Yomurí è un appassionante romanzo d’avventura, una storia romantica e surreale sul potere di seduzione dei nostri sogni.
Sbattuto fuori casa dalla quinta moglie, Kovacs, ex diplomatico in pensione e gran seduttore, chiede alla figlia Eliza di aiutarlo a realizzare il suo ultimo desiderio: vuole riportare la pace in famiglia ricongiungendosi con l’ultima figlia, Sonya. Eliza acconsente e i due partono per un periglioso viaggio verso il sud del Cile. Nella stessa direzione si muovono Carri, una giovane in cerca delle proprie radici, e un gruppo di nativi decisi a rioccupare un territorio appartenuto in passato alle loro famiglie. Per tutti Yomurí rappresenta la destinazione finale e insieme il simbolo di quello che nella vita continua a sfuggirci, un’utopia che si allontana ogni volta che stiamo per raggiungerla. Accolti nelle case mobili dei nativi, Kovacs ed Eliza inizieranno ben presto a sentirsi parte della comunità fino a quando l’illusione di una nuova pace travolgerà anche le loro vite.
Attraverso gli occhi di una straniera, una veeditrice con il compito di osservare senza giudicare la contraddizione che la circonda, il nuovo sorprendente romanzo di Cynthia Rimsky sembra dirci che in un momento in cui tutti sembrano avere la verità in mano, è il dubbio il vero motore delle nostre vite.
Cynhia Rimsky nació en Santiago de Chile, en 1962. Ha publicado Poste restante, La novela de otro, Los Perplejos, Ramal, Fui, El futuro es un lugar extraño, En obra, La revolución a dedo. Escribe crónicas y columnas para diversas revistas y da clases en la UNA. Vive en Argentina desde 2012.
No entiendo cómo un libro así, tan flojamente escrito y con una historia tan inverosímil -no es ciencia ficción-, gana un premio literario importante en Chile, por haber ganado ese premio lo compré y fue realmente decepcionante. Se salvan unos cuantos párrafos contados con los dedos. Parece en muchas ocasiones un bosquejo de novela y no una como tal. Empezare a desconfiar más de los premios
La obra de Cynthia Rimsky (1962), desde mi perspectiva, es una de las más sólidas y atractivas del panorama literario nacional.
Radicada desde hace un tiempo en Argentina, logró el reconocimiento internacional con su última novela: Clara y confusa. Creo que ese premio empezó a forjarse con su penúltima obra: Yomurí (2022).
La autora ha dicho en entrevistas que esta es su primera novela totalmente ficticia, por lo que podemos afirmar que marca un antes y un después en su interesantísima producción literaria.
Sus primeros libros se escriben con un pie bien puesto en la realidad, tanto personal, familiar como colectiva. Varias publicaciones son una especie de documentos de viajes y de búsquedas de la propia autora, incluyendo en ellos el arte fotográfico que surge de esas experiencias.
En lo personal, creo que el giro en la narrativa de Rimsky le ha dado un nuevo aire y no ha perdido para nada su riqueza literaria, al contrario, creo que la ha hecho más versátil y gozosa.
Yomurí (2022) narra la aventura de una hija con su padre. El padre es un exdiplomático bastante mujeriego y enamoradizo. Su última mujer le pide ayuda a la protagonista para convercerlo de vivir en un hogar de ancianos. La hija retoma la relación con su padre, pero la idea del hogar no prospera. En esos tiras y aflojas surge la posibilidad de irse a vivir con otra hija, media hermana de la protagonista, para lograr reunificar a la familia. Es en esta etapa donde surge la aventura, ya que en el trayecto a Yomurí se vinculan con un grupo de personas que están dispuestas a realizar una recuperación de tierras ancestrales.
El tono de la narración es paródico, humorístico, cómico. No hay que esperar la típica novela de matriz realista con relaciones de causa y efecto. Aquí aparecen elementos entre legendarios, oníricos y fantásticos, que podemos vincular a conflictos actuales, bien presentes en nuestra sociedad.
