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Mañana nunca lo hablamos

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Relatos reunidos en este volumen:
- El baile de la marea
- Polvo
- El poder de la euforia
- Muerte de un cácher
- Quieto a la orilla del lago
- La señora del gabán rojo
- El último café turco
- Mujeres buenas y mujeres malas
- Corazón, no moleste
- Mañana nunca lo hablamos

138 pages, Paperback

First published January 1, 2011

4 people are currently reading
114 people want to read

About the author

Eduardo Halfon

50 books295 followers
Eduardo Halfon nació en 1971 en la ciudad de Guatemala. Ha publicado Esto no es una pipa, Saturno (2003), De cabo roto (2003), El ángel literario (2004), Siete minutos de desasosiego (2007), Clases de hebreo (2008), Clases de dibujo (2009), El boxeador polaco (2008; Libros del Asteroide, 2019), La pirueta (2010), Mañana nunca lo hablamos (2011), Elocuencias de un tartamudo (2012), Monasterio (Libros del Asteroide, 2014), Signor Hoffman (Libros del Asteroide, 2015), Duelo (Libros del Asteroide, 2017), Clases de chapín (2017), Biblioteca bizarra (2018), Canción (Libros del Asteroide, 2021), Un hijo cualquiera (Libros del Asteroide, 2022) y Tarántula (Libros del Asteroide, 2024).

Su obra ha sido traducida a más de quince idiomas. En 2007 fue nombrado uno de los treinta y nueve mejores jóvenes escritores latinoamericanos por el Hay Festival de Bogotá. En 2011 recibió la beca Guggenheim, y en 2015 le fue otorgado en Francia el prestigioso Premio Roger Caillois de Literatura Latinoamericana. Su novela Duelo fue galardonada con el Premio de las Librerías de Navarra (España), el Prix du Meilleur Livre Étranger (Francia), el International Latino Book Award (EE. UU.) y el Edward Lewis Wallant Award (EE. UU.). Su novela Canción recibió el Premio Cálamo Extraordinario. En 2018 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura de Guatemala, el mayor galardón literario de su país natal.

Actualmente vive en Berlín.

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Displaying 1 - 14 of 14 reviews
Profile Image for Paula Mota.
1,668 reviews567 followers
November 12, 2025
3,5*

“Amanhã” é, amiúde, um advérbio temporal com um significado diferente para um adulto e para uma criança, sobretudo quando ela é muito pequena e os progenitores querem adiar a concretização de um pedido ou a resposta a uma pergunta difícil. Prestes a completar 10 anos, nas vésperas de se exilar em Miami com os pais e os irmãos, o pequeno Eduardo Halfon tenta perceber como se tornou a Guatemala um país tão perigoso, quando já não pode ir a pé ter com o amigo que vive a dez minutos de sua casa, quando o guarda-costas do pai o segue dia e noite, quando rebentam tiroteios à porta de uma escola. O pai dá-lhe a resposta clássica: “Falamos disso amanhã”. Ou nunca.
Para esta compilação sobre a sua infância, Halfon escolheu dez relatos, dez momentos cristalizados na memória e, entretanto, no papel: uma ida à praia com o pai, um terramoto, uma caixa de revistas pornográficas encontradas na rua… E mais alguns relatos que viriam a constar e a ser desenvolvidos numa das suas obras mais carismáticas, “Cancíon”.

- Que es un guerrillero?
(…) – Un guerrillero?
- Ajá.
- Pues los guerrilleros son los culpados de tudo este lío.
- Qué lío?
- Todo este lío – susurró firme -, el lío frente a su colegio, en la fabrica, en las calles, en todo el maldito país.
- Los guerrilleros son indios?
(…) – Claro – mi dijo.
- Pero también los soldados son indios?
Mi papá suspiró, pareció enojarse en la semioscuridad.
- Ay, amor, éstas no son horas para habalar de eso. (…) Ya vio, vamos a despertar a su hermano. Mejor duérmase y lo hablamos mañana.
(…) Pronto llegó mañana y mañana nunca lo hablamos.
Profile Image for Guillermo Jiménez.
486 reviews360 followers
March 4, 2020
Cuando leí El ángel literario quedé deslumbrado por la apuesta de Halfon en la literatura, en mi mente, se dibujaba a un escritor con años de experiencia encima, y sin embargo, una googleada después, descubrí que más bien era el resultado de un apasionado de ella, alguien con el suficiente conocimiento y respeto, pero sin miedo a correr riesgos, a mostrarse asombrado de los recovecos a los que puede llevarte la escritura.

A partir de ahí, se ha vuelto una especie de obsesión ir buscando sus libros. Sí, sí, soy consciente de que ya casi todo puede conseguirse en línea, Amazon y otros, sin embargo: yo no tengo prisa por leer. No tengo prisa por nada en esta vida. El tiempo que falta para llegar a la tumba ya “está” definido, llámenlo por lo que sea, pero nuestra fecha de caducidad está “fijada” desde que nacemos, ¿por qué diablos iba a querer apurar lo que sea?

