« Un jour de juin 1966, j'écrivis une courte lettre à Jean-Luc Godard adressée aux Cahiers du Cinéma, 5 rue Clément-Marot, Paris 8e. Je lui disais avoir beaucoup aimé son dernier film, Masculin Féminin. Je lui disais encore que j'aimais l'homme qui était derrière, que je l'aimais, lui. J'avais agi sans réaliser la portée de certains mots. »
Anne Wiazemsky (1947 - 2017) was a French actress and writer.
As an actress, she appeared most notably in Robert Bresson's Au hasard Balthazar (1966) and in the films of Jean-Luc Godard La Chinoise (1967) and Week End (1967). She was married to Godard between 1967 and 1979.
After abandoning her movie career in the late 80s, Wiazemsky began writing critically acclaimed fiction and memoirs. Her 1993 novel Canines was awarded with the Prix Goncourt des Lycéens, while Une poignée des gens, a novel she published in 1996, won the Grand prix du roman of the Academie française.
Some of her books have been adopted into film. All the Fine Promises of Jean-Paul Civeyrac was based on Hymnes à l'Amour, while Michel Hazanavicius adopted her memoir Une anée apres, an account of her relationship with Godard during the protest movement that paralysed France in 1968.
Her 2007 autobiographical novel, Jeune Fille, is based on her experience starring in Au hasard Balthazar at the age of 18.
On her father's side, Wiazemsky was a descendant of a Russian aristocracy that fled Russia after the October Revolution of 1918--the Rurikid family of Princes Vyazemsky-Counts Levashov. Her mother, Claire Mauriac, was the daughter of writer François Mauriac.
„Un an de studiu” e o secvență autobiografică a Annei Wiazemsky, în care povestește cum l-a cunoscut și cum s-a căsătorit cu Jean-Luc Godard.
Cred că cel mai impresionant e cât de neimpresionantă e povestea lor. Un tip de 37 de ani care insistă pe lângă o fată de 19 ani naivă, dar bine conectată în societate. Știm acest lucru pentru că pe tot parcursul cărții face name-dropping, ne amintește de zeci de ori că a fost actriță într-un film de-al lui Robert Bresson, și ne explică orarul de plimbare al cățelușei sale în timp ce ne lasă să înțelegem că e mare fană de Mao.
Nu că ar fi o problemă că e mare fană de Mao. De fapt, e o fană sinceră de Mao - are o situație materială extraordinară, e bine plasată în societate (la un moment dat soția lui Pompidou se oferă să-i pună la dispoziție o mașină), e fiica unui laureat de premiul Nobel pentru literatură. Felul în care vorbește de Mao e așa de superficial că e evident că i se pare că e „cool” să ai o cărticică roșie, dar că habar nu are despre ce e vorba în ea, și mai mult ca sigur că nu înțelege nimic. Ăsta e singurul mod în care poți fi fan de Mao, mai ales cu situația și pregătirea ei.
În principiu, dacă vreți să citiți memoriile unei nubile naive de extremă stânga, din perioada dinainte de revolta studențească din '68, sigur, dați-i bătaie. Nu la propriu - acest privilegiu i-a fost rezervat lui Godard (care, ca om sensibil ce e, îi dă niște picioare ca să-i explice cât de mult o iubește. Dar sunt sigur că n-a vrut).
