No es propiamente una biografía, pero aprecio mucho los datos que da sobre la vida y el contexto histórico de Van Gogh. Recoge las teorías de multitud de autores, en su mayor parte para descartarlas.
El objetivo no parece ser llegar a una conclusión sobre la enfermedad, síndrome o trastorno que pudiera haber padecido Van Gogh, sino defenderlo de aquellas personas que pretenden reducirle a un listado de condiciones médicas. Aprecio mucho que el autor le haya tratado como persona y como artista, y le haya dado el peso y valor que se merecen a sus cartas y a su visión artística. También se agradece la mención del papel de Johanna Van Gogh en la conservación del lengado de Vincent.
Un libro muy recomendable, incluso sin tener conocimientos de medicina.