Recién me mudaba a la Ciudad de México con ella, quien en ese momento era mi prometida, cuando, en la primera ida que hicimos juntos a la Gandhi de Quevedo, localicé con emoción el libro de “Monasterio”, con emoción, repito. Incluso hay por ahí una foto digital que inmortalizó el momento. Ella la compartió en su cuenta de Instagram con el texto de “Memo doing his thing”, o “thang”.

Años después, ya como esposos, ella me invitó a acompañarla a Bogotá, y durante el vuelo, en la revista del avión, me descubrió que coincidiría nuestra estancia con la Feria Internacional del Libro de Bogotá, una de las más grandes de Latinoamérica: nuevamente felicidad y emoción. Por la noche, en el hotel, le escribí a papá quien me dio una lista inmensa de autores a buscar.

Lo mejor, fue el estand del Fondo de Cultura Económica, el cual tenía unas cuantas mesas con libros a precio de saldo, nuevamente con emoción di con la novela La pirueta, y con este de Mañana nunca lo hablamos, era abril de 2017 y yo caminaba como un niño a quien le dan permiso de jugar en todo el parque sin supervisión. Era 2017 y yo estaba casado con ella.

Quien haya tenido oportunidad de platicar conmigo, casi sobre lo que sea, sabe que en mí las fronteras entre ficción y realidad se desdibujan, no niego ninguna de las dos, pero mis referencias se cruzarán, aclarando el origen de mis ideas y comentarios hasta donde me sea poisble discernir: “como en X película”, “como en aquella canción”, “cuando era niño”, creo que son de mis frases más recurrentes.

Era 2017, y no fue sino hasta la semana pasada, más precisamente, el jueves 27 de febrero de 2020, casi 3 años después de que este libro llegara a mis manos, que decidí tomarlo del estante en que seguramente había estado todo ese tiempo y llevármelo conmigo en el metrobús como material de lectura rumbo a la que imagino que será nuestra penúltima sesión de terapia de parejas previa a nuestra separación y divorcio.

Comencé a leerlo con voracidad, el simple hecho de cargarlo y sentir su ligereza, la increíble calidad del papel y tipografías, ya me hacían menos pesado el camino, ya me ayudaban un poco a sentirme cercano a esa maldita literatura que tantas horas y desvelos me ha robado, pero que tanta felicidad y plenitud también me ha otorgado.

Leer, escuchar música, ver películas, escribir: esas son las cosas que me hacen feliz y no tendría por qué sentirme mal por buscarlas.

Así como a Halfon le ha funcionado la literatura como medio para volver “a las narrativas de [su] infancia”, la literatura y la escritura me llevan siempre a mi experiencia de vida, más de un libro está ligado a un acontecimiento que haya vivido, y me es imposible separar ambas experiencias, y es más, no es algo que busque, que desee.

En Mañana nunca lo hablamos Halfon vuelve a narrar fragmentadamente, en forma de relatos y cuentos, otro pasaje más de ese “personaje” que termina siendo un Eduardo Halfon de papel, explora la memoria de la infancia, los recuerdos en forma de eco, de algo que creemos escuchar o ver en sombras en nuestra memoria, y acompañamos a un niño que se enfrenta al horror que se vive en el hogar tras los sucesos catastróficos que vive en una Guatemala en los setentas.

Sin más prejuicios que la miopía propia de la niñez, Halfon nos narra un mundo que se ve a la altura de 10 años, sentimos en cada uno de los textos como vemos el mundo un poco a contrapicada, como la vida adulta aún se siente a mucha distancia de quien es el protagonista, y ese sería, tan solo, uno de los logros literarios de este libro, el “posicionar la cámara a la estatura de un niño”, como si de la película de Spielberg del E. T. se tratara, y transportarnos a ese mundo en el que los temores se ven inmensos, y las alegrías parecen no tener final.

Logré leer el libro en apenas un par de días, reconociendo que lo leí como una especia de tabla de salvamento del periodo que atravieso en mi vida, como si fuera un amuleto del recuerdo de en qué circunstancias di con él, en donde estaba, y con quien estaba. Una vez terminado de leer los libros, si es que es uno que no haya leído mi papá, lo vuelvo a poner en su estante, si he de mudarme, como será el caso en unos días, lo guardaré en cajas y lo llevaré conmigo, la idea de construir una biblioteca sigue estando en mí, muy opuesta a la idea de viajar ligero, de desprenderse, de no acumular.

Pero, una vez terminado de leer un libro, uno debiera quedarse con lo que le haya dejado la lectura, ¿no? Y dejarlo ir. Dejarlo entrar, decirle adios, y dejarlo ir. ¿No? Algo como el matrimonio que fue con ella, algo como esos viajes donde encontré este y otros libros. ¿No? Algo como los recuerdos que creemos que viven dentro de nosotros y que solo son eso: recuerdos, conexiones sinápticas en nuestro cerebro, algo de electricidad y nada más en realidad. ¿No?