A sweet memoir by the grand-daughter of Nobel Prize winner François Mauriac. The book chronicles the year during which the author met, fell in love with and married Jean-Luc Godard, a man almost twice her age who was already as notorious for his provocations as he was famous for his films. Coming from a very privileged but stuffy background, Wiazemsky was swept off her feet by the rebellious genius of French cinema who was also a jealous and possessive lover. During their whirlwind romance, much frowned upon by her mother, Anne half-heartedly tried to enroll as a student of philosophy at the new university in Nanterre which was soon to become the hotbed of political protest leading to May '68. In Nanterre she met Daniel Cohn-Bendit who vainly attempted to lure her into his faction. But as she admits herself, Anne had no understanding of politics, and very little interest in learning about it or getting involved. The irony, of course, is that simultaneously she starred in Godard's film "La Chinoise", which he intended as a major statement of support in favor of Mao's Cultural Revolution, only to be told by Chinese officials he was a bourgeois twit who hadn't understood a thing about the new China. Wiazemsky gives a pretty good picture of what it was like to be a "jeune fille rangée" at a time when access to contraception was complicated. She is very sympathetic towards the naïve young thing she once was and manages to make us care very much for her. She also does a good job of showing us what Godard was like in private before he became untouchable as the major talent of the New Wave. Yet it's hard at times not to feel a little bit cynical towards this pampered person and her wealthy Pygmalion who want to say boo to their forebears but keep pulling rank with people and enjoying luxury just as much as their parents and grand-parents did. Wiazemsky doesn't seem to be aware that her book can also be read as a document explaining how elites reproduce themselves.
En las páginas de La joven, mezcla de diario personal y novela de juventud, se fraguaba el primer momento de rebelión interior en la vida de Anne Wiazemsky. Capturada por el influjo que Robert Bresson ejercía sobre su personaje en Al azar Balthazar, la joven Anne notaba cómo por dentro crecía una visión del mundo cada vez más alejada de ese ambiente familiar gobernado por la tierna, también severa, figura de su abuelo, François Mauriac. A medio camino entre las notas de rodaje y el retrato de la compleja personalidad de Bresson, Wiazemsky dedicaba un pasaje de su libro a la visita que Jean-Luc Godard hizo al rodaje del filme. Embelesado por el talento de su director -que en privado lo repudiaba, consciente de la distancia estética que mediaba entre ambos-, la presencia de Godard no parecía más que un apunte marginal en el transcurso del relato. Sin embargo, aquel breve contacto sería la espita que arrancaría, en 1966, el año ajetreado de Anne Wiazemsky.
Como en su anterior novela biográfica, Un año ajetreado goza de la prosa clara y precisa en detalles que Wiazemsky derrama sobre cada página. Mientras la revolución estudiantil comienza a larvarse en el campus universitario de Nanterre -donde, como una figura secundaria, nos encontramos con Daniel Cohn-Bendit-, la vida de Anne da un nuevo salto que la aleja de los años de colegio para sumergirla, sin red de seguridad, en la madurez. En un clima cultural terriblemente fértil, la joven Anne regresa del rodaje con Bresson enamorada de unas imágenes, de las imágenes del cine de Godard, que en un arrebato la conducirán a escribir una carta entre el amor y la admiración. En ese momento, Godard ha dinamitado el cine con Pierrot le Fou y comienza a olvidar a Anna Karina en los fotogramas de sus películas. Una nueva época está a punto de empezar.
Wiazemsky parece escribir sus memorias de una manera casi musical, al galope, como si nos las contase mientras paseamos durante una mañana soleada. Más que un diario, se trata de una partitura a la caza de instrumentos que la interpreten. En eso se parece a Godard, donde las imágenes -desgajadas de la narración, de la historia que cuentan- parten en busca de sentimientos que las interpreten. Cada episodio, cada recuerdo, parece un movimiento lanzado en diferentes direcciones: unas vacaciones en la compañía de su amiga Nathalie, un paseo por el Bois de Boulogne, los besos robados en una pensión en la que Anne y Jean-Luc esconden su amor. La prosa de Wiazemsky consigue que apenas unos meses se transformen en una experiencia acumulada de años. En esos recuerdos breves, delicados y gráciles, Godard queda reflejado como una combinación de elementos: preceptor, un maestro en la sombra que nutre a Anne con películas, libros y citas en abundancia; amante sincero, casi posesivo, niño grande que parece esconder la mayor de las soledades; cineasta cada vez más consolidado dentro de la elite cultural francesa. A diferencia de Bresson, Godard es el equivalente a un puñetazo directo a la mandíbula, pura frontalidad que se manifiesta en todo su esplendor en la vida de Anne.
