LA HISTORIA QUE SE RELATA EN ESTE LIBRO ESTÁ INSPIRADA EN HECHOS REALES. SUCEDIÓ EN 1936, EN UN PEQUEÑO PUEBLO EN EL CORAZÓN DEL PAÍS DEL BIDASOA. En una oscura noche de agosto, Josefa Goñi Sagardía, una enigmática mujer embarazada de siete meses, desapareció de la faz de la tierra con sus seis hijos menores de edad. En un principio nadie en el pueblo escuchó nada, nadie sabía nada. Pero los secretos y los fantasmas empezaron a instalarse dentro de las casas. Al amanecer del día siguiente, el pueblo despertó sumido en un silencio que se demoró más tiempo del que nadie hubiera imaginado. Instintos soterrados que despiertan con la guerra. Una mujer y su envidia, las supersticiones de un cura, un guardia civil empujado por el miedo, la tentación de un padre de familia, un joven reprimido y un pueblo asustado que guarda silencio. Rumores agrandados. Ofensas y sentimientos insignificantes, cotidianos, que se enredan entre sí hasta deformarse y convertirse en monstruos.
“Los años del silencio” es novela basada en un hecho real sobre unos hechos que ocurrieron en el año 1936. Todo ocurre en un pequeño pueblo de Navarra, Gaztelu, y después de 80 años ha podido saberse lo que pasó y que tanto tiempo estuvo oculto. El autor cuenta la historia usando los personajes reales, algunos con su nombre verdadero y otros no, algo que deja claro en la nota del autor. Durante el verano de 1936, Juana Jose Goñi embarazada y con sus hijos desaparecen sin dejar rastro, los vecinos no han escuchado, ni visto nada, pero poco a poco todo va saliendo a la luz… Una historia muy triste, que esta desarrollada en el momento de la guerra civil en España, aunque es verdad que este hecho esta como telón de fondo, sin hacer mucho hincapié en la guerra, pero si que es verdad que por dinero o por ciertas amenazas, en esa época ( y quizá en esta) cualquiera acusaba hasta a su propia familia. El trabajo de documentación de autor es sublime, es muy complicado saber que pasa por las mentes de personas capaces de hacer lo que hicieron, pero el autor ha sabido crear una historia de lo que pudo pasar, una historia que te mantiene en vilo hasta el final. Una lectura super ágil, que para mi gusto, va de menos a mas, siendo las ultimas paginas frenéticas, y con un final bastante impactante, un final que yo sinceramente no me esperaba. Destaco como siempre, y para mí imprescindible la nota del autor, imprescindible en este tipo de historias.
Es la primera novela que leo del autor, y aunque es una novela muy cortita, la recomiendo mucho,
Nuestra historia más reciente sigue teniendo multitud de huecos vacíos, crímenes olvidados y silencios en hechos de lo más escalofriantes.
Y esta novela, basada en un suceso real es el ejemplo de ello.
A través de capítulos cortos, y una ambientación y descripción de los personajes muy concisa, el autor nos va relatando como pudo suceder la desaparición, de la noche a la mañana, de una mujer y sus seis hijos en un pequeño pueblo situado en los montes navarros y por qué se levantó un muro de silencio sobre ese hecho.
Como se indica en el libro: "En una época de bandos, facciones, odios, envidias y rencores, la mala sangre acumulada durante años tiene la excusa perfecta para soltar los instintos tanto tiempo contenidos en una nación sumida prácticamente en la locura".
La historia está narrada en tercera persona y protagonizada por varios personajes principales, entre ellos Pedro, Josefa, Vicente, Agustín… Y también en diferentes tiempos temporales, entre el año 36,37 y 38 y el año 40, 42, ambientada en un pueblo del País del Bidasoa, en plena Guerra Civil.
La trama gira en torno a la desapasiona de Josefa y sus seis hijos de la noche a la mañana y la investigación que consigue hacer Pedro, padre de familia, sobre este suceso. Gracias a la ayuda de su abogado Vicente conseguiremos llegar a la verdad de lo que ocurrió.
Partiendo de la base que esta novela está inspirada en hechos reales, ya sabia que me iba a gustar. La pluma tan magistral de Álvaro y esos capítulos tan cortos y concisos, que van directos al quid de la cuestión, han conseguido que me guste un libro de novela histórica.
La dosis de suspense y misterio que envuelve a la desaparición de esta familia fueron la guinda del pastel, y sobre todo la manera que tenemos de is descubriendo la verdad, viajando al pasado y al presente entre todos estos personajes que formaron parte del suceso y de cómo ocurrió todo.
La ambientación es un punto fuerte y pude viajar a la época en que España sufrió aquella terrible Guerra Civil que hizo tanto daño al país.
Los personajes son otro punto clave de la historia y todos están muy bien construidos y explicados durante la historia, de manera que podemos empatizar con todos e incluso podemos verles actuar.
