Producto de un concurso de cuentos de misterio y terror convocado por la Revista del Mundo, género que no había sido cultivado mayormente en Chile hasta el momento (1986), se publica este libro, con 13 cuentos seleccionados, de un total de 266 trabajos recibidos. Entre los autores, se encuentran grandes escritores chilenos como Poli Délano y Gonzalo Contreras. Resulta destacable además que la temática de los cuentos en general, hace referencia a tradiciones chilenas, tanto campesinas (las apariciones del Diablo) como las narraciones sobre brujos presentes en el folklor de la Isla de Chilóe.
Incluye los siguientes RELATOS:
Adivinanzas. Poli Délano. La isla de los muertos. Rodrigo Ferraro. Gente para todo servicio. Gonzalo Contreras La playa del paraíso. Rodolfo Gambetti. Todos huíamos, todos. Nicolás Ferraro. Los dientes del demonio. Mariana Callejas. El hijo de María. Mariana Callejas. La novia. Gabriela Boza. El paquete. Margarita Prado. La sombra en la puerta. Felipe Retamal. El último rito de la moda. Francisco Javier Muñoz. Los paquetes de Rubén. Perla M. Devoto.
Chileno. Hijo del escritor Luis Enrique Délano y la fotógrafa Aurora (Lola) Falcón (1907-2000), nace en la capital española, donde su padre había llegado en 1934 a estudiar Letras e Historia del Arte en la Universidad de Madrid. Durante su infancia vivió en varios países, principalmente en México y Estados Unidos, lugares en donde su padre se desempeña como cónsul de Chile en Ciudad de México (1940-46) y Nueva York (1946-49).
Poli Délano se casó con María Luisa Azócar, con quien tuvo dos hijas, Bárbara y Viviana. En 1953 comienza a estudiar pedagogía en inglés en la Universidad de Chile y seis años más tarde viaja a China con su esposa para trabajar como traductor. Publica su primer libro Gente solitaria precisamente cuando está en Pekín en 1960 y al año siguiente obtiene su primer Premio Municipal de Santiago.
Comienza a enseñar literatura estadounidense en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile en 1962, cargo que desempeñará hasta que se vea obligado a salir de su país en 1973, después del golpe militar de Augusto Pinochet.
Vivió exiliado en México entre 1974 y 1984, año en que pudo regresar a Chile, donde reside actualmente, dedicado a escribir. De 1987 a 1988 presidió la Sociedad de Escritores de Chile.
Varias de sus novelas y cuentos han sido traducidos al francés, inglés, ruso y otros idiomas.
El sobrenombre Poli, se lo puso Pablo Neruda, cuando aún era un recién nacido en alusión a su gran tamaño y peso, al exclamar: "este niño es un polifemo".
Su hija Bárbara, socióloga y poetisa, falleció en un accidente aéreo en 1996. Cuadernos de Bárbara, libro con toda su poesía, recopilado y ordenado por su madre, María Luisa Azócar, ganó el Premio Altazor de las Artes Nacionales 2007.
Recuerdo que le leí en 1987 o 1988 (con 13 o 14 años), y que el cuento que más se me quedó en la memoria fue el del profesor que luchaba contra las supersiticiones en Chiloé. Ahora, de viejo, siento terror al ver que hay dos cuentos de Mariana Callejas. Y después de leer una entrevista donde contaba que ella no inventaba, sino que se basaba en la realidad, porque no tenía imaginación, me pasé el rollo de si esos cuentos están basados en las oscuras historias de la policía secreta de la dictadura y los secretos de la casona de lo curro (para quienes no sepan, la Callejas era esposa de Michael Townley, agente de la DINA, asesino de Orlando Letelier, y manejaba a casona donde se preparaban la guerra química y biológica de la dictadura).
Antología de cuentos, que a mi parecer va de más a muy menos. Al ser una selección de cuentos que se originó en un concurso, aparecen primero en orden de lectura los ganadores, y hasta los terceros lugares todo muy bien, por que uno piensa “es el primer acercamiento al terror chileno”. Destacan mucho, a mi parecer: “La isla de los muertos”, “El hijo de María”, “Gente para todo servicio”, que además son terror chileno puro, si existe ese término. El resto, bien igual. Pero “el último relato de la moda” me pareció infumable, así. Y en los últimos cuentos, no se mantiene ni la atmósfera ni la coherencia. 3,5 estrellas promediadas.