Un impresionante análisis de los problemas y desafíos de la ciudad contemporá el muchismo, la especulación, la gentrificación, la privatización, la contaminación, el turismo, etc. ¿Por qué se va la gente de las ciudades? Porque la echan. Una multitud de factores, desde el precio de la vivienda hasta los efectos del turismo, empujan a las personas a abandonar los espacios urbanos concentrados. Poco a poco, las ciudades se vacían y envejecen. Lo extraño es que no lo notamos, porque el flujo constante de personas nos hace sentir que todo está lleno, en especial los centros históricos, reconvertidos en parques temáticos. El rentismo ha sustituido a la producción. La ciudad se ha convertido en un tablero de Monopoly que expulsa a los que no pueden pagar. ¿Por qué apostar por los habitantes de clase media cuando la especulación, el turismo o el consumo desaforado en domingo resultan más provechosos? Las ciudades ya no anhelan construir el futuro; buscan rentabilidad. Tras el éxito de su primer libro, La España de las piscinas, Jorge Dioni López se centra en los problemas de la ciudad contemporánea y vuelve a plantear los efectos ideológicos del urbanismo. El malestar de las ciudades es una lectura extraordinaria, a la altura de las grandes obras de la sociología urbana.
Los mejores libros son los que te carcomen y te cabrean. Leerlo me ha provocado una nueva manía: pasear de noche por el centro de Granada y ver cuántos edificios tienen ventanas con la luz encendida, o cuántos balcones tienen plantas. El objetivo: ver si hay vecinos, o si son pisos turísticos o edificios vacíos a la espera de revalorizarse tras una reforma. El resultado da miedo. La transformación de ciudades como Granada es imparable y vamos hacia un modelo en el que los vecinos no importamos, solo los que vienen de paso.
«El malestar de las ciudades» es el resultado de años de investigación y viajes en torno al urbanismo de las grandes ciudades, su desarrollo y cambios en las últimas décadas.
En él se expone y desenmascara punto por punto el nuevo modelo neoliberal de ciudad metrópoli de sí misma, que se explota y cambia en favor de acoger flujos de dinero y movimiento provinientes del exterior descuidando a los habitantes. En España, el efecto es mucho más evidente, en tanto que desde el desarrollismo se ha desindustrializado con tal de que su economía se prostituya hacia el exterior, basándola en el ladrillo y el turismo. El producto de España es España en sí.
No quiero engañar a nadie: este libro es denso. No se me malentienda, los capítulos están bien ordenados y todos los datos y cuestiones planteadas se sienten en su sitio, sin embargo la redacción es caótica, es como si el libro tuviera déficit de atención y quisiera decirlo todo de golpe. Siento que Jorge Dioni tenía mucho que decir de los temas que trata (y bien dicho) pero todo a la vez, al borde de la cabeza, lo que es una forma interesante y con la que me identifico, pues mi cabeza suele funcionar así, pero que puede sorprender o frustrar a algún lector.
Este es un libro completo con el que se entiende mejor a España y sus ciudades, y que me ha servido enormemente para aprender sobre economía, turismo, urbanismo y, en general, afilar mis compases ideológicos.
Mi parte favorita es que tras 300 páginas de exposición algo densa e indignante (por el contenido en sí, no por la ejecución). Jorge Dioni urde un epílogo que no mira al desastre, sino a la utopía. Eso me ha encantado, coger todo el armatoste de datos y normas por las que se rige e impone el liberalismo y usarlas para subvertirlo en pro de un cambio positivo en el modelo económico y urbano.
Esta es una lectura para amantes del urbanismo, curiosos de los trapos sucios inmobiliarios de este país y, en general, cualquier español avispado y preocupado por saber qué carajo está pasando en lo que antes era su ciudad favorita y ahora es un amasijo de franquicias, centros comerciales y precios privativos.
🔴 Nota: 4'25 ⭐ Denso en ocasiones, pero revelador. Léase.
Un enorme ensayo que parte hablando de cómo las ciudades son mercancías en sí mismas que se devoran para seguir captando capital para luego dar un inmenso rodeo tratando de explicar cómo hemos llegado hasta allí. Así se juntan apuntes sobre historia del urbanismo, la propia historia de España con el infame ministro Arrese de la "sociedad de propietarios" y de cómo el desarrollismo no sólo nos vendió al turismo sino que nos dio unas élites aun más caníbales. Fácil de leer, a ratos muy divertido y con un mensaje claro: los cambios radicales exigen cambiar radicalmente.
