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Y es que la felicidad de los unos choca con la felicidad de los otros y del choque sólo queda un reguero de cadáveres que se lleva el Cauca torrentoso, éste sí un río de verdad, no como el riachuelo inglés de aguas mansas, fatigadas.
Mi hermano el alcalde es la historia de un loco que cree en la vida y en el ser humano, contada por otro que no. En este libro burlón y desencantado un país entero se desmorona llevándose en su caída el sueño del paraíso.
Sátira feroz de la democracia en un tinglado de ilusiones, mentiras y traiciones, de almas en pena, muertos que votan y bandadas de loros que dicen verdades eternas con la concisión de Cioran. Retrato entrañable pero a la vez devastador de un personaje y un pueblo inolvidables.
144 pages, Paperback
First published January 1, 2007
Con los muertos lo que sí hay que hacer, una vez por cuaresma, es sacarlos a votar. Te lo agradecen mucho porque se orean.
Y sin embargo Támesis con sus casas de dos pisos de balcones de chambranas y sus tejados bermejos era un pueblo hermoso.
Colombia, mamita, no vas para ninguna parte. Eres un sueño vano, las ruinas de nada, un Támesis grande. El que te gobierna hoy es como el que te gobernaba ayer y como el que te gobernará mañana.
Aquí a uno, hombre, carajo, se le abre el alma.