Jaime Saenz is arguably the greatest Bolivian writer of the twentieth century. His poetry is apocalyptic, transcendent, hallucinatory, brilliant--and, until recently, available only in Spanish. Forrest Gander and Kent Johnson's translations of Saenz's work have garnered much-deserved attention and acclaim. Here for the first time in English they give us his masterpiece, The Night , Saenz's most famous poem and the last he wrote before his death in 1986.
An unusual man, Saenz lived his whole life in La Paz, Bolivia, seldom venturing far from the city and its indigenous culture that feature so prominently in his writings. He sought God in unlikely slum taverns, alcoholic excess, the street. Saenz was nocturnal. He once stole a leg from a cadaver and hid it under his bed. On his wedding night he brought home a panther.
In this epic poem, Saenz explores the singular themes that possessed alcoholism, death, nightmares, identity, otherness, and his love for La Paz. The poem's four movements culminate in some of the most profoundly mystical, beautiful, and disturbing passages of modern Latin American poetry. They are presented here in this faithful and inspired English translation of the Spanish original.
Complete with an introduction by the translators that paints a vivid picture of the poet's life, and an afterword by Luis H. Antezana, a notable Bolivian literary critic and close friend of Saenz, this bilingual edition is the essential introduction to one of the most visionary and enigmatic poets of the Hispanic world.
En Saenz, vida y obra se suponen y se iluminan mutuamente. Así, la imagen de escritor rebelde, marginado, alcohólico, nocturno y enemigo del artificio de la “gente bien”, no sólo remite a uno de los pocos enfants terribles de las letras bolivianas, sino que es parte integrante de una vida que asumió la escritura con vocación monástica. El resultado fue una obra que es una visión de mundo extraordinaria y original, como pocas en el contexto de la literatura boliviana y latinoamericana.
Se puede decir que muy pocos representantes de la literatura, la música o la pintura contemporánea en Bolivia han dejado de tener alguna relación o influencia de Sáenz. Incluso su importancia se ha sentido en las nuevas generaciones de videastas y cineastas.
Tal vez lo que más llamó la atención, sobre todo a gente joven, fue el aspecto romántico de su estilo de vida, reflejado en su horario de trabajo y de vida social: dormir en el día y vivir de noche.
La publicación póstuma de su novela, Los papeles de Narciso Lima Achá (1991), arroja luces sobre otros dos importantes aspectos de su vida: su sexualidad y su atracción por el nazismo.
Esta última, similar a la de Ezra Pound en algunos elementos, fue más bien un rechazo a la sociedad burguesa moderna y una exaltación de lo irracional y lo esotérico como métodos de conocimiento del mundo.
De ahí que su interés por el nazismo estuvo más cerca de la magia que de la política. En cuanto a su sexualidad, un aspecto poco conocido de su vida, no hay duda de la importancia que debió tener el mundo de las relaciones homosexuales. Así lo prueba la escritura de Los papeles de Narciso Lima Achá, donde se narra básicamente una historia de amor entre un joven boliviano y uno alemán. Cabe señalar que Saenz nunca se definió como homosexual y su vida amorosa conocida estuvo siempre heterosexualmente orientada.
Lo cual se muestra, por ejemplo, en que Saenz se casó con una mujer alemana de origen judío y con ella tuvo una hija. Este matrimonio, donde lo judío y la heterosexualidad predominan, indica la dificultad de asignarle una etiqueta a sus intereses políticos y sexuales.
Erotismo extraño, horror cósmico. Un lugar olvidado en Latinoamérica que hiede a noche y a cuerpos. La escritura como trance, lo oscuro escalando peldaños mientras una voz se dice cuerpo y miedo.
¿Poemario de terror latinoamericano? Aquí, ya escrito.
A deep, drunken, darkly hilarious disentanglement of idiosyncratic philosophy via crystalline long lines. Reminiscent, in its simultaneous wisdom and piss-taking, of Fernando Pessoa at his fiercest. I can't comment on the poem's translation (I read the Spanish) but Gander & Johnson's intro is a fantastic biographical sketch of Sáenz and the eccentric La Paz circles he moved in.
I’m bilingual and have done some poetry translation. This is a model example of translation done very well. And not an easily done feat. The text is nuanced.
ESP Tratando de ser imparcial, pero realmente "La Noche" fue la obra que me enamoró de la literatura de Saenz, siendo pedestal del submundo nocturno paceño. A veces pienso que, si Viscarra es el Bukowski boliviano; Saenz es el Edgar Allan Poe bolita: atormentado por los mismos vicios y terrores nocturnos, la destreza de la pluma de Jaime nos introduce en la obscuridad, el silencio, la incertidumbre, la muerte, y todo aquello que habita en La Noche.
ENG Trying to be impartial, but "La Noche" was truly the work that made me fall in love with Saenz's literature, serving as a pedestal for the La Paz nightlife. Sometimes I think that, if Viscarra is the Bolivian Bukowski, Saenz is the Edgar Allan Poe of La Noche: tormented by the same vices and night terrors, Jaime's skillful penmanship draws us into the darkness, silence, uncertainty, death, and everything that inhabits La Noche.
"el que todavía siga habiendo eso que yo llamo la noche, el que todavía uno pueda mirarla cuando le da la gana es un verdadero milagro -es algo que yo francamente no alcanzo a explicarme dado el estado del mundo, uno tendría que verse obligado a trepar a la punta de un cerro a ver si encuentra la noche sencillamente, resulta sorprendente que hasta el momento la noche no haya sido eliminada de la faz del planeta; liquidada y abolida para siempre, en aras del progreso de la humanidad y para mayor gloria de la tecnología; en procura de soluciones radicales para extirpar el mito y la fantasía, así como también para que la gente trabaje más y no duerma tanto"
Extrañamente, la noche en la ciudad, la noche doméstica, la noche oscura: la noche que se cierne sobre el mundo; la noche que se duer- me, y que se sueña, y que se muere; la noche que se mira, no tiene nada que ver con la noche. Pues la noche sólo se da en la realidad verdadera, y no todos la perciben. Es un relámpago providencial que te sacude, y que, en el ins- tante preciso, te señala un espacio en el mundo: un espacio, uno solo; para habitar, para estar, para morir —y tal el espacio de tu cuerpo.