La novela de Angelina Muñiz-Huberman se desarrolla en la mente de Dulcinea, la narradora-protagonista, durante el tiempo que dura su recorrido en automóvil por el periférico sur. Dulcinea identifica al chofer del auto con el conocido personaje literario de Amadís. Va también acompañada de sus supuestos padres, a quienes ella rechaza porque los siente ajenos, no quiere comunicarse con ellos ni con nadie, de ahí que haya decidido hablar sólo consigo misma; sin embargo, en ocasiones se siente invadida por otra voz interior que la interroga. Ésta funciona por momentos como narradora omnisciente que toma distancia de sí y describe el viaje por el periférico, pone a los lectores en contacto con el mundo exterior a la narradora e introduce las historias que se cuentan.
Precursora de la novela neohistórica en la literatura mexicana, la ensayista, narradora y poeta de origen francés, Angelina Muñiz-Huberman, quien nació el 29 de diciembre de 1936, es reconocida como la dueña de una pluma caracterizada por la mezcla de géneros literarios y el rompimiento de las formas establecidas.
Autora de más de 40 títulos publicados, entre los que destacan géneros como el ensayo, la poesía, el cuento y la novela, Muñiz-Huberman ha destacado como catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y colaborado en diarios y revistas de circulación nacional.
Nació en Hyéres, Francia, a consecuencia de la Guerra Civil Española (1936-1939) que en ese momento se desarrollaba.
Hija de españoles exiliados, se naturalizó mexicana en 1954. Más tarde obtuvo un doctorado en letras y en lenguas romances por la UNAM y la Universidad de Pennsylvania y City University of New York, respectivamente.
Cuenta, también, con estudios en filología y literatura impartidos por El Colegio de México, según información de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes en su portal de internet.
El sendero académico de la ensayista incluye a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en la cual ha impartido cátedra, además de ser reconocida como miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) entre 1994-2000 y 2004, explica el sitio “revistadelauniversidad.unam.mx”.
Mientras que el portal “materialdelectura.unam.mx” señala que la escritora mexicana es conocida como miembro del grupo “Hispanoamericano”, integrado por españoles exiliados, entre los que se encuentran figuras como Luis Rius, Inocencio Burgos, Juan Espinasa, José de la Colina, José Pascual Buxó, Horacio López Suárez, Enrique Rivas y Ramón Xirau, entre otros.
El exilio y la familia son algunos de los temas que la escritora ha destacado en sus obras, debido a su experiencia con la Guerra Civil Española.
La también narradora ha sido galardonada con el Premio Magda Donato 1972, el Premio Xavier Villaurrutia 1985, el Premio Internacional de Novela Sor Juana Inés de la Cruz 1993 y el Premio Universidad Nacional en Creación Artística y Extensión de la Cultura 2003.
No puedo creer que durante tanto tiempo me perdí la obra de Angelina Muñiz–Huberman. La escuché leyendo en la primera transmisión de ‘Vértice Violeta’, un festival de poesía organizado por la Coordinación Nacional de Literatura.
Tiempo después, me apareció un hilo de Twitter en donde comentaban las obras ganadoras del Premio Internacional de Novela Sor Juana Inés de la Cruz. De los 27 libros premiados, he leído tres: ‘Nadie me verá llorar’ (2001) y ‘La muerte me da’ (2009) de Cristina Rivera Garza; y ‘El rastro’ (2003) de Margo Glantz.
Angelina Muñiz–Huberman fue la primera galardonada en 1993, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, con ‘Dulcinea encantada’ y con justa razón: se trata de una novela de innegable belleza y profundas revelaciones. Una prosa llena de sueños y señales, interpretaciones del mundo que llevamos dentro.
Okay okay okay, ya le estoy agarrando la onda a la narrativa de Angelina Muñiz.... y está fantástica. Recientemente leí "Las confidentes" y de inmediato me pasé a "Dulcinea encantada", donde no solo encontré un libro más de mi agrado, sino que vi un patrón, o más bien, una obsesión: la de la literatura. Algo muy semejante a la que tiene Milorad Pávic, tanto así que me atrevería a afirmar que Angelina Muñiz es la Milorad Pávic mexicana.
Otra cosa también. Me llama mucho la atención las posturas que la autora tiene de su estilo narrativo, muchas que encuentro más cercanas a la poesía que a la narrativa. De hecho, su novela me parece que posee similitudes con muchos proyectos de poesía en el país... buenos proyectos de poesía.
En fin, puras cosas buenas qué decir de la novela. Aunque creo que puede incomodar a lectores de paso, tampoco me parece que no pueda ser una novela que no pueda disfrutarse. En mi caso, la novela se me fue volando.
Una gran escritora y una gran novela De una profundidad insospechada Va al grano. Su prosa está llena poesía, de encuentro. El pretexto: La dulcinea del Quijote.. pero hay otras dos dulcineas más. La que se encuentra viajando en su coche en periférico y Dulcinea la protagonista de una novela que ocurre en el pensamiento y que jamás será escrita.
Todo esto nos sirve de pretexto para que la autora se explaye contándonos sobre Dulcinea, su pasado, sus tragedias.
En un principio me pareció que podía identificarme con la lectura, pero al paso de las hojas y los sellos (capítulos) me daba cuenta que iba mucho más allá, era un proceso repetitivo de reflexión, de imaginación, de trauma, de la búsqueda de algo y el autoengaño de ya tenerlo. Fue una lectura pesada pero no por eso una mala lectura, al contrario, encontré partes muy buenas e interesantes. Sin duda algo que voy a releer en un futuro. Lo frustrante (en parte) fue el final, o bueno, ese final sin final, sin llegar a nada, sin concluir o decirnos en dónde estamos (o como decía en libro "¿Acaso importa?) Me hice mil nudos en la cabeza en esas últimas hojas, pero tienen su mérito.
Un poco incómodo el tema superficial del incesto (o eso fue lo que entendí) pero nada demasiado especial para ponerle una nota de advertencia.
La autora tiene un marcado estilo poético, en unas partes podía sentirlo como un estilo dramático que te invitaba a alzar la voz, a expresar la lectura.
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