María Emilia Cornejo (Lima, Perú; 1949 - 1972) was a Peruvian poet, one of the most important of the "Generación del 70".
She studied literature at the National University of San Marcos in Lima and partecipated at the poetry classes of Hildebrando Pérez Grande and Marco Martos. She is considered the first female writer of erotic poetry in Peru.
María Emilia was a fervent catholic and she followed the precepts of Liberation theology.
Little his known about her later years,
Her collected poems were published in 1994 by his twin sister, Ana María.
Uff, no sé porque he demorado tanto en llegar a la Poesía se Emilia... Melancolía + Juventud Universal X «he vuelto al camino de la soledad al camino de la transparencia y la limpieza he vuelto a los lugares inéditos donde miedos milenarios pugnan por salir. he vuelto yo lo sé, a la angustia de una noche que se acaba, al poema terminado, al silencio, a mi vida.»
«en la mitad del camino recorrido y es la mitad, solo la mitad de un largo y espinoso camino recorrido.»
Una vuelta a este libro no es suficiente para apreciar todo lo que habla. Desde el tono, la cadencia y tematica te transporta a un lugar conocido. A la duda, incertidumbre de qué estas haciendo con tu vida, de qué es el amor.
«Entro lentamente por tus venas / hasta inundar / todos los rincones de tu cuerpo / rescato tu nombre milenario en cada arteria / te pierdo y me encuentro / en la profundidad de tu mirada / sin compañía alguna / invado tus pulmones / y vivo / y me recreo / con el aire que respiras / avanzo por debajo de tu piel / y organizo con exactitud / el metabolismo de tus penas / y tu cuerpo se convierte / en la zona sagrada de mi vida. sin embargo / hoy es mañana / y mañana será nunca.»
Escribo en el diario que desearía la liberación de la poesía, del cuerpo, del sexo y del género. Es una idea constante que amparo como llaga en mi cuerpo fúnebre. Escribiría otro poema de la no liberación, y todo, inmediatamente, se convertiría en una distopía prematura, mi mundo –tal y como lo conozco–, se desvanece. Días lluviosos, días tristes, ¿qué es la felicidad? Si allá afuera ningunx somos libres. Me quedan mis libros, que me van cerrando de a pocos las puertas de la liberación. Me queda mi cuerpo, que aún no me abandona. Mi sexo, en fin, ahí está, como satisfecho, como inerte, como vivo. Y mi género en la agonía. Podría escribir un poema de las cadenas, pero ese poema ya existe, y lo vivimos todos los días.
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entro lentamente por tus venas hasta inundar todos los rincones de tu cuerpo rescato tu nombre milenario en cada arteria te pierdo y me encuentro en la profundidad de tu mirada sin compañía alguna invado tus pulmones y vivo y me recreo con el aire que respiras avanzo por debajo de tu piel y organizo con exactitud el metabolismo de tus penas y tu cuerpo se convierte en la zona sagrada de mi vida. sin embargo, hoy es mañana y mañana será nunca.
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te beso en los ojos, en la cóncava mudez de tu inocencia, te beso y todo tu cuerpo se viste con flores de un canto primaveral, te beso y conviertes las cosas en hechos silenciosos y llenos de asombro, te beso al fin te beso.
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me encontraste en la mitad de todos mis caminos me tomaste de la mano y yo te seguí ansiosamente, ninguna cama nos aguardaba sin embargo cualquier lugar era apropiado para juntar nuestras desdichas. mis senos maduraron como dos frutos entre tus manos y descubrí que el amor no siempre necesita un lecho de rosas.
Es de esa clase de poemarios breves que dejan un bellísimo sabor de boca. Agradezco mucho la casualidad de haber llegado a leerlo por el poema de Kafka.
Un libro certero como una puñalada. La poesía, decía Benedetti, es el género de la sinceridad última e irreversible. Y hay mucho de esto en estos poemas "de amor" y desamor de la peruana María Emilia Cornejo. Dibuja con muy pocas palabras las tres escenas románticas de toda mujer: la pasión con toda su capacidad sensual celebratoria, el abandono con el dolor del recuerdo y (esto es lo más fantástico), la dualidad matrimonial de un amor a medias fingido, a medias santificado. Una maravilla.
he vuelto al camino de la soledad al camino de la transparencia y la limpieza he vuelto a los lugares inéditos donde miedos milenarios pugnan por salir. he vuelto yo lo sé, a la angustia de una noche que se acaba, al poema terminado, al silencio, a mi vida.