El final es tremendo, y la resolución del caso y cómo ocurre todo es fascinante, pero más increíble es cuando terminas de leer la historia y te das cuenta que esto ocurrió en la vida real. Es tremendo y espeluznante y por eso me ha gustado tanto y he disfrutado tanto de la historia. No puedo hacer otra cosa que recomendaros esta novela.
8.5/10 Una historia triste, pero que es un hecho real. Un caso de juzgado que permaneció cerrado durante 80 años, porque en esa época los que tenían dinero se les permitia todo. Me ha resultado muy entretenido y con muchas ganas de saber que había pasado con Josefa y sus hijos. El final no me lo esperaba.
En Los años del silencio, el autor nos contará la historia de una lucha. La lucha de un padre y marido por descubrir la verdad de lo que le ha ocurrido a su familia. . Por su trabajo, pasa mucho tiempo fuera de casa y recibirá el aviso de que algo extraño ha ocurrido. Con mucha dificultad conseguirá la ayuda de un abogado que será vital en la resolución de la desaparición. . Paralelamente el autor nos irá contando lo que ocurrió en los meses anteriores. Como la envidia y el odio hicieron que los habitantes de un pueblo, hiciesen lo inimaginable. . Es una novela pausada, con descripciones que te introducen en la historia y en la trama, algo que caracteriza al autor y es su sello de identidad. Una novela de personajes, de sentimientos, de búsqueda de justicia. . Un libro muy necesario para no olvidar y no repetir los errores del pasado.
Tiene mucho mérito novelar un hecho relativamente conocido, y Álvaro lo hace muy bien en este libro: hacer elecciones, rellenar huecos donde no hay certezas y meternos en las casas del pueblo de Gaztelu y en las mentes de sus habitantes. Es muy difícil hacerlo sin caer en el morbo o en el sensacionalismo, más cuando los afectados son una mujer y sus hijos pequeños, pero hechos así, sin dignos de ser recordados, más cuando detrás hay un narrador con esta delicadeza y exhaustividad.
Hemos comentado esta novela en el pódcast del Certamen Internacional de Novela Histórica Ciudad de Úbeda, por si os interesa aquí dejo el enlace https://www.ivoox.com/novela-historic...
En el año 1936, Juana Josefa Goñi y seis de sus hijos, desaparecen sin dejar rastro en la localidad de Gaztelu. Sus vecinos dicen no haber escuchado ni visto nada, pero los secretos tarde o temprano salen a la luz.
Una triste historia inspirada en hechos reales que ha estado archivada en el sumario Causa 167 durante demasiados años. Hasta el año 2016 no se volvió a reabrir el caso para, de una vez por todas, hacer justicia. El trabajo de documentación que ha llevado a cabo el autor es magnífico. Ha sabido situarnos en esa terrible época, en plena guerra civil, donde por un puñado de monedas o bajo amenazas, cualquiera podía acusar a sus propios vecinos de ser del bando contrario.
La lectura de este libro es muy ágil, con capítulos cortos y unos diálogos inmejorables. Apenas he tardado un par de días en leerlo ya que no da pie a finalizar cada capítulo y desear seguir con el siguiente para averiguar qué sucedió realmente con Juana Josefa y sus hijos. La historia está hilada a la perfección y el final impactante. Cierto es que más o menos me imaginaba cómo iba a terminar, pero igualmente me ha sorprendido.
🔹️"Bajo el templo de la ley se está construyendo un cementerio de silencio y de terror. Historias ocultas, crímenes olvidados, que entre todos plasman el retrato de una nación sumida en la locura".
Esta es la historia de un pueblo del País Vasco en el que en 1936 desaparece una mujer embarazada de siete meses y sus seis hijos pequeños. Un pueblo en el que todos dicen no saber nada y no haber oído nada. Un pueblo en el que nadie habla y todo es silencio.
Y a la vez es la historia de un marido y un hijo que luchan con uñas y dientes para descubrir la verdad tratando de no derrumbarse por el camino.
Basándose en este hecho real, porque sí, esta desaparición es totalmente real, Alvaro Arbina recrea qué pudo haber pasado en ese pueblo: los recelos que sufría una mujer que no se ajustaba a las normas, las envidias, las malas miradas y los desprecios. Y a esto se le suma el comienzo de la guerra civil, el miedo a lo que podría pasar en un sitio en el que nunca pasaba nada, la impunidad de poder acusar al vecino anónimamente, el creerse superior sólo por estar autorizado a llevar un arma o una sotana.
Este es uno de los muchos casos en los que ganó el odio y se impuso el silencio, una desaparición que quedó impune por falta de pruebas, o de querer buscarlas. Por suerte, en este caso la familia sí consiguió respuestas, pero no justicia.
Tengo que advertiros de que no es una historia para hacer teorías, @citas_yletras y yo lo intentamos y fracasamos. Sí que hay un misterio que resolver, pero la trama se centra en trasladarnos a ese lugar y esa época, a hacernos sentir la angustia, la impotencia y la rabia de los protagonistas.
