«Un libro alucinante. Un desafío a la vez que una bofetada. Vallejo se desgarra al escribir, y nos desgarra y nos alucina.» (Alberto Aguirre, El Mundo)
«La más violenta andanada que se ha escrito contra Colombia pero a la vez un emocionado grito de independencia y rebeldía y, ¿por qué no decirlo?, de amor también.» (Nicolás Suescún, Revista Diners)
«Una voz cuyas disonancias deslumbrantes nos recuerdan las espléndidas imprecaciones de los Cantos de Maldoror y su deificación de la adolescencia.» (Claude Michel Cluny, Le Figaro Littéraire)
«Una prosa de bellezas sombrías. Una novela de un barroco deslumbrante.» (Pascale Haubruge, Le Soir)
«Relato desmesurado y blasfemo. Una mirada de lucidez y delirio en un país al borde del cataclismo.» (Hugo Marsan, Ex Aequo)
Fernando Vallejo Rendón (born 1942 in Medellín, Colombia) is a novelist, filmmaker and essayist, born in Colombia. He obtained Mexican nationality in 2007.
Vallejo was born and raised in Medellín, though he left his hometown early in life. He started studies in Philosophy at the National University of Colombia in Bogotá, but after one year he abandoned the Faculty of Philosophy and Letters. Soon after he began new studies on biology at the Universidad Javeriana in Bogotá, which he finished. Then he spent one year in Italy at the film academy Cinecittá, where he obtained basic notions on cinema.
Vallejo then returned to Colombia with the project of filmmaking. Yet after difficulties with the Colombian Government in producing and, after he produced it, in presenting his first film (it was censored), he decided to leave his country.[citation needed]
In Mexico he produced and distributed three films about the violence in Colombia. He also wrote an award-winning children's theater script, "El reino misterioso o Tomás y las abejas." He has been living in Mexico since 1971, where he not only produced his cinematographic pieces, but also the whole of his literary work. Despite time spent in other locales, mainly Europe and the United States, most of his novels take place in Colombia. Some of his themes are grammar, biology, philosophy, physics, violence, pederasty, adolescence, drugs, death and politics, mostly related to places such as Antioquia and Medellín; yet his main theme is his life. His books are written in first person, in an autobiographical style.
His best-known novel, La virgen de los sicarios, has been translated into English as Our Lady of the Assassins. It deals with his fictionalized return to Medellín, and his relationships with two teenagers caught in the local cycle of violence. The autobiographical/fiction La virgen de los sicarios was made into a full feature film in 2000 and released in the United States as Our Lady of the Assassins.
In 2003, Colombian filmmaker Luis Ospina made a feature-length documentary about him: "La desazón suprema: retrato incesante de Fernando Vallejo ("The Supreme Uneasiness: Incessant Portrait of Fernando Vallejo").
In April 2007, Vallejo obtained Mexican citizenship and published a letter in which he publicly renounced his Colombian nationality. The letter presents the reasons for his decision by mentioning several incidents during his career, among them the recent reelection of President Uribe, that eventually led him to this decision.[1]
Hace poco menos de un año, Salomé y yo descubrimos a Vallejo. No como se descubre aquello que no se sabe que existe sino como se descubre aquello que no se sabe que brilla. El fuego secreto es, creo, mi tercera lectura del autor; y digo creo porque podría ser la primera como podría ser la vigésima. Leer a Vallejo se siente como leer a Vallejo y entre un libro y otro no vale la pena trazar delimitaciones pendejas. El libro, el segundo del ciclo autobiográfico del autor que yo he venido leyendo en desorden, es, como siempre ha sido y como he sabido que es desde nuestro descubrimiento, delicioso y descarado. Es bello y es terrible. Cuenta mil historias y no habla de nada. Es la vida que simplemente acontece.
Vaya sorpresa de libro. Enredadamente narrado, como ha de ser la cabeza de Vallejo, con historias no lineales (como se cuentan las mejores historias), El Fuego Secreto es un libro lleno de episodios históricos sin importancia, que rodean momentos marcantes del autor, en una adolescencia llena de vida y narrada desde una adultez llena de melancolía. Melancolía esta no de la gringa, de la sutil, sino de la berraca, con B, y de la hijueputa, porque es melancolía colombiana: Con descaros, carcajadas, rencores, sueños, acentos y colores de pueblo de una Colombia que ya no existe, porque es ahora también una adulta melancólica.
