«—¿Estás bien, mi amor? No pasa nada, ven —me protegió detrás de él. —Maté a alguien. —¿Qué dices? ¡No digas tonterías, Abigaíl! ¿Qué haces aquí abajo? —Todo es mi culpa.»
Abigaíl acaba de cumplir 18 años cuando se entera de que podría perder a su padre. A partir de ese momento, esta adolescente furiosa, desenfadada y vivaz nos enternecerá con sus recuerdos de infancia, sus emociones intensas siempre cambiantes, sus ganas de pertenecer y entender un mundo que le fascina y le intimida, y al que no siempre sabe muy bien cómo acercarse. En tanto, la relación con su padre se va hilando entre suturas, a veces temblorosas, pero con la certeza del amor como telón de fondo.
La alegría del padre es una hermosa novela que pone en presente la convivencia de una hija con ese hombre al que algunas veces desconoce, con el que muchas otras se ríe y en ocasiones, muy pocas, se molesta. Un amor profundo, con el lenguaje de una chica cuya única opción será crecer.
Qué rico es leer de un padre presente, generalmente cuando hablamos de un padre se habla de su ausencia, porque es una epidemia actual. Gracias a los padres que están presentes presentes.
4.5 se me hacía muy ligero, pero poco a poco fui encontrando el cariño a los personajes, el final quedé destrozada. La pérdida de tus padres ha de ser muy difícil, pero el que lo pierdas siendo tu pilar principal ufff Amoooo cuando el título tiene tanta importancia ❤️ Una lectura muy recomendable
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Qué viaje fue leer «La alegría del padre», un libro lleno de amor, cuidados y fragilidad. ❤️🩹 No logré simpatizar del todo con Abigaíl al principio, pues me costó mucho acoplarme a su personalidad jajaja pero al irme adentrando más a la historia pude comprender su situación y su manera de lidiar con ello. A veces la tristeza se manifiesta en forma de enojo. Con el mundo, con una misma. Don Rafael me pareció un hombre encantador, en el sentido de que es fascinante el sentido que da a la vida y el estado de reflexión en el que nos sumerge. Esta historia es bellísima y conmovedora. Tuve que tomarme mi tiempo porque presentía el final y mi corazón de pollo no iba a poder con tanto pero al final sí pude. O eso creo, a decir verdad aún me duelen las últimas 10 páginas.
En este libro conoceremos la historia de Abigail, a quien de chica su madre la abandona y crece junto a su padre. Su padre es una persona que se entrego completamente a educarla con amor. A lo largo de la historia conoceremos pasajes de la niñez de Abigail , pero sobre todo a partir de que cumple 18 años cuando por una enfermedad de su padre , cambia completamente su relación y ella se entera de muchas cosas de su pasado.
La historia es muy humana, amas al papá de Abigail y comprendes como actúa; en cambio hay momentos que la conducta de esta chica no la pude entender, ya que reaccionaba de forma muy infantil para su edad.
El mayor miedo de las personas es, quizá, la pérdida de aquellxs a quienes amamos, puesto que no concebimos el mundo sin ellxs. Nuestro mundo sin ellxs. Y, aunque los seres humanos estamos ligados a la pérdida, nunca será un bocado fácil de digerir cuando esta se presente. Estos acontecimientos marcan un antes y un después en nosotrxs: cómo éramos y cómo esa experiencia, finalmente, nos transforme.
Abigaíl, nuestra protagonista, desde muy pequeña se vuelve experta en el arte de perder, como diría Elizabeth Bishop en su poema One Art:
El arte de perder se domina fácilmente; tantas cosas parecen decididas a extraviarse que su pérdida no es ningún desastre.
Curiosamente, creemos que en la infancia es imposible afrontar los golpes duros de la vida, ingenuos somos los adultos, pues esta misma inocencia protege y permite atravesar de la mejor manera con los —muchos— recursos que se tienen a tan corta edad, como la desbordante imaginación de Abigaíl ante la pérdida de lo que llamamos la estructura de "una familia tradicional".