No puedo terminar sin destacar la nota del autor, en la que cuenta qué es real y qué es ficcionado, cómo fue de difícil sacar este caso del atasco legal en que estaba y cómo está la situación actualmente. Solo un pero, en la nota recomienda otro libro sobre este caso y ahora lo necesito, menuda forma de liar al personal.
Madre mía, que cosas se hacían antes en los pueblos. No deja de ser un relato costumbrista de lo sucedido en plena guerra civil, en un pueblo perdido de la Navarra profunda.
Viajamos a un pequeño pueblo de Navarra llamado Gaztelu donde una mujer embarazada desaparece junto con sus seis hijos pequeños.
Pedro Sagardia es el padre de familia, un humilde carbonero que servía como requeté en el frente de Navafrías y tardó un año en conseguir el permiso para regresar e iniciar la búsqueda de su familia.
Una historia inspirada en hechos reales contada en dos líneas temporales. 1937: Cuando Pedro busca ayuda en el despacho de Vicente para encontrar a su familia y un año antes cuando suceden los hechos.
Tanto por la época en la que transcurre como por los hechos que se desarrollan es una lectura dura. Los personajes son reales y la labor de documentación por parte del autor te sumerge de lleno en la historia de esta familia.
Me ha gustado mucho como la lectura ha ido de menos a más con un final que me ha dejado sin palabras.
Una lectura ágil, necesaria y acompañada de la nota del autor hace que este libro un indispensable.
“La verdad duele, pero también repara. Si el tiempo no se la ha llevado aún, por algo será” . . Josefa es una mujer que vive en el pequeño pueblo de Gaztelu y que, recién estallada la Guerra Civil, desaparece, junto con seis de sus hijos, y embarazada de siete meses. Su marido y su hijo, necesitan saber en dónde están, y qué ha pasado con ellos.
Así arranca esta novela, basada en hechos reales, que me ha tenido sin saber muy bien qué estaba pasando, sin ser capaz de hacer grandes teorías, pero enganchada hasta el final.
Álvaro Arbina parte de un suceso real para reconstruir este caso de forma novelada y que merece mucho la pena conocer. Esta historia te permite empatizar con la familia de Josefa, te mete de lleno en ese pequeño pueblo y sus dinámicas.
Este caso me ha generado mucha curiosidad y se me han quedado algunas cosillas sobre las que necesito saber más, y por eso ya tengo el ojo puesto en uno de los libros que cita Álvaro Arbina en la nota de autor para seguir investigando sobre este suceso: “La sima” de Jose Mari Esparza.
Es una historia que rinde homenaje a todas esas familias que han visto truncada su paz por desapariciones de familiares nunca resueltas; por ese silencio corrupto que instaura el egoísmo y la intolerancia.
Una novela que pone de relieve que, para continuar, necesitamos saber, porque la verdad es el único vehículo hacia la reparación, y la incertidumbre el peor enemigo que existe.
Conocí la pluma de Álvaro con La sinfonía del tiempo, un libro que galopa entre el thriller y lo histórico del que disfruté muchísimo y que me mantuvo enganchada a sus páginas en una emocionante novela de amor con una saga familiar en un fascinante viaje a los tiempos del acero y el carbón. Tras disfrutar tanto con esta novela no pude parar de leer todas las novelas de Álvaro como fue La mujer del reloj y Los solitarios. Y aquí me tenéis sin poder resistirme a su última novela, Las horas del silencio, un libro basado en hechos reales donde Álvaro vuelve a sus inicios con la novela histórica.
Estamos en agosto de 1936 con la Guerra Civil recién estallada en un pueblo del Navarra , Gaztelu. Josefa embrazada y sus seis hijos desaparecen sin dejar rastro. Esta es la historia de como la familia Sagardía pasa a la historia como la causa 167 y que quedó enterrado en el tiempo hasta 2016.
Un libro que pese a que está enclavado en los inicios de la Guerra Civil, no es eje principal pero si está como telón de fondo. Gaztelu es un pueblo pequeño enclavado en el corazón del Pais Vasco donde la guerra no hace acto de presencia como tal pero si sus consecuencias con esas rencillas soterradas que afloran casi por instinto de supervivencia. Y eso es justo lo que alimenta a estos vecinos, el odio , los miedos y la venganza son la base para que el ser humano se pueda convertir en el peor de los monstruos.
Pedro Sagardía trabaja como carbonero y una mañana recibe la noticia de que baje urgente al pueblo que su mujer lo reclama, pero al llegar allí no encuentra a nadie, su familia ha desaparecido sin dejar rastro. Pedro es reclutado de requeté y en uno de los permisos un año después de la desaparición de su familia, abre un proceso judicial con la ayuda de Vicente san Julián, un abogado que intentará esclarecer los hechos con todo su empeño.
Más de diez años que no se consigue esclarecer nada, el silencio de todo un pueblo lo invade tod hasta que un testimonio de una vecina pone punto y a parte a esta historia. Y digo punto y a parte ya que se inició otro proceso que llegó a nuestros días poniendo esa paz que necesitaba esta familia ochenta años más tarde.