"La literatura es así, e igual la vida: uno no es, ni vive, ni escribe lo que quiere, sino lo que puede" (Vallejo, El fuego secreto, Ed. Planeta, Pág. 187).
"El fuego secreto" es la segunda parte de la serie de libros que constituyen "Los ríos del tiempo", la furibunda y a la par tierna visión novelada de la vida del propio Vallejo. En este caso, su relato se centra en los días de su juventud, en esos más o menos 20 años en los que la fiesta, la marihuana y el sexo son recurrentes. Aunque no tan lúcida como "Los días azules"-la escritura resulta menos depurada, como si de una remembranza con un carácter mucho más individual se tratase-, "El fuego secreto" presenta la receta clásica de Vallejo: el recuerdo que brinca temporalmente, que se imbrica en un pasado que se rememora y que no necesariamente le corresponde, una reflexión sobre el destino, sobre aquello que la vida ha hecho de uno; además de la ya habitual condena de lo infame que puede ser Colombia.
Ahora bien, los afectos narrativos cambian: en la primera entrega de la serie, Vallejo desprende ternura y amor. Es el recuerdo de los mejores días, de la niñez que conoce un mundo que ya no existe, que se ha ido, que sólo perdura en las paredes de la memoria. En "El fuego secreto", aunque buena parte de los escenarios del recuerdo no existen, el desasosiego y la desidia por ese pasado disoluto- y no siempre feliz- hace que la sátira se desparrame en cada hoja. En ciertos momentos, el libro no puede hacer más que reírse de la tragedia, del destino que se cumple sin resistencia alguna. El personaje, en este sentido, se encuentra arrojado sin conflictos a lo que la vida le depare: su condición de opresión-el hecho de ser gay en una sociedad increíblemente conservadora- lo condena a vivir en los márgenes, en esa noche eterna en la que el deseo se vuelve voluntad que esclaviza, que no redime. A pesar de ello, el relato no es para nada lastimero- Vallejo no se lo permite: siempre habla con altivez y orgullo, desde arriba, admirando el pasado que no existe y que, a sus ojos, siempre fue mejor; además de tenerlo como principal protagonista-; por el contrario, la risa surge en el instante más atrabiliario, cuando más miseria se respira y narra.
“... para ser Marica hay que ser rico porque los muchachos cuestan mucho, quitan tiempo y no dejan trabajar. De lo demás olvídese que la vejez empareja...”
Es un libro muy divertido de leer y con unas experiencias vividas muy divertidas y nostálgicas de leer. Me perdía a veces en la lectura porque eran términos muy teológicos pero lo disfruté muchísimo ♥️ Sí te sientes identificado con vivencias de juventud homosexuales, borracheras y locuras de juventud es un libro a leer.
Una supuesta autobiografía que no habla ni de fechas ni de personajes. Una supuesta historia que no menciona nada más que Bogotá o sinónimos cada 3 palabras. Me entusiasmaba leerlo por el tema LGBT pero aquí no hay más que un autor gay burlándose y menospreciando gays. El libro es mega aburrido y la verdad es que sí me encontré con 2 opiniones buenas que me hicieron desear que avanzando en el libro encontraría algo tan bueno como esas 2, pero no pasó y no creo que pase.
Las propias reseñas que he leído son iguales al libro, quieren jugar con el lenguaje pero terminan diciendo nada. Eso sí, el autor me hizo entender y amar que los libros tengan separación por capítulos y puntos y aparte.