"Pierde algo cada día", es el mejor consejo que podría darnos la poeta, y nuestra joven protagonista lo ensaya a diario, como los peces millón (guppy) que, aunque resultan fáciles de cuidar, de igual manera los perderá, rápidamente. O como al tío que ni siquiera llegó a conocer, salvo por las historias que el padre le contaba.
Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido ...Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre.
Abi pierde la infancia, las amigas que en algún momento creyó que lo eran, las expectativas de ser como la sociedad dicta, la adolescencia, la posibilidad de una nueva integrante en su círculo de afectos, la ingenuidad, la salud —del padre—, la relación más significativa y constante de su vida. Darse cuenta de la finitud de las cosas obliga a Abigaíl a mirar con otros ojos la existencia: la propia y la de ese otro que la ha acompañado. Esa figura central, de donde emana todo el amor que le ha nutrido a través de los años en esa burbuja, ese lugar seguro que llamamos familia.
Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto que amo) no habré mentido. Es indudable que el arte de perder se domina fácilmente, así parezca (¡escríbelo!) un desastre.
¿Existe la vida después de la muerte? Para el difunto, no. Sin importar la creencia religiosa —al menos hasta donde sabemos— en este plano, no. La autora nos muestra que para quienes se quedan en este mundo, aunque creamos que no es posible, a pesar del desastre y el dolor, sí hay vida, y puede ser una existencia plena que rinda honor a nuestrxs seres queridxs.
Didí Gutiérrez escribe este libro como una especie de conjuro o sortilegio, para atrapar la existencia del padre, para que pueda traerle de regreso y quedarse con esa historia de amor que vivieron, de manera que La alegría del padre se quede por siempre con ella, así como en sus lectorxs. Finalmente, somos las historias que nos contamos, y es un arte necesario aprender a vivir con nuestras propias narrativas.
No dejen de allegarse la primera novela de la autora, le pusieron mucho amor en su edición y en el diseño editorial, además del que hallarán en la trama de la misma.
Me gustó ver la perspectiva de una niña que crece únicamente con el padre, por lo general veo historias contrarias. La prosa es entretenida y ligera. Solo me quedo con un poco de ganas de haber leído más sobre la historia, sobre todo en la infancia de Abigail, siento faltó un poquito más de profundidad en algunos personajes
Esta novela brillante y conmovedora nos sumerge en el viaje de una hija y su padre, enfrentándose al implacable paso del tiempo y la cercanía de la muerte.
Abordando uno de nuestros mayores temores, la pérdida de seres queridos, el libro nos adentra en la experiencia de Abigail al enfrentar la posibilidad de perder a su amado padre. Este vínculo especial se forjó tras el abandono de la madre. Es una conmovedora oda a la paternidad amorosa. El padre, con su silencioso mensaje de que "en las desgracias también cabe la felicidad", destaca como figura fundamental.
La narrativa revela la importancia social de la madre en la sociedad mexicana, destacando los vacíos y las demandas de explicaciones por su ausencia, contrastando con el padre cuya presencia no exige explicaciones de la misma manera.
No obstante, la historia se despliega de manera íntima al explorar los recuerdos de la infancia de Abigail y sus emociones al recibir la noticia. La protagonista desafía los estereotipos de género, rechazando los cuentos de princesas y abrazando la rebeldía, entrelazando hábilmente su propia historia con cuentos.
A través de la narrativa, se refleja la rica complejidad de la relación entre Abigail y su padre, evocando recuerdos personales y subrayando la importancia de este vínculo. La mención de cómo “los libros prestaban su voz a su padre por las noches”, me recordó a mi papá quien fomentó en mí el amor por la lectura.
La novela explora el acompañamiento de Abigail a la enfermedad de su padre, donde la hija asume el papel de adulta, solicitando la racionalidad de su padre para seguir las indicaciones médicas. La historia capta momentos de frustración y el fortalecimiento de los lazos entre padre e hija en medio de la adversidad.
