La muerte ha hecho evidente una grieta en la relación de Lucas y Paula, una fisura entre la cual, en lugar de luz, se filtra el dolor de todos los duelos y todas las pérdidas. Para encontrar un refugio ante la pena, la pareja decide viajar a La Perlita, una isla escondida en el Caribe. Allí, Lucas sospecha que la naturaleza se ha tomado a su esposa, que desaparece sin rastro entre el agua, devora mangos como si fueran pajaritos y se hace cómplice de la fauna de la isla, arrasando con todo a su paso.
Pero nada en esta isla es un refugio; la vegetación se extiende como el miedo en la psiquis de los personajes. Entre sueños del pasado, correspondencias secretas, polvos tristes, correos electrónicos, funerales y orgías se construye esta novela psicológica en la que, a cuenta gotas, se nos ofrece la verdad compleja que Paula y Lucas esconden. Una verdad que reafirma, en la inverosímil fertilidad del Caribe, nuestra soledad más esencial.
Con una prosa ágil que se diluye en el calor del trópico, María del Mar Ramón desentraña la mente de un hombre de cuarenta años que se enfrenta al dolor de lo la muerte de lo que estaba antes y de lo que vendrá después.
María del Mar Ramón (Bogotá, 1992) es autora de la novela La Manada (Planeta, 2021) y del libro de ensayos Tirar y vivir sin culpa. El placer es feminista (Planeta, 2019). Es columnista de Vice y escribe en diversos medios latinoamericanos. Con el cuento "El deseo es una cicatriz" formó parte de la antología Cuerpos (Seix Barral, 2019). Actualmente trabaja en radio y en el desarrollo de contenidos audiovisuales. Desde 2012 reside en Buenos Aires.
Lucas y Paula están en duelo. Han pasado por uno de los grandes dolores que puede vivir una pareja, y esa es la razón por la que su mundo dio un vuelco.
Se van a una isla para pasar unos días con el fin de disipar ese dolor, se percibe en ellos una necesidad de recomponer lo que está roto, y eso los llevará a encontrar las respuestas que están buscando.
Entre naturaleza, mar y brisa caribeña vamos conociendo la historia de estos dos personajes y los motivos por los que están juntos.
En esa isla “donde las cosas van a respirar por última vez”, conocen a otra pareja la cuál los confrontaré y les reflejará las respuestas que están buscando.
Un libro que deja pensando sobre lo que significa estar en crisis de pareja, en esa necesidad de no sentir vacío. Es una lectura ágil para tocar un tema tan profundo.
En las dos novelas que he leído de la autora, me ha gustado mucho la forma en que cuenta historias.
Un simpleza conmovedora. Me gusta mucho como escribe María del Mar.
Leer este libro me hizo sentirme en los zapatos de cada uno de los protagonistas, y aunque uno no haya pasado por lo mismo que ellos, todos pensamos en la muerte y ninguno está preparado para ella.
Actualización: he leído últimamente libros "tan bellos y tan tristes" y me hacían pensar que María del Mar con su escritura me hizo ir a ese mismo lugar mental en el que me dejaron los libros de Piedad Bonnet y de Sara Jaramillo Klinkert.
Es el ocaso de la relación entre Paula y Lucas, después de ires y venires, de una relación que se vuelve como una herida que no cicatriza. Así, la lectura de este libro muestra la dulce resignación de algo que se sabe que es el final.
A Maria ya la he leído tres veces y las tres veces me ha tocado de maneras muy distintas y muy profundas. Yo no había pensando en el duelo como un lugar que existe y al que se puede ir de vez en cuando, hasta que la escuché hablar de eso y luego la leí. Y tampoco había dimensionado el dolor como una emoción que se hace más leve y más profunda al mismo tiempo. Que se siente más liviana aunque esté más honda. El duelo puede ser una forma de soledad muy cruel.
Por favor este libro, esta historia. Es sobre duelos y vínculos. Duelos en los vínculos, duelos de los vínculos. Vínculos y duelos, yo estoy! Una pareja decide irse de vacaciones para darle una oportunidad a la relación, después de haber atravesado varias cosas. Te metes en la cabeza de él, en la de ella y en la pareja. Todas las imágenes que evoca son un placer. La forma en la que está contada esta historia, nonono, bellísimo.
Me gusta pensar que lo único real es la certeza que todo puede acabar. Hasta un buen libro, sin final, pero que sabes en ti que hasta ahí llega todo y esta bien, estarán bien.
El libro te regala la calma de afrontar los finales. Algo que nunca es grato, pero que no puedes esquivar.
