam por aí e acabou-se, quando estou muitas horas acordada a minha cara principia a tornar-se da mesma matéria que as tais coisas do escuro e deixa de ser cara, os braços deixam de ser braços consoante os móveis deixaram de ser móveis e perderam o nome"
É meia noite, Ana Emília quer esquecer a morte da filha, que se suicidou quando tinha apenas 15 anos. Alice, outrora enfermeira, quer esquecer a infância, mas quer também esquecer o presente. Quer esquecer Osvaldo, o seu marido, tuberculoso, que dorme no quarto ao lado. Não dorme, está também acordado, também ele quer esquecer a morte da mãe quando era ainda uma criança.
A noite avança e vão-se descobrindo laços que ligam intimamente as personagens.
A narrativa que se passa entre a meia noite e as cinco da manhã explora histórias de vidas sonhadas ou sonhos de vida, que variam entre a alegria e a tristeza, o medo e o desencanto, permeadas por reflexões sobre o passado, a solidão e o ressentimento.
"Ontem Não Te Vi em Babilónia" foi uma leitura cativante e emocionante.
A escrita prende do início ao fim, com uma história que nos faz refletir sobre as nossas escolhas e os destinos a que nos levam tal como a complexidade das relações humanas. A profundidade das personagens e o ambiente onde se constroem são narradas de forma sublime.
É mais uma obra deste grande escritor que recomendo, para quem procura uma experiência literária rica e impactante!
Não é um romance!
É só mais um excelente livro do senhor António Lobo Antunes
January 3, 2015
A edição que li, embora tenha a mesma capa que aparece aqui, e o mesmo ISBN, tem apenas 479 páginas, é da Publicações D Quixote (informação que aqui não aparece) é uma edição Non varietur com estabelecimento do texto por Eunice Cabral. Não sei porquê não tenho permissões para atualizar estes details, nem sei como se faz.
Quanto ao livro em si: Não sou fan de autores, não sou seletivo na escolha de livros e autores, pelo que tento de ler de tudo, não estando à partida predisposto para gostar (ou não gostar, claro) de um livro.
Deste não gostei. Essencialmente por ser difícil de ler. Encontrei apenas o ponto final na última página e, salvo erro, um outro algures a meio do livro que infelizmente não fixei, senão dir-vos-ia onde. Se calhar é gralha.
Na verdade custa-me ver proteger com a ideia de liberdade artística um texto que se fosse escrito numa prova liceal de Português seria reprovado por falta de pontuação.
Até porque acho que a pontuação faz falta.
Mas nem é esse o maior problema: Ao contrário do que li em várias "reviews" eu confesso que não percebi o livro.
Coerentemente tenho de dar apenas 1 estrela: Não gostei de não ter percebido nada, e só se tivesse percebido é que poderia ter gostado.
Mas sou persistente, infelizmente para António Lobo Antunes tentarei ler outros livros dele e fica prometido: Se dessa vez perceber a mensagem do autor, dar-lhe-ei, com gratidão, mais do que uma estrela.
Quanto ao livro em si: Não sou fan de autores, não sou seletivo na escolha de livros e autores, pelo que tento de ler de tudo, não estando à partida predisposto para gostar (ou não gostar, claro) de um livro.
Deste não gostei. Essencialmente por ser difícil de ler. Encontrei apenas o ponto final na última página e, salvo erro, um outro algures a meio do livro que infelizmente não fixei, senão dir-vos-ia onde. Se calhar é gralha.
Na verdade custa-me ver proteger com a ideia de liberdade artística um texto que se fosse escrito numa prova liceal de Português seria reprovado por falta de pontuação.
Até porque acho que a pontuação faz falta.
Mas nem é esse o maior problema: Ao contrário do que li em várias "reviews" eu confesso que não percebi o livro.
Coerentemente tenho de dar apenas 1 estrela: Não gostei de não ter percebido nada, e só se tivesse percebido é que poderia ter gostado.
Mas sou persistente, infelizmente para António Lobo Antunes tentarei ler outros livros dele e fica prometido: Se dessa vez perceber a mensagem do autor, dar-lhe-ei, com gratidão, mais do que uma estrela.
April 27, 2018
Durante anos, apresentei Lobo Antunes a quem tinha a paciência de me ouvir como o maior escritor vivo português e um dos maiores do mundo.
Uma voz só dele (mesmo que a várias vozes), um enraizamento profundamente indígena que ao mesmo tempo conseguia ser tão "global" quanto a natureza humana pode ser, uma dificuldade com que nos obrigava a lutar para depois nos deixar agarrados aos seus personagens e a cada uma das suas histórias...
