Corría aterrada por las vías. Apenas podía controlar el bamboleo de su enorme vientre de ocho lunas de embarazo.
Esto es lo primero que sabemos de Proc: que huye sobre los rieles que recorren un viejo túnel, y que está embarazada.
La jauría estaba cerca, muy cerca, demasiado cerca. No sólo se oían sus gruñidos sino que ya se percibían las pisadas contra las vías y los maderos. Eran muchos.
Esto es lo segundo: huye de los lobos. No son la única amenaza que habita la oscuridad de los túneles, pero ahora son su amenaza.
Una abertura. Sin luz. Tanteó con el pie: el vacío. Se agarró del costado para no caer y tanteó con la mano, con el pie: más vacío.
El tacto, el oído, el olfato son nuestros mejores aliados si de lo que se trata es de sobrevivir en la oscuridad. Y, en el mundo de Proc, la mayor parte del tiempo es de eso de lo que se trata. Cuando la supervivencia acapara toda o casi toda nuestra atención sucede también que la frágil capa de civilización que nos protegía del horror no tarda mucho en resquebrajarse. Pocos autores han sabido hablar del desamparo radical que viene después como lo hizo Rafael Pinedo, autor de culto de una obra extraña y original. En esta novela afinó nuevamente su peculiar mirada, esta vez desde una fábula sobre la maternidad como metáfora del instinto de supervivencia más desnudo y salvaje.
Le parecía ver algo, pero no estaba segura. Miró hacia atrás, hacia las vías. Allí estaban.
Los lobos.
No los contó; uno, dos o más era lo mismo, los dientes eran lo importante.
Nació en Buenos Aires. Se licenció en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de esa ciudad, donde ejerció como informático y, durante un tiempo, actor teatral. A los dieciocho años quemó todo lo que había escrito hasta entonces, y sólo a los cuarenta retomó la producción literaria. Su primera novela, Plop, obtuvo el Primer Premio de Novela Casa de las Américas en 2002. Fue editada en Cuba en 2003 y en Argentina en 2004, en la prestigiosa colección Línea C de narrativa fantástica y de ciencia ficción que dirigió Marcelo Cohen para Interzona editora. Desde su publicación en Argentina, Plop fue considerada una obra de culto, elogiada por la crítica como una novela excepcionalmente original y atípica. Lamentablemente la carrera literaria de Pinedo se vio truncada por el fallecimiento del autor en diciembre de 2006. Su última obra, Frío, resultó finalista del Premio Planeta Argentina en 2004, pero la novela no llegó a publicarse y ha permanecido inédita hasta 2011 (Salto de Página).
PS Reading Challenge 2018 - #20: Un libro escrito por un autor local (Buenos Aires).
Cuando escuché de Pinedo por primera vez, hace algo más de un año, me dediqué a buscar sus libros. Al ser un autor un tanto underground, la tarea se tornó difícil. Hoy finalmente logré encontrar este libro en la biblioteca y mi experiencia puede resumirse en una sola palabra: incomodidad. Más de una vez me removí en mi asiento, cerré el libro, respiré profundo. La gente a mi alrededor me miraba. Mi cara reflejaba mi conmoción, me daba cuenta y no podía evitarlo. Tampoco podía parar de leer.
Y es que Subte es como una pesadilla. Inicia directamente en medio de la acción —una mujer embarazada escapando de una manada de lobos—, y no sabemos cómo comenzó todo, ni porqué, pero lo aceptamos sin dudar. Al igual que nuestros peores sueños, nos sumerge en un estado mental donde sólo hay cabida para la angustia y tienes que seguir leyendo, a pesar del terror, porque necesitas saber si te salvas. Te has adentrado tanto que te has convertido en la mujer que huye. Y sufres cada momento pero no puedes evitarlo porque nadie puede controlar sus sueños, nadie puede elegir cuando despertarse.
Cuando finalmente termina puedes respirar de nuevo. Te das cuenta que sólo era una pesadilla, una pesadilla divinamente narrada. Pero tan perturbadora que prefieres olvidar que la tuviste.
No quisiera ser yo el que manchara tanta verdad en tan pocas palabras con una perorata narcisista sobre lo bien que está esto. Las ciento y pico páginas que le faltan son las ciento y pico páginas de relleno que ponéis en vuestras novelas, bitches.