Un libro tan bonito como desgarrador. Una muy buena escritura narra la historia de (des)amor de una pareja en duelo que tiene un viaje para (des)encontrarse con su pasado, su presente y consigo mismos.
Una historia de amor atravesada por la muerte y la crisis matrimonial, una escritura muy entretenida, me gustó su forma de narrar y describir. Me faltó un poco ese tema que promete de la naturaleza que atrapa el lugar y a los personajes y que se adentra en el ser y la psiquis.
"Hay cosas tan bellas y tan tristes" Una belleza simple y devastadora al mismo tiempo, y eso es lo que más me gusta de l escritura de Mar.
A medida que avanzaba en este libro me sentí en los zapatos de cada protagonistas, el mar fue un refugio para mi y mi ex pareja en tiempos de crisis, cuando ya lo habíamos intentado todo; el mar fue mi refugio cuando faltó mi papá, pero lo cierto es que para la muerte ninguno está preparado.
Esta novela es el vivo ejemplo de como a veces el amor termina siendo líquido, especialmente cuando obedece a deseos inmediatos y necesidades pasajeras.
Todo muere salvo el mar, es una historia imbuida de aquello que quienes creemos en los poderes curativos del mata querernos que este se lleve: pérdida y dolor. Es el viaje de una pareja que busca suturar la grieta que les dejó la pérdida.
Con su pluma tranquila, honesta y en una locación exótica, Maria Del Mar nos narra una historia breve, apacible y realista, porque la relación de Luc y Pitu, llega a ser reflejo de muchas parejas cuando ese onírico amor da paso al desencanto y frustración.
Este escrito tiene un aire de nostalgia y si estás dispuesto te lleva en un MAR de sentimientos.
Es un libro con una historia simple, pero lleno de escenas que se desbordan de emociones, sobre todo la nostalgia, la tristeza. Creo que es un libro que podría llegar a doler demasiado si se está paseando por alguna ruptura amorosa, puesto que en el libro se retrata el desarrollo de un momento específico de una relación.
Me gustaron estos aspectos ya nombrados, sin embargo senti que el final no encajaba con la historia, fue un final asistencialista por llamarlo de alguna forma, para la crudeza de la nostalgias que se retrata durante todo el libro. También siento que las escenas de sexo fueron forzadas y en realidad de todas las que están el el libro, solo una fue significativa narrativamente.
Es un libro bastante adulto, y observa el amor y las relaciones con los otros, no solo sexo-afectivas sino en su amplia variedad, desde los ojos de alguien que está intentando reconocerse como adulto y vivir la vida y sus experiencias desde allí .
Me sorprendió para bien. No tenía ninguna referencia y quizás nunca hubiese elegido esta novela por el tema que trata, pero una amiga me lo recomendó y menos mal. A pesar de hablar del duelo no cae en lugares comunes, va y viene en el tiempo mostrando el amor, la sexualidad, la cotidianidad y también el dolor de la pareja protagonista. Como la vida, un poco de todo. La vida y la muerte.
Este libro es sobre el amor y la muerte y sobre el amor después de enfrentar la muerte, de una pareja que tiene "la dulce resignación de algo que sabe que es el final". Me encanta como escribe María del Mar.
Es mi primera vez con la autora. No sabría decir si me gustó o no. Hay libros a los que entro y solo, con el paso de los días, descubro si nunca los olvidaré, si regresaré a ellos o terminaran en la lista de libros leídos y nada más.
La historia sigue a Lucas y a Paula, dos personas que el destino, desde su adolescencia, une con esos lazos irrompibles que hace que cada tanto, en la historia de sus vidas, deban encontrarse, pero cada vez que lo hacen se llevan fragmentos del otro y cierran el capítulo que viven con dolor. El se casa, pero se divorcia. Ella se va estudiar un doctorado, se enamora de una mujer, pero no funciona. Se encuentran nuevamente tras un proceso de duelo y viajan a la playa donde todo empezó.
La forma como está escrita es tal vez una de las razones de mi duda, sobre todo porque aun no descubro de quien es la historia. El libro tiene dos partes. El narrador es, como me gusta llamarlo, un narrador Dios, todo lo sabe, pero de vez en cuando pierde poderes y solo se centra en un personaje. La primera parte el narrador sigue a Lucas, nos cuenta su versión de los hechos, sus sufrimientos y sus miedos. Las pérdidas (porque es un libro sobre ellas, desde el título te van preparando para ello) vienen con su perspectiva y es constante durante toda la primera parte, pero pasa a la segunda parte y ahí siento que se desmorona un poco. Empieza con la versión de Paula, vuelve a Lucas, vuelve a Paula y a Lucas y así sin una aparente razón, eso me sacó un poco (es una percepción personal). Hay un par de correos electrónicos de Lucas a Paula y de Paula a Carolina que, a mi modo de ver, no aportan a la historia.