Aunque la apuesta estético-literaria de Rimsky es distinta a la de sus anteriores publicaciones, los temas y obsesiones que caracterizan a la autora siguen presentes: el viaje, la memoria, la identidad, la ilusión y desilusión.
En resumen, una novela atractiva, ágil, con sentido del humor y densidad critica.
Recibió el 2023 el Premio a las Mejores Obras Literarias Publicadas, categoría novela, otorgado por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura.
Es un libro que representa muy bien el momento que vive nuestra sociedad, en que las luchas históricas, la búsqueda del origen, parece ya no tener sentido; pero lo nuevo solo es destrucción, también sin propuesta. Al final parece que solo esa fricción, entre lo que nos empuja a nuestros orígenes y lo que nos empuja a un nuevo destino, hace que las cosas cobren sentido. Lo triste es que ese estado tarde o temprano se agota.
Me despertó muchas reflexiones sociales. Pero lo más interesante es el uso del lenguaje, las metáforas descaradas y la constante ironía.
Yomurí, que lugar más extraño. Creo que esta novela representa muy bien cierta decadencia del espíritu combativo y revolucionario de los años setenta a través de la puesta en escena de la "recuperación simbólica" de un territorio, en este caso, una zona perdida entre los cerros argentinos cuyos límites geográficos son muy difusos, casi tanto como su valor material, ya que no parece tener una riqueza natural importante, se presenta más bien como un pedazo de tierra cualquiera, entre las quebradas, marcado por una tranquera, pero cuyo valor reside justamente en no pertenecer al "estado nación"; en estar fuera de los mapas. La recuperación es llevada a cabo por un grupo de personajes bastante heterogéneos y brillantes, tales como Pié, el Pelirrojo, la Verde Hilo y Vladimir Ilich. La trama de la novela se sostiene a través de una cierta recuperación familiar que lleva a cabo Kovacs, un viejo muy simpático y picaflor, con varias hijas de distintos matrimonios desperdigadas por el país a las que busca juntar en esta zona enigmática donde confluyen todos los puntos, Yomurí, la tierra de nadie. Eliza, la protagonista, deja su vida para acompañar a su padre, quien la convence a través de engaños y manipulaciones para que ella siga sus pasos, deje atrás su vida con Peters (quien termina por mandarla al carajo) y se una a la expedición hacia las montañas, para que todos los puntos confluyan y ella pueda ser parte de ese momento. En fin, una novela muy tierna, simpática y divertida de leer, me gustó mucho.
«Cuando los yomurí vean entrar al ejército, sabrán que no tienen ninguna chance. A los diez minutos, menos, a los cinco minutos, van a rendirse. La gente con la que conver-sas, con la que comes y bebes, con la que te ríes, con la que aprendiste a hacer churrascas y que te prestó la frazada llena de pulgas, no va a arrojarse por gusto a la muerte. Preferirá volver a la vida que llevaba antes y olvidarse de esta».
Una mirada llena de ironía para darle otra vuelta a una problemática que ante la falta de imaginación para expresarla se agota en salidas factibles.
La forma de escribir, el estilo de la autora, es bellísimo. Fue lo que más me gustó del libro. Merece diez estrellas. Es poético y es directo a la vez... Es algo que no se encuentra en Best Sellers. No me gustó mucho la historia o el personaje de Eliza. Se me deshacía. A veces era una mujer madura de unos cuarenta y pocos años y en otros una mujer inmadura de unos veinte y tantos. Todos tenemos eso pero aquí no me convencían esos cambios. Lo noté en los diálogos de ella, no en la narración.
Ojalá nadie se muera sin antes haber leído esta novela. Qué suerte que exista Rimsky, una escritora que con cada libro inventa una atmósfera para que nuestro oxígeno narrativo se renueve.