Los años del silencio es un reflejo de la sociedad del momento, de envidias donde la religión estaba muy arraigada y donde el odio en estas comunidades podía ser muy peligroso.
No tengo más que felicitar a Álvaro por tan excelente trabajo de documentación y por desenterrar esta historia y darle a Josefa voz y justicia tantos años después.
4⭐️. Una novela histórica/no ficción muy interesante con una trama que está situada en la Guerra Civil, pero trata de llevar esta a un segundo plano. Me ha gustado mucho la explicación del autor al final de la novela sobre el proceso creativo de la historia y como deja el conflicto con simples pinceladas de contexto de manera que el lector pueda centrarse en las personas.
"Los años del silencio" busca destapar una de esas historias que la dictadura enterró en el olvido y dejo sin esclarecer. Es una novela de personas y no de hechos históricos. Los conflictos que tenían lugar en el remoto pueblo de Gaztelu se repetían por toda España y muestran lo peor que tuvo la Guerra Civil española. La guerra dio vía libre para saldar cuentas en nombre de una bandera y una de ellas es la que se cuenta en esta novela. La historia es realmente dura porque es real como bien nos dice el autor al final. Los hechos, aunque algo novelizados por falta de detalles en los acontecimientos reales, cuentan una historia que realmente ocurrió y donde el lector ve con impotencia lo que está pasando.
Si hablamos de la historia solo puedo decir cosas buenas. Los capítulos son cortos lo que le da mucho dinamismo a la novela. Además, está muy bien escrito y muy bien contado. En ningún momento uno se pierde en lo que está ocurriendo y en el transcurso te sientes como un observador dentro de los escenarios, un vecino más del pueblo de Gaztelu que ve todo lo que está sucediendo a su alrededor.
Novelas así me parecen muy necesarias. Como bien se dice en los capítulos finales, nunca es demasiado tarde para cerrar heridas y devolver la justicia donde no la ha habido.
No se puede negar que Álvaro Arbina escribe estupendamente bien, sus novelas siempre están muy bien escritas y se nota que hay detrás un trabajo serio de documentación, en este caso especialmente importante porque el libro se basa en hechos reales.
Los años de silencio trata de novelar lo que pudo ocurrir en Gaztelu, en Navarra, durante los primeros momentos de la Guerra Civil. Desaparece una madre con seis hijos, mientras su marido estaba fuera del pueblo, y nadie les vuelve a ver jamás. Nadie sabe que ocurrió exactamente, pero fueron expulsados del pueblo y tuvieron que huir. Un año después, su marido consigue denunciar los hechos y se inicia la investigación y el relato de lo sucedido.
No cabe duda que la trama te estruja el corazón. Arbina "novela" unos hechos que pudieron ocurrir, de tal modo que resultan totalmente creíbles. Quizá, para mi gusto, la novela es un poco lenta, especialmente en la primera parte, y eso hizo que me costara entrar en la historia. La segunda parte es sencillamente sobrecogedora, y los hechos reales, que se cuentan en el epílogo, terribles.
Haciendo balance, creo que gana lo bueno frente a esa primera parte un poco insulsa, así que le pongo un notable. Nota: 7/10.
Los años del silencio es de esas novelas que al terminarlas te han removido algo por dentro pero, que, con el paso de los días ese sentimiento va creciendo. Por eso yo he tardado 10 días en dejar aquí mi reseña. Nos encontramos con una novela histórica, basada en un hecho real, lo cual la hace todavía mas dura. De capítulos cortos, mucho suspense y giros que no son tan inesperados como parecen.
Llegar al final de esta lectura sin mirar en internet para investigar y dejarme llevar por la historia creo que ha sido un punto fuerte a la hora de leer esta novela. Hacia tiempo que no me impactaba algo tanto como para necesitar cerrar el libro, respirar, coger aire, abrirlo de nuevo y seguir leyendo.
¿Que he aprendido con esta lectura? que la ignorancia, la envidia, la mentira y el dejarte llevar por lo que dicen los demás son sentimientos mas peligrosos de lo que parecen. Y que el ser humano cuando lucha por algo, es capaz de hacerlo hasta el fin, sea cual sea.
¿Recomiendo esta novela? La super recomiendo. Lectura necesaria.
Magnífico trabajo histórico hecho novela de este autor, del que me gustaría leer más. Esta novela se asienta en un pequeño pueblo navarro, en tiempos de guerra, y narra la historia de la familia Sagardía-Goñi, una madre y sus 6 hijos, que fueron expulsados del pueblo y posteriormente desaparecidos sin dejar rastro. El padre de la familia y su abogado imparten una búsqueda y una acusación, que muchas décadas después fue reabierta e investigada, y ha podido dar un final entre comillas "feliz" a esta historia con matices de mito y leyenda que a mí, al menos, me ha fascinado, como amante que soy a este tipo de novelas. Posteriormente después de leer este libro, he estado leyendo documentación y viendo fotografías y vídeos, testimonios de familiares y de personas que han participado en esta investigación. Y, como poco, sobrecoge, sobre todo en un paraje como el País Vasco, en el que aún se respiran leyendas de mitología vasca y brujería, como la tan conocida Zugarramurdi. A todo aquel que le guste leer este tipo de novela histórica y bien documentada, recomiendo este libro.
