Escombros, ceniza y huesos, esto son los restos que a menudo nos encontramos al explorar un antiguo campo de batalla o las ruinas de una aldea, tierra arrasada que esconde miles de historias, desde los últimos suspiros de un soldado caído a los gritos ahogados de una familia asolada por la guerra. A menudo el rápido suceso de acontecimientos que comprendemos como historia nos ha entumecido a estas realidades traumáticas, desvinculándonos de la violencia y sufrimiento que abarca y que raras veces nos conmociona. Solemos olvidar que detrás de la destrucción y la barbarie se encuentran personas, sus recuerdos y esperanzas silenciados por el filo de una espada; relatos humanos recurrentes que hacen de la historia algo palpitante y tangible. Con la arqueología como herramienta, Alfredo González-Ruibal nos ayuda a afinar el oído, a escuchar estos susurros y descifrar sus relatos de violencia y agresión, acercándonos a la realidad sin los tintes opacos de la guerra o la ideología. Son precisamente estos últimos vestigios los que hablan con mayor elocuencia sobre nuestra naturaleza y su perturbadora inclinación a la destrucción. Junto a él exploramos los inicios de la violencia humana hasta hoy, emprendiendo un recorrido que abarca siglos y continentes, desde las racias del neolítico a las trincheras de Verdún, en un relato apasionante que rebosa humanidad y erudición.
Menudo LIBRAZO. Deberia ser lectura obligatoria en la ESO. Segurisimo que mucho cambiaria, ya que, mediante la arqueologia, muestra los horrores de la guerra. He llorado en un par de ocasiones mientras lo leia, de las historias aqui contadas. RECOMENDADISIMO!
Interesantísimo ensayo sobre los hallazgos arqueológicos humanos y sus ajuares a lo largo de la historia y pre , en distintos países, haciendo un análisis de las situaciones en que ocurrieron y una crítica a la violencia.
Hablar de la guerra sin romantizarla, sin apasionamientos, con la crueldad de la realidad gracias a la investigación arqueológica, no es fácil. Un libro de análisis desde la objetividad de la ciencia.
Precioso el cariño con el que el autor trata los datos.
Este libro discute la violencia, y en especifico la guerra, desde el principio de la humanidad hasta nuestros días apoyándose en la antropología. Para ello, en cada capítulo estudia en orden cronológico diferentes etapas históricas y distintas culturas alrededor del mundo - aunque da un fuerte acento a las culturas europeas sobre otras del mundo.
Desarrolla la idea de que el conflicto ha existido en la humanidad desde sus inicios, pero no así la violencia generalizada, como tampoco la guerra. La guerra no surgirá hasta el final del neolítico e inicio de la edad del cobre, con la creación de armas especializadas para matar a otros seres humanos y la creación de una clase guerrera. Y siendo la guerra un fenómeno totalmente ligado a la creación del patriarcado.
También va mostrando como la guerra va evolucionando materialmente en función de las condiciones productivas de cada época y cultura. Incluso, al final señala que la guerra moderna podría ser el primer ejemplo antropológico de la era del antropoceno al modificar por completo condiciones geográficas y ambientales del planeta.
Finalmente, una parte de su argumento principal, es que los periodos de violencia extrema y la guerra sin límites no es habitual en la humanidad, son determinadas condiciones la que hacen que surja, como cambios climáticos severos, lo que debería de servirnos de advertencia. El autor resume: “Ninguna de las dos historias dominantes sobre la violencia es cierta: ni la de la violencia salvaje como constante sin cambios en el ser humano, ni la de la violencia salvaje progresivamente domada por el proceso civilizador”.
El libro esta dividido en 10 capítulos más un prefacio y comentarios finales. Es de fácil lectura y altamente recomendable para los interesados en la antropología y la historia de la humanidad de largo alcance.
Obra excelente y única en su género, actualizada e inquietante, sorprendente y muy bien contada. Una lección arqueológica que ataca contundentemente los enconados restos de metafísica en la disciplina histórica (esto es, la arquetipificación, la generalidad, la abstracción, la superestructura...), centrándose en la anomia y sufrimientos vivenciados por la (in)humanidad de tantas civilizaciones.
Alfredo González Ruibal ha conseguido trazar las huellas del dolor individual y colectivo, esbozando el esquema esencial de la memoria, la tragedia y la ignominia. Sus méritos sobrados. Por ejemplo, cimentar una tesis sobre la violencia y la crueldad liberada de las distorsiones generalistas y pseudo-evolucionistas de Pinker, Harari, Dartnell, Gador o Diamond (y eso pese a no citar a quien ya supo demostrar que los cazadores-recolectores no conocieron la guerra: a Douglas P. Fry -Beyond War-).
Otro ejemplo: focalizarse en detalles generalmente obviados y que son absolutamente trascendentes: el arte de guerra y lo que expresa, la crueldad inflingida a las mujeres, revisiones históricas... ¿Más? Aclara sobradamente qué culturas aceptaron guerreras mujeres. ¿Más? Se aleja de todo eurocentrismo, subrayando la necesidad de conocer lo que ha ocurrido en otros espacios.
En conclusión, un florido ensayo que, esperemos, genere escuela. Son necesarias este tipo de obras intrahistóricas que nos liberan de malentendidos y que suponen un bello canto a las infinitas víctimas del pasado. Y, lo mejor, el discurso es sencillo y accesible. Sin pretensiones.