Me da algo de tranquilidad saber que aún me quedan libros por leer de Halfon, aún me harán falta algunos viajes, algunas librerías o mesas de saldo por explorar, donde es posible que encuentre sus páginas, y entre ellas, quizá, me encuentro un ángulo de mi mismo que no había visto, que no había descubierto, que no había leído. ¿No?

¿No?

Por lo pronto ahí está La pirueta, otra novela de Halfon esperando a ser leída, creo que la guardaré hasta que me encuentre con otro de sus libros que aún no haya leído, creo que la cargaré conmigo en mis mudanzas como otro amuleto, como otra piedra filosofal imaginando que puede convertir en oro mis recuerdos y hacerlos brillar como siento que se ilumina mi vida con la obra literaria de Eduardo Halfon.
Profile Image for Federico Escobar Sierra.
302 reviews118 followers
June 30, 2020
A mi la forma en que cuenta Halfon me gusta bastante. Tiene el arte preciso para escribir lo cotidiano, sin adicionar nada innecesario, sin poetizar, solo como es. Tiene el arte para atrapar sin grandes trucos.
Este es un libro de cuentos muy cortos, hilados alrededor de la infancia del mismo autor en una Guatemala convulsionada por la inequidad, el racismo, la guerra.
Cuento a cuento nos descubrimos a nosotros mismos, como niños, encontrando explicaciones a nuestra medida para un mundo muy complejo, inexplicable.
Cuentos con finales muy sutiles, para lectores que premian la armonía, la aparente simplicidad.
Profile Image for Carmen.
60 reviews1 follower
February 25, 2012
Leer este libro para mí fue como regresar a mi infancia. Puedo decir que Eduardo Halfon sabe plasmar los recuerdos de un niño que vivió esa época turbulenta con el candor e inocencia de la infancia.

Yo también conozco esa Guatemala de la que habla el autor, y conozco también el medio donde las cosas se "hablan mañana". En lo personal lo que me atrajo del libro fue su último relato, ya que yo había escuchado acerca del incidente ocurrido en ese colegio, al cual yo también asistí, años después de la fecha en que ocurrieron los hechos. Me llamó la atención que a pesar de haber sido un incidente de gran magnitud y que como menciona Eduardo, fue el "combate más nutridos y de más duración registrado hasta ahora en la capital" en mi imaginación; creada por los relatos de mi madre y otros que estuvieron presentes en el hecho, no había sido gran cosa. Supongo que esto ejemplifica como realmente "Mañana nunca lo hablamos".
Profile Image for Edwing Marroquin.
80 reviews
February 6, 2025
A diferencia de otros libros que he leído de Halfon, este me pareció más interesante. Son historias sencillas, bien contadas.
Profile Image for Juan Carlos López Domínguez.
732 reviews2 followers
June 10, 2025
Un libro más sencillo que otros de Halfon, de prosa fácil y digerible, que te pasa como agua. Pero a pesar de su sencillez, de muy buena calidad.
Ahora Halfon narra diversas peripecias de su niñez. La trama principal es el momento en que su familia debe salir de Guatemala debido al impacto de la guerrilla (1981). Por cierto, que en mi niñez recuerdo vagamente las noticias de los guerrilleros en países que "estaban abajo" de México. Me espantaba y me sentía muy afortunado de vivir en México. Yo no entendía por qué tenían que matarse.
En este libro, también Halfon cita párrafos enteros de pasajes que ya ha narrado en otros de sus libros. Es el caso de la llegada de la prima Berenice y la lectura del café turco. Están citados textualmente y enriquecidos después. Me parece una muy buena técnica del autor. En realidad, al final de su vida, Halfon podrían renombrar sus diversos libros, ordenarlos secuencialmente e integrarlos en una sola publicación para armar su autobiografía.

El título del libro me parece muy ingenioso. Aparentemente "Mañana nunca lo hablamos" es una frase imposible. Dos tiempos verbales irreconciliables. En realidad, se refiere a que como frecuentemente pasa, cuando un niño pregunta algo incómodo, el adulto le dice 'mañana lo hablamos' y ese momento nunca llega.
Profile Image for Cristián G C.
37 reviews1 follower
November 16, 2021
De la serie iniciada por el excelente "Boxeador Polaco" trata de la historia de dos hermanos de origen judío en la acomodada vida de la clase alta de Ciudad de Guatemala en los años 70´s, en medio del recrudecimiento de la guerra civil que asoló al país y les afectó a ellos profundamente. Muy recomendable.
Profile Image for Adrián Ciutat.
196 reviews31 followers
March 26, 2020
En mi opinión, el Halfon menos inspirado que he leído hasta ahora. Sin embargo muy superior a muchos de sus contemporáneos.
Profile Image for KendraLee.
70 reviews2 followers
December 27, 2020
Eduardo Halfon is one of my favourite writers and I was so excited to discover this story in the kobo store. It did not disappoint. Halfon’s work is wonderful!
Profile Image for VG Palo.
1 review
March 7, 2013
"Narrar siempre es un ejercicio inductivo, personal, narcisista" Eduardo Halfon
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