Tirinea de Jesús Urzagasti (Bolivia, 1941-2017) es una obra de algo más de 100 páginas que hay que leer con atención. Durante las primeras 30, no sabes hacia donde va el relato, y sólo hacia la página 60, empiezas a entender algo de lo que ocurre. Llegas al final y te preguntas si entendiste el relato.
"Tirinea” es una de esas novelas experimentales que se mueve en la frontera entre narrativa y poesía; su escritura es de falsa sencillez, pero es densa, y a la vez como neblina que se diluye: no usa palabras rebuscadas, carece de ejercicios de estilo, y el autor te envía guiños para que reflexiones. Al final descubres que hay 2 narradores, uno viejo que se va rejuveneciendo, y otro joven que narra el momento presente.
En la página 9 esta una de las claves del relato:
``Tirinea es una llanura solitaria, con árboles fogosos y cálidas arenas expulsadas del fondo azul de la tierra. Perdida como está en la memoria de los ángeles, la vida allí no ejerce ningún control y soy yo el único sobreviviente....."
Ahí se puede captar que el autor describe otra Bolivia, la del Chaco boliviano, alejado de los ejercicios indigenistas que colmaban la literatura boliviana en ese momento.
El autor mediante canciones, recuerdos, disgresiones, busca mostrarnos un territorio con mucho de mito, y que para él es el centro de su país, no la montaña.
No diré que es una buena novela en el sentido más habitual del término (Disfrute, historia apasionante). Me declaró incapaz de afirmar algo en ese punto. Admito que no capté muchas de las ideas del autor. Anduve por muchas páginas errando en la lectura preguntando como se ajustaba todo. Pero encuentro su prosa sugerente, y llena de vigor. Para mí es razón suficiente para leerla.
Salgo de este libro frustrado y confundido. Leí más de una vez que está considerado entre las mejores novelas bolivianas, pero no tengo idea de por qué. Con esto no quiero decir que sea malo, pero más allá de algunos pasajes con cierta belleza poética, no encontré nada destacable. Tampoco entendí cuál es el punto del libro. Casi no tiene trama, así que su valor debe ser otro. ¿Quizás su estructura?, ¿su idea de fondo? Hay un narrador doble que escribe en dos tiempos: cuando es joven y cuando es viejo, pero sin gran diferencia entre un momento y otro, no se intercalan de manera equilibrada, no hay un cambio en el estilo ni una evolución notable en su voz, sino apenas una que otra mención a la época en que el pasaje está escrito. ¿Quizás es un libro sobre el paso del tiempo?, ¿sobre el acto de escribir o sobre el hecho consciente de escribir? ¿Pero nada más? Cuando es joven, el narrador ignora su futura vejez; cuando es viejo, en cambio, escribe sobre el narrador joven como si fuera un personaje casi ajeno a él. ¿Y qué es Tirinea? Quizás un pueblo real o imaginario, quizás una representación geográfica de la memoria o la nostalgia; en todo caso, se lo menciona menos de diez veces, sobre todo al principio de la novela, pero luego parece quedar de lado. Quizás el problema soy yo como lector, que no supe apreciar lo que este libro tiene para ofrecer. Pero lo más probable es que en poco tiempo lo olvide todo sobre él, excepto mis expectativas frustradas.
"Parece que mi aldea está destinada a no cambiar nunca. Es mi única referencia y por ella veo con claridad los cambios que se producen en mi espíritu".
Non dico che capiti ogni anno, ma qualche volta è successo e, di certo, succederà ancora: i giorni precedenti l’annuncio dell’assegnazione del Nobel per la Letteratura si scatenano pronostici e si stracciano le vesti per questo o quel gigantesco autore della narrativa contemporanea. Poi – è successo, ammettiamolo – il nominativo viene identificato e, tolti una quindicina di addetti ai lavori, parte una googlata collettiva per reperire informazioni su un oscuro poeta a cui nessuno aveva pensato, mentre il fortunato editore che ne aveva pubblicato un’opera una decina di anni prima prepara le ristampe e la fascetta con “L’inconfondibile voce dell’ultimo Premio Nobel”. Ecco. Mentre mi perdevo, quasi letteralmente, in “Tirinea“, impegnativo romanzo-nonromanzo del boliviano Jesus Urtzagasti, mi son sorpreso a pensare che forse un giorno potrò avere il gusto di esclamare “Ma certo, Urtzagasti“, mentre intorno a me fioriscono sguardi di ammirazione e in lontananza si sentono ticchettare le tastiere e gemere i motori di ricerca. Vantaggi di un giro del mondo letterario.
“Tirinea” è uno di quei romanzi che piacciono tanto ai critici di tutte le latitudini: si muove sul confine sottilissimo fra narrativa e poesia, e leggendolo vi troverete inevitabilmente irretiti da una scrittura densa, ricca di significato e di musicalità, al punto da sfiorare – in alcuni passaggi – l’esercizio stilistico. E’ costruito su una doppia voce narrante, con un io narrante “giovane” a raccontare in un libro la scomparsa di Tirinea, sorta di regione metafisica che ha molti agganci reali nella natìa terra boliviana, e un protagonista più maturo a intervallarne il racconto con ricordi, divagazioni, storia.
Siamo certamente lontani da un libro di facile leggibilità, del tutto distanti da una narrativa destinata alle grandi masse e alle vendite… uhm… mainstream; è una prova che val la pena sostenere, per dedicare qualche ora a una letteratura immersiva, a cui ben si adatta il termine fantastica nel più indicativo significato del termine. Se la vostra ricerca del momento si concentra su romanzi scacciapensieri, ammarate invece in altri lidi.