Vallejo es un deleite. Su escritura plagada de arcaismos, de acidez, de pesimismo y de tirria al poder y la institucionalidad es bellísima. De Vallejo aprecio la cabalidad y la franqueza, y admiro su tratamiento de la nostalgia. Esta novela tiene una de las aproximaciones a la familia más hermosas que me he cruzado, el yo ficcional sabe y comprende lo que es ser nieto y hermano, y se conduele de los suyos –de la vida que llevan, de que están vivos y sufren–. No sé si este haya sido el libro más adecuado para empezar con el autor, pero disfruté muchos de los fragmentos (sobre todo de la primera parte) a la par que denosté y pasé sobre páginas y páginas con hastío, sin paz, abrumado. De lo fragmentada que está la novela, uno se pierde en el laberinto de la memoria que Fernando quiere deshacer y diluir. Y la novela es un torbellino, forma cruces, sube laderas, de aquí a allá como los trayectos de Vallejo en su moto y en su Studebaker. A pesar de todo fue precioso perderme en esta prosa boquisucia y pristina. Y viva Manolito.
Un peu indigeste car le protagoniste se retrouve parfois en état de décompensation, parfois sous l’effet de drogue, parfois sonné sous les coups de la violence que l’on vit dans le quotidien colombien.
Effectivement, dans les années 90, la Colombie était parmi les 3 premiers pays les plus violents de la planète. Aujourd’hui, vers 2025, elle s’en sort, heureusement pour les habitants, bien mieux.
Si vous aimez ce genre de lecture soutenue et « psychiadélique », je vous propose plutôt un roman plus récent du même auteur, que j’ai préféré, soit La conjura contra Porky (2023).
Leer este libro fue muy complejo porque es el primero que leo de Vallejo y no sabia nada de su narrativa, sin embargo, viendo los review de muchos, el sentimiento es el mismo y me tranquiliza al saber que no estoy loco. No se trata de querer entender, quitar el esfuerzo por encontrar y seguir una novela convencional porque no lo es, se trata de dejarse llevar por su escritura y poco a poco ir tomando todas esas narraciones y dándoles el lugar que Fernando seguro quería transmitir.
Bello y nostálgico libro, el segundo de esa bella serie de ríos del tiempo de tintes autobiográficos para el autor. Hay una narración fluida, también dispersa como el pensamiento, pero que muestra parte del talento del escritor en la narración y el uso del lenguaje. No es mi favorito de la serie.
“…Es una explosión seca, rojiza, que libera en mil pedazos de las oscuridades interiores la locura. Capsulitas rojas, redondeadas, alargadas, que se van como torpedos suicidas japoneses por los capilares al gran torrente de la sangre, a velocidad endemoniada, y por el gran torrente al alma. ¡Y vuela el acorazado! Adiós moral antigua, adiós padre, adiós madre, adiós patria, adiós casa, hechos añicos todos, polvo, pulverizados. ¡Yo soy yo y al diablo mis circunstancias! Si el seconal se pasa con aguardiente, la explosión de multiplica por mil. Y si luego se refina con marihuana, ya no alcanza el sistema decimal para medir, hay que pasar al megatón.”
"El hachís cómplice dilata el tiempo: lo infla como infla un niño al final de un tubito una bomba de jabón. La bomba se va yendo con su fragilidad por el aire y al cabo estalla."
"Y ahí vamos por la vida sobre la cuerda floja, a un paso siempre de caer, por la derecha o por la izquierda, al mismo despeñadero."
"Al que está en guerra con el mundo porque no está en paz consigo mismo hay que aflojarle el yo obstinado."
"No sé por qué ha de ver el hombre tan confuso lo claro. Bueno, digo yo, yo que veo desde la orilla pataleando al ahogado."
"Y en el acto se me detuvo el tiempo: hasta entonces había vivido para vivir; en adelante creo que he vivido para recordar."
