El libro representa un panorama de la historia constitucional española, pero apunta a la vez a señalar dos aspectos de esta historia que poseen un significado político fundamental en el actual periodo constituyente. A veces, se ha tendido a presentar nuestra historia constitucional como una serie periódica de alternancias: el poder habría pasado de la izquierda a la derecha y viceversa, una y otra vez, sin que una ni otra consiguieran tomar la iniciativa de modo duradero. Esta perspectiva es falsa: no cabe hablar de ciclos o alternancias. La inmensa mayor parte de nuestra historia contemporánea se ha desarrollado bajo textos constitucionales claramente conservadores o bajo el signo de la negación del constitucionalismo. Así, y éste es el segundo aspecto que debe ser puesto de relieve, el franquismo no aparece como una ruptura innovadora de la tradición política de la oligarquía española, sino como el desarrollo de ésta hasta sus últimas consecuencias. Por ello, el actual período constituyente no conducirá a la estabilidad democrática sino en la medida en que implique un cambio profundo en las relaciones de fuerza sociales.
Jordi Solé i Tura (Mollet del Vallès, Vallès Oriental, 23 de maig de 1930 — Barcelona, 4 de desembre de 2009) fou un advocat, polític i professor universitari català, un dels pares de la Constitució Espanyola de 1978 i de l'Estatut de Sau. Va viure gran part de la seva vida a Barcelona.
Demasiado sucinto en mi opinión, pero muy útil para documentarse con ocasión de exámenes y demás. Jordi Solé, por aquel momento intelectual de relieve en el PSUC, ponente al poco en representación de los comunistas en los debates de la comisión redactora de nuestra vigente Constitución. Responsable de fijar algunos de los artículos más avanzados de esta. Luego acabaría abjurando del comunismo e integrándose en el PSOE, llegando a ejercer como ministro de Cultura. Terrible la desbandada de tantos intelectuales que lustraron el marxismo español, como Fernando Claudín, Jorge Semprún o el propio Solé, migrando al tiburón liberal en el que se había convertido el partido que unos orgullosos tipógrafos madrileños fundaron en 1879. De todos modos, sería pecar de presuntuoso el juzgar desde la atalaya que da el conocimiento del pasado a unas personas que vivieron el descrédito de la URSS y el comunismo, amplificado sin duda por la inigualable maquinaria de propaganda occidental. En todo caso, exponente este libro de la teoría que formulaba por aquella época el PCE, de la 'alianza del trabajo y la cultura' que pretendía descuajar para siempre el poder de la ominosa oligarquía española. Y no exento de ciertos refinamientos teóricos a pesar de su reducida extensión. La revolución liberal en España tuvo como beneficiarios a las propias élites nobiliarias, fusionadas con la burguesía y solidarias con el liberalismo decimonónico por el acceso que le procuró a la tierra puesta en venta a través de las desamortizaciones. Así se desmiente el mito de que la revolución liberal no se consolidó en España porque la aristocracia la torpedeó. Esa misma aristocracia fue uno de sus más consecuentes puntales. Esta afirmación supone un gran avance de la teoría marxista española, que venía sosteniendo la postura antedicha de la revolución burguesa inconclusa. El marxismo español entraba en el periodo constituyente inaugurado en 1977 en condiciones envidiables, tanto organizativas como teóricas. Su rápido descalabro es otra historia que no cabe enjuiciar aquí.
Breve repaso a la historia constitucional de nuestro país, dedicado especialmente a derribar el mito del "trasvase de poder" entre derecha e izquierda. En cambio, habría existido en la política española el arraigo casi inevitable de una oligarquía enlazada a las instituciones, cuyo poder se ejercería mediante la represión, la intervención militar y el derribo constante de las pretensiones progresistas. Por lo tanto, España tendría, a fecha de la redacción del ensayo, una historia democrática muy limitada, frágil y endeble; vulnerada continuamente por la reacción oligárquica e incapaz de asegurar un cambio profundo de tinte liberal-democrático en las instituciones estatales. A día de hoy, unos cuarenta años después, las principales tesis de este libro parecen seguir vigentes.
Esta libro era lectura obligada en Derecho Político II cuando hice la carrera, lo recordaba con agrado y ahora lo leí por pura diversión. Ofrece una visión sinóptica del constitucionalismo español, pero (escrito antes) no incluye la vigente constitución de 1978.
Ameno, conciso y esclarecedor en sus conclusiones.