La guerra o las consecuencias de la guerra: la muerte. Desde el punto de vista de un arqueólogo y de paseo por la historia humana, sus batallas sangrientas y nos conmueve que pese a las matanzas inútiles lo mejor de la humanidad acompaña con los "ritos de la muerte" de cada civilización. Y si "solo" son matanzas caóticas, sin ningún ritual aparente, en la nuestra mirada si se piensa en una forma de respeto por simple compasión natural. Este libro enseña eso (por lo menos para mí), además de otras muchas cosas, como por ejemplo, si veo un descubrimiento de cualquier tumba o enterramiento, puedo básicamente, interpretar lo que paso y porque. Y es una sorpresa. Recomendable.
Adenda: cuando vi lo que "quedó" en los kibutz masacrados por los terroristas de Hamas, mí mirada "interpreto", los restos como lo hace este libro, lo cuál es asombroso y extraño a la vez.
Un repaso a la historia de la violencia a traves de la arqueologia del conflicto. No se cómo un autor logra escribir sobre algo tan desgarrador de una forma tan amena y tan divulgativa, pero con buenas fuentes. Quizas se agradeceria mejor tratamiento de las mismas en texto. Es capaz de meter referencias de cine, poesia y testimonios para mejorar el hilo. Las conclusiones maravillosas. "la arqueologia es ante todo un ejercicio de compasión, (...) porque compasión significa 'sufrir juntos'". Magistral 9,75/10
Un repaso muy interesante del papel de la violencia en la historia y cómo siempre ha estado presente pero por suerte no se ha impuesto a la vida. Aún así, ver hasta donde es capaz de llegar el ser humano y más con los dispositivos actuales resulta aterrador, donde incluso la muerte se ha mecanizado y es capaz de llegar a unos niveles de destrucción inimaginables. Las fosas del pasado tienen mucho que decir sobre el presente y futuro. Guerra a la muerte
Un libro increíble. Es un trabajo muy bien documentado, nada denso en su escritura y con una gran sensibilidad. Me parece fascinante el recorrido que hace y si bien, por lo extenso del periodo hay veces que te quedas con ganas de saber más, es un libro recomendable y que permite saber cosas fascinantes sobre la violencia entre los seres humanos y algo llamativo, lo que los huesos y objetos pueden contar de nuestros antepasados.
Nunca imaginé la cantidad de historias ocultas en los trabajos de arqueología. Este libro las descubre para mayor disfrute del lector. Incluso en épocas recientes, donde la historia es bien conocida, la perspectiva de verlo a través de los restos, es totalmente nueva, más humana y más equitativa, donde más fuerte es la voz de los que sufrieron las guerras. Totalmente recomendable.
Uno de los mejores ensayos que he leído nunca. La arqueología del conflicto es una disciplina apasionante y profesionales como González Ruibal tienen la capacidad de acercarla a la sociedad. Qué gran trabajo hay en todas y cada una de las páginas. No obstante, me quedo con las conclusiones, simplemente brillantes.
Un exhaustivo recorrido por la violencia a lo largo de las diferentes etapas de la existencia humana. A ratos un poco tedioso al tratar fenómenos tan repetidos a lo largo de la Prehistoria y la Historia. Pero en general interesante.
Para hablar de la violencia de la humanidad quien mejor lo puede hacer no es un historiador sino un arqueólogo. No repite lo que dicen las fuentes, lo que contaron los vencedores, la versión oficial que nos ha llegado. En lugar de eso deja que hablen los restos, esos esqueletos que cuentan sus historias sin ocultar nada ni tratar de engañar. Eso le permite analizar la violencia a lo largo no solo de la historia sino también de la prehistoria, pues hay restos de masacres a lo largo de todas las épocas. El repaso histórico es muy completo, desde la más remota antigüedad hasta casi el presente. En cada momento cambian las armas y los daños causados, aunque no las intenciones. De entre todas las épocas analizadas hay una que destaca por su ausencia: la Guerra Civil Española. El autor, experto precisamente en ese tema, parece que evita el tema intencionadamente, quizás para no entrar en polémicas innecesarias.
Estos libros siempre me hacen reflexionar sobre la forma en la que divulgamos la historia. El concepto es ambicioso, desde luego: una historia de la violencia del Paleolítico al siglo XXI. Ahí es ná. En 400 páginas es difícil no dejarte cosas fuera y que venga gente petarda como yo a señalar, pero el mismo autor lo reconoce y hace un trabajo encomiable a la hora de sintetizar y, sobre todo, de hacer lo difícil sencillo. Explica muy muy bien conceptos complejos para la gente que no sepa de arqueología y sobre todo consigue que el libro enganche. En concreto el capítulo de la Prehistoria me ha parecido fascinante. La guerra civil española brilla por su ausencia, aunque sospecho que es una decisión editorial, y me hubiera gustado que en lugar de hablar tanto de casos concretos se dedicara más tiempo a la violencia en conjunto de cada era (por ejemplo, en el caso de la violencia colonial).
Pero es que yo soy una puntillosa. Me ha gustado muchísimo y lo recomendaría sin dudar. Un verdadero acierto y un ejemplo fantástico de divulgación arqueológica en castellano.
Es interesante conocernos como especie y saber que las torturas y los asesinatos en forma de razia o institucionalizados por el estado están ahí desde siempre y no se escapa nadie… ahora recuerdo libros” pacifistas” como Alce Negro Habla… que sorpresa saber como eran 2000,1000 o 500 años antes de que llegaramos