Mas confesso que se me começa a parecer cansativo o "modelo". Nunca foi autor em que se pegasse de ânimo leve ou em qualquer momento de leitura de férias ou de cabeceira. Sempre nos exigiu que estivéssemos preparados para sofrer, deprimir, ler, reler e voltar atrás. Sem concessões; sem facilidades.
No entanto, desta vez, com este livro, tive alguma dificuldade para me deixar levar por mais crianças abusadas, por outros fascistas sádicos, pelo enésimo pai incógnito, ou pelos pobres que sobrevivem no mau gosto dos naperons num qualquer arrabalde lisboeta.
E ainda que a força da escrita esteja lá, que a beleza de algumas frases nos puxem a relê-las, desta vez estava a contar as páginas que faltavam para chegar ao fim, coisa a que nenhum leitor está obrigado (evidentemente).
(A levar um livro até ao fim, quero dizer).
E vou deixar passar um tempo antes de ler o próximo. Conto com algum das fases iniciais para tentar reencontrar-me com a simplicidade inteligente (ainda que sempre cheia de miséria e de desgraça) que já lhe encontrei.
Uma voz só dele (mesmo que a várias vozes), um enraizamento profundamente indígena que ao mesmo tempo conseguia ser tão "global" quanto a natureza humana pode ser, uma dificuldade com que nos obrigava a lutar para depois nos deixar agarrados aos seus personagens e a cada uma das suas histórias...
Mas confesso que se me começa a parecer cansativo o "modelo". Nunca foi autor em que se pegasse de ânimo leve ou em qualquer momento de leitura de férias ou de cabeceira. Sempre nos exigiu que estivéssemos preparados para sofrer, deprimir, ler, reler e voltar atrás. Sem concessões; sem facilidades.
No entanto, desta vez, com este livro, tive alguma dificuldade para me deixar levar por mais crianças abusadas, por outros fascistas sádicos, pelo enésimo pai incógnito, ou pelos pobres que sobrevivem no mau gosto dos naperons num qualquer arrabalde lisboeta.
E ainda que a força da escrita esteja lá, que a beleza de algumas frases nos puxem a relê-las, desta vez estava a contar as páginas que faltavam para chegar ao fim, coisa a que nenhum leitor está obrigado (evidentemente).
(A levar um livro até ao fim, quero dizer).
E vou deixar passar um tempo antes de ler o próximo. Conto com algum das fases iniciais para tentar reencontrar-me com a simplicidade inteligente (ainda que sempre cheia de miséria e de desgraça) que já lhe encontrei.
July 2, 2019
Não se torna difícil ler o autor se tivermos dentro de nós s pequenas nadas, que são tudo, desta vida. Um livro cheio de pequenas grandes verdades. Feito do dia-a-dia. De heróis iguais a todos nós. Lutando contra a luz que teima em não permanecer.
"...fica menos dos mortos que um depósito de açúcar e uma borra nas chávenas, qualquer coisa indistinta no fundo da lembrança..."
"...nenhuma alma a escutar-me, as coisas à minha volta a fingirem-sr mortas e eu a sentir-me entre naufrágios de mobília um piano que ninguém abriu..."
"Isto porque no outono ninguém consegue dormir, vamo-nos tornando amarelos da cor do mundo que principia em setembro debaixo do mundo vermelho, o silêncio deixa de afirmar, escuta, demora-se nos objetos insignificantes, não em arcas e armários, em bibelots, cofrezinhos, não somos a gente a ouvi-lo, é ele a ouvir-nos a nós, esconde-se na nossa mão que se fecha, numa dobra de tecido...."
"...fica menos dos mortos que um depósito de açúcar e uma borra nas chávenas, qualquer coisa indistinta no fundo da lembrança..."
"...nenhuma alma a escutar-me, as coisas à minha volta a fingirem-sr mortas e eu a sentir-me entre naufrágios de mobília um piano que ninguém abriu..."
"Isto porque no outono ninguém consegue dormir, vamo-nos tornando amarelos da cor do mundo que principia em setembro debaixo do mundo vermelho, o silêncio deixa de afirmar, escuta, demora-se nos objetos insignificantes, não em arcas e armários, em bibelots, cofrezinhos, não somos a gente a ouvi-lo, é ele a ouvir-nos a nós, esconde-se na nossa mão que se fecha, numa dobra de tecido...."
December 30, 2013
Magnifico.
January 1, 2015
Adoro o título mas não consigo encontrar-me no texto...
lá está... às vezes não interessa se o livro é bom ou é mau, interessa também o esforço do leitor porque este último também escreve o texto.
lá está... às vezes não interessa se o livro é bom ou é mau, interessa também o esforço do leitor porque este último também escreve o texto.
August 19, 2015
Pésimo.