Rafael Pinedo es tan breve en sus obras como lo fue su vida, por desgracia para nosotros, sus lectores. Subte es un ejercicio reseñable de como hacer más con menos, de como donde nosotros hubiéramos gastado más de todo: tinta, mina, hojas... él sólo gastaba de más precisamente de eso que nunca nos sobra, tiempo. Tiempo para elegir las palabras adecuadas, los recursos; o quizá no, quizá le saliera tal cual porque esa concreción formaba parte de si mismo. La segunda novela de la trilogía de la deshumanización de la cultura nos muestra, de manera descarnada, pero no exenta de sensibilidad, una distopía donde los tabúes son otros, la concepción de la sexualidad, los roles sociales, los alimentos etc... En esta segunda parte compartiremos el devenir de Proc, una mujer perteneciente a un clan que, en una de sus incursiones en los subterráneos, se pierde y termina conociendo a los miembros de otro clan que se ha habituado a vivir en silencio y a oscuras. El choque cultural no se hace esperar, en esta ocasión desde un punto de vista mucho más femenino que en Plop. En Subte, Pinedo es aún más minimalista. Se centra en las acciones, en el verbo, y muestra una vez más esa forma de hacer poesía con la prosa; sin necesidad de acrobacias ni excesos.
Novela corta o relato largo que no llega a las 100 páginas (en realidad a penas son 70-75 si le quitamos las páginas en blanco) de fácil lectura por su narrativa aunque algo pesada en alguno de sus "mini capítulos" por reiterativa. De argumento y ambientación originales pero algo simple en su desarrollo. Con un final impactante. Muy impactante. Buena lectura pero para mi gusto peor que Plop.
Subte es un ejercicio literario bastante interesante, se nota el trasfondo histriónico del autor, la forma en que narra, en que ahorra las palabras y dice tanto, nos cuenta un pasaje en la vida de una sola persona, que nos dice mucho pero sabe tan poco. Nos podemos ir por la lectura fácil y sencilla de la crítica social y la alegoría de la maternidad como lucha, el cómo es vista la reproducción y los roles según las distintos grupos sociales, a veces más cercanos de lo que sabemos o nos dicen.
Creo que el aporte realmente más grande y que va más allá de la narrativa de las instalaciones del tren subterraneo argentino en un mundo post apocalíptico, es la forma en que se expresa, con pocas y contadas palabras, las precisas.
Una de mis grandes críticas a los autores latinoamericanos es la tendencia a sobre adornar y saturar su prosa, sobre todo aquellos que se enfocan en ser "escritores serios". Este tiene toda la seriedad, arma una novela breve pero con la extensión y profundidad necesaria. Ciertamente te deja con ganas de más, pero, ¿no es eso lo que pasa con las buenas historias sin importar su extensión?.
Quedo sumamente impresionado, no es un libro perfecto pero no quiere serlo, ahorra palabras, entras en la pobreza de esa sociedad en todos los sentidos, da un mensaje sobre maternidad y muchos otros factores, una sorpresa bastante agradable y espero poder en algún momento leer alguno de sus otros libros, son muy pocos, 3 creo ya que lamentablemente el autor nos abandonó antes de tiempo.
Recomendado para quienes disfruten las historias post apocalípticas tipo "La carretera", un ambiente bien logrado donde por fuerza de la trama y del contexto, lo importante es decir lo necesario y nada más.
Un libro muy corto, apenas 90 páginas que me ha fascinado sobre todo por el estilo narrativo que , aunque propio del autor, aquí configura la trama tanto como la historia en sí. Aunque "Plop" me gustó más éste también es buenísimo, diferente, brutal!. La muerte del autor tras tan solo tres libros es triste , me quedo con ganas de muchos más…
Los sobrevivientes viven en la red del subterráneo pues la luz del sol está envenenada. Así que se iluminan apenas con los rayos que entran pero que hay que evitar. En esa civilización se han desarrollado unas reglas de convivencia extremas, por lo complejo y por lo crueles. Esto es lo más flojo de la historia, cuesta creer que con tanta precariedad y dificultades que pasan para no morir tengan sentido esas normas. En fin, una mujer embarazada cae a los pasadizos de absoluta oscuridad donde viven sin luz y también tienen una cultura compleja, absurda e incompatible con sus problemas de supervivencia. Pero logra ascender y dar a luz al volver a su tribu. Y en el final el relator logra algo inesperado: recrea la maravilla de la maternidad. El gozo inefable de dar a luz a una criatura viva y alimentarla con el propio cuerpo. Todo muy breve.
Resulta que este libro es la tercera parte de una trilogía, y yo sin enterarme hasta seis meses después de leerlo. La historia es breve y angustiosa, además de sucia y oscura, pero también es tierna. Se ubica en un mundo post apocalíptico (del apocalipsis no sabemos nada en absoluto ni falta que hace) donde la vida en las vías del metro (Subte, en argentina) ha hecho desarrollar una cultura propia y bastante terrible a sus habitantes. Poco a poco, página a página, se van desvelando aspectos de esta cultura subterránea, encajando las piezas de un puzzle bastante dramático.
Se lee de un tirón con una mueca en la boca. Muy recomendable.