No esperaba mucho de este libro porque no suelo leer cosas ambientadas en la Guerra Civil Española, pero Álvaro ha hecho un gran trabajo a nivel de personajes y documentación. Me he visto metida por completo en la historia y creo que eso dice mucho de su escritura.
Magnifico relato…cuanta crueldad y ignorancia juntas. Una pobre familia entera sacrificada. Cuánto sufrimiento por parte de los únicos supervivientes. La pobreza es horrible, nadie debería encontrarse en ese extremo. La fuerza y entereza de Pedro por conocer la verdad me parece ejemplar. Los culpables sin pagar … solo espero que nunca encontrarán descanso en sus almas.
Mi perfil de lector es: hombre, padre, abuelo, setentón, aficionado al senderismo y a la lectura.
Me ha costado terminar el libro, y no porque la historia fuera sosa (se basa en un crimen real, cometido al principio de la Guerra Civil), o porque el autor no sepa escribir. Al contrario, la historia es espeluznante, literalmente, y Arbina tiene un estilo limpio, claro y directo que me gusta. El problema por el que no pude "conectar" con esta novela, y tal vez sea solo un problema para mí, es de varios tipos: el enfoque, la forma de presentar a los personajes, y la resolución que no me satisface. O sea, desde el principio, sabemos quiénes son las víctimas del crimen, dónde y cuándo sucedió, pero no quiénes son los autores, ni el por qué. Al terminar la novela, seguimos sin saber quiénes son los autores, ni el por qué. El autor insinúa, y nada más. Para un crimen muy real, la verdad, no me gusta esa forma de dar a entender, pero sin mojarse. Eso de remitir al lector "al sumario del caso" tampoco me convence demasiado.
El enfoque desde dos puntos de vista (el padre de la familia que desaparece para siempre, y su abogado, y por otra parte la familia antes de que desaparezca, en el pueblo en el que sucede todo) y de dos hilos de tiempo distintos (antes del crimen, y años después, y esto segundo se desdobla otra vez en dos líneas de tiempo), confunde un poco, y cuesta volver a situarse en cada capítulo, en el lugar y el momento de los hechos. Que tampoco son hechos, son suposiciones, habladurías, rumores y cotilleos, básicamente.
Los personajes, para basarse en hombres y mujeres reales, no me han convencido, son demasiado clichés, o malos malísimos, o buenos buenísimos, sin nada en medio. La mujer protagonista, una de las personas que desaparece, es una especie de mujer fatal, guapísima, listísima, amantísima, misteriosa, una supermujer con poderes curanderos que saca adelante sola a seis o siete hijos aunque no tiene nada, ni casa propia, ni dinero, ni tierras. Todos los hombres del pueblo, desde el párroco (solo le falta llamarse Torquemada, hasta quema libros y sueña con brujas que lo seducen), hasta cada vecino, están locos por ella y actúan como salidos que piensan a todas horas en acostarse con ella, y todas las mujeres del pueblo (salvo una vecina que la ayuda hasta el final) son espantajos vestidos de negro, amargadas, reprimidas y casi retrasadas mentales, que la odian, la envidian (por guapa, por tener tantos hijos, porque sus maridos parecen todos obsesionados por ella), y lo único que hacen es quejarse de lo triste que es su vida, lo mucho que sufren, y lo malísima que debe de ser esa mujer, de la que hablan mal todo el tiempo, llamándola bruja, demonio, puta, ladrona, etcétera.
Creo que tampoco ayuda esa táctica de insinuar sin mostrar, para no mojarse, con frases cortas, saltando de una cosa a otra y de un hecho al interior de la cabeza y las ideas sueltas de algún personaje, dejando las descripciones y los hechos a medias, todo muy incompleto y entrecortado, casi a voleo. A lo mejor la idea era que el lector rellenara todos los huecos y las cosas sin decir con su propia fantasía, pero, como se trata de un crimen muy serio, y muy real, me parece que eso es muy arriesgado, y no ayuda nada a tratar de conocer la verdad, que, supongo, es lo que hacen otros lectores, como hice yo, al empezar la novela. Si es así, se van a llevar más de una decepción.
Los únicos dos personajes que parecen de carne y hueso, y con los que pude conectar, son el abogado y el hijo mayor de la familia desaparecida. El padre de la familia apenas muestra sentimientos ni reacciones, es como un comparsa más de la tragedia, al que mienten, engañan, roban y pegan, un pelele del destino, que trata de luchar en silencio, pero es tan pasivo, que al final también muere como un perro en un agujero.