A medida que pasan los meses, el año ajetreado cambia de género: de la comedia de espías, donde los dos amantes deben huir de los focos y de la familia para consumar su relación, al matrimonio. Como con Karina, Godard toma prestadas frases y palabras de la realidad para construir sus ficciones. De alguna manera es lo más cercano a una declaración de amor hacia Anne, al unir vida y trabajo en un mismo cuerpo. Fruto de ese amor será el rodaje casero de La chinoise, los planes para visitar China y las películas, las que filmará y las que imaginará, que Godard pensará para Anne. Mientras tanto, Anne vivirá un romance interrumpido con la filosofía en la universidad de Nanterre, encontrará en Francis Jeanson -lo más parecido a un padre postizo- a su confidente y entrará de lleno en la madurez, sin vuelta atrás.
Lejos de la euforia juvenil, Un año ajetreado tiene también su parte oscura. Si en La joven Wiazemsky dibujaba el lado mefistofélico, acaparador, de Bresson, aquí no rehuye mostrar los síntomas de la enfermedad de Godard: esa dependencia brutal, casi infantil, que provocará en Anne un agotamiento casi histérico mientras intenta seguir a la misma velocidad la pasión desbocada de Jean-Luc. Aun así, el recorrido que su autora lleva a cabo de los años 1966 y 67 es puro éxtasis, la celebración de la felicidad y el hallazgo de una nueva vida que explota en el interior de Anne. Una vida que la dirige de un lado para otro, entre cenas, rodajes, festivales y nuevas amistades, como en un carrusel que no parece detenerse. La expresión de una alegría sin adulterar que Wiazemsky describe con todo detalle.
Para el lector español, Anne Wiazemsky no debería ser una desconocida, puesto que parte de su obra ha sido traducida en los últimos años. De entre lo que queda pendiente se encuentra Hymnes à l’amour -de la que Jean-Paul Civeyrac hizo una hermosa película. A cambio podemos disfrutar de este díptico biográfico cuyo segundo episodio ha publicado en una espléndida edición Anagrama. Quizá, al terminar su lectura, el lector sienta la tentación de evocar las últimas palabras de la Zazie de la novela de Raymond Queneau. Al acabar la lectura de Un año ajetreado, nos queda la sensación de que, tras el torrente de alegría, Anne se ha hecho un poco más vieja. Toda esa felicidad se ha evaporado dejando una estela, en forma de recuerdo de una de las épocas de mayor efervescencia vital de nuestra cultura reciente.
3,5. Je déteste Godard après cette lecture, il me terrifie. Le og toxic male. Leur relation était extrêmement toxique, j’espère que Anne as put voir des bon psys après cette relation.
Cei care vor să-l cunoască mai îndeaproape pe Jean-Luc Godard omul o pot face și prin intermediul acestei cărți frumoase, scrisă de fosta sa soție (și actriță în câteva dintre filme) Anne Wiazemsky. Putem desprinde două părți fundamentale ale cărții: pe de o parte, o lume a dragostei aproape adolescentine, de vreme ce Anne avea doar 19 ani (încă minoră, cf. legislației franceze) când s-a îndrăgostit de Godard; pe de altă parte, cea din interiorul lumii cinematografiei franceze, cu Godard și prietenii săi în prim plan, cu filmul Chinezoaica, produs chiar în acea perioadă. În plus genialitatea ”actorilor” acestei lumi; Godard citește, dăruiește cărți, merge la teatru și film, discută în contradictoriu pe aceste teme cu oricine, este un mucalit și un plin de umor (câteodată și amar). Anne Wiazemsky scrie bine, antrenant, cursiv, iar povestea cucerește de la primele rânduri. Și ți se face o poftă teribilă de Nouvelle Vague.
