En CAMINO DE PERFECCIÓN (1902), el protagonista, Fernando Ossorio, un joven de espíritu confuso y atormentado, cuyas experiencias vitales han estado siempre ligadas a la muerte, emprende un viaje purificador, desde Madrid hasta Levante, durante el cual intenta superar sus desequilibrios anímicos y su indolencia, orientarse hacia la voluntad y la acción y recuperar el perdido contacto con la naturaleza. En esta novela tocada de misticismo y en la que se reiteran los contrastes entre vida y muerte, entre amor divino y humano y entre religiosidad y energía vital, Pío Baroja (1872-1956) trazó, en la línea de las inquietudes regeneracionistas de los escritores más beligerantes de la época, una visión crítica de la realidad española, tanto de las clases madrileñas acomodadas como del mundo rural.
Pío Baroja y Nessi (1872-1956) nació en San Sebastián y vivió durante casi toda su vida en Madrid, donde estudió Medicina. Su ejercicio como médico fue breve, en Cestona. Volvió a Madrid, donde entró en contacto con Azorín y Maeztu, que le llevaron a entregarse a la literatura, su gran vocación. Publicó sus primeros libros en 1900 tras una serie de colaboraciones en diarios y revistas. Siguió una etapa de intensa labor que conjugó con viajes por España y Europa. En 1911 publicó El árbol de la ciencia. Hasta entonces había publicado ya, además de cuentos, artículos y ensayos, diecisiete novelas que constituyen lo más importante de su producción. Su fama se consolidó y su vida se consagró a escribir, volviéndose cada vez más sedentaria. En 1935 ingresó en la Real Academia. Durante la Guerra Civil pasó a Francia, pero en 1940 se instaló de nuevo en Madrid. Murió en 1956. Pío Baroja fue el más importante novelista contemporáneo por sus extraordinarias dotes de narrador. Su influencia posterior ha sido enorme y los novelistas de la posguerra siempre le reconocieron como su maestro. Fue un escritor fecundísimo. Sus novelas son más de sesenta. Él mismo agrupó muchas de sus novelas en trilogías (34), pero estas clasificaciones, con alguna excepción, frecuentemente carecen de relación entre las obras que las integran. Hay que destacar las distintas trilogías:
- «Tierra vasca», formada por La casa de Aizgorri (1900), El nayorazgo de Labraz (1903) y Zalacaín, el aventurero (1909). Esta última es un ejemplo de la novela de acción de Baroja. Narra, animada y ágilmente, la vida del vasco Martín Zalacaín: su infancia y aprendizaje para la vida, las trepidantes aventuras de contrabandista, su antagonismo con Carlos Ohando, el amor y la muerte trágica, todavía joven, y el halo de héroe popular creado en torno suyo. - «La lucha por la vida»: La busca (1904), Mala hierba (1904) y Aurora roja (1905). La primera es para muchos la obra más intensa del autor: cuenta la historia de un muchacho, Manuel, que, venido de un pueblo a Madrid, va pasando por diversos ambientes y oficios hasta terminar en los suburbios de la ciudad, entre mendigos, golfos y vagos, al borde de la delincuencia. Baroja, con intención social testimonial, pinta descarnada y sombríamente, las clases medias bajas y, particularmente, los estratos más miserables de la sociedad madrileña de finales y comienzos de siglo: cuadros de ambiente, tipos de toda calaña —pícaros, prostitutas, criminales, proletarios— , la mendicidad y la miseria; y en medio, Manuel, que por su falta de voluntad y por la total desorganización social, se va degradando cada vez más, aunque no definitivamente, en la difícil lucha por la vida. - «La raza», a la que pertenecen El árbol de la ciencia, La dama errante y La ciudad de la niebla. El árbol de la ciencia es una novela típicamente noventayochista, en cuanto que refleja la crisis existencialista vital del inadaptado protagonista, Andrés Hurtado, sus disquisiciones pesimistas, las dolorosas experiencias que le conducen al suicidio, le dan pie a Baroja para realizar una feroz crítica de la sociedad española de su tiempo. En esta novela hay abundantes aspectos de la vida del propio Baroja.
