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323 pages, Mass Market Paperback
First published January 1, 1966
“Rogad a Dios en caridad por el alma de D. Mario Díez Collado
¿Tú sabes, Valen, si Mario tiene el ilustrísimo señor? No es vanidad mal entendida, entiéndeme, figúrate en estos momentos, pero por la esquela, ¿comprendes?... el ilustrísimo es sólo para los directores. Lo siento, mona”
“… no es que yo vaya a decir que no haya injusticias, ni corrupción, ni cosas de ésas que tú dices, pero siempre las ha habido, ¿no?, como siempre hubo pobres y ricos, Mario, que es ley de vida, desengáñate”
“Los hombres una vez que os echan las bendiciones a descansar, un seguro de fidelidad, como yo digo, claro que eso para vosotros no rige, os largáis de parranda cuando os apetece y sanseacabó… El día que os casáis, compráis una esclava, hacéis vuestro negocio, como yo digo”
“Y luego a la noche, ni caso… y no es que a mí me interese especialmente, que ni frío ni calor, ya me conoces, pero al menos contar conmigo, que los días buenos los desaprovechabas y luego, de repente, zas, el antojo, en los peores días, fíjate… que eso sí, luego te molestaba hasta mi vientre”
“… algún día te darás cuenta de lo poco que me has ayudado en la educación de los niños”
“los hombres me hacéis gracia… agarráis un día la escoba o sacáis de paseo a los niños y os creéis que habéis hecho algo”
“… que los hombres no sois más que unos soberbios, os creéis en posesión de la verdad y a nosotras ni caso”
“… el que no lo reconozcas es lo que peor llevo, que en veintitrés años de matrimonio que se dice pronto, no hayas tenido una sola palabra de gratitud, porque había otros hombres, Mario, y tú lo sabes, que no me faltó dónde elegir, y aún los hay si me apuras, que después de casada no me hubieran faltado proporciones, y si yo te contase, que éste es el chiste, pero como una es una mujer de su casa, una mujer como debe ser…”
“… conversaciones serias, lo que se dice conversaciones serias, bien pocas hemos tenido. La ropa te traía sin cuidado, el coche no digamos, las fiestas otro tanto, la guerra, que fue una Cruzada, que todo el mundo lo dice, te parecía una tragedia, total que como no hablásemos del dinero astuto o de las estructuras y esas historias, tú a callar”
“¿Quién iba a leer esas cosas tristes de gentes muertas de hambre que se revuelcan en el barro como puercos? Vamos a ver, tú piensa con la cabeza, