El príncipe destronado es la historia de un niño, Quico, que va a cumplir cuatro años. A Quico le pasa algo importante, le ha nacido una hermanita, Cris, que lo ha relegado a un segundo plano. Ahora, ya no es el rey de la casa, ahora es el príncipe destronado. A lo largo de un día, desde que se levanta dando gritos hasta que cae rendido por la noche, asistimos a sus andanzas, vislumbramos sus secretos y conocemos sus angustias. Detrás del niño, tan admirablemente recreado, vemos el mundo familiar, los otros hermanos, el padre y la madre, las criadas, la ciudad, el mundo. Cuando el libro acaba uno quisiera seguir con Quico y su familia al día siguiente porque, aunque no haya ocurrido nada extraordinario, todo ha sido fascinante.
A través del fino cristal que es el alma de Quico, Delibes nos deja esta novela extraordinaria sobre el misterio opaco de la infancia. Pero eso no es todo, también consigue que, de pronto, en algún rasgo de Quico, en algún gesto, en alguna palabra, reconozcamos con sonrisa cómplice, otra infancia, la nuestra.
Miguel Delibes Setién was a Spanish novelist, journalist and newspaper editor associated with the Generation of '36 movement. From 1975 until his death, he was a member of the Royal Spanish Academy, where he occupied letter "e" seat. Educated in commerce, he began his career as a cartoonist and columnist. He later became the editor for the regional newspaper El Norte de Castilla before gradually devoting himself exclusively to writing novels. He was a connoisseur of the flora and fauna of Castile and was passionate about hunting and the countryside. These were common themes in his writing, and he often wrote from the perspective of a city-dweller who remained connected with the rural world. He was one of the leading figures of post-Civil War Spanish literature, winning numerous literary prizes. Several of his works have been adapted into plays or have been turned into films, winning awards at the Cannes Film Festival among others. He has been ranked with Heinrich Böll and Graham Greene as one of the most prominent Catholic writers of the second half of the twentieth century. He was deeply affected by the death of his wife in 1974. In 1998 he was diagnosed with colon cancer, from which he never fully recovered.
Por fin me inicio con Delibes. Mi gran esperanza de enamorarme de la literatura española, o al menos de parte de ella. Y estoy muy contento porque el resultado ha sido el esperado. El príncipe destronado nos narra una historia desde el punto se vista de Quico, un niño de 3 años. Bajo el fondo de una gran guerra. Quico me ha despertado una ternura increíble. Él, que hasta entonces, era el benjamín, pasa a convertirse en el 5° de seis hermanos. Comienza ahí una historia que se desarolla en un solo día donde Quico tratará de recuperar su estatus perdido, a través de cualquier gamberrada. Lo dicho, muy tierno. Delibes que alegría haberte conocido. Y ahora ¿con qué sigo?
Hay dos cosas que siempre me sorprenden del maestro Delibes: la extraordinaria calidad lingüística de sus textos y la plácida sensación de hogar que estos me producen. Sus historias, aparentemente sencillas y sin aspavientos, encierran reflexiones vitales que terminan por conducirme, invariablemente, a un terreno tan conocido como amado. En El príncipe destronado, Delibes lo hace de nuevo: como a la chita callando, considera los más humanos asuntos con la elegancia y la lucidez que le son propias. Ahí estan los celos, el desengaño, los lazos familiares y, por encima de todo, la pareja de ases que en esta obra se entrelazan con especial sutileza: la pérdida y la inocencia. Este es, una vez más, el gran Delibes: con su ternura, su perspicacia y la gracia de sus palabras, de cualquier cosa hace un buen libro.
No creo que sea lo que el autor persiguiese, pero es probablemente una de las mejores obras sobre psicología infantil que he leído.
Primer punto fuere de la novela: moldea personajes muy bien definidos solo a través de los diálogos, sin pararse casi a describirlos. Y qué personajes. La madre, las criadas, el padre, los niños... Son personajes variopintos pero totalmente verosímiles.