Pero ya en la novela, en cuanto a los temas, hay matices interesantes. El hilo conductivo del mar como elemento que ofrece vida, pero también muerte. Como un ser vivo que puede constituir un lugar de encuentro o destrucción. Es el punto donde su historia de amor empieza y a donde vuelven para encontrarla nuevamente. Ellos son una relación de dos personas sin nada que reclamarse, han sido sinceros, hasta donde se lo pueden permitir, pero el tedio de tenerlo todo (aunque esto parece extraño) corroe los ladrillos fuertes que soporta su relación. Esto al final es una extraña contradicción. También hay un disfrute del otro por su cuerpo, por el sexo, por la experimentación, se sienten plenos en sus aventuras y en sus juegos. Uno propone, el otro dispone, se deja llevar, y tal vez, es esa entrega sin resistencia lo que va generando las brechas. Esto aplica a todas sus decisiones, por eso hay uno que siempre esta esperando y hay otro que siempre se esta yendo, y cada uno de ellos vive entre el miedo y la esperanza, de perderlo todo y a la vez, de tenerlo todo.
“Quizás su única naturaleza era la del desarraigo, quizás ella era una de esas personas livianas que iban por la vida ocupando poco lugar, sin raíces largas, con ojos hambrientos de mundo”
Hay muerte, hay duelos, hay dolor. Pero pareciera que ningún ciclo se cierra, sin que se pase al otro. La vida pareciera que no les da el tiempo para asimilar los hechos y mientras ellos se derrumban, el tiempo afuera sigue contando y pasan las horas, los días, los meses, los años, y ellos se ahogan en los quisiera, en los posibles, en los recuerdos. Se llenan de angustia por el futuro, lloran el pasado en silencio, mientras el presente se les desvanece en las manos.
Hay frases bellas para el recuerdo, en especial aquellas que se refieren al mar, sobre todo porque cada uno de ellos podría ser el mar del otro. Un mar que da vida y la quita. Un mar donde uno naufraga a veces planteando preguntas, buscando respuestas. Un mar que siempre tiene olas, que se mueve, que no está quieto. Un mar que nunca guarda silencio.
“Pensó si alguna vez alguien podría cansarse del ruido inagotable del mar. Se preguntó bajo qué condición extraña el mar alguna vez haría silencio. Se sosegó al pensar que, “sin importar” a dónde fuera, qué hiciera, en qué lugares estuviera su cuerpo, el mar, algún mar, siempre iba a estar ahí”
Lo que ellos no saben tal vez es que el silencio del mar está en lo profundo y siempre y cuando nada lo perturbe y eso, es muy similar a la muerte.
Es un libro corto y se lee en una sentada. Creo que el concepto del libro es interesante y logra captar la atención lo suficiente para querer enterarse de cuál es la razón que subyace al dolor que alberga la pareja protagonista. No obstante, para mí gusto los recovecos y viajes de la historia a veces eran cansados y no sé si todos tan necesarios (lo interpreté como una alusión al vacío de la perdida y a los días densos que sólo pasan). Sin embargo, al final una termina comprendiendo todo y evidentemente la historia es prueba de algunas dinámicas relacionales que nos ponen a cuestionarnos cosas y como justamente, la presión social y los hitos "esperados" terminan sembrando ideales que a lo mejor no se conectan con los principios y deseos reales de las personas. En la primera parte me llamó la atención la mención a la invasión de clases sociales altas de lugares y zonas que visibilizan temas como la gentrificación (nuevas formas de colonización). Finalmente, me pareció bello el escenario de la historia y las metáforas del dolor, la vida misma y el mar.
Algunos fragmentos que me llamaron la atención:
"Los pescadores, los lancheros, los capitanes y los marineros, las empleadas del servicio, las peluqueras, las cocineras, los locos, los viajes eran todos negros. Los dueños de las cosas, en cambio, eran blancos que venían, como la familia Molina, de alguna otra tierra a colonizar comercialmente las playas"
"El viaje pretendía ser un refugio de la muerte. Se preguntaba si de eso se podía descansar"
"Desde la muerte de su papá, desconocía la tranquilidad total, infantil, de los niños al dormir. Desde la muerte, él se había convertido en esos gestos y en otros, en adulto de verdad".
"La atacan las imágenes de su mente, los recuerdos involuntarios que son un espiral de la memoria desgraciada, como si su cabeza tuviera la única intención de lastimarla".