Todos los personajes se definen aquí en relación con esa mujer, no por lo que son ellos mismos, por el odio y la envidia que sienten hacia ella y hacia sus hijitos (¿cómo se puede odiar a niños pequeños que son tus vecinos hasta el punto de asesinarlos?). Todos los habitantes del pueblo (salvo esa vecina, y otra vecina que pide ayuda a la mujer fatal con su magia curandera, pero luego no la ayuda para nada), son malos, ignorantes, fascistas, violentos, brutos, ignorantes, maltratadores, obsesos del sexo, machistas, fanáticos de la religión, y nada más.
Hala, asesinato inexplicable explicado en dos palabras, nadie es responsable con nombre y apellido, todos se lavan las manos, hasta el autor: "¿Quién mató al Comendador?" "Fuenteovejuna, señor." ¿Quién mató a la familia Sagardi? Gaztelu, lector, pero no quieras saber nombres, apellidos ni los hechos exactos, porque da más morbo insinuar sin nombrar, en 1936, en 1940 y hoy día, y eso incluye sobre todo al autor, que pinta a todos, vecinos, párroco y falangistas-fantasmas (ver más adelante) como brutos, primitivos, borrachos, rijosos y gente que cree en brujas y demonios, que va sucia y apesta a ajo, pero luego, al final del todo, se apresura a decir "bueno, en realidad no sé quién hizo qué, puede que Fulano y Mengano ni siquiera estuvieran en el pueblo ese día", lavándose las manos. Primero, durante toda la novela, los pone a todos como campesinos horribles y repugnantes (no digo más, pero entra en detalle hasta en sus fantasías sexuales y lo que hacen entonces). Pero al final del todo, ni nombres concretos, ni hechos concretos. Todo es una orgía de violencia donde todos pierden la cabeza en una manada y luego nadie se acuerda de nada. Incluido el autor.
Para una novela histórica, me ha faltado más contexto. Para una novela costumbrista, me ha faltado credibilidad psicológica de los personajes. Para una novela de misterio, me ha faltado motivo, e identidad del o de los asesinos, quién hizo qué, y sobre todo, por qué. Indicios, sospechas e insinuaciones no bastan, y menos para un crimen real. Es casi, casi como ponerse de perfil, tirar la piedra y esconder la mano, acusar sin pruebas de verdad, tan solo "fulano dijo esto", "eran rumores", "todo el pueblo lo sabía", y eso, prácticamente, es como ponerse al mismo nivel de los personajes sospechosos del asesinato en el pueblo, que rumorean, insinúan, señalan sin motivo, acusan sin pruebas. No sé, esperaba más definición por parte del autor, y no que actuara como todos los habitantes del pueblo de Gaztelu, insinuando sin demostrar, rumoreando sin dar nombres de verdad. Porque en las últimas páginas aparecen de la nada "tres falangistas" (también sin nombre, ni cuerpo del Ejército o milicia a los que pertenecen, ni rango concreto, ni nada de nada) que con dos frases precipitan toda la tragedia y movilizan al pueblo (bueno, a algunos habitantes, tampoco se sabe muy bien cuáles) para cometer el crimen. Y luego desaparecen y nunca más se supo de ellos: tres tipos anónimos que ni se sabe si también existieron, o son un invento del autor para salir del apuro, como deux ex maquina para "explicar" el desenlace, y ya está la novela finiquitada. También la Guerra Civil parece ser el detonante del crimen, pero tal y como se presenta, la guerra queda muy lejos del pueblo en cuestión, casi como en otro mundo, y solo se alude a ella en algunas frases sobre contrabandistas de personas y sobre mercancías que llevan hasta la frontera algunos habitantes del pueblo. No basta para reflejar que ha estallado la peor guerra de la historia de España, creo. No sé, me faltan demasiados cabos por atar.
Tres estrellas por el esfuerzo del autor en tratar de entender cómo se llegó a ese crimen, no como un intento de resolverlo y dar nombre y apellido a los culpables, porque no ha podido, sino como un símbolo de las atrocidades de las que es capaz una persona o varias cuando hay impunidad. Ese esfuerzo es grande, y se nota, y sobre todo me ha gustado la ambientación del pueblo del Bidasoa, que llega a transmitir a veces la sensación de soledad, y aislamiento, y la fuerza de la naturaleza por encima de la razón. Esa buena intención (aunque no cumpliera mis expectativas de saber la verdad), y ese arte de mostrar los lugares, me lleva a darle otra oportunidad al autor y escoger otra de sus novelas, y estoy abierto a cualquier sugerencia.
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Disfruté de la lectura y se lee rápido. Personalmente me impactó, imagino que por estar basada en una historia real, cosa que te mantiene con el interés activo en cada página.
Ante todo, y pese a la lista de "peros" más abajo, la esencia de mis impresiones: léanla.