Además escribió cuentos, novelas cortas, libros de viajes, biografías, ensayos… Resultan también destacables sus memorias, tituladas Desde la última vuelta del camino, siete volúmenes que constituyen un importante testimonio de la personalidad del autor y un excepcional panorama de toda una época.
Alejarse de aquello que corrompe o aniquila los instintos naturales. Alejarse de la intelectualidad, de las ideas tristes, de la superstición, de lo religioso, del dogma, de lo excesivamente alambricado. Abrazar el placer sencillo, lo natural. Abrazar la costumbre. La serenidad inefable. Ese es el camino de perfección de Pío Baroja.
Scritto nel 1901, La via della perfezione è uno dei primi romanzi di Pío Baroja, scrittore basco associato a quella che viene chiamata Generazione del 1898, nome con cui si identificano scrittori e poeti profondamente colpiti e influenzati dalla crisi morale, sociale e politica della Spagna (il 1898, per chi non lo sapesse, è l'anno in cui la Spagna ha perso le sue ultime colonie d'oltremare, cosa ne sia scaturito ve lo lascio immagine). In questo volumetto di sessanta brevi capitoli, Baroja ci racconta dei tormenti del giovane Fernando Ossorio, ragazzo di buona famiglia ma dall'animo irrequieto, che lascia improvvisamente la sua vita agiata di Madrid per intraprendere una sorta di "pellegrinaggio" nel cuore aspro della Castiglia per trovare una risposta ai dubbi che lo attanagliano.
Questo è il secondo romanzo di Baroja che leggo, ma se El árbol de la ciencia mi aveva profondamente colpita per il suo pessimismo, questo non mi ha lasciato nulla se non un senso di inaspettata delusione. Baroja non risparmia critiche a nessuno, né alla società dabbene né alla chiesa, ma dopo un inizio che sembrava promettere bene, il viaggio di Fernando si rivela una descrizione di paesaggi e natura varia intervallata da qualche riflessione di tipo mistico-spirituale buttata qua e là, anche se con criterio. Da questo viaggio mi sarei aspettata un ritmo e dei toni più serrati, invece la mia attenzione è calata notevolmente e le descrizioni (troppe) dei paesaggi castigliani hanno finito col far venire a me una crisi esistenziale. Tutte le buone premesse iniziali sono andate scemando man mano che Fernando si muoveva per strade e paesi spagnoli ed è andata avanti fino alla fine, che mi ha lasciata indifferente e mi ha fatto tirare un sospiro di sollievo al pensiero di non dover più avere tra le mani questo volumetto. Un peccato, ripeto, perché qua e là ci sono riflessioni interessanti su cui soffermarsi, ma l'insieme è così fiacco da far perdere la voglia di star dietro ai tormenti e ai pensieri di Fernando. Più di due stelle, che ne valgono due e mezzo, non posso proprio dare. Mi andrà meglio la prossima volta. Ojalá.
Camino de perfección y La voluntad son novelas hermanas, publicadas el mismo año. Por esto, y porque las he tenido que leer para clase al mismo momento, se me ha hecho imposible no establecer comparaciones entre las dos.
Baroja decide mostrar una historia episódica, centrada en los momentos de "accion" (si a eso se le puede llamar acción) y evolución de Fernando Ossorio, un señor histérico que busca renegar de la reflexión, el arte y la escritura, que le amargan la vida.
Honestamente, esta historia es aburridísima. Tiene ciertos momentos de casi humor, pero en general todo lo que pasa es mínimo y el final es una mierda. Le doy 2 estrellas porque por lo menos Ossorio mira cuadros chulos.
