La creatividad, el delirio que caracterizan a Laiseca estánpresentes en esta nueva novela, con extraños personajes: Analía, una mala poeta, que intenta hacer con el cuerpo lo queno puede hacer con las palabras; Tojo, un japonés necrófiloenamorado de Analía; el Fantasma de la Opera, recreación deun mito, etc. Laiseca ha publicado libros de cuentos y varias novelas, entre las que se destacan "Los Sorias"; sus obras más recientes son "Beber en rojo" y "La aventura del profesor Eusebio Filigranati".
Alberto Laiseca nació en Rosario el 11 de febrero de 1941, pero pasó su infancia en Camilo Aldao, un pueblo ubicado en el límite entre las provincias de Córdoba y Santa Fe. Tras abandonar sus estudios de ingeniería química, trabajó en diferentes oficios en distintas provincias: fue cosechero, empleado telefónico y corrector de pruebas en un periódico. En 1976 publicó su primera novela, «Su turno para morir», y seis años después su segundo libro, «Aventuras de un novelista atonal». A partir de entonces, escribiría y publicaría un libro cada dos o tres años. La década de los noventa es considerada por críticos y lectores una clave de la producción literaria de Laiseca, pues termina de delimitar una zona de interés y donde la escritura hace cumbre: «La hija de Kheops», «La mujer en la muralla», «El jardín de las máquinas parlantes» y, sobre todo, «Los Sorias», uno de los proyectos más vastos y vigorosos de la literatura argentina.
Su obra completa es extensa y compleja: más de veinte libros en varios géneros, del cuento a la novela, pasando por el ensayo y por textos de género más híbrido. Sus ficciones, que inventan mundos singulares y apelan a la imaginación y a la desmesura, han suscitado la admiración incondicional de numerosos escritores, críticos y lectores.
Me encantó. Es muy autorreferencial pero también lleno de referencias a otras obras literarias o incluso de otras artes como el cine y la música. Aunque se introduzca en temas sórdidos lo hace de una manera divertida (y casi hasta tierna, porque como dijo alguna vez, él es un romántico incurable... como Drácula). La estructura es extraña, porque en un momento se introducen historias dentro de otras historias de la historia, pero al final todo encuentra su razón de ser. Lo recomendaría muchísimo y eso que fue de lo primero que leí de Laiseca, de quien soy cada día más fan.
Un hermoso descontrol donde podemos encontrar sexo, pornografía, violencia, incorrectitud política... todo eso que la literatura aún puede y debe ofrecer a diferencia de otros soportes de entretenimiento más expuestos como Netflix, Instagram y Spotify, que censurarían por miedo a ser señalados con el dedo (sin ir más lejos ya pasó con la serie Entre Hombres y HBO). Obviamente, un libro descontrolado no es gratis, son innumerables los intentos de escritores que quieren hacerse los locos y a la página 30 uno tiene ganas de enterrar el libro en la arena para no verlo nunca más como hacía Houellebecq en la novela Plataforma. Lo bueno es que en este libro uno va caminando de la mano con quien maneja el joystick del caos y se sabe todos los truquitos para domarlo.