O autobiografie despre o adolescentă care trăiește o poveste de dragoste cu un regizor francez faimos, în care apar tot felul de personalități din lumea artistică franceză de acum jumătate de secol, inclusiv Eugen Ionescu - însă accentul cade mai degrabă pe trăirile ei adolescentine decât pe descrierea lumii artistice.
ایام خواندن فراز و فرود یک رابطه است. رابطه ای عمیق و پراز دلهرۀ گسست. آن ویازمسکی رابطه با همسرش ژان لوک گدار را روایت میکند. قلمش صریح و عریان است اما چاشنی روانشناسی ندارد. به تعبیر والتر بنیامین روانشناسی تجاوزیست شرم آور به ساخت ادبیات. ایام آموختن ضد روانشناسی است و در جامه ی مشتاق آلن دوباتن و الیف شافاک انتشار ایام آموختن ریسک بزرگیست... راوی عشق را تفنن نمیداند نه همچون اما بواری افسارگسیخته است و نه آناکارنینای مستقل و مستاصل. تمام موانع را، سردی ها و گرمی ها را تحمل میکند تا رابطه را بسازد. ویازمسکی به کلمه و فرایند نوشتن آگاه است به همین خاطر ایام آموختن تنها یک روایت مستند نیست بلکه شرح رابطه ای خاص است با فیلمسازی بزرگ و دغدغه مند. ایام آموختن روایتیست ناب نه روایتی روانشناسی و شاید دلخواه ما
Une année studieuse est en quelque sorte la suite de Jeune fille, dans lequel Anne Wiazemsky raconte ses débuts d’actrice dans Au hasard, Balthazar de Robert Bresson. Déjà, dans ce court récit à l’écriture limpide et précise, il y a une ambiguïté que Wiazemsky ne nomme jamais mais qui tient de l’emprise du réalisateur sur sa jeune actrice. Pas de #metoo ici, Bresson est possessif et jaloux, il garde littéralement sa jeune actrice sous clé dans une chambre adjacente à la sienne. A 16 ans, Anne est troublée par le charisme et l’autorité de cet homme puissant mais leur relation reste chaste.
En 1967, Anne a 19 ans et son expérience sur un plateau de cinéma lui a donné des envies de liberté. Mais on ne rigole pas chez les Wiazemsky et la moindre tentative d’émancipation doit faire l’objet d’une audience auprès de François Mauriac, le vénéré grand-père. Un jour, elle écrit une lettre de fan à Jean-Luc Godard. « Je lui disais avoir beaucoup aimé son dernier film, Masculin Féminin. Je lui disais encore que j’aimais l’homme qui était derrière, que je l’aimais, lui. J’avais agi sans réaliser la portée de certains mots. »
Car Jean-Luc, fraîchement divorcé d’Anna Karina, aime Anne Wiazemsky depuis qu’il l’a vue chez Bresson. Euphorisé par la missive, le cinéaste se jette aux pieds de la lycéenne et lui offre son cœur. Car oui, à 36 ans, Jean-Luc se révèle être un grand enfant romantique.
L’écriture est cristalline et le récit est charmant. Jean-Luc promène sa dulcinée en décapotable, l’aide à réviser le bac, lui présente Truffaut et Duras. Les amoureux s’échappent pour un mariage secret, se font surprendre par des paparazzis, tournent La Chinoise dans leur appartement de jeunes mariés et promènent la chienne Nadja le long des plages. On découvre un Godard attachant et blagueur. Oui c’est charmant, mais…
Mais il y a aussi une très grande pudeur, une délicatesse de Wiazemsky à ne pas souligner l’ambiguïté d’une relation entre un homme influent et une lycéenne. Peut-être que l’autrice a raison, peut-être que la différence d’âge, le pouvoir de l’un sur l’autre, ne compte pour rien du moment que l’on s’aime sincèrement et que l’on se respecte ? Peut-être, c’est vrai, mais j’aurais aimé que la question ne soit pas esquivée.
