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219 pages, Paperback
First published January 1, 1987
Se daba por supuesto, efectivamente, que ninguna mujer podía acariciar sueño más hermoso que el de la sumisión a un hombre, y que sí decía lo contrario estaba mintiendo.La España de los 40 es la peor de mis pesadillas. Para aportar pruebas de ello, Carmen Martín Gaite realiza aquí una labor documental titánica!!!! Sobre todo citando revistas femeninas y consultorios amorosos, a punta pala, intercalados con sus propias reflexiones:
Trasladado este esquema al plano de un noviazgo largo, podría sacarse en consecuencia que el pacto social que llevaba a la consumación del amor tenía que ser aplazado hasta que el protagonista llevase a cabo una misión que nunca parecía terminar. Tal podía ser, por ejemplo —y era el caso más frecuente— la preparación de unas oposiciones. Las diferencias más engorrosas entre la realidad y la ficción estaban no sólo en el menor grado de resistencia a las tentaciones del amor «impuro» por parte del lector de tebeos, sino en la falta de aliciente y de sobresaltos que aquella empresa tenía para las condesas anamarías de carne y hueso. A ellas también sus propias lecturas juveniles les habían hecho soñar con héroes arriesgados de los que la tienen a una con el alma en vilo y que, a decir verdad, poca semejanza guardaban con los anémicos empollones de Derecho Civil.Me hace gracia que leer este libro es como escuchar a Carmiña, con su sentido común muy prudente, comedido e intelectual, discutiendo las patrañas de Jorge, el administrador de una cuenta de memes de extrema derecha, ex-amigo de Eva que por algún motivo yo conozco, muy dado a juntarse con racistas, falangistas ricos y demás gentuza.
Si queréis interpretar debidamente la soltería —dice un texto de 1949—, dejad de pensar en las solteronas como en mujeres que fracasaron, por alguna razón, en casarse. Y empezad a pensar si no fueron las casadas las que, por cualquier razón, fallaron en no quedarse solteras.Como siempre, me encanta que desarrolle y estudie el uso del lenguaje: «estar en plan», «tener complejos», «chica topolino», «acompañante»... Es jodidamente exhaustivo y riguroso. Se limita solo a los quince años de los 40, la década larga (hasta la firma del tratado comercial con Estados Unidos en 1953), y ni siquiera se hace el libro repetitivo, porque es capaz de desgranar cada detalle. Solo tengo ganas de leer Usos amorosos del dieciocho en España porque tiene pinta de ser igual o incluso más prometedor!!!!! (fue la tesis doctoral de Carmiña!!!!)
Pero en los años cincuenta, predicar ya la alegría joseantoniana como antídoto de la apatía reinante era intentar curar el cáncer con aspirina.