MicroDosis es un diario escrito durante los dos últimos años en el que Enrique Bunbury decide experimentar en su conciencia la ingesta de microdosis de psilocibina. El género elegido por el autor para narrar este viaje interior es la poesía. De esta forma Bunbury consolida su incursión en la literatura tras la aparición en 2021 de su primer poemario Exilio Topanga (La Bella Varsovia) sumando a los rasgos estéticos presentes en aquel una atmósfera de psicodelia y una crítica a "la norma mental" del sistema.
MicroDosis es un libro experiencial e íntimo que contempla la rutina cotidiana con unos ojos que abren sin vacilaciones las puertas de otra percepción. El espacio y el tiempo adquieren una nueva profundidad igual que ocurre en los diarios de Krishnamurti, injertando en sus pasajes la herencia de la generación beat norteamericana, el onirismo de David Lynch y una plasticidad muy fílmica que recorre Los Ángeles con una red neuronal en llamas.
Tomando las palabras de Vicente Gallego en su prólogo "De esa extinción de uno mismo en la amplitud cósmica, de esos viajes interiores donde lo consabido se torna inaceptable y lo prodigioso amanece a su prodigalidad nos hablan las páginas de este libro escrito a calzón quitado, pero lleno de afecto por todo, incluyendo el espectáculo siempre vano de este mundo."
«¿Cuántos poemas surgieron de la rabia? ¿Cuántos versos del dolor? La crisis nos escolta y nos visita a horas insólitas. Casual, a traición. Un derrumbe de pequeños incordios y picotazos de tábano pelma de galacho encharcado.»
Le pongo un 3, que bien debería de ser un 2. Quizá sea que letras como La chispa adecuada, Alicia, El extranjero, Mundo Feliz, Es hora de hablar, etc. dejaron el listón bien alto en mi cabeza y, por ello, el contenido de este libro me supo a poco. O quizá es que, simplemente, una necesite también de esas ‘microdosis’ para [sobrevivir al tedio] encontrar la dimensión que no soy capaz de siquiera intuir en estos poemas y escritos.
Sí hay un mensaje de entre todos los versos que destacaría en mayúsculas, y por el que le doy las 3 estrellas:
«Cultivar la compasión. No es suficiente la empatía. Quiero compasión.»
En este diario escrito en forma de poemario, Bunbury muestra sus experiencias y reflexiones con la ingesta “controlada” de psilocibina. Se trata de un libro corto, y la segunda experiencia en la literatura de Bunbury, y que esta vez sí que me ha convencido mucho más.
Especialmente me han encantado los capítulos 3 y 4 del libro. En el Capítulo 3 el autor relata que para encontrar el hongo milagroso busca al camello en los peligrosos barrios de Los Ángeles. Mientras va en coche al encuentro de este proveedor de psilocibina, Bunbury nos describe todo el folklore de las bandas latinas con toda la ornamentación e indumentaria: coches potentes de 8 cilindros en V, chicas maquilladas, camisas de franela abotonadas hasta arriba. Qué lejos y qué cerca están el universo de Raymond Chandler o el del detective Harry Bosch de Michael Connolly. Aquí la tensión y el desasosiego se palpan, y a pesar de que finalmente el encuentro es tranquilo, el peligro ha estado acechando en toda la historia.
En el capítulo 4 aparece una fobia del autor: Su miedo incontrolable a los dentistas, buscando además otras experiencias de psilocibina en otras personas y en libros. Un conocido suyo, Marlanga logra ver el futuro en un sueño con cientos de ovejas muertas. Se levanta confundido pues no entiende su vívido sueño. Todo cobra sentido cuando una riada provocada por una gota fría arrasa con un rebaño entero.
En la primera página encontré una imagen sorprendente: Cazadores furtivos de la guadaña y el adalid de cobre. Subrayé esto que me pareció hermoso y esperaba encontrar más lineas parecidas, pero sólo encontré algunas anécdotas de carretera, del hongo alucinógeno, de viajes, imagenes arbitriarias sacados de un surrealismo facilón y una gran repetición de dos adjetivos, casi en todos los textos, como: recompensa y motivo, razonable y cabal, etc, en algunos textos sobrecargando la imagen, como por ejemplo en el poema El Dragón empieza: Minucioso, solemne, apetitoso, místico y extraordinario, lo que me parece exagerado, atiborrado. Algunos textos me pareció muy acertados ponerlos en prosa, por lo descriptivo, pero a los cortados en verso no me parecieron buenos poemas, demasiado descriptivos también o exageradamente abstractos, pero no la abstracción de la buena poesía que viene de revelaciones inauditas con el lenguaje, sino algo que parece que fue lo primero que se le ocurrió. Hay dos o otres poemas que me gustaron, uno sobre el Halloween y otros sobre extraterrestres, pero la mayoría me parecen textos muy flojos. Me gustan mucho algunas letras de Héroes del silencio, algunas de solista por lo directas y porque tocan fibras emocionales acompañadas de la música, pero estos textos los considero sólo como anécdotas y no buena literatura o poesía.
MicroDosis de Enrique Bunbury en colaboración con @nirvanalibros
“Minucioso, solemne, apetitoso, místico y extraordinario exige al presente lo que nadie parece dispuesto a suplicar de rodillas: un poco de atención.”
Este libro se redactó en un periodo de dos años, en los que el autor decide experimentar con la ingesta de microdosis de psilocibina, acción que le da la inspiración para componer un poemario y que también le brinda nombre al mismo.
Está centrado en momentos de la vida diaria, puesto que se construyó a manera de diario. El libro no es extenso, y por el estilo y la estructura, se lee de forma rápida. Es la primera vez que tengo la oportunidad de leer la pluma de este personaje, y a pesar de la poesía es uno de los géneros en los que menos he podido sumergirme, he disfrutado varios de los poemas aquí dentro.
Aunque varios de ellos me atrevo a decir son completamente íntimos y personales, pues el contexto para su comprensión completa hizo falta. Aun así, el toque del artista se siente a través de toda la obra, no conozco mucho de su música o su vida personal, pero esa imagen conocida de manera general de Bunbury me deja el mismo sabor dentro de estas páginas.
Este segundo poemario de Bunbury estuvo llena de poemas tan personales, como microdosis de anécdotas de su vida cotidiana, si bien algunos poemas no entendí el objetivo, otros vaya que me gustaron. Los poemarios no son lo mio, solo por que me encanta Bunbury lo leí y lo sentí tan él, aunque no lo conozca en persona.
"Hemos buceado en pozas abisales, apnea en los infiernos de ida y vuelta, los afortunados. En busca de inspiración y locura, por una buena causa, un verso, una estrofa, un texto, un poema. Un sentido para la obra y un pretexto para el laberinto."