Una técnica y estilo minimalista muy perfeccionado. Un auténtico autor de culto, no entiendo la falta de material crítico y académico alrededor de su trilogía de la destrucción de la cultura, es una maravilla. Ojalá salieran las tres novelas en un solo volúmen con información biográfica.
“No, ahora no, duerma mi criatura, duerma. Déjela a mamá que está ocupada, que tiene que sobrevivir, para que pueda nacer, para que pueda ser hija, para que mami le pueda pasar el alma con su cuchillo”
Proc corre. Corre con su panza gigante de embarazada. Corre alejándose de la jauría de lobos que busca alimentarse de ella, del contenido de su vientre materno. Y Proc cae. Cae en un pozo que la traslada a un nuevo mundo subterráneo de oscuridad y rieles herrumbrados por el tiempo.
Subte es la última nouvelle escrita por el autor argentino Rafael Pinedo (1954-2006). La presente edición reseñada es la de la editorial española Salto De Página del 2012. Actualmente en Argentina se consigue en librerías la de Interzona, que incluye además Frío y el relato Laberinto.
Subte es una breve novela con el sello de estilo de Pinedo, poéticamente cruda y visceral. Una fábula postapocalíptica sobre la maternidad y las relaciones humanas, contada desde la mirada de Proc, esta especie de Alicia que llegó a un nuevo mundo a través de un agujero en el piso, en dónde para sobrevivir es más importante escuchar, sentir y oler que hablar o ver.
Si son lectores que no se rasgan las vestiduras por leer algo que no es políticamente correcto y que desafía las convenciones, no dejen de asomarse al mundo de Pinedo. Breve, intenso y totalmente genial.
tan cortito pero tan potente. la longitud de las frases y los capítulos también son cortas, y creo que ahí radica la fuerza del relato.
una especie de distopía-ficción especulativa donde una mujer con 8 meses de embarazo se pierde en la oscuridad de la línea del subte (no hay electricidad) mientras escapa de una jauría de lobos hambrientos. la historia es sobre lo que ocurre luego de lograr escapar.
no hay certeza de cuánto tiempo pasa en el relato, no hay nada conocido. el relato se construye a partir de los sentidos a excepción de la vista, porque hay una oscuridad total. el olor, el tacto, y sobre todo el oido son los protagonistas de la historia, todo se transmite a partir de esos elementos.
interesante también la perspectiva sobre las “tribus” y lo que la tradición puede llegar a hacer.
El último tramo en la trilogía de Pinedo. No he leído la novela que intermedia ésta y Plop, pero puedo decir que fácilmente ésta es la más opresora y frustrante de ambas. Ahí en donde Plop tenía su jolgorio y recreación amoral, Subte guarda asquerosidades cada vez más desafortunadas como la entomofágica sociedad de ciegos del segundo sótano del subsuelo y sus inválidos que usan fémures para contar el tiempo. La novela es corta, casi la extensión de un cuento y funciona como la ventana a la estratificación de diferentes nichos de la sociedad post-apocalíptica del futuro nuclear. Este es "el peor de los casos". No dudo que si Pinedo hubiera vivido más, nos hubiera regalado otro texto, con otra visión aún más oscura de cómo los humanos podríamos sobrevivir en situaciones m��s que adversas. Apenas y puedo imaginar qué podría ser peor que esto.
Última obra del argentino, desgraciadamente, porque su estilo eléctrico y punzante es adictivo. Espectacular, la peor de las 3 pero entendible (dado que la terminaron postumamente). Escritor de la san puta, incluso así es espectacular y atrapante.
Gran trilogía escribió Pinedo, las tres historias me parecieron muy buenas, muy finas, desoladoras, pero con gracia. Lástima que no hay nada más para leer de él.
Novela final (y póstuma) de Rafael Pinedo, que completa su "trilogía sobre la destrucción de la cultura". Breve, concisa, con el clásico estilo del autor. La oscuridad, la visión, la ceguera, el oído, la sordera, las amistades y los tabúes sociales, todo tiene su lugar exacto en este mundo subterráneo y apocalíptico. Pero por sobre todo es una novela sobre la historia, sobre la transmisión de cultura de una generación a la otra, sobre la maternidad y el amor (hacia un hombre, una mujer, un niño, un animal, un objeto). Quizás la novela más "femenina" de las tres de Pinedo, si bien no llega al nivel de PLOP (FRÍO tampoco lo hace) es un muy buen texto, disfrutable, atrapante y que deja reflexiones profundas en la mente de quien lo lee.
La última entrega de la Trilogía sobre la deshumanización de la Cultura. Aunque con una prosa algo deslavazada, la historia es suficientemente descarnada e incisiva como para querer ir a buscar los dos libros anteriores.
Una ya presiente qué extremo es eso de sobrevivir y cómo las madres son las que lucharán siempre con uñas y dientes, aunque deban sacrificarlo todo -a veces hasta ellas mismas-.