“Amigo mío, qué pena me da oírlo hablar de esa manera, como un arcaico, como un fanático. ¿Rectitud y honradez en tiempos de revolución? Tan viejo y tan ingenuo… Hombre, piense, recapacite. Si por una apreciación errada de la realidad ha vivido equivocadamente, haga acto de contrición que mientras uno vive todavía hay tiempo. No sea tonto, hágase nombrar. Y valorice el puesto. Cobre peaje. De aquí, de mi escritorio, no sale documento con firma impunemente. Vale tanto, y mañana vale más, y si no le sirve así se jode usted, que yo puedo esperar: monto las patas sobre el escritorio y oigo cantar el teléfono mientras cobro mi quincena. ‘El doctor no está’, contesta mi secretaria: ‘Él está en junta con el ministro’. O con el presidente si ya el ministro es usted. ¿Por qué no, si también lo fue el doctor Turbay? Y ya que sea ministro suba más, súbase al solio de Bolivar, que al fin no está tan alto si también en él se encaramó el doctor Turbay. Ya instalado ahí, entonces sí que se va a rascar la barriga. Nombre y reparta y que le den con la misma generosidad. Y al pueblo hoy dígale que la moneda está muy firme, justo la que mañana se devaluó. Con tanta presión del imperialismo internacional… Mienta que sólo la mentira es firme, sólo la mentira es sabia. La verdad, necia y cambiante, da visos como el terciopelo según le pegue la luz del sol. Tan relativa y efímera la pobre… Respecto al dinero que recoja, fúndalo en barras de oro y guárdelas en cajas, o mejor, cajones grandes de seguridad. Pero fuera del país, lo más fuera que pueda en el extranjero, ojalá en un banco de Marte o de la galaxia exterior. Y si abre cuentas en ese banco que no sean a su nombre: a los de su mujer, su querida, su hermano, sus hijos… ¿O qué? ¿Va dejar aguantar necesidades a algún familiar del santo? Viva y deje vivir, robe y deje robar, y no se amargue, no sea reaccionario."
�Un libro alucinante. Un desaf�o a la vez que una bofetada. Vallejo se desgarra al escribir, y nos desgarra y nos alucina.� (Alberto Aguirre, El Mundo) �La m�s violenta andanada que se ha escrito contra Colombia pero a la vez un emocionado grito de independencia y rebeld�a y, �por qu� no decirlo?, de amor tambi�n.� (Nicol�s Suesc�n, Revista Diners) �Una voz cuyas disonancias deslumbrantes nos recuerdan las espl�ndidas imprecaciones de los Cantos de Maldoror y su deificaci�n de la adolescencia.� (Claude Michel Cluny, Le Figaro Litt�raire) �Una prosa de bellezas sombr�as. Una novela de un barroco deslumbrante.� (Pascale Haubruge, Le Soir) �Relato desmesurado y blasfemo. Una mirada de lucidez y delirio en un pa�s al borde del cataclismo.� (Hugo Marsan, Ex Aequo)
"La sardina, ay, por desventura, y ésta es una suprema verdad teológica, sólo vive diecisiete años, tras de lo cual muda: cambia su armadura de magia, su ropaje de ensueño, y se transforma en un ser cotidiano, proyecto del hombre pedestre y bípedo, respetable señor de traje y corbata, trabajo en el banco, honorable señora, saludable barriga, cuatro o siete mocosos berrietas y un televisor. Es el proceso de metamorfosis de la oruga en mariposa al revés. La mariposa pierde sus alas, baja del cielo, y se arrastra por la prosaica realidad como pegajoso gusano. Pero que no espere quien tiene los oídos sordos, los ojos ciegos, comprender de qué estoy hablando. Le soplaría la inmensidad en la cara, le susurraría el enigma, y nada entenderá."
Este libro transcurre en medio de bares, cantinas y apartamentos de hombres. En él Fernando Vallejo devela su homosexualidad y narra cómo descubre su atracción por los otros hombres. La narración es vigorosa, ágil, rápida y llena de sarcasmo, pues en una sociedad tan paca el reconocer abiertamente sus inclinaciones sexuales es tomado por muchos como una aberración. Este libro también está marcado por la música: los boleros, las canciones de cantina con las que él enamora o se deja enamorar de sus muchachos.
La juventud cruda de un existencialista extremo homosexual, le sirve de plataforma al autor para plantear criticas muy interesantes a la sociedad paisa siempre mojigata y ultra conservadora. Vallejo como siempre con su punzante irreverencia entretiene y entristece , interroga y resuelve. Me agrada mucho la sinceridad que plasma en sus obras
No hay infinitos caminos, eminentes doctores, s��lo hay un camino ��nico para cada qui��n, y aunque so��emos que da curvas, que vuelve atr��s, que lo podemos desviar, avanza recto, sin una sola encrucijada de elecci��n.