Una ruptura que se avecina, los duelos y el mar. Todo muere salvo el mar, de María del Mar Ramón, fue el libro que me acompañó de vacaciones a una isla del Caribe. Siento que cumple su propósito: se siente con el ritmo de las olas, con el ambiente húmedo, con la sensación de inmensidad del océano que relativiza cualquier emoción y te pone totalmente en tu lugar.
"Mira el mar en su oleaje imperturbable. Se sabe a salvo con la idea de que siempre estén las olas ahí: aunque él muera ahí mismo, las olas volverán a formarse con determinación inmortal" Se siente todo lo bello y todo lo triste. Lo bello de los reencuentros, de los inicios de las relaciones, de las ilusiones, de lo dulce. Y lo triste de los duelos, de las rupturas, de lo que no se dice pero está ahí... de los silencios. Me gustó la voz narrativa por su cercanía. Quizás me faltó más de la locura que se esboza en el párrafo que le leo en voz alta… de Paula devorando el mango, de la sensación de extrañeza, soledad y tristeza que embarga a Lucas.
El libro transcurre entre un presente en la playa, cuando conocen a otra pareja, Clarice y Pedro; la complicidad con ellos, las charlas que revelan sus dolores. Y el pasado, cómodo y apasionado, de la pareja, pero donde también comenzaban a revelarse las grietas. Curiosamente, es un libro en el que no dan tantas ganas de estar, ni en la vivencia de esa relación de pareja ni en la ruptura, sino más bien en ese presente en donde todo muere, que es el mar.
Me hizo pensar mucho en el libro de Sara Jaramillo, Donde cantan las ballenas, que quizás me pegó más fuerte en su belleza y me hizo llorar mucho más en sus grietas. Esperaré el próximo oleaje para leer libros de despedidas en el mar.
Es un 3.8. No sé decir exactamente qué le falta…. tal vez me incomodaron un poco las escenas íntimas… pero puede que yo sea muy provinciana o que no esté preparada para la nueva manera de estas relaciones íntimas. En todo caso es un gran libro.
La construcción de los personajes protagonistas y lo que duele y como duele es única sumado a que esta escritora es la maga de las imágenes y a mi ese tipo de escritura, cuando no empalaga, me encanta:
“… Entonces ve a unos metros un montículo gris … Avanza hacia la montaña grisácea y mientras se acerca otras formas se vuelven nítidas ante sus ojos. Ve que de un óvalo enorme sale una aleta y que no es una roca inerte sino una ballena atrapada en la arena. …. no teme, no se acerca, la contempla con desesperación y cautela, no quiere lastimarla, pero no sabría cómo salvar a ese animal gigante. A ese pedazo de mar y de tierra que está frente a sus ojos. Da un paso más y queda a su lado, estira la mano derecha y siente en su piel la textura áspera de la ballena; sus ojos se humedecen ante lo imponente de ese animal. Hay cosas tan bellas y tan tristes piensa…. Entonces la recorre con la mano acercándose hacia su trompa, y en ese momento, mientras él trata de entender sus dimensiones, de conceptualizar su existencia, la ballena abre un ojo del tamaño de su cabeza y ve el vacío negro de su mirada.… La tristeza pesa en el cuerpo de Lucas, camina despacio, pasando la mano sobre la enorme aleta dorsal, vuelve hasta el ojo y ve una certeza: la dulce resignación de algo que se sabe que es el final. … Hay cosas tan bellas y tan tristes. “
A Paula y Lucas los une, y los separa, un duelo. Un duelo que marca las grietas de su relación y les recuerdo su amor.
La autora nos lleva por la psiquis de los personajes y me permitió reconocerme en las historias cotidianas de una vida en pareja.
Al final, siempre es la vida sucediendo, la vida en constante transformación, la vida y el constante cambio.
Frases que me quedan de este libro: "Nadie está preparado para la muerte de alguien a quien ama, así a veces resulte más natural, así a veces llegue a planearse, a charlarse inclusive. No hay un simulacro para la muerte hasta que llega."
"De sus ojos caen lágrimas una tras otra. Odia la palabra duelo, odia la idea de pelear contra algo que ya no está, odia las emboscadas sorpresivas de las imágenes que la hacen doler."
"Necesita algo que sea suyo y solo suyo, necesita no contar, no decir, no explicar, no hablar de sus sentimientos porque tampoco los entiende, porque no todo lo que se siente debe compartirse."
Si estas pasando por un duelo, cualquiera sea, y no lo tenes muy bien procesado, no lo leas. A medida que avanza la historia y te vas enterando del pasado y presente de Paula y Lucas, sea hace insoportable pensar en lo desdichados e infelices que son por querer forzar lo que ya no puede ser.