Il y a quelque chose d’à la fois captivant et rassurant de voir Anne Wiazemsky s’émanciper et tracer sa voie mais il faut avoir envie de s’attarder dans cette bulle germanopratine dans laquelle tout le monde semble se connaître. Une bulle dans laquelle une lycéenne peut en l’espace de quelques heures débattre philosophie avec Francis Jeanson, boire des cafés avec Juliet Berto, s’échapper quelques minutes pour discuter avec son ami d’enfance Antoine Gallimard puis rentrer se coucher aux côté de Jean-Luc Godard. C’est encore plus français qu’Emily in Paris, c’est plus doux et infiniment plus intelligent aussi.
در یکی از روزهای ماه ژوئن 1966، آن ویازمسکی، بازیگر و نویسندهی فرانسوی، نامهی کوتاهی به ژان لوک گدار مینویسد و به دفتر مجلهی کایه دو سینما، کوچه کلمان مارو، شماره 5، ناحیه هشتم پاریس میفرستد. بازیگر فیلم ناگهان بالتازار در این نامه، آخرین فیلم گدار (مذکر/مؤنث) را تحسین میکند. کتاب ایام آموختن روایت آشنایی ویازمسکی و گدار است، آن هم در روزهای پر التهاب مِی 68 فرانسه و در گیر و دار ساختِ فیلم چینی. ویازمسکی در این کتاب از روزهای تحصیلش در رشتهی فلسفه در دانشگاه نانتر مینویسد و روزهایی که با ژانلوک گدار میگذرانده؛ از تب و تاب گدار در آن روزها برای ساختن فیلم چینی و نمایش آن در چین؛ از سختیهای ایام فیلمبرداری و از لذت همنشینی با ژانپیر لئو، فرانسوآ تروفو، رائول کوتار، برناردو برتولوچی، ژن مورو و دیگرانی که نامهایشان آن روزها بر سر زبانها بود.
***
بخشی از مرور کتاب «ایام آموختن» که در وبسایت آوانگارد به قلم «سید احسان صدرائی» منتشر شده است. برای خواندن کامل مطلب به لینک زیر مراجعه فرمایید: https://avangard.ir/article/521
"A doua zi dimineata ne-am bucurat sa mergem iarasi in gradina. Intregul hotel inca dormea si lumina din Midi ne-a confirmat ca ne aflam acolo pentru a ne bucura de vacanta. Deja era foarte cald, asa ca am luat micul dejun la umbra unui dud Morus kagayamae, pe cand Nadja, lasata fara lesa, alerga printre tufele de flori. Ne uitam pe ziare, ale caror pagini intai erau toate cu portretele noastre."
- M-am înșelat. Am crezut că am făcut un mare salt înainte, dar n-am făcut decât să parcurg primii pași ai unui drum lung.(p. 247)
--------------------------------------
"Meningită cerebrospinală epidemică? Meningită tuberculoasă? Păi, de unde să știe doctorul ăsta care mai e și negru?! Negru!" Cei din hotel încercau să-l convingă să tacă pe bărbatul care profera astfel de fraze rasiste, poate din cauza alcoolului, n-am aflat niciodată. Ceva mai târziu mi s-a relatat că era vorba despre dramaturgul Eugen Ionescò. (p. 238)
Plutôt facile à lire (bien que la fac m’ait empêché de le lire aussi vite que j’avais prévu). J’ai découvert un Godard différent de celui que je voyais à travers ses films, un colérique, un enfant… Ayant le même âge qu’Anne au moment des faits, la différence d’âge m’a encore plus surprise et fait froid dans le dos, tomber amoureux d’une lycéenne alors qu’on a la trentaine…? Weirdge
en vd estoy muy contenta de habérmelo leído, creo que desde el instituto es el primero que termino de leer, aunque sea en parte para el TFG, me ha gustado mucho tbh
En el ascensor, ya sin argumentos, soltó esa frase que me repetiría alguna vez y que nunca dejaría de sorprenderme: "¡No quiero que veas a un psicoanalista porque son todos unos ligones!"