Está bien si buscas una recopilación de situaciones concretas y localizadas abordada de forma general sobre los temas expuestos. A mí se me ha hecho un poco repetitivo a veces la verdad… Pero bueno para quien quiera una introducción al tema es asequible y está simpático escrito :)
Aquí el debate está entre quién regula la ciudad: el mercado o la administración. ¿Quién queremos que lo haga? ¿Para quién son las ciudades? ¿Para quién deberían ser? Y eso lo recoge bastante adecuadamente bien este libro.
Parecería que una vez que lees un libro de Dioni ya has leído todos los demás, pero aún así no te cansas de hacerlo. No es un error, es el modelo, que podría escribir él. Así cala, me imagino. He disfrutado aún así con él. Como con la España de las piscinas, me gusta cómo se centra en cómo se interioriza el contexto, la ideología del mismo, en las personas. Cómo se compra el neoliberalismo -más allá de que pueda o no emancipar de los cuidados, que diría algún que otro sinvergüenza- y cómo se pone en práctica cada día en nuestras pequeñas acciones y cómo eso es producto del abandono de las administraciones públicas. Habla del efecto clase media, que es mi tema favoritísimo del mundo. "La clave de la ciudad neoliberal es que ha creado ciudadanos neoliberales. Es decir, somos nosotros". Se plantea la cuestión del conflicto de vecino vs turista y señala que todos somos los dos, y eso nos impide pensar en el modelo que nos lleva a tomar esas decisiones, que dedicamos mucho esfuerzo a cambiar cuestiones individuales más allá de intentar cambiar lo que nos lleva a ella. "Todos somos turistas y somos vecinos, así se trata de una discusión esquizofrénico, un enfrentamiento interno que permite seguir manteniendo un modelo económico extractivo". Habla del efecto clase media, de esa percepción consecuencia de unas políticas públicas muy consecuentes y planificadas para tener la sensación de que siempre hay alguien peor que tú, que tú no tienes el riesgo de quedarte sin nada. Que salgas de trabajar y alguien te sirva una cerveza. Que salgas de trabajar y las plataformas te pongan a disposición cuidados por personas muy precarizadas (transporte, comida, limpieza, recados) y, además, bajo un aura de digitalización e innovación (¿seguro?). Queda muy claro cómo ilustra que los cambios en la estructura productiva siempre modifican la estructura social.
Me ha gustado también cómo habla de los partidos turístico e inmobiliario unidos en los procesos de gentrificación y la falsa democratización de todo que nos acompaña, que tiene mucho que ver con la socialdemocracia y el neokeynesianismo, más lastre que otra cosa cuando hablamos de conseguir sociedades más igualitarias. Al final gana quien tiene más capital, quien tiene los medios de producción, los medios para entrenar los algoritmos de las plataformas y su posicionamiento en ello, aunque nos digan que es abierto para todos, que todos podemos participar de ello. Como en lo institucional, no es verdad. La lucha de clases se mantiene y no lo hace sólo en su eje económico de poder adquisitivo (desposeídos vs dueños de la producción), también lo hace en su versión de raza -no se está en contra de la emigración, se está en contra de su estatus como ciudadanos con derechos- y en su versión de género -¿dónde están las mujeres?-. Los partidos turístico e inmobiliario eligen al gestor, se hacen cargo de la política fiscal, de seguridad y de resolución de conflictos. Van a defender sus intereses y lo que nos queda a nosotros es defender los nuestros. Se hace necesario volver a los modelos basados en la planificación en los que quienes planifican no sean ellos -nunca van a hacerlo a nuestro favor-.
Jorge Dioni es conductista radical y todavía no lo sabe, pero qué manera de ilustrar cómo el contexto afecta a nuestras decisiones, a lo que somos, a lo que hacemos. Cambiando las macrocontingencias podemos afectar al cambio de las contingencias de comportamiento individuales. Sabemos que funciona, ahora falta voluntad política. Sobre todo, también, tener otros modelos a los que aspirar que impulsen ese cambio. A veces con la desafección podemos no verlos.
"Necesitamos un ejercicio de imaginación política como el de Edward Bellamy, partiendo de la misma conclusión: es necesario acabar con la concentración de capital. Quizá, necesitamos un ejercicio de audacia en el que pensemos una nueva ciudad donde la vivienda no pueda ser propiedad de personas jurídicas y no pueda ser acumulada. También que la Administración garantice ese derecho a través del sector público".
"Trabajo garantizado, semana de cuatro días, jornada laboral de seis horas, salario y patrimonio mínimo y máximo, servicio público de vivienda y energía. Está todo por hacer. Sólo hay que comenzar a imaginarlo. Dejar de cerrar puertas y comenzar a abrirlas".
