Este breve libro, soportando aun la cruz de la filosofía, compone en sus fragmentos las islas de un logos sumergido, territorios entresacados de los oscuros lugares ocultos al implacable imperio de la razón discursiva. Más allá de la identidad de ser y pensar, más allá de la filosofía, Zambrano establece un nuevo diálogo entre el gnosticismo, la razón occidental y la poesía. De la vida a la muerte, tejiendo sus confines, la «visión», ese otro modo de conocer, descubre las prodigiosas heridas a través de las que el ser se abre y revela. Quizás en ninguna otra obra de Zambrano se aborden con mayor penetración y belleza las raíces de la conciencia y su inhibición frente al alma vegetativa librada a sí misma, a la materia suelta, a la exasperación que ello conlleva de la humana esperanza... Este libro, lejos de propiciar un decálogo de la felicidad, adentra, interioriza, el desierto en el alma, y aguza el oído, y es también propedéutico, para bien aprender a ser movido por y en la luz.
Ensayista y filósofa española. Discípula de J. Ortega y Gasset, Zubiri y Manuel García Morente, fue una de las figuras capitales del pensamiento español del siglo XX.
Profesora en la Universidad Complutense de Madrid, se exilió al término de la Guerra Civil y ejerció su magisterio en universidades de Cuba, México y Puerto Rico. Tras residir en Francia y Suiza, regresó a España en 1984. Fue galardonada con el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (1981), y el Cervantes (1988).
Su pensamiento, vinculado a las corrientes vitalistas del siglo XX, giró en torno a la búsqueda de principios morales y formas de conducta que fueran aplicables a los problemas cotidianos. Su preocupación mística, la forma de abordar los conflictos éticos, y el estudio de la interrelación entre realidad y verdad, reclamaban la necesidad de un profundo diálogo entre el ser y su entorno.
Para ella era preciso establecer tres modos de razonamiento: el cotidiano, el mediador y el poético. Desde este último se aproximó a lo sagrado, el lugar donde se encuentra la explicación de lo trascendente, la lógica del misterio.
En su amplísima producción destacan: Filosofía y poesía (1939), La confesión, género literario y método (1943), El pensamiento vivo de Séneca (1944), La agonía de Europa (1945), Hacia un saber sobre el alma (1950), El hombre y lo divino (1955), España, sueño y verdad (1965), El sueño creador (1965), La tumba de Antígona (1967), El nacimiento. Dos escritos autobiográficos (1981), De la Aurora (1986), Senderos (1986), Delirio y destino (1988), y Los sueños y el tiempo (1992), entre otros.
Esta relectura me gustó más que la primera vez. He encontrado alguna pepita de oro para cuestiones que son de mucho interés para mi ahora de manera accidental, eso me alegra. Las partes que no me gustaron, me siguen costando. Hay, en ocasiones, una blandez en su pensar que me cuesta de abrazar.
Cómo se disfruta leyendo a ratos este libro, de otro modo, tampoco creo que pueda. Me encanta lo que me cuesta a veces leerlo, es cuando realmente más lo acabo entendiendo. Incluso leído, está todavía por empezar a leer. Aprendo sólo leyéndolo tranquilamente, qué pasada.
Oltre le ragioni ovvie e l’ovvietà delle ragioni e del ragionare questo testo pone ciò che non spiega: buio, incidenti di luce, ingressi, sulla fiducia, in un’esperienza che non si fa. Oltre il (voler) capire e al di là del (dover) fare, il discorso filosofico-poetico di Zambrano, l’“esistenzialismo poetico” à rebours, le presta l’audacia di implorare il silenzio. Intorno.
I beati ci attraggono come un abisso bianco […]. Stanno girando, in silenzio, in una danza che quando si fa visibile è ordine, armonia geometrica. Ma di una geometria non inventata, di una geometria data come in regalo dal signore dei numeri e delle danze, dunque invisibile, insensibile, ossia con un minimo di “materia sensoriale”. La danza di ciò che ha finito di nascere o di ciò che non è nato ancora, o di ciò che non nascerà mai, però la danza che è danza per sempre.
“Sólo se vive verdaderamente cuando se trasmite algo. Vivir humanamente es trasmitir, ofrecer, raíz de la trascendencia y su cumplimiento al par”.
Una vez más, me he quedado sin palabras tras acabar un libro de Zambrano. A pesar de que, en un principio, Los bienaventurados me estaba pareciendo un poco complicado de seguir por su temática, a medida que el ensayo avanza, este se vuelve más y más profundo y puede que, en sus últimas cincuenta páginas, se encuentre la parte más filosófica (y más interesante) del libro.
En Los bienaventurados, se reflexiona acerca del tiempo, de la esperanza, los sueños, la religión, la moral, la sociología del ser y, en definitiva, todos aquellos temas que son propios a la autora, pero, esta vez, desde una perspectiva más trascendental, dionisiaca y esperanzadora.
"El problema de la realidad en términos filosóficos no tiene en cuenta sino la realidad despojada de su significación vital, de su carácter de respuesta a la humana demanda; olvida que el hombre no se dirige a la realidad para conocerla mejor o peor, sino después y a partir de sentirla como una promesa, como una patria de la que en principio todo se espera, donde se cree posible encontrarlo todo; como un lugar desconocido también donde toda amenaza puede ser desatada.
La esperanza es la trascendencia misma de la vida que incesantemente mana y mantiene el ser individual abierto."
