Los niños bien es producto de la locura. Es una paradoja absoluta. Su existencia -aunque esté situada en el año dos mil y pico- no tiene fecha, es un libro vacío cubierto de alcohol. Los personajes están dados por una mente llena de laberintos sin salida. Puede ser criticada como una novela con instintos finiseculares, pero más bien está adjetivada para fines milenarios. La trama es absurda, vale la pena leerla para conocer lo que hace y deja de hacer un autor con tal de avanzar a un punto claro: el enigma de la sobriedad. En Los niños bien escuchamos los huecos de una calavera que es síntoma social, ya que la facie de ser uno entre millones de escritores es horrible y nauseabunda, el personaje central -de esta especie de novela picaresca- se mira en el espejo y se da cuenta de que él es el feo y horrible narcisista por el que vale la pena morir.
Ama su estupidez por encima de todas las cosas porque es suya y de nadie más.
Escritor mexicano nacido en el Distrito Federal. Estudió en el Colegio de Ciencias y Humanidades que depende de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para después titularse como médico cirujano en esa universidad. Autodidacta por naturaleza, influido en algún momento por Tristán Tzara y los dadaístas, y admirador de Ronald D. Laing y del antipsiquiatra David Cooper, en 1979 escribió su primera novela La esperanza de una angustia. Asistió al taller literario dirigido por el argentino Humberto Costantini y al de Elena Poniatowska, en donde aprendió no tanto lo que se debía de escribir, sino lo que no se debía de escribir. Fue expulsado por mala conducta del Instituto Mexicano de Psicoterapia Psicoanalítica de la Adolescencia (IMPPA) y del Circulo Psicoanalítico Mexicano (CPM). Fue colaborador de las revistas underground La Regla Rota y La Pus Moderna. En 1992 recibió un reconocimiento por parte de la Dirección General de Fomento Editorial de la UNAM y en 1995 publicó, por entregas semanales, El Libro Del Eterno Retorno en el diario nacional mexicano Unomasuno. Entre sus obras destacamos, Muñeca haz el favor de quitarte el sostén (1985), De a perrito (1986) y Diario de un pend*** (1988) compuesto por poemas explosivos, dos novelas cortas y quince cuentos. Escribió una serie de cuentos cortos que nunca publicó titulada, Siempre que orino pienso en algo importante. Posteriormente autodefinió su nuevo estilo, ciencia ficción cavernícola (narrado en cuarta persona) surgiendo de ahí su novela Los Niños Bien (1998). Actualmente está trabajando en una novela de terror Escalones de Hielo Gris y en una colección de ensayos epistemológicos titulado ¿Deben los filósofos fumar marihuana?.
Esta novela es una reverenda pendejada, pero una pendejada divertida. Esta novela cortita es una divertida farsa que satiriza los estúpidos andares de los niños bien mexicanos, así como la pedantería pedorra que acompaña a los literatos, es una pendejada llena de rompimientos de la cuarta pared, inteligentes referencias literarias y momentos poéticos en el estilo irónico, alcohólico y único que sólo Fernando Nachón posee. Una lectura altamente recomendable.
Está bien divertido y usa nombres de autores reconocidos que jamás te imaginarías que podrían estar inmiscuidos en una historia como esa. Lo leí en dos días por ocio. Definitivamente es una novela palomera que te hace relacionar la cultura general con la trama.
Me lo prestó el autor. Para su época creo que es algo interesante. Me divertí, odié a algunos personajes, pero sobre todo que pedo con tantos personajes.
¿Cómo será la vida de un /mirrey/? En un futuro cercano (cercano al momento en que se escribió el libro, fines de los '90), en el remoto año del 2011, acompañamos a un brevísimo trozo de vida de uno de estos, de un /niño bien/, trozo por el que corren situaciones inverosímiles, cuya riqueza reside en esa inverosimilitud, en romper los niveles entre lo que ocurre, lo que se piensa, lo que pasa en otro lado y lo que ¿es? El de-género de Fernando Nachón es divertidísimo, aunque creo que no estamos preparados para leer algo tan degenerado, o desestructurado, o con esa estructura tan particularísima. Sí lo vale.
"Un libro que aporta un nuevo enfoque, nuevas e interesantes ideas pero que no llegan a buen puerto. Me da la impresión de que es mucho lo que quiere hacer, tanta la pretensión, que no logra salir airoso de esta aventura. Tiene sus momentos, algunas frases y situaciones interesantes pero nada que pase a la inmortalidad o siquiera digno de mencionarse."
Excelente novela. Como un pequeña Divina Comedia en la que es necesario conocer a personajes y referencias para disfrutar la narrativa.
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Ok, en la re-leída le dejaré 4 estrellas porque tampoco es que el final sea excelente y de hecho sí cae un tanto la trama (¿hay trama?), pero sigue siendo innovador y los personajes están planteados de forma muy entretenida.