Estas observaciones «dispersas» lo son tan sólo aparentemente porque Oscar Tusquets ejerce a la vez, e indiscriminadamente, como arquitecto, diseñador y pintor. Y, si salta del elogio de las sombras a la apología de la facilidad , de la reflexión de lo bello o fotogénico a los comentarios sobre artistas , arribistas y cónyuges o del tiempo libre al diseño industrial , es porque para él cada cosa forma parte de una particular visión global del mundo. La mirada, a la vez crítica y tierna, impertinente y simpática, con la que observa todo, desde lo más serio hasta lo más trivial, nos induce a confrontar opuestos y a descubrir que, a fin de cuentas, todo es más que discutible en el variopinto entorno formal que nos rodea y del que nos rodeamos, así como en las múltiples y paradójicas formas de vida que nos imponen o que elegimos libremente.
Al final debo de reconocer que prefiero al Tusquets ensayista (y quizá al pintor) que al arquitecto. En medio de la indigerible teoría arquitectónica al uso, con la que uno sospecha que sus autores no saben muy bien de lo que están hablando, Tusquets escribe de forma que se le entienda perfectamente. Y de sus escritos, este volumen puede que recopile los más lúcidos, una fuente de reflexiones para el arquitecto y para el usuario de las ciudades y de la arquitectura, que al final somos todos.
Segundo libro de Tusquets, segundas opiniones. Ahora que creo que le he captado del todo, entiendo sus opiniones un tanto incendiarias acopladas a argumentos y razonamientos lógicos e inteligentes. Si tuviera que recomendar, incitaría a empezar con este. Pero, desde luego Tusquets tiene una habilidad mágica para relacionar conceptos aparentemente inconexos con brillantez y técnica.
Ensayos sobre arte, arquitectura, diseño, fotografía y su relación con la vida cotidiana. Algunos son realmente notables (Oscar Tusquets es un excelente ensayista) y destacan por su ingenio y buen humor; especialmente los dedicados al miedo a volar y al marketing de lo familiar, que son buenísimos. Sin embargo, otros han envejecido mal, como el de automóviles y ecología. Algunos presentan ideas interesantes, como la reflexión sobre la importancia de las persianas, pero carecen de impacto duradero. Recientemente terminé un libro fascinante de Oscar y su hermana Esther, Tiempos que fueron, y dudo que vuelva a encontrar algo tan bueno de los Tusquets, pero no pierdo la esperanza. Logré conseguir Todo es comparable de segunda mano, y cualquier obra de Oscar Tusquets merece la pena el intento, aunque, como en este caso, solo algunas partes brillen con especial intensidad.