Una cosa que me gustaría ver en una nueva constitución que acá no aparece ni por si acaso es la existencia de mecanismos de democracia directa por iniciativa ciudadana. Es decir, que la posibilidad de plebiscitos o referendos venga desde abajo y no desde arriba (dejando a un lado el que nos convoca hoy, solo vi una instancia en que es posible convocar a plebiscito, por reformas constitucionales, y eso por iniciativa presidencial exclusivamente). Creo, en línea de argumentos que le he oído al cientista político David Altman, que los mecanismos de democracia directa "desde abajo" pueden servir como una válvula de escape ante la falta de respuesta de los representantes electos. Esto es como para nombrar una cosa que siento le falta a la actual Constitución, una de las muchas razones para votar "Apruebo" hoy e iniciar como país el proceso de escribir una nueva.
Por otro lado, quiero que hagamos un control+F a todas las alusiones a la "moral y las buenas costumbres" o similares conceptos tan escurridizos, arbitrarios, y moralistas, para dejarlos fuera de la carta que rija a Chile en el futuro. Igualmente, quiero que una nueva Constitución sea un poco menos agnóstica (i.e. pretenda una neutralidad imposible) que la actual respecto a si los servicios de salud, educación, y otros bienes públicos deben ser provistos por privados con fines de lucro, por el Estado, o (por qué no) pensar en otras configuraciones más cooperativistas y menos mercantiles. Ahora, hay que decirlo: el artículo 19, que enumera todos los derechos fundamentales, consagra ya en este texto el derecho al "acceso libre e igualitario" a servicios de salud, al igual que a la educación. Es importante recordar eso, tener en cuenta que conceder un derecho en un texto no llevará necesariamente a que se haga realidad. Dicho eso, creo que a) el agnosticismo respecto a quién provee dichos servicios y b) que (según entendí) el derecho a la salud no se incluye en el artículo 20, cuando se enumera cuáles derechos son realmente exigibles a la Corte de Apelaciones, termina haciendo más probable que este derecho sea, para grandes segmentos de la población, nada más que una promesa incumplida y/o que se sienta más como un bien de consumo que un derecho. Creo que como sociedad será un excelente ejercicio que pensemos en qué derechos queremos consagrar en la Constitución, y por sobre eso también cómo podemos hacerlos realizables, exigibles, y tener los recursos para que así lo sean, cosa que no queden en letra muerta.
Claramente no soy abogada, ni sé precisar exactamente lo bueno y lo malo de una Constitución en su aspecto técnico. Pese a ello, su lectura fue un buen ejercicio para formarme por cuenta propia una impresión de lo que actualmente nos rige, y a partir de ahí pensar también en las formas en que eso ya no es suficiente, en que necesitamos un nuevo punto de partida para construir una sociedad más democrática, participativa, cohesionada y a la vez respetuosa de las libertades individuales, de la que todos podamos sentirnos parte.
Le pongo 5 estrellas no porque sea un buen libro, como todo texto legal es díficil (y bastante aburrido) de leer.
Tampoco me gusta el contenido del libro ni su origen, fue creada en dictadura, en el periodo más violento de la historia de Chile del siglo XX. Fue ratificada en un plesbicito sin registros electorales, y con claros signos de fraude electoral. Fue ideada por Jaime Guzmán, el fundador de la UDI, de modo de perpetuar el modelo neoliberal creado en la dictadura.
Le pongo 5 estrellas porque es un libro que todos debieramos leer. A puertas de hacer una nueva, es una guia sobre lo que no debiera estar en una nueva constitución.
Sabía ud que prohibe a los lideres sindicales de postular a cargos de elección popular? Sabía ud que pone quorums altos a cualquier reforma? (Para reformar el Tribunal Constitucional se necesita más de 2/3).
Me da tanto asco que este libro supuestamente represente mis derechos... y fue escrito en una dictadura militar ¿cómo puede ser posible que aún no se ha podido cambiar después de casi 40 años? Y sí po... ¡APRUEBO!
Pésima, mala historia, personajes odiosos que llegan a ser innecesarios y no logras conectar con ellos, trama aburrida, para haber sido escrita por un homosexual tiene un desarrollo terrible y el desenlace deja abierta varias subtramas inconcluidas e incoherentes con el contexto histórico. 1/5 pq le dio el evento canónico a chile y el hecho de que lo desechen por uno nuevo es lo más emocionante del texto.