me ha gustado especialmente el final y siento que yo también he hecho el viaje con el protagonista pero hubiese preferido más reflexiones filosóficas y menos descripciones de paisajes
Otra joya del maestro Baroja. El libro narra las andanzas por los pueblos de la Espana de finales del XIX del joven Fernando Ossorio, y su busqueda del significado de la vida. Temas centrales del libro son la critica al estado decadente de la sociedad espanola del momento, ataque a la religion cristiana y la influencia negativa que ejerce sobre los espanoles,asi como un hondo existencialismo que guia el devenir del personaje. El alejarse de la superficialidad de la clase media madrilena; el encuentro con la naturaleza; la exploracion de las ideas nietzscheanas del momento; el descubrimiento del valor de la familia y el amor ayudan a Fernando a encontrar su catarsis salvadora. Le otorgo a la obra cuatro estrellas y no cinco, ya que creo que otras obras posteriores del autor son superiores y muestran mayor sofisticacion(la Busca; El Arbol de la ciencia). En cualquier caso, Camino de perfeccion ofrece al amante de Baroja e interesado en los temas recurrentes de su obra una lectura con un ritmo inmaculado , de agradable simpleza en su forma y pristina simplicidad en su mensaje.
Las cuestiones que plantea Pío Baroja en esta novela son absolutamente modernas y actuales. Aunque la historia se sitúe en un tiempo pasado, la psicología de los personajes, el debate ideológico y existencial está plenamente vigente. La época en la que se sitúa la acción es muy interesante para los lectores interesados en la historia o la antropología, ya que nos transporta a Madrid, Castilla y País Valenciano de hace cien años. La prosa de Baroja es soberbia: mezcla descripciones pictóricas con toques líricos con rápidos retratos psicológicos y recrea como pocos escritores la sensación de que lo que narra está vivo. Es una novela para leer con calma, disfrutando del viaje del protagonista y los parajes donde recala.
This is a realistic, picturesque novel written in 1902 in the mode of Galdos but a lot more disparaging of religion to the extent that it was heavily censored at the time (so more like Zola in that regard). Fernando Ossorio is a twenty-something wondering about his life and he decides to leave home in Madrid and experience life heading on a roundabout journey towards Toledo. The novel is very descriptive of the landscape, the people and the times. The main tale is framed by a section of first-person perspective. There are wayward priests, allusions to lesbianism, unmarried liaisons. Ultimately, it’s a rite of passage story with loves and loss of faith.
This version has parallel text and unabridged and it includes notes indicating censored sections and why – very interesting.
“It was a mummified Christ, which seemed to have been resurrected from among the dead, with its flesh and bones and hair borrowed from others”
“A man couples with a woman with darkness in his soul, fearful, as if sex were a shame or a crime, and the woman, indifferent, without any desire to please, receives the man upon her body and begets children, without love and without pleasure, thinking perhaps of the torments of hell with which the priest has threatened her, bequeathing to the seed that is being created her own barbaric feeling of sin”
Me ha parecido un libro muy interesante. Creo que lo que más me ha gustado ha sido el clímax de la historia, o al menos lo que yo consideraría el clímax: el momento en el que Fernando decide educar a su hijo lejos de la religión. Que a esto le siga el anticlímax de la abuela cosiéndole la página del evangelio a la faja del niño me pareció una forma inteligentísima de demostrar el pesimismo que tiene toda esta generación respecto a la posibilidad del cambio, como dijo mi profesor cuando hablaba de ellos. Me parece un ejemplo que representa muy bien este motivo.
Todo el uso de la naturaleza como vida frente a la religión como muerte me pareció muy notable en la novela, y probablemente lo que más me gustó de ella.
Me parece curioso ese fragmento de varios capítulos en los que Fernando toma la voz narradora, al hablar del intimismo que va formando con su familia, con Dolores, y con el propio pueblo, ya que crea esa sensación de discurso directo y de genuinidad que debe en un fragmento como este.
Es el primer libro de Baroja que leo, y no me ha decepcionado para nada.
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Quien a estas alturas no sepa cuánto de embrutecedor tiene la religión católica hará bien en leer esta novela, aunque debería hacerlo —paradójicamente— con la disposición de quien va a unos ejercicios espirituales: sabiendo que pueden ser unas horas áridas (o no) pero confiando en que a su término obtenga alguna iluminación. El protagonista, joven rentista desocupado, recorre Castilla la Mancha de punta a punta tratando honestamente de creer en Dios y buscando cierta trascendencia, pero en sus lecturas y en sus conversaciones sólo encuentra superstición, obcecación, estupidez e hipocresía. Abundan las descripciones del paisaje castellano, en general poco funcionales y de interés irregular, aunque obviamente el paisaje pesa mucho en la evolución interior del personaje. El final —no desvelo nada— es de un vitalismo infrecuente en Baroja (aunque la última frase cierre la novela con un deje irónico).
