Aparecida por vez primera en 1955 y sustancialmente ampliada en su reedición de 1973, "El hombre y lo divino", obra clave en el desarrollo del pensamiento de María Zambrano (1904-1991), actúa como puente entre la destilación más acabada de sus primeras ideas y la articulación de esa «razón poética» que se iría desplegando a partir de entonces en el seno de su producción filosófica. Frente a una modernidad sumida en el eterno juego de renuncia y regreso a una divinidad de la que ansía desprenderse pero a la que no puede renunciar, Zambrano traza las sendas para una nueva relación con lo divino que, siguiendo las huellas de la piedad, pueda permitirnos recuperar la realidad para desvelar las potencias liberadoras sepultadas por esa «historia hecha ídolo» a la que hemos sido abocados. Introducción de Carmen Revilla Guzmán
Vuelvo al principio. Por qué me sentí con ganas de leer este libro. Tengo mucho tiempo con libros de María Zambrano dando vueltas por mi casa, no se por qué, siempre me atrae la idea de leerla. Es filosofía, y siempre me atrae, aunque no siempre la leo. Este es el primer libro que leí suyo, y no será el último. Además de la razón esa, de que ya tengo varios libros suyos, y están ahí, esperando. Escribe mucho sobre espiritualidad, sobre religión, y este libro te lanza muchas preguntas muy buenas. Porque también es historia. Los orígenes de las cosas, como esta necesidad que tenemos los humanos de tener dioses. Ante todo, para no sentirnos solos. Después, los inventamos, y con el tiempo los destruimos. Y los volvemos a encontrar. Es un tema sinfín, y me interesa. Y Maria Zambrano es buena para tirarte todo, los datos, y también la reflexión. Me gustó mucho, por fin me animé a acercarme, y ahora estaré rondándola yo a ella.
María Zambrano filósofa española nacida en 1904, Discípula de Ortega y Gasset. La autora analiza esa peculiar relación (hombre- Dios), desde el nacimiento de los dioses griegos pasando por el fenómeno del cristianismo. Cuenta nuestra propia naturaleza de seres que sueñan, de seres creadores, por tanto, capaces de modificar el paisaje de una biografía, pero también el de la Historia.
Sólo leí algunos capítulos. No es para un estudio acerca de la religión clásica, pero sí aborda aspectos interesantes acerca de este tema y su desarrollo en el tiempo a través de distintos filósofos, entre ellos Kant y Hegel.
María Zambrano es esta mujer que no enseña solo filosofía sino que también enseña a escribir. Cada página está llena de poesía y sabe equilibrar frases intrincadas con frases llenas de claridad.
En este estudio de la religión, sobre todo del inicio de la voluntad de creer en dioses, nos propone la idea del delirio: la humanidad se siente observada y tiene que establecer alguna conexión con aquello que está por encima suyo y desconoce.
Zambrano no da explicaciones simplistas, no ve a la religión como un montón de supersticiones, sino como aquel inicio de las nociones del ser humano por explicar: el entorno y a sí mismo. Por eso es que tiene segmentos tan preciosos desde sus títulos: la aparición histórica del amor.
Es todo un viaje leer a Zambrano, cansa en ocasiones pero por lo deslumbrante de sus ideas y su prosa. Hay que ir paso a pasito, suave suavecito. Se los juro que si le agarran la onda les va a fascinar, aunque no le entiendan, es como escuchar un lenguaje nuevo.
El hombre y lo divino no es una lectura sencilla ni rápida. Me llevó dos meses porque Zambrano exige atención y un mínimo de familiaridad con la tradición clásica: mitología, pensamiento griego, raíces del cristianismo. Desde ahí examina cómo lo humano se enfrenta a lo sagrado, al sufrimiento y al sentido. No es un libro que se entienda a la primera, pero sí uno que cambia la forma de pensar cuando lo terminas
“(...) as ruínas acabam por ser a imagem perfeita do sonho que habita no mais profundo da vida humana, de todos os homens: de que, no final dos seus padeceres, algo de seu voltará à terra para continuar interminavelmente o ciclo vida-morte e que algo escapará libertando-se e ficando ao mesmo tempo, pois essa é a condição do divino.”
Leer este libro me llevará pronto a las ruinas de los templos helénicos. Tiempo, ser, nada, historia; ningún tema fácil, por eso me parece brillante la forma poética en que Zambrano se aproxima a ellos. Sé que me quedan muchas relecturas por delante, y que deleite intuir ese horizonte.
Un excelente libro para abordar el tema de lo Divino y reflexionar sobre algunos puntos. No es una historia de las religiones al uso, ya que se enfoca esencialmente en Roma, Grecia y en el Cristianismo, tampoco es un compendio de ritos y significado. Algunos capítulos están redactados claramente, pero otros son bastante confusos ("La Condenación de los Pitagóricos", "La Piedad"). Recomendables los ensayos "De los Dioses Griegos" y "Dios ha Muerto", y la sección III "Los Procesos de lo Divino", indudablemente es la mejor parte
"Ser libre es ser responsable, es exponerse y aún reclamar ser juzgado
"La contemplación de las ruinas ha producido siempre una peculiar fascinación, sólo explicable si es que en ella se contiene algún secreto de la vida, de la tragedia que es vivir humanamente y de aquello que alienta en su fondo; de algún ensueño de libertad aprisionado en la conciencia y que, sólo ante la contemplación de algo que objetivamente lo se atreve a aflorar, de un ensueño, necesitado como todos los que se refieren a nuestro secreto —a nuestro humano secreto— de la catharsis de la contemplación. Y las ruinas producen una fascinación derivada de ser algo raro: una tragedia, mas sin autor. Una tragedia cuyo autor es simplemente el tiempo; nadie la ha hecho, se ha hecho."
Un repaso a la relación de la filosofía occidental con lo divino, centrándose especialmente en las fuentes de la misma: los griegos. Y en esta mirada a las raíces, la experiencia de Job aparece como una luz que ilumina el recorrido hecho por María Zambrano reflejado en este ensayo.