En última instancia, esta historia destaca que aquellos a quienes amamos y perdemos se transforman en palabras, en la memoria, en los libros. Es un relato conmovedor que resuena en la profundidad de la experiencia humana.
Es una historia conmovedora sobre un padre y una hija aprendiendo a acompañarse en la vida y en la muerte. Pero no sé si me gustó. La historia se siente cercana a mi corazón, y rescato mucho las formas en que la autora describe sus emociones: el miedo, el dolor, el desconcierto ante la enfermedad y la aplastante inminencia de la muerte. Sus palabras son pura emoción. Sin embargo, sentí que caía en lugares comunes para narrar la pérdida y el duelo, sobre todo al final. Aun así, valoro mucho este retrato de una figura paterna alegre y amorosa.
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Es, al menos para mí, una novedad encontrarme con una historia que aborda las relaciones Padre - Hija, donde el padre es padre soltero, sin romantizar la comunicación entre ambos, ninguna relación es perfecta.
Es un libro con un lenguaje muy ligero y se lee en poco tiempo, y eso facilita la transmisión de su mensajes como la superación de los duelos.
Al principio me estaba encantando y creí que sería una de mis mejores lecturas, pero me empecé a bloquear como a la mitad, no sé si fue porque a veces no me caía bien Abigail, aunque entiendo su comportamiento por lo que pasaba con su papá y ella estaba pasando a la adultez.
De repente me confundía pero creo que fue porque también tiene un poco de realismo mágico o al menos así lo interpreté cuando pasaban ciertas escenas. En fin, me gustó mucho la pluma de la autora, y el dr. Ángeles me pareció muy tierno y un padre que estuvo muy presente en la vida de su hija, un tema que pocas veces se toca en los libros.
El final, me hizo llorar y me apachurro el corazón y ahora solo quiero abrazar a mi papá.Que hermoso leer esta relación padre e hija y al mismo tiempo que difícil leer a una hija cuidando ahora su padre por la enfermedad, y sentirlo todo, impotencia, tristeza, pérdida, felicidad, nostalgia, orgullo, aprecio y amor.
Ame como el agua es un personaje más. Lo único que no fue para mí en la historia fueron algunas escenas con la madre de la protagonista que me parecieron innecesarias.
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Muy grata sorpresa este libro de Didi, entre comedia y drama nos regala una historia muy bonita sobre el amor inmenso de un padre hacia su hija que busca la manera de prepararla para las adversidades de la vida. Tiene frases muy conmovedoras y que te hacen reflexionar a profundidad sobre el valor de la vida, el tiempo y el amor. Si quieren leer una lectura fresca pero a la vez con un mensaje lindo está es una muy buena opción y es un libro corto que se lee cómodamente.
Es un libro tierno y triste al mismo tiempo. Me gustó mucho la relación padre-hija que tenían los personajes, me sentí reflejada en mucho de lo que la hija siente con respecto a la enfermedad de su padre y al mismo tiempo añoré tener una relación así con el mío.
Hermoso y maravilloso libro. Me hizo mucho recordar mi relación con mi padre y lo importante que es este lazo familiar en la vida. Me encanta que al final del libro la portada y el título hacen todo el sentido del mundo. Se va a la lista de mis novelas favoritas.
Tristemente me decepcionó mucho. Excelente idea pero no se desarrolló de la mejor manera. Disfruté muchísimo los simbolismos del agua y la leche a lo largo de la historia reflejando el proceso interno de los personajes. Una que otra frase me hizo sonreír. Pero nada más.