September 17, 2022
As vozes do Lobo
Cruzamento é uma boa palavra para definir o efeito produzido pela prosa do português António Lobo Antunes: em sua voz única e ao mesmo tempo exasperante, fragmentam-se a narrativa e os pontos de vista, e cruzam-se vozes diversas, tempos e momentos diferentes, o que o personagem narra e o que ele pensa, frases que dialogam e muitas vezes se confrontam dispostas na página quase como numa pauta musical. É o que Lobo Antunes volta a exercitar neste Em Ontem não te vi em Babilónia (Alfaguara). O fluxo narrativo de consciência é interrompido a intervalos por ilações entre parênteses que representam o pensamento mais íntimo do personagem e que muitas vezes contraria e desmente a narrativa fragmentada que a primeira voz está montando. Em outros momentos, o pensamento que interrompe a voz narrativa é a fala de algum outro personagem, ecoando do passado e invadindo a narrativa linear como no fluxo desordenado da memória.
Lobo Antunes tem uns 15 livros já lançados aqui no mercado literário nacional (e ainda encontráveis, embora dispersos por mais de uma editora ou selo: alguns mais antigos, como Fado Alexandrino e O Esplendor de Portugal pela Rocco e como alguns relativamente recentes, como Boa Tarde às coisas aqui em baixo e Eu Hei-de Amar Uma Pedra pela Objetiva (hoje fundida com a Companhia das Letras) e pelo selo Alfaguara – que também andou disponibilizando novas edições dos primeiros romances do autor, como Os cus-de-Judas , Conhecimento do Inferno e Memória de Elefante).
Ontem não te vi em Babilónia é um coral de vozes insones que, da meia noite às cinco da manhã, repassam suas trajetórias da forma fragmentada característica de Antunes, montando camada a camada ao longo do calhamaço de 434 páginas uma história que não é uma totalidade, e sim um mosaico de cacos que enganam ao refletir a luz de outros fragmentos.
Cruzamento é uma boa palavra para definir o efeito produzido pela prosa do português António Lobo Antunes: em sua voz única e ao mesmo tempo exasperante, fragmentam-se a narrativa e os pontos de vista, e cruzam-se vozes diversas, tempos e momentos diferentes, o que o personagem narra e o que ele pensa, frases que dialogam e muitas vezes se confrontam dispostas na página quase como numa pauta musical. É o que Lobo Antunes volta a exercitar neste Em Ontem não te vi em Babilónia (Alfaguara). O fluxo narrativo de consciência é interrompido a intervalos por ilações entre parênteses que representam o pensamento mais íntimo do personagem e que muitas vezes contraria e desmente a narrativa fragmentada que a primeira voz está montando. Em outros momentos, o pensamento que interrompe a voz narrativa é a fala de algum outro personagem, ecoando do passado e invadindo a narrativa linear como no fluxo desordenado da memória.
Lobo Antunes tem uns 15 livros já lançados aqui no mercado literário nacional (e ainda encontráveis, embora dispersos por mais de uma editora ou selo: alguns mais antigos, como Fado Alexandrino e O Esplendor de Portugal pela Rocco e como alguns relativamente recentes, como Boa Tarde às coisas aqui em baixo e Eu Hei-de Amar Uma Pedra pela Objetiva (hoje fundida com a Companhia das Letras) e pelo selo Alfaguara – que também andou disponibilizando novas edições dos primeiros romances do autor, como Os cus-de-Judas , Conhecimento do Inferno e Memória de Elefante).
Ontem não te vi em Babilónia é um coral de vozes insones que, da meia noite às cinco da manhã, repassam suas trajetórias da forma fragmentada característica de Antunes, montando camada a camada ao longo do calhamaço de 434 páginas uma história que não é uma totalidade, e sim um mosaico de cacos que enganam ao refletir a luz de outros fragmentos.
July 17, 2023
Esta 'obra literária' apresenta uma miscelânea confusa de lógicas, ideias, frases e palavras que tornam a leitura uma experiência dolorosa. Recomendo fortemente evitar este livro, pois existem inúmeras alternativas mais gratificantes para investir seu tempo. O conteúdo deste romance de lobo Antunes é, infelizmente, uma amostra do que há de pior na literatura. Aconselho veementemente que não cometam o mesmo equívoco que cometi ao se envolver com esta obra.
Send a message
Send a message
December 10, 2024
Leitura difícil e pouco apaixonante. Os circunlóquios e as sistemáticas repetições quebram o ritmo da narrativa que raramente levanta voo. Além disso se é repetitivo não é certamente minimal. Longe disso!
November 8, 2025
Não entendi quase nada, mas senti muitas coisas.
Displaying 1 - 16 of 16 reviews