Après "Jeune fille", Anne Wiazemsky poursuit l'histoire de sa vie. Après avoir tourné avec Bresson, elle rencontre Godard, en tombe amoureuse, tourne avec lui "La Chinoise", l'épouse.On sait qu'ils se quitteront bientôt. La fugacité de leur couple et inscrite dans les circonstances de leur rencontre. Mais ceci est une autre histoire ...
La petite-fille de François Mauriac a 20 ans. Elle étouffe chez ce grand-père qui symbolise à lui seul la France d'avant-mai-68. Une France qui "s'ennuie" dont la jeune Anne fuit la grisaille au gré des rencontres. Elle passe son bac grâce aux cours particuliers de Francis Jeanson que lui a présenté Antoine gallimar. Elle entre en fac de philo à Nanterre et y croise un rouquin prénommé Danny. Elle déjeune avec Béjart, dîne avec Rivette,couche dans la maison d'été de Jeanne Moreau.
Ce name-dropping pourrait vite tourner au catalogue prétentieux. La légéreté de la plume d'Anne Wiazemsky nous évite cet écueil. Avec un charme et une élégance rares, elle restitue l'ambiance des années 60. On se croirait dans un film en noir et blanc de Truffaut ou de Godard : on y est grave avec futilité, futile avec gravité.
آن ویازمسکی با تسلط خوبی سیر حوادث تقریبا یک سال رو از آشنایی اولیه تا ازدواج با گدار به تصویر میکشه.یکدست بودن ریتم کتاب و تقریبا بی آلایش و روتوش ارایه کردن احساسات اون لحظه و تا حدی دادن اطلاعات در مورد فضای فکری خودش و گدار و بعضی از سینماگران فرانسوی اون سال کمک میکنه تا دید تقریبا خوبی از اونچه یک سال بعد اتفاق افتاد و بعضی ها به اون لقب انقلاب فرهنگی رو دادند،داشته باشیم. ترجمه خوبه و هیچ سکته ای تو فهم متن و پیشرفت برای مخاطب ایجاد نمیکنه. زیباترین قسمتش دیدن تبدیل شدن به عینه اون دخترک خجول فیلم برسون به زنی تقریبا آماده زندگی و شروع کننده دهه جدیدی از زندگیش هستش.
2.5. Nu pot spune că m-a impresionat într-un fel anume, însă, per total, nici nu pot vorbi despre această carte ca despre una care mi-a displăcut. Pe alocuri, m-am regăsit în gândurile personajului-narator, însă nu pot să privesc povestea de dragoste de aici ca pe una dintre cele mai frumoase ale literaturii. Poate a fost doar maniera de expunere de vină, nu știu.
Anne Wiazemsky è un'attrice francese e questa è una parte della sua autobiografia. Qui ci parla della sua gioventù, di quando conobbe Jean-Luc Godard, attore e regista, e della nascita del loro amore. Era il 1967 e Anne aveva 19 anni, era all'ultimo anno di liceo e Jean-Luc, all'epoca, aveva 17 anni più di lei. La Wiazemsky si e ci racconta con uno stile semplice e lineare le difficoltà e le incertezze di questo amore, il desiderio di diventare attrice, il rifiuto per gli studi di filosofia all'Università nonostante sfiorasse l'eccellenza. Ci presenta man mano i vari personaggi che hanno avuto spazio nella sua vita e che hanno costruito l'epoca in cui lei stava crescendo: la figura ingombrante del nonno François Mauriac, l'ammirazione per Jean Paul Sartre, l'amicizia con il filosofo Francis Jeansen e tutti i rappresentanti della Nouvelle Vague cinematografica francese, da Coutard a Léaud a Bresson. È un romanzo piacevole, che descrive due personalità molto particolari. Sovente mi è tornata in mente la lettura delle Memorie d'una ragazza perbene di Simone de Beauvoir, forse perché entrambi raccontano della forte volontà di emancipazione femminile. Spesso cita la rivoluzione culturale dell'epoca, il 68, les Cahiers du Cinéma, i libretti rossi di Mao; un mondo in cui lei era a stretto contatto e di cui era completamente estranea allo stesso tempo. Una bella lettura, rilassante ma anche ricca di spunti di riflessione.