"Camino de perfección" – Pío Baroja Entre las muchas novelas de Baroja, Camino de perfección destaca por ser una de las más personales y existencialistas. Su protagonista, Fernando Ossorio, es un joven que busca un sentido en su vida, pero lo único que encuentra es el desencanto y la sensación de estar fuera de lugar en un mundo absurdo.
Baroja no se preocupa por la trama en el sentido tradicional, sino que nos sumerge en un viaje interior, una exploración del alma de un hombre que no encuentra su sitio. La novela tiene el tono pesimista y nihilista característico del autor, pero también está llena de observaciones agudas sobre la sociedad española de su tiempo.
La prosa de Baroja es sencilla y directa, sin adornos innecesarios, lo que hace que su mensaje llegue con una claridad demoledora. Una obra que, sin ser la más conocida del autor, encapsula a la perfección su visión de la vida y su desencanto con el mundo.
Me han sorprendido gratamente las descripciones de la novela. Tanto las de los pueblos, como las de los paisajes. Lo que menos me ha gustado ha sido el cambio de narrador brusco del principio que empieza como un narrador testigo y luego pasa a la tercera persona para después cambiar a primera persona durante unos capítulos y acabar como narrador en tercera persona. De hecho empieza muy interesante, con el narrador describiendo las rarezas y el nihilismo del protagonista y después se vuelve una novela de viajes y de búsqueda interior. Queda clara la reactualización, con un punto de ironía, de los libros de los místicos del siglo de oro español. Y el final me ha encantado, me ha parecido muy creíble en la España de principios de siglo pasado con concomitancias con la actual.
Segunda entrega se la trilogía "La vida fantastica" en la que un joven, Fernando Ossorio, mortificación por su vida abulica y de pecado decide exiliarse de Madrid y recorrer varias ciudades manchegas como penitencia. Es a través del viaje como Fernando va comprendiendo a través de diversas experiencias, que la vida sencilla, el contacto con la Naturaleza y el auténtico amor suponen la cura de su espiritualidad rota. Libro de carácter más serio y reflexivo, con abundancia de descripciones que se corresponden con el estado anímico del protagonista.
Siento decirles a los barojianos que Pio Baroja se me hace pesado, muy pesado con sus interminables descripciones tan detalladas de los paisajes y demás cosas; aunque tras unas cuantas páginas aparece un diálogo con ideas interesantes la lectura de esta novela ha sido todo un esfuerzo. Hecho en falta en el mundo de Baroja lo cómico: demasiado drama, pesimismo, oscuridad, demasiada angustia y desorientación, excesivo.
Obra cumbre de la "generación del 98" española que critica la sociedad decadente de la época. No obstante, se trata de una lectura muy lenta con descripciones minuciosas que hacen que resulte pesada. Además, hay muchos personajes y puede resultar abrumador. Hay una progresión positiva del personaje, que está inteligentemente desarrollado.
Está guapo si eres de caminar por madrid y conoces los pueblos de alrededor, como que ves todo lo que dice y dices, en efecto, esto está aquí. Lo más chulo son los últimos capítulos. Me paró una señora en el metro y me dijo que hacía bien leyéndolo. No sé, señora, no sé.
el libro de las descripciones de paisajes españoles ™️ pero q bien lo hace el baroja que me siento como si estuviese en esos lugares ahi romantizando la vida
El libro es excelente en cuanto pone de manifiesto el sentir colectivo de la España finisecular del XIX y principios del XX. Tras la pérdida de las últimas colonias de ultramar, el efecto fue devastador a nivel moral: la abulia, la desesperanza, un sinsentido vital que afectó a muchos intelectuales.