Un libro muy ameno, muy bien escrito y que recoge muchos datos. Ideal para introducirse en muchas de las problemáticas que asolan hoy en día a las ciudades y al urbanismo. Pero lamentablemente, tanto la concepción de la relación Estado-Capital como la propuesta política que se extrae del libro no van más allá de un horizonte reformista muy limitado.
Un libro deslumbrante. Impresionante radiografía del capitalismo en el siglo XXI y cómo permea en nuestras ciudades. De estos libros que cambian la mirada. Imprescindible.
Un libro sobre por qué la gente huye de la ciudad neoliberal. La tesis principal es que, desde los 70 para acá, la ciudad ya no produce valor, sino que compite con las demás para atraer flujos de dinero, en forma de turistas o de inversiones. Esto genera una serie de consecuencias negativas, como la desvinculación del capital a la tierra (todo son macrocorporaciones), el auge del rentismo (es más rentable extraer que producir), la construcción de las ciudades pensando hacia fuera y no hacia dentro (todas iguales salvo por unos pocos elementos diferenciadores), etc. Así, normal que la gente se vaya.
El autor insiste muchísimo en que esto no va de culpas individuales, sino que es un proceso social. El neoliberalismo/neoconservadurismo ha creado una sociedad de propietarios que tienen incentivos para preocuparse solo de lo suyo y para mirar con desconfianza al Estado del Bienestar que les permitió acceder a esa propiedad. Sin Estado del Bienestar, los hijos de estos pequeños propietarios no podrán mantener sus propiedades y la llamada clase media se irá adelgazando hasta desaparecer. El objetivo es volver a una sociedad casi estamental, con la "clase creativa" arriba y los demás siendo sus jornaleros. Para revertir este proceso se necesita una propuesta tan original y revolucionaria como la que lo empezó.
En la parte negativa, el libro es más una colección de artículos periodísticos que otra cosa. Le falta ilación y muchos conceptos se repiten machaconamente.
Como arquitecto de formación, muchas de las ideas que expone este libro ya las conocía. No obstante, siempre es bueno hacer un repaso de lo que ya sabes. La gran ventaja de este libro es que es muy ameno y explica los asuntos de una manera sencilla y sumamente comprensible para todos. Qué nos están robando las ciudades y los territorios era algo que intuíamos. Pero aquí se nos muestra el descaro con los que una minoría nos va arrebatando el espacio público y los símbolos colectivos. Todo con el objetivo de lograr acumular el máximo capital posible mediante la extracción salvaje de renta. Así, la desigualdad crece hoy sin freno apoyada democraticamente. Cualquier resquicio puede transformarse en mercancía y sacar beneficio para elites que se ocultan. Recomendable.
Ya me gustó mucho La España de las piscinas y esta "secuela" no ha decepcionado. Aunque a veces se me ha hecho un poco abrumador al abordar muchos más temas que en el primer libro, la experiencia ha sido m��s enriquecedora al ofrecer tantos puntos de vista frente a un mismo problema.
Por otro lado, es rara la sensación que me deja este libro. Siento que se mi perspectiva ha aumentado, pero también veo como el problema es más grande e incluso sistemático.
Entender que las políticas neoliberales no son malas prácticas del sistema, sino un sistema propio en pleno funcionamiento es revelador y terrible.
Un libro relevante que parte del análisis de las ciudades para explicar los efectos del modelo económico neoliberal y lo que denomina la Neorrestauración caracterizada por la concentración del capital y el retorno a un mundo de ricos y pobres. El proceso de acumulación por desposesión y el paso de una economía productiva a una economía rentista se plasma de forma grosera en las ciudades en las que, con cada vez mayores dificultades, habitamos. Es un libro que reflexiona de forma brillante sobre cómo el modelo económico ha cambiado nuestros valores y nuestras aspiraciones y cómo, tristemente, la clase media en declive se ha lanzado ella misma por el precipicio. La mercantilización de la ciudad y de la vivienda (con la inestimable ayuda del Estado) es grave y solo beneficia a unos pocos. Este libro ayuda a comprender que no deberíamos aceptarla como normal.
El malestar de las ciudades ofrece una reflexión crítica y provocadora sobre cómo se han transformado nuestras ciudades para convertirse en productos de consumo. El libro tiene valor reflexivo y algunas ideas poderosas que me han hecho pensar, pero me ha resultado bastante denso en ciertos tramos. Aún con todo, lo recomiendo para quienes quieran entender un poco más las dinámicas político-económicas que están moldeando / degradando nuestras ciudades.