Ha sido una lectura ágil y entretenida, justo lo que andaba buscando. Los 60s es mi década favorita no tan solo por la estética sino por la cultura revolucionaria que se estaba gestando. Por eso encontrarme referencias al cine, música o literatura de esa época me hace especial ilusión. Lo cierto es que mi incursión al cine francés en especial a Godard está algo estancada, puesto que lo encuentro demasiado vanguardista para mi gusto. La mayoría de películas a las que se alude (y que haya visto) no me han convencido, aunque pienso seguir intentándolo. Volviendo al libro, si ya de por si el cine de este director no me entusiasma, su personalidad absorbente lo hace aún menos. Eso y que la pareja se lleve veinte años de diferencia no ha sido santo de mi devoción. Lo que más he disfrutado sin lugar a dudas es la ambientación intelectual de aquellos años mezclado con el cine y las relaciones de Anne con su familia. He aprendido alguna que otra cosilla además de renovar la motivación de seguir cultivándome, algo tan complicado en los tiempos que corren.
my very first book read fully in french. such an important milestone.
i loved it a lot. so many names from the art world of french late 60s, that sometimes i felt as if i was reading an encyclopedia. in the end Anne seemed to become my best friend, who confied me her turbulent relationships. when the book came to an end i felt sad. for that was the point; i am not mad that it is quite subjective, because in the end of the day< there is no objectivity at all.
it is not somethings genial, so i would give it 3.5 stars if i could, but as my gratitude to amazing feelings this book provoked in my, i give it 4 stars.
Uno entiende bien las críticas a cierto cine francés (no precisamente el de Godard) al leer este libro que convierte el relato de un año bien relevante en la vida de la autora en una sucesión de intrascendencias contadas como si fueran tremendamente significativas. Qué aburrido y qué vacío. Más allá del retrato de Godard, que ocupa gran parte de la narración y por eso es algo más complejo, el resto de personajes (algunos muy relevantes) están perfilados de pasada, no causan ninguna impresión. No la causa nada en esta sucesión de anécdotas sin trasfondo. Terminado y olvidado.
Roman avec un style fluide qui se lit facilement. Son intérêt réside dans l'image qu'il dépeint de la bourgeoisie française peu avant mai 68. Il nous fait également revisiter le cinema français de l'époque avec ses réalisateurs, ses acteurs et ses films. Mais le tout reste très léger voir people et les personnages manquent de profondeur. Je suis déçue par le personnage de Godard dont j'admire l'œuvre.
La escritora y actriz Anne Wiazemsky rememora sus andanzas entre 1966 y 1967. Después de conquistar a la audiencia cinematográfica al protagonizar "Al azar de Baltasar", de Robert Bresson, la joven Wiazemsky vive un agitado romance con el exponente más contestatario de la Nueva Ola francesa: Jean-Luc Godard, a la par que inicia sus estudios en filosofía en Nanterre. Su relación con el cineasta, diecisiete años mayor que ella, le valdrá sentidos desencuentros con su madre y su abuelo, el escritor merecedor del Nobel François Mauriac. A lo largo de sus páginas Godard queda expuesto como un cineasta revolucionario, pero de un pensamiento profundamente conservador. El final abierto le otorga al texto un cierto aire de cuento de hadas: "y vivieron felices para siempre", aunque baste un poco de intuición y un par de clics para saber que no fue así. Un libro sencillo, memorable y encantador.