Me encanta cómo trata la visión del mundo tan complejo de los adultos por parte de Quico, que con sus 3 añitos se ve obligado a abandonor el trono de la atención familiar para cedérselo a su hermanita Cris. Y sus luchas para recobrar esa atención perdida son muy interesantes, pero me ha gustado aún más su percepción de las conductas de los adultos. Cómo exterioriza los miedos que le inculcan, cómo repite palabras que escucha pero que en su boca son "pecado", cómo lo meten en medio de peleas matrimoniales sin él entenderlo... Una labor magnífica por parte de Delibes para hacernos empatizar con los más pequeños. Y, sin duda, la metáfora mejor traída es el presentar al personaje de la madre como "la bata de flores", que es lo único que el niño ve de ella.
Otro punto muy interesante de la novela es el papel de la violencia. Niños jugando a ser soldados, queriendo matar malos como su papá, que ven en la tele cómo sus dibujos preferidos mueren por bombas y se asocia a algo divertido... Jugar a estar muertos, a matar; a la guerra. Y cuando el niño tiene miedo por la noche... ¿por qué será?
Lo único que puedo añadir es que me quedo con ganas de seguir leyendo más de este autor porque su pluma a la hora de relatar sobre la infancia me ha dejado fascinado.
Lo que nos cuenta. Desarrollo de la jornada del martes 3 de diciembre de 1963 de 10 de la mañana a 9 de la noche desde el punto de vista de Quico, un niño de tres años y el quinto de seis hermanos, a quien el reciente nacimiento de su hermana menor ha dejado en una nueva situación con respecto a los adultos que no acaba de entender pero sí de sentir.
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que chulo escreve miguel que bem toca os temas e o feito de que este livro escrito desde a perspetiva dum neno de três anos fosse uma aposta que saísse assim de bem fai-me tam feliz um bico para ele x
Haber pasado un día con Quico y su familia es algo inolvidable. Un libro, sobre todo, tierno; pues hace al lector empatizar con el pequeño y reflexionar sobre varios temas.
Le iba a dar cuatro estrellas (no porque no me gustase, sino porque hay obras de Delibes que me han gustado más) hasta que he llegado al último párrafo y se me ha roto el corazón
I suppose one can write a whole dissertation about El Principe Destronado, concerning the long-lasting effects of the Spanish Civil War and life during Franco's rule. But El Princie Destronado is much more than that. Sure, we see the father, representing the dictatorship with his arrogance, the mother the defeated Republic, and the child, the future generation, stuck in between. But we see everything from the point of view of the three-year-old runt, Quico, across the duration of a single day in March of 1963. Quico is a picky eater, he carries treasures in his pockets, he plays with his older siblings and is convinced his little baby sister can say more than a-ta-ta. Everything gets filtered through his daily troubles and triumphs, from not having peed in his bed in the morning until his frantic efforts to fend of the demons at night as he goes to sleep. His older brother, who is not old enough yet to go to school, bullies him, plays with him, and convinces him to do things he will get in trouble for. Through Quico's wanderings among the rooms of the apartment of this upper middle class Spanish family, we experience the relationship of the mother with the two hired maid/baby sitters, the struggle of the women not to lose more men to "the war" (later, the film adaptation is aptly named "la guerra de papa"), and the crumbling marriage of a couple. All the while, little Quico gets himself in trouble after trouble and his musings highlight the difference of what is important to him versus to the adults around him. He is the prince who has lost his throne to his baby sister and he has become a nobody, fifth child among six, and his troubles, after following a single day of his life, are just starting, it seems. Written in the 60s and published just two years before Franco's rule ended in 1975, the book carries a foreboding that lingers.
Me lo he leído en una sola tarde. No daba crédito, me tenía el pequeño Quico atrapado. Ha sido mi primer contacto con Delibes y he quedado sorprendido con su maestría: cómo ha podido hacer de una obra tan simple en apariencia algo tan profundo. Sin duda, de lo mejor que he leído en mucho tiempo.
Retrato de una familia de clase muy, pero que muy acomodada en la época franquista a través de los ojos de un niño de tres años a lo largo de un día cualquiera: un padre machista y autoritario, una madre infeliz en su vida y en su matrimonio, unos niños que aprenden en un mundo de mayores donde la ignorancia, la represión y el miedo son palabras de uso corriente, una doble moral que se aplica a unos pero no a otros, una hipocresía latente, unas sirvientas con poca cultura y mucho miedo ... Miguel Delibes fue muy valiente en su época al escribir esta novela retrato de una familia, que además estuvo muchos años "guardada" hasta que por fin pudo ver la luz. Han pasado cincuenta años desde entonces. Menos mal que las cosas van cambiando, aunque sea poco a poco.
Reconozco que hasta ahora no había leído a Miguel Delibes. Sin embargo, algo me dice que esta breve obra es un poco diferente a otras del autor. Al parecer, como menciona Berna González Harbour en el prólogo de esta edición (Ed. Destino), la idea de la novela surgió de la forma más inesperada: Delibes quería demostrar que un niño de tan solo tres años podía ser el protagonista de una obra interesante. Y el caso es que lo consiguió. No solo nos hace sentir las grandes angustias de este pequeño personaje, sino que, además, permite que historias secundarias se cuelen por ranuras a lo largo de la narración. Las marcadas diferencias entre clases sociales, los problemas matrimoniales y las infidelidades, las tensiones políticas y la guerra componen un complejo telón de fondo para esta aparentemente sencilla historia, en la que asistimos como espectadores, hora por hora, a un día en la vida de Quico, príncipe destronado.
Llevaba mucho tiempo queriendo leer este libro porque pensaba que se trataba de una historia tierna sobre la visión de un niño que se siente reemplazado por la llegada de una nueva hermanita. El libro comienza así y, de hecho, incluso pensé que podría aburrirme al leer las primeras páginas, pero a medida que avanza la novela se tratan otros temas (algunos muy fuertes si se piensa que lo presencia un niño de tres años) que hacen que la historia sea muy entretenida y que, sin duda, te sorprenden.
3.5 Me parece un libro chulísimo. Todo pasa en un único día y no es más que la vida de una familia en la posguerra desde la mirada del último "príncipe destronado". Parece una tontuna pero ha conseguido tenerme en tensión y enfadarme con los adultos que no entienden y temer por los niños que necesitan más cariño y atención y <3
Qué bien escribe este señor, qué bien representado todo.
Para los que no saben, la novela explica un día de la vida de Quico, un niño de tres años y vive en una familia acomodada en los sesentas. La historia se sitúa pocos meses después de que nazca Cristina, la hermana menor de Quico y también vemos cómo funciona la casa, las relaciones entre los adultos y los niños. A mi me ha gustado mucho la manera de contar la historia - con ironía, pero con mucho cariño. Es el primer libro en español que he leído con ganas y he disfrutado. Seguramente he perdido cosas, porque no lo he leído con diccionario y no tengo alto nivel en español, pero la humanidad del escritor ha funcionado como una guía a través de los problemas para mi.
Pequeña novela en la que Delibes demuestra su maestría a la hora de retratar la vida diaria de una familia numerosa de clase media-alta en los años finales del Franquismo. Con humor y mucho realismo, todos nos vemos identificados (ya sea como autores o como víctimas) con las travesuras del pequeño Quico
La Domi relajó su expresión y en sus ojos brilló una chispa de ternura: —A saber qué tendrá la mano de una madre —dijo. Mamá adoptó un gesto duro para replicar: —Lo malo es luego —dijo—, el día que falta Mamá o se dan cuenta de que Mamá siente los mismos temores que sienten ellos. Y lo peor es que eso ya no tiene remedio.
__ Hay algo bien de tierno siempre en los textos de Delibes, pues siempre se sienten como una leve caricia que te transporta a un lugar plácido. Concretamente, en esta obra habitamos en la vida de Quico, un niño pequeño que ha sido "destronado" por su hermanita Cristina.
Quico no comprende por qué ahora hay un miembro de la familia que obtiene más atención, no sabe que Cristina es un bebé y que ello conlleva una máxima responsabilidad. Él sólo comprende una cosa: ha dejado de ser el benjamín involuntariamente. Ello deriva en una serie de comportamientos muy graciosos y tiernos que vamos observando desde en principio hasta el final de la obra.
Además, este complejo de principe destronado se acentúa más en una familia de cinco hermanos, donde el penúltimo queda rezagado. No es lo suficientemente mayor, ni lo suficientemente pequeño como para pertenecer a uno de los dos mundos que rigen en su hogar.
Desde esta perspectiva, Delibes ahonda en esta frecuente situación que ocurría tradicionalmente en muchas familias españolas. Yo no me he visto identificada, pero estoy bastante segura de que mí padre si lo estaría.
En fin, la moraleja es que la presencia de la madre es necesaria para cualquier criatura. Todos necesitamos una madre. Sin embargo, en una circunstancia complicada como la que se encuentra la madre de Quico, la dificultad es aún mayor. La cuestión es que la maternidad no es una tarea fácil y más cuando la situación es insostenible.
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Acabo de terminar El príncipe destronado. Se trata de un día en la vida de Quico, un nene de casi cuatro años, el quinto de seis hermanos, que ve usurpado su puesto de benjamín de la familia por parte de su hermanita Cris. El planeamiento es simple, casi infantil, pero la ejecución me ha fascinado. Es delicadísima la manera en que Delibes nos introduce en la mente del niño: cómo modula el discurso según el personaje que intervenga en la narración, manteniendo siempre un tono simplísimo para que escuchemos a todos (a la madre, a la niñera, a la criada, al padre, a los hermanos...) a través de los oídos de Quico; cómo fija nuestra atención en los detalles en los que se fija un niño ("Marcos se sentó a la mesa levantando la pierna, sin separar la silla..."), mientras que pasa de largo por cuestiones que a cualquier adulto le parecerían importantísimas; cómo articula el tiempo de la novela de manera que pase lento, lento... como pasa el tiempo en el reloj de un niño de cuatro años. Me parece, en resumen, una novela maravillosa, tierna y entrañable. Ojalá hubiera podido escribirla yo.
Este fue el primer libro de Delibes que leí, con 13 ó 14 años, y me encantó, no pensaba que me fuera a gustar tanto un libro que me habían mandado para clase. Me fascina la manera que tiene este hombre de contar las cosas más cotidianas y que resulten lo más interesante del mundo.
Me encanta Quico, dan ganas de darle un achuchón. El libro cuenta un día cualquiera en su vida, la de un niño de tres años, y vas descubriendo todo lo que le rodea (su casa, sus padres, sus hermanos, las criadas, etc.) simplemente a través de las cosas que él ve y escucha y que realmente no termina de entender muy bien. Es muy interesante cómo Delibes consigue presentarte a los personajes y contarte las cosas que les ocurren casi solamente con la visión de Quico.
En conjunto es un libro muy bonito, con una historia muy tierna y la última frase es ya la guinda del pastel. Si no lo has leído (o si no has leído a Delibes, en general), ya estás tardando. 100% recomendado
En el libro podemos ver cómo se vivía en esos años en una familia acomodada. La acción transcurre durante un solo día en la vida de un niño de tres años y son enternecedoras su inocencia y su picardía. Pero también vemos la cara fea: unas posibles infidelidades, padre machista y digamos que maltratador con la mujer, totalitario en su casa y en sus ideas. También a destacar ese miedo cerval que nos inculcaban a los niños con el demonio y el infierno cuando querían que hiciéramos lo que los adultos pedían. Leyéndolo he recordado esas noches de pesadilla pensando que había cometido un pecado y las llamas me iban a devorar en el infierno. Cuánto daño se hacía con eso y que alegremente se usaba. Me ha traído recuerdos malos pero también muy buenos y como siempre, leer a Delibes es un gran placer Muy interesante el prólogo donde se cuenta que este libro nació como una apuesta.
Libro cortito, entrañable y divertido. El primero que me leo de Delibes. Tal y como había escuchado de él, con sus personajes uno se siente en familia y en su novela se vive de cerca lo cotidiano del siglo XX, tan cercano a nosotros en tiempo pero a la vez tan distinto en costumbres y pensamientos. Primero de muchos, espero.
Sigo admirado por el excelente estilo de Delibes y lo sencillo que resulta leerle. Me ha parecido una novela de lo más tierna y el capítulo final me ha emocionado como pocos libros lo han hecho hasta ahora.