Esto lo tendría que haber terminado en noviembre de 2023 y lo terminé el 1ro de enero de 2024, así que será una trampa que me lo cuenten en los libros leídos de este año, pero bueno, así la vida lectora indisciplinada. Mi tardanza en leerlo sugiere que no me enganché tanto con el libro, y así fue. Sin embargo, reconozco la importancia de leer historias sobre paternidades conscientes y afectuosas porque nos recuerdan que esas relaciones si existen y la relevancia de cultivarlas (ese comentario lo hizo alguien en otra reseña y me pareció importante recalcarlo de nuevo). Así como hay libros que se sienten como sal en la herida, esta historia se sintió para mí como un bálsamo que me llevó a lo mejor de mis recuerdos con mi propio papá, y eso es algo que si le agradezco a Didí al escribirlo.
Parte de lo que hizo que no me enganchara tanto (y que se habló en el club de lectura donde lo leí) fueron sobre todo algunas inconsistencias editoriales y plot holes desconcertantes que interfirieron con el ritmo de la historia. Aunque igual debo resaltar que no estaba en mi mejor ánimo, hay que considerar eso también. Lo que si me gustó y si disfruté fueron las referencias a la cultura pop mexicana de los 90's y los 2000's; Didí es un año más joven que yo y noté esa cercanía generacional en esas referencias, sé que eso luego no ayuda a que los libros envejezcan de la mejor forma, pero para mí en este punto de la vida fue muy divertido de leer. También hace referencias a la vida de los médicos y siento que gente con ese tipo de ocupación también podría encontrar interesante cómo se habla de ese tipo de vida (ahí me recordó un poco a mi padrastro también).
Yo recomendaría este libro como una lectura ligera sin mucha expectativa, y sobre todo sí quieres leer sobre padres amables y amorosos.
Después de escuchar hablar a la autora sobre el libro, pude apreciar más la profundidad y los matices de su historia, sin embargo si dejo que el libro se defienda por si sólo, me queda a deber en varias partes.
Es un libro narrado desde lo cotidiano, sobre el amor fraternal entre un padre y su hija. No hay otra cosa pasando, recorremos y conocemos su relación, mientras se vive el proceso de duelo ante una enfermedad y la amenaza de la muerte. Y creo que ese argumento es bastante fuerte, logra conmover en algunos puntos, sin embargo hay escenas que para mi se sienten incompletas o que no aportan a la trama, por ello me atrevería a decir que me hubiera gustado más en formato de relato.
Creo que faltó desarrollo en la protagonista, todo el tiempo la sentí de la misma manera a pesar de que pasaron lo años, sólo hacia el final vi un poco de su crecimiento.
Rescato la complicidad que transmite, el mensaje para valorar el presente y a nuestros seres queridos. Hay juegos de metáforas con el agua que se sostienen en toda la historia y me gustaron bastante. El significado del libro y la parte en donde lo incluyó fue perfecto.
Ha sido un apapacho y apachurro al corazón en partes iguales.
Me encanta conocer nuevos autores y encontrarme con historias que si no me hubieran invitado a conocer seguramente yo no las hubiera encontrado o elegido.
El título del libro y la portada tienen sentido cuando te topas con su significado mientras lo vas leyendo, no haré spoiler pero son esos momentos cuando los descubres que te hacen click y te maravillas.
Esta es la historia de un padre con su hija, que tras el hecho de ser abandonados por la madre son el uno para el otro; el acompañarse, el crecer juntos, el amor incondicional que se tienen el uno al otro; es una oda a la paternidad.
Abigaíl, nos va contando con su historia entrañable y desgarradora, con la intensidad de una chica de 18 años rabiosa, furiosa, que a veces se siente perdida en un mundo que poco entiende y la entiende. El miedo que siente cuando se entera que quizá pueda perder a su padre, lo único que tiene y lo único que la sostiene… sin embargo entenderá qué hay situaciones que no puede controlar o cambiar y no tendrá más remedio que volar y crecer.
Sin pensar lo que me encontraría en sus páginas, empecé a leer la historia de Abigail, niña que fue abandonada por su madre y quedó a cargo de su padre.
Menuda responsabilidad retrata la autora desde el inicio de las páginas para su protagonista masculino, quien sin querer herir los sentimientos de su hija, le hace creer que su madre murió, sin embargo, esta reaparecerá en un momento posterior de la historia.
