What do you think?
Rate this book


496 pages, Hardcover
First published September 1, 2012
“Puede que parezca una reacción exagerada, pero lo que trato de decir es que siento culpa, vergüenza y responsabilidad con una intensidad tremenda… Antes era indiferente. La profundidad con que ahora lo percibo todo, cuando no me conduce a la parálisis, me conduce al terror”Hay abuso infantil, alcohol, mucha pastilla automedicada, asesinato, violencia machista, violación, un sexo omnipresente y variado (no por nada la autora sostiene que “el sexo logra expresar la condición humana en toda su complejidad… ahí está la clave de nuestra conducta en todos sus aspectos, la historia de nuestras relaciones, la esencia de nuestra personalidad” y, cómo dice Harry, “las mamadas impiden las guerras”), se habla de los internados, de las residencias de ancianos, de las instituciones psiquiátricas y de las terapias, del profesorado universitario, de las relaciones por internet, del proceso de adopción, hay un intento de secuestro, una desaparición trágica, un mortal accidente de coche, una extraña fascinación por Richard Nixon…
“Hay por ahí un mundo tan nuevo, tan aleatorio, tan desvinculado que nos pone en peligro a todos. Hablamos por Internet, hacemos «amigos» sin saber con quién estamos hablando realmente..., follamos con desconocidos. Confundimos casi cualquier cosa con una relación, una especie de comunidad, y sin embargo, cuando estamos con nuestros familiares, con nuestro vecindario, estamos a oscuras, sufrimos un cortocircuito y recaemos de inmediato en la versión digitalizada; es más fácil, porque podemos ser nosotros mismos y nuestro ego de fantasía al mismo tiempo, y ambos pesan lo mismo.”Tanta confusión no deja de ser entretenida y guarda en su interior alguna que otra sorpresa, no siendo la menor de ellas esa mezcla extraña de realismo sucio y moralina ejemplarizante que teje alrededor de la familia, esa vieja institución que puede ser, y este es en definitiva el mensaje de la novela, tan demoledora como necesaria y gratificante: si quieres alcanzar un estado lo más parecido a la felicidad, abandona tu egoísmo, responsabilízate de tu familia y comprométete con el bienestar del prójimo.
“… siento cuánto se odiaban todos los miembros de mi familia, qué poco afecto o respeto mostrábamos por alguien que no fuera uno mismo. Siento la profunda decepción que me causó mi familia y el modo en que me replegué al final, la forma en que me convertí en nada, porque era mucho menos arriesgado que intentar ser algo, que ser cualquier cosa frente a semejante desprecio…”