Leer un libro de ensayo o divulgación como este disfrutándolo como un buen relato, es un placer. Muy documentado, bien estructurado y lleno de ejemplos explicativos. Lo que explica es el mundo en el que vivo cada día. Eso es muy estimulante a la vez que me ha desconsolado la constatación de que transitamos un momento difícil para lo común y la democracia. Me desasosiega no poder ya dejar de ver e interpretar lo que me rodea desde ese marco. Y no sé si el final y la conclusión me ayuda más. Lo he disfrutado y le doy sinceras gracias al autor por escribirlo y estar en esa labor de ayudarnos a comprender.
Un poco más denso que La España de las piscinas, aunque más vasto y ambicioso, merece mucho la pena para entender los procesos en los que estamos inmersos y darle unas cuantas vueltas a nuestras explicaciones que son siempre demasiado cortoplacistas y no abarcan la globalidad y potencia de las fuerzas que nos expulsan de la ciudad y nos precarizan.
Continuando con "La España de las piscinas", en este libro se presenta un ensayo sobre el desarrollo de las ciudades. Si en "la España ..." el objetivo era desarrollar la hipótesis de que las condiciones materiales de vida en un PAU llevaban a un pensamiento político neoliberal, en este se realiza un análisis histórico de cómo han ido cambiando las ciudades, reinventándose para ser centros más o menos globales.
Se parte de una premisa clara: la ciudad "terminada" no genera valor. Es decir, no genera movimiento económico y, por tanto, no le interesa a nadie al no generar plusvalías. Esto hace que la ciudad tenga que estar en estado de flujo continuo. ¿Cómo se consigue ese flujo continuo? modificando qué es una ciudad: en lugar de un sitio donde vivir permanentemente, se convierte en un sitio de paso: turistas, nómadas globales, eventos más o menos faraónicos que regeneran la ciudad, arquitectura espectáculo, ...
Esto tiene como consecuencia que los habitantes habituales de esos sitios son desplazados (gentrificación), pero no por nuevos habitantes habituales, sino por gente de paso. La ciudad pierde su condición de lugar habitable permanente y se convierte, dependiendo del modelo, en un parque de atracciones o una ciudad vacía. Los habitantes habituales, al no poder pagar lo que pagan las gentes de paso se tienen que ir a la periferia, a un PAU. Como ejemplos de esto pone a Baltimore o Nueva York en EEUU, y, en España, a Barcelona y Málaga, principalmente.
Ahora bien, al igual que "La España ..." no comprendo como alguien que se dedica a escribir profesionalmente es incapaz de articular cada argumento o forma de generar flujos en un capítulo. Como no puede ordenar el texto para que sea asequible y un lector medio pueda comprender los factores que están llevando a esta situación.
El último capítulo habla del hartazgo con este modelo, que lleva a algunas ciudades a querer parar: ejemplo, Barcelona. Disiento. No es hartazgo de los que mandan y quieren más plusvalías: es que este modelo tiene un límite, y Barcelona está cerca de alcanzarlo. Las ciudades tienen espacio finito, y, por tanto, una capacidad máxima de gestión de flujos. No sirve con hacer crecer en extensión la ciudad: todos los turistas quieren ver la Sagrada Familia, no los nuevos barrios. En Málaga, los nómadas digitales que buscan una ciudad habitable, con un aeropuerto sobredimensionado gracias al turismo de la Costa del Sol, son los que son. Y, de hecho, si fueran más, Málaga deja de ser "habitable", por lo que prefieren otros destinos. Es un modelo al que se han subido muchas ciudades, ya que es el modelo de crecimiento urbano de este principio de siglo, y los flujos son crecientes, pero no infinitos.
Es mejor libro que el anterior de las piscinas, y aunque aun se mantienen algunos de los errores (que ya no pueden ser achacados a ser un autor novel), el balance es mejor. Algo más cohesionado que el anterior, aún peca de cierta dispersión, sobre todo al final, donde la relación de los capítulos con el tema central, las ciudades, es muy traído por los pelos. Se nota que empezó el libro pensando en otros temas -él mismo lo reconoce-, y que la estructura está un poco improvisada.
Lo bueno: Jorge tiene cosas que contar, buenas ideas y ganas, y que además lee, digiere y acerca a otros autores que el publico general no leería (Harvey planea sobre todo este libro). Su tono es ameno y desenfadado (a veces demasiado, trae anécdotas que seguro que a él emocionalmente le acercan al tema, pero que al lector le dejan frío) y sus libros sirven (ojalá) de acercamiento suave a otros autores, ideas y temas más complejos.
Le falta un empujón para ser un excelente autor de libros de sociología. Sigo pensando, como pensaba en el anterior, que la ayuda de un editor de ensayo político con experiencia le vendría muy bien. Y un poquito de un corrector de estilo, que lo profundo no debe estar reñido cono lo bien escrito.