Gran parte de la historia está narrada desde el punto de vista de Lucas. Me hubiera gustado conocer a Paula desde su propia voz dentro del relato. La naturaleza, los paisajes, la flora y la fauna de la isla funcionan como un personaje más que anticipa, en más de una vez, lo que ocurrirá luego o, incluso, el desenlace de la historia.
Es el primer libro que leo de María del Mar Ramón. Es muy probable que vuelva a leer algo de ella.
Creo que es de los libros que más he disfrutado en este año y me han hecho pensar muchísimas cosas. Los personajes son tan complejos que creo que voy a necesitarlo leer muchísimas veces para comprender cada una de sus capas, aunque no estoy diciendo que sea necesario. Son tan reales y quiero abrazarlos y decirles lo mucho que lo lamento, pero que todo va estar bien.
Y bueno, llegue a este libro por el club de lectura de Andrea Muriel y tuvimos la oportunidad de platicar con la autora y fue maravilloso. Me dejó con tanto, que no sé cómo agredecerle. Más que recomendarlo muchísimo.
El proceso para superar un duelo siempre me ha parecido complejo, tanto así que el dolor no se va nunca, se queda y forma estrías y cicatrices que son muy difíciles de borrar. Así sentí este libro, doloroso pero a la vez liberador. Nos enseña la agotada relación de pareja de Lucas y Paula, y de cómo una trágica situación hace que sus vidas ya no sean las mismas, tratando de soportar el peso de la tristeza y de lo que pudo ser y no fue.
El mar, ese hermoso infinito de color azul nos enseña que así como trae cosas maravillosas y a la vez dolorosas, también puede llevarse toda la felicidad y trágicos recuerdos, permitiéndonos empezar de nuevo.
Es una historia sobre la gente triste, quien vive con un miedo constante de hacer cualquiera decisión importante en sus vidas. Prefieren que otros las hagan por ellos. No quieren la responsabilidad, y todo el libro está lleno de las descripciones de sus sentimientos. Para mi era difícil empatizar con ellos.
Las escenas íntimas están presentadas en una manera muy vulgar y detestable y no ayudan con el desarrollo positivo de los caracteres de los protagonistas.
Ese libro no hizo mucho para mi, pero lo doy 2 estrellas para ayudarme con la práctica de mi español.
La historia que se narra en este libro no podría estar más alejada a mi contexto y momento actual, sin embargo, conecté con los personajes y los sucesos de una forma inmediata. Considero que la narración hace que esto se logre.
La autora describe el duelo de forma cruda y real. Las analogías qué hace durante la narración son exquisitas y la dedicatoria me arrugó un poco el corazón.
María del Mar narra la historia jugando con el pasado y el presente, y lo hace de una manera fenomenal. Además, aquellos capítulos cortos en donde se describen momentos específicos que podrían suceder en la mente de los personajes pero no en sí en la historia son fenomenales. Me sentí viendo una película.
El libro es muy fácil y rápido de leer. Al principio cuesta un poco engancharse con la historia, pero luego te metes en ella. Siento que María del Mar logra que una se inserte tanto en la historia que puede ver/sentir a los personajes, una siente su amor y su deseo. También siente ese amor que es difícil, incondicional, esos amores que son para toda la vida. Otro elemento que me encantó fue la analogía de la vida y la muerte con el mar y la naturaleza.
Debo admitir que al principio me costó engancharme con la historia, pero una vez que lo hice, cada sensacion de los personajes era mía. María del Mar Ramón tiene una manera de narrar tan simple, pero a la vez detallada, que hace de esta novela una lectura ideal para irse de vacaciones, un fin de semana relax o algo similar. Te deja con ganas de más, te intriga, te hace comprender un poco, si es que se puede, el dolor de la pérdida y su nuevo renacer.
Tiene imágenes conmovedoras y sus personajes son complejos. El sofoco del calor y de la vida se sienten en gran parte del texto. No entendí del todo la división en dos partes, pero agradezco conocer un poco más de Paula a través de su mirada confusa de la vida y del amor. Creo que es interesante la relación con la muerte y el duelo que viven los personajes de formas tan distintas y torpes, como la mayoría lo hacemos por no saber cómo tramitar las pérdidas.
Es un libro que se lee rápido, la historia te atrapa desde la primer hoja. La descripción de los sentimientos es impecable, se puede sentir lo que sienten los personajes. La escritura es rápida y clara pero no por eso despejada de detalles. La construcción del relato es progresivo y explota en las últimas páginas. Es un excelente libro para leer, entretiene pero te lleva a un lugar de reflexión muy profundo.