Léanla si son mujeres, como yo, si son hombres, si son vascos, si son españoles, extranjeros o marcianos; léanla si les interesa la Historia de España, o la Guerra Civil, o un estudio de la ignorancia y la superstición. Léanla como anécdota del libro del mal escrito cada día en la Tierra desde que Caín mató a Abel, o léanla como obra costumbrista muy siniestra, o como misterio sin resolver. Léanla, y formen sus propias impresiones. Como mínimo, sacudirá al lector más de una vez; quizá también lo haga reflexionar sobre el pasado, el presente, y el futuro que todavía podemos ayudar a formar. Tal vez le grabe en la memoria el apellido "Goñi Sagardía" como moraleja. Y solo por eso, ya merece la pena.
Sí, es cierto que tras leer todo el libro uno sigue sin saber quién, por qué o cómo, tal como dice otra crítica de esta novela. Sí, es cierto que a veces los personajes son estereotipos (como el cura lujurioso que, en nombre de la virtud, se vuelve demoníaco él mismo, un poco como Claude Frollo en "Nuestra Señora de París", de Víctor Hugo). Sí, también es cierto que tanto salto en el tiempo puede ser un problema para lectores que no puedan leérsela del tirón, sino que tengan que dejarla de lado varios días o semanas y luego, al retomarla, les cuesta volver a situarse en el espacio y el tiempo. O que algunos personajes solo entran en la novela y vuelven a salir de ella enseguida como excusa para precipitar el desenlace. Y es cierto que los motivos de los personajes, incluso acumulados y multiplicados, no bastan para convencer de que personas sencillas, buenas, trabajadoras y que temen ir al infierno más que cualquier otra cosa cometan el acto central alrededor del cual gira toda la novela. También es cierto que algunas frases, de puro elípticas y abstractas (tal vez para no golpear al lector con el horror de la escena principal descrita con lupa, o para no regodearse en el morbo, cosa que, personalmente, le agradezco mucho al autor), causen el efecto contrario al que se buscaba: confundir en vez de aclarar, distanciar en vez de aproximar, y trazar una posición a veces maniquea, y a veces ambigua.
Sin embargo, y pese a todas esas reservas (mías y subjetivas, nada más), léanla.
Ni es alta literatura ni es innovadora ni su planteamiento en varios niveles geográficos/temporales es fácil para el lector, pero es una novela necesaria porque destapa y denuncia algo que nunca debió suceder, ni en España ni en ninguna parte, jamás.
Léanla. Y luego regálenla a un amigo, un pariente, una escuela, o a su biblioteca municipal, para que la lean cuantas más personas, mejor.
Comencé a leer este libro pensando que era un thriller, ya que no conocía nada de la historia y, pese a ser más bien una novela histórica, no me ha decepcionado para nada. Me ha sorprendido muchísimo lo que he disfrutado de este relato tan crudo, doloroso y frustrante. Además, me ha gustado mucho la pluma del autor y cómo ha narrado cada uno de los hechos de modo que todo en la historia esté conectado de forma precisa.
Nos narra la historia de una familia y, a la vez, de un pueblo entero. Un padre que, desesperado ante la situación, recurre a un abogado para denunciar la desaparición de su familia y esclarecer qué ha ocurrido con su mujer y sus seis hijos mientras él no estaba para protegerles. Y cómo el pueblo se sume en un silencio absoluto tras estos hechos alegando no saber nada del paradero de la familia.
Toda la historia se desarrolla en diferentes tiempos, aunque sobre todo los hechos ocurren durante la Guerra Civil española. La narración hace saltos en el tiempo al pasado, previo a la desaparición, y al presente, durante el proceso judicial. El libro, como es normal teniendo en cuenta la época en la que acontece, está cargado de ideologías políticas pese a que, aparentemente, se desarrolle en un pueblo en el que todos son de derechas. Sin embargo, no faltan las sospechas y la superstición ante aquello que intimida, al igual que el cargo de conciencia al haber guardado silencio durante tantos años.
A lo largo del libro vamos a ir leyendo sobre la vida cotidiana de los habitantes de este pueblo, especialmente de la familia protagonista de esta historia, de modo que podemos ver la actitud del resto de vecinos hacia ellos movidos por la política y la religión, sobre todo. Además, se nos cuenta todo el proceso judicial en el que el abogado, Vicente, lucha por esclarecer lo ocurrido con la familia, para dar a ese padre y a su hijo mayor las respuestas que necesitan. No puedo no mencionar también todo el contexto histórico que recibe el lector no sólo sobre la Guerra Civil española, sino también sobre la Primera Guerra Mundial, que resulta interesantísimo y es esencial en esta historia.
Es un libro que saca a la luz una historia real, llena de injusticias y dolor, en un intento por dar visibilidad también a todas aquellas historias que ocurrieron durante esos años y que acabaron sin respuestas para las familias de los afectados.
He disfrutado mucho de esta historia y, sin duda, recomendaría leerla.
En una noche oscura de agosto Juana Josefa Goñi embarazada de siete meses desapareció con sus seis hijos menores de edad, Joaquín de dieciséis años, Antonio de doce, Pedro Julián de 9, Martina de seis, José de tres y Asunción de dos.
Otro hijo José Martín y el padre Pedro Sagardía estaban en el monte trabajando.