Sin embargo, lo realmente enternecedor, es como el padre va aprendiendo a criar a una mujer, desde saber realizar un corte de cabello hasta pasar sus últimos días enfermo al cuidado de Abigail.
Esta historia representa una visión muy genuina pero a la vez particular, de los estereotipos que todavía existen en la sociedad, ya que no estamos acostumbrados a quien abandone sea la madre en lugar del padre, más en una sociedad como la mexicana.
Asimismo, a través de sus páginas sientes el amor que se profesan un padre con su hija, e incluso los miedos de estar al pensarse sola cuando muera su padre.
Un libro sobre paternidad, una presente donde la relación entre padre e hija es inigualable.
Abigail ha crecido solo con su padre, su madre los abandonó un día y su papá intenta crear un ambiente lleno de amor, aprendizaje, aventuras y crecimiento. Trata de darle lo mejor de si mismo a su hija. Acompañándola, guiándola y apoyándola, siempre esta a su lado. Abigail es rebelde y decidí mudarse de casa de su papá, pero debido a que es diagnosticado con una enfermedad decide volver. Vamos conociendo más a fondo a Abigail y a su papá.
Mi relación con mi padre nunca ha sido la mejor, pero es imposible no identificarse… Creo que nunca habrá un mejor ejemplo a seguir que papá. Me ha sacado unas cuantas lagrimas el libro y el final cuando menciona el porqué del título lo hace aún más bonito. Lo recomiendo muchísimo.
En varias familias mexicanas no existe la figura paterna, pero pronto Abigail descubrira que su familia es diferente, porque su papá si esta presente, pero su mamá no y de pronto le llegarán preguntas de la sociedad como ¿Donde esta tu mamá niña? ¿Porque no estas peinada? ¿Porque no estas arreglada? ¿tú mamá no te ayudo? haciéndola sentir culpable, porque es más común que no este papá, pero ¿Porque no esta la figura materna en esta ocasión?
Abigaíl se acaba de enterar de que podría perder a su padre por una enfermedad, esta furiosa, enojada e iracunda porque esto no puedo ser posible. Abigaíl nos presenta los recuerdos de su infancia con su padre después de que su mamá se ha marchado para siempre, nos muestra sus emociones intensas y siempre cambiantes no solo cuando es niña, sino también cuando es adolescente ahora que su padre puede morir
Me gustó mucho la historia, el tono divertido, los temas que trata y la metáfora de la natación como los retos de la vida...
Aunque debido al ritmo y el estilo narrativo me costó un poco seguir y mantener el interés por segmentos.
Tiene frases bellas como "En las desgracias también cabe la alegría"
"Creemos que las oportunidades estarán ahí para nosotros eternamente y por eso las desdeñamos, poniendo cualquier pretexto…Pero entonces llega el día en que nos damos cuenta de cuánto necesitábamos aquello que estuvo frente a nuestros ojos y, en su momento, ignoramos."
Y la más bella de todas:
-Cuando te ví por primera vez, supe que eras un tesoro caído del cielo
-Yo te necesitaba a tí
No recuerdo quien de los dos dijo eso o si fuimos los dos al mismo tiempo a una sóla voz.
Qué bonito leer en comunidad y encontrar lo bueno de las historias pero también lo que nos hace tener nuestras dudas. Este libro tiene mucho de donde emocionarnos y conmovernos, pero también algunos cabos sueltos que no nos permitieron conectar tanto.
Sin embargo, lo recomiendo mucho porque vale la pena la experiencia, las metáforas del agua, eso de seguir nadando a pesar de todo y también aquello tan conmovedor sobre ver crecer a nuestros papás.
[Recomendación: Lean los libros y ustedes hagan sus propias conclusiones, no sólo sigan las reseñas a ciegas y ya, permitamos que más autoras sigan creando y creciendo, porque de eso se trata también].