El sentir y el entender no pueden reunirse sino, como todo lo viviente o en vía de serlo, por una especie de simbiosis. Simbiosis, danza en un comienzo y durante un tiempo en el cual los que van a reunirse ocupan el uno el lugar del otro. Cambios de lugar, entrecruzamiento según ritmo. El sentir despierta, aviva y es fuego reanimado por el entender; el sentir que guía velando solo en largas noches oscuras, luego es sostenido, custodiado. […] La mano debería colaborar, sin duda, dibujando, en esta simbiosis del sentir y del entender; la mano y el cuerpo, aquietándose al par que se mueve o sin dejar de moverse; la respiración, el oído. El cuerpo no puede quedarse aparte. ———————————— esta tia es increíble!!!!
"Como todo lo humano, la poesía une vida y existencia, a menudo la una a costa de la otra, y rara vez unidas en venturosa unidad. Y entonces, cuando esto se realiza, algo es verdaderamente".
Siento que María Zambrano es uno de esos algos que, a veces, consiguen ser verdaderamente, que sus palabras saben encontrar la esencia de lo que es. El tono poético que acompaña su filosofía y su pensar siempre es algo que me atrapa: más que escribir, dibuja con palabras, evocando la esencia del concepto que tiende a escaparse en la literalidad de algunas lógicas (la realidad, como dice, tiene entrañas). Nunca terminaré de entenderla del todo, pero siempre será un placer volver a ella. Este volumen no me ha hecho conectar tanto como otros (Claros del bosque), pero las premisas que propone me parecen interesantes.
"Sin duda, la pregunta abre una pausa, una suspensión en el tiempo que comporta un ensanche del espacio: Crea un cierto vacío. Un vacío en grado eminente, cuando se trata de la pregunta nacida de la actitud filosófica. Pues el vacío en el tiempo es ese átomo que permite que el tiempo corra propiamente y no sea un correr continuo análogo a la inmovilidad. Los instantes de vacío en la conciencia son los que permiten que la conciencia resurja agudizada y los que más hondamente, más en lo profundo del ser, apagan el tumulto, sedimentan. (...) Si el hombre encontrara el medio de inmortalizarse en esta tierra, en esta vida, se agarraría desesperadamente a ese instante de vacío que le pasa desapercibido y caería en él".
Esta obra de la filósofa malagueña (la última que publicó en vida) llega en formato bolsillo de la mano de @alianzaeditorial , a la que agradezco el envío y confío que le guste mi humilde aportación para su publicidad. . María Zambrano es una cura para el espíritu y para el alma. Ella quiere y desea que entendamos el mundo, pero para lograrlo 1° tendremos que comprendernos a nosotras mismas. . El despertar de la conciencia es su principal objetivo y nos explica que para conseguirlo hay que pasar por tres mundos: * los ínferos: el espacio de nuestros antepasados y cuyo legado arrastramos. * la tierra: el presente, el ahora. * la aurora de la conciencia: ese futuro a dónde llegaremos tras el sacrificio de haber pasado por todo. . Los bienaventurados que dan título a la obra son aquellas personas para quienes las cosas suceden dos veces: cuando las sufren y cuando las conocen. Saben crear el silencio que permite la escucha porque son seres que buscan el conocimiento. . El ser humano ante un momento de vacío en su vida tiene dos opciones: tomar conciencia y actuar o construir "castillos de razones" para no ver la realidad. . María Zambrano propone respirar y tras ese momento de serenidad ver lo que el tiempo ha causado. . Los bienaventurados es una obra para tenerla junto a tí y acudir a ella cuando nos haga falta respirar. . Es esperanzadora, relajante y hermosa. .
"De destierro en destierro, en cada uno de ellos el exiliado va muriendo, desposeyéndose, desenraizandose. Y así se encamina, se reitera, su salida del lugar inicial, de su patria y de cada posible patria, dejándose a veces la capa al huir de la seducción de una patria que se le ofrece, corriendo delante de su sombra tentadora; entonces, inevitablemente, es acusado de eso, de irse; de irse sin tener ni tan siquiera adónde. Pues que de lo que huye el prometido al exilio, marcado ya por él desde antes, es de un dónde, de un lugar que sea el suyo. Y puede quedarse tan sólo allí donde pueda agonizar libremente, ir meciéndose en el mar que se revive, estar despierto sólo cuando el amor que le llena se lo permite, en soledad y libertad."
"El punto en que las dos formas de la posesión, activa y pasiva, se encuentran y anulan, marca el punto invisible del ser. El punto inviolable del ser. Eternidad de la vida que se muestra ya en su aparecer primero, como si ser y vida fueran congénitamente unidos. (...) lo que logrará tan sólo cuando ese punto de equilibrio entre las dos formas de la posesión sea tal que el sujeto viviente aparezca a fuerza de perder y perderse: desposeyéndose, desposeído."
Leer este libro a la par que El Conde de Montecristo ha sido sinónimo de leerlo de forma híper-fragmentada, aun así, me ha dejado con varias citas que sin llegar a ser reveladoras, poco les queda.
Pero vamos, que siento que si me lo hubiera leído en dos semanas y no en dos meses lo habría disfrutado mucho más, por el hecho de que me costaba meterme en la lectura después de un tiempo desconectado de esta.
Zambrano habla de los misterios, de lo oculto de la vida de aquella misma manera, quizás también víctima, paciente que padece, lo oculto. Es una lectura confusa y bella a la par. No le doy calificación porque es muy difícil hablar de un libro del que sientes que todavía no sabes nada (y que probablemente nunca sepa del todo). No sé.
Me ha parecido un libro difícil. He leído algunos libros de filosofía que se suponían complicados, pero este tiene muchas metáforas e ideas que no he llegado a entender. Seguramente vuelva dentro de unos años a él a ver si comprendo de qué habla.
espíritu y cuerpo que danza con la vida, que se lanza hacia los abismos y se eleva hacia el sol; esperanza se llama el baile y María Zambrano marca el son