Nadie en el pueblo escuchó nada y nadie sabía nada. Era un pueblo tranquilo sin discrepancias políticas, una comunidad religiosa y centrada en sus labores del campo. ¿Que es lo que pasó entonces? Pedro Sagardía, humilde carbonero que servía como requeté en el frente de Navafrías tardó un año en conseguir el permiso militar para iniciar una investigación. Entonces acudió al despacho del abogado Vicente San Julián....
No os voy a contar más. Es un libro que me ha dolido, me ha dejado tremendamente triste porque me hace darme cuenta de lo terrible que son las supersticiones, el miedo y la represión. El daño que pueden hacer los rumores provocados por la envidia y cómo las ofensas absurdas e insignificantes y la amargura del día a día puede deformar la realidad y convertir en monstruos a personas normales. Cómo una guerra entregó armas a labradores que los hizo envalentonarse pensando que por llevar un arma tenían más poder y que dio pie a que cometieran atrocidades en nombre de a saber qué ente superior considerándose salvadores de vete tú a saber qué.
Más dolor si cabe al saber que este libro está basado en una historia real ocurrida en Gaztelu en 1936 pero no os confunda la fecha porque esto no va de guerras esto va de mujeres, de mujeres que soñaron con otras vidas, de mujeres silenciada, de mujeres que no querían ser tapadas, de mujeres que no querían vestir de negro o llevar el cabello tapado ni esconder su sonrisa ni rezar al mismo Dios, de mujeres bellas, pobres y que eran ellas mismas.
Un crímen recogido en el sumario causa 167 que recoge la investigación de uno de los casos más llamativos e incomprensibles que hayan ocurrido y que han convertido en leyenda a la familia Sagardía-Goñi.
Un libro que te mantiene con la intriga desde el primer momento, que hila unos hechos perfectamente ambientados, un libro que devoras y disfrutas, un libro que te deja el alma rota y que hay que conocer para no olvidar y sobre todo no repetir.
Llevaba tiempo esperando a que Álvaro Arbina publicara novela para así confirmar las maneras que ya apuntaba con sus dos primeras novelas, y ¡vaya sí lo ha hecho! "Los años del silencio" es una gran novela sobre unos hechos acontecidos en 1936, unos hechos tristemente reales. Ochenta años hicieron falta para esclarecer lo que paso en aquel verano de 1936 en Gaztelu, una pequeña población navarra. Álvaro Arbina novela ese triste episodio de nuestro pasado de una manera sublime, acariciando con sus palabras las páginas de esta novela, usando los personajes reales, unos con su nombre verdadero y otros cambiándoselos. Es difícil imaginar lo que pasó por las mentes de aquellas gentes en un crimen tan atroz, fueron seis niños y una mujer embarazada de siete meses las víctimas. El autor se mete dentro de las casas del pueblo para dar vida a unos personajes y crear una historia de lo que pudo pasar. Probablemente no fueron causas políticas las que llevaron a esa enajenación colectiva que sufrió el pueblo en aquel lejano verano, más bien la superstición y la incultura de unas gentes que en su mayoría eran analfabetos y un aislamiento que hacía que vivieran prácticamente en el siglo XVII. Pero Álvaro Arbina lo consigue, consigue crear una historia que no deja al lector, (al menos a este que escribe) separarse de las páginas del libro hasta que termina. Una novela que en mi opinión merece ser leída y que es la mejor de las tres que tiene publicada su autor, y eso es una gran noticia porque un escritor así que mejora con cada nuevo libro es una gran noticia para nosotros lectores ansiosos de que nos cuenten historias cada vez mejores. Enhorabuena a Álvaro Arbina por esta gran novela y gracias, gracias por escribirla y tratar con tanto mimo y respeto una historia tan triste.
Esta novela fue seleccionada en el grupo de lectura de mi biblioteca, fui a ciegas, no tenía ni idea de que iba.
Me he encontrado una historia desgarradora, un libro oscuro que te hace estremecer por su crudeza. El saber que está basada en hechos reales sin duda aporta ese punto de realidad, de cercanía lo que lo hace más duro aún.
La narración se realiza en tercera persona, con diferentes hilos temporales y diferentes personajes como protagonistas.
La trama principal se basa en la desaparición de Josefa y sus hijos. Josefa habitante de un pequeño pueblo navarro, desaparecerá un buen día mientras su marido y su hijo mayor se encuentran en las montañas trabajando como mineros.
No había leído nada de este autor pero sin duda tras finalizar os puedo decir que tiene una pluma fantástica, te sumerge en los brumosos y húmedos paisajes, te sienta en los bancos del tribunal como un testigo más y te adentra en los pensamientos de los diferentes personajes, en sus inquietudes, sus necesidades y penurias.
El final es bastante angustiante, te deja el corazón encogido y pensando en cuantas historias así quedaron escondidas bajo el manto de la guerra.
No puedo recomendar este libro a cualquiera pero sin duda a los amantes de la historia y de la buena pluma os va a encantar.