Agosto de 1916: corren tiempos de tribulación en Antíbula; el monarca de este país ha sido asesinado ominosamente, la reina ha intentado huir de forma vergonzosa y se respiran en el ambiente aires de dictadura. Un extranjero un tanto misterioso llega a la hospedería del viejo Cuiña. La convulsión política -a la que no parece del todo ajeno- le arrastrará pronto al desastre, pero de sus amores furtivos con la joven hija del hospedero nacerá con el tiempo el protagonista y narrador de la novela. Considerado, por bastardo, como hijo del demonio, el niño parece, efectivamente, marcado por un invisible estigma que le hará crecer en medio de deslumbrantes descubrimientos y crueles decepciones. La miserable ferocidad del abuelo, la dulzura triste de la madre, el despertar de los sentidos o la felicidad que dan los libros serán los puntos de referencia de una vida que, como todas tal vez, sólo aspira a entender el caos que la rodea.
Fernando Aramburu Irigoyen nació el 4 de enero de 1959 en San Sebastián, Guipúzcoa, España. Es licenciado en filología hispánica por la Universidad de Zaragoza y desde 1985 reside en Alemania. Fue miembro del Grupo CLOC de Arte y Desarte. Considerado ya como uno de los narradores más destacados de su generación, es autor de tres libros de relatos: No ser no duele (1997), Los peces de la amargura (2006) y El vigilante del fiordo (2011), y de cinco novelas: Fuegos con limón (1996), Los ojos vacíos (2000), El trompetista del Utopía (2003), Bami sin sombra (2005) y Viaje con Clara por Alemania (2010), títulos que han sido distinguidos con el Premio Ramón Gómez de la Serna 1997, el Premio Euskadi 2001, el XI Premio Mario Vargas Llosa NH, el Dulce Chacón y el Premio Real Academia Española en 2008. Ha escrito también libros para niños, como Vida de un piojo llamado Matías (2004). Con Años lentos mereció el VII Premio Tusquets Editores de Novela.
La imaginación al poder. ¡Qué bien me lo paso leyendo a Aramburu! Me gusta por su soberbio manejo del idioma y porque se nota el aroma de los clásicos en su prosa; me gusta por la inteligencia con la que despliega su habilidad como narrador; pero sobre todo me gusta por la portentosa imaginación que derrocha para crear tramas y personajes que siempre tienen algo interesante que contar. Esta novela es la primera de la Trilogía de Antíbula, la primera que leo de la serie, pero es seguro que leeré también las otras dos. Espero que el protagonista-narrador reaparezca en alguna de ellas, pero si no es así, no me importa, porque estoy convencido de que Aramburu me llevará a conocer otros personajes igual de cautivadores. Estoy impaciente por ver qué pasa con Marivián, la niña Acfia Fenelina que se "enguña" con el joven protagonista; ¿triunfará la revolución colectivista del Guau-Guau y acabará así el régimen dictatorial del General Balzadón Vistavino?; ¿a qué saben los bartolillos de Jiuto?; ¿las sanizas son crustáceos o moluscos? ... Novela sobre cómo nace a los misterios del mundo un niño ingenuo que se angustia por no conocer quién fue su padre. Parodia burlesca, pero muy seria, que contiene toda la Historia de un país imaginario inmerso en las conmociones políticas y sociales de comienzos del siglo XX.
No sé lo que he leído pero me ha encantado. La verdad es que cuesta encasillar este libro. No es una historia real, transcurre en un país de Europa que no existe pero se parece a muchos, el entorno histórico con italianos y alemanes resulta creíble, pero de vez en cuando aparecen elementos extraños. Por ejemplo, los perros: en ese país son ganado, se comen, se venden en el mercado. O la relación con las niñas, en lugar de novias son guñas. En cierto modo recuerda al realismo mágico, pero tampoco es eso. El lenguaje que usa el autor es muy preciso, juega con las palabras, hay términos inventados, otros arcaicos, todo ello enfocado en crear una atmósfera muy peculiar. Aparecen y desaparecen personajes extraños continuamente, la historia avanza jugando con el tiempo, muchos recuerdos del protagonista los tiene en diferentes momentos del futuro. No sé si lo recomendaría. Puede haber gente que lo considere un libro absurdo. Solo puedo decir lo que me ha parecido a mí, pero no sé por qué.
Reconozco que se me ha atragantado la novela. Me gusta Aramburu y admiro su manejo del lenguaje, pero la historia es sumamente abrumadora. No he podido con ella.