Por lo demás, recomiendo este,y afirmo que seguiré leyendo sus futuras obras, a la espera de que pegue el estirón final y se haga "mayor".
Ciertamente produce malestar la reflexión sobre lo que está ocurriendo en nuestras ciudades. Comprendo al autor cuando entrelaza vivencias de su pasado con los argumentos que desarrolla porque para todos los que habitamos ciudades éstas son recuerdos. Ya Baudelaire lamentaba que el viejo París por él conocido había dejado de existir y que el corazón de una ciudad cambia más rápido que el corazón de los mortales. Realmente ese viejo París sería el de las barricadas y las revoluciones, un París irredento que las reformas del barón de Haussmann transformarían en amplios bulevares y avenidas más fáciles de controlar por las fuerzas del nuevo orden creado por el Segundo Imperio. Este nuevo París sería el de los avances tecnológicos, el del alumbrado de gas que disiparía las tinieblas y conquistaría la noche, los ferrocarriles y toda la asombrosa modernidad que retrataron los pintores impresionistas. El santuario del turismo que hoy conocemos fue creado en esa época en la que hubo especulación urbanística, se amasaron grandes fortunas y se desplazó a los habitantes del París medieval al extrarradio, a la periferia, al este del nuevo Edén para burgueses y plutócratas. Nada nuevo bajo el sol. Nada que no haya vuelto a ocurrir por ejemplo en San Francisco, esa ciudad que vemos en el cine del ayer y que ya no existe, absolutamente gentrificada.
Más que un ensayo, parece una colección más o menos fragmentada de "tweets" sobre un mismo tema. En lugar de argumentar explicando el contexto, hablando de causas y consecuencias y quizás dando algún ejemplo para ilustrar, el autor procede a enumerar episodios sueltos sobre el tema, contados en pocos párrafos. La demostración de la tesis más por acumulación que por razonamiento. Esto no hace que sea una demostración menos válida, pero si más confusa y difícil de leer. El estilo de escritura no ayuda, es un continuo "staccato" en que las frases nunca hilan con las siguientes, y me hace, como lector, estar continuamente perdido. Prefiero el libro anterior de las piscinas, en que el estilo es el mismo pero al menos el mensaje del libro es más claro y además más novedoso: el urbanismo crea ideología.
Un libro fantástico sobre como o neoliberalismo está convertendo as cidades en produtos que se fan invivibles para as persoas que habitan nelas. Non leva as 5 estrelas porque nalgunha que outra parte pareceume un algo reiterativo, pero é unha lectura q paga moito a pena e explica moitas cousas de onde estamos e de cara a onde imos (sorpresa! imos mal!) as e ós que vivimos en cidades turísticas. Nota final: xa só polas 17 páxinas do Epílogo paga a pena mercar o libro.
Un sensacional ensayo que ahonda lo ya presentado en la España de las piscinas. Análisis certero e imprescindible para entender el momento actual. Pienso, no obstante, que se hace repetitivo a partir de la segunda parte y eché en falta que no tocara temas relacionados con el modelo económico como los impactos medioambientales y el cambio climático así como un poco más de audacia en un capítulo final y las alternativas.
Un dardo tras otro en el triple 20. Una disección de la evolución de las ciudades en la sociedad neoliberal en base a un análisis del mismo. Pone en argumentos lo que vivo y veo con mis ojos cada vez que salgo a las calles de Barcelona, pero el Malestar de las Ciudades afecta a las mismas de todas las escalas.
Muy David Harvey. Jorge Dioni López dice que es un DJ en vez de un cantautor, pero a veces parece un poco una banda de versiones.
Aún así, el libro está muy bien trabajado y se lee con gusto. Se antoja un poco simplista en algunos puntos, como en ese poder público convertido en simple captador de flujos.
No he leído la España de las Piscinas, pero se ve que se complementa bastante con este otro. Ese otro libro tiene pinta de ser más original y mejor.
Un genial ensayo y diagnóstico, desde la izquierda, a los problemas de la ciudad contemporánea. Muy centrado en el análisis de Barcelona. En alguna ocasión un poco repetitivo (valorización, monetization y privatización) pero sirve para enfatizar y remarcar la idea.
Se nota que el autor es periodista, ya que el libro aborda el tema de forma amena. No es un libro académico, es un libro escrito para que lo pueda leer todo el mundo.
Dels millors assajos dels darrers anys. Un paisatge informatiu, cultural, històric i fins i tot artístic per armar un diagnòstic polític ferm que no ens ofereix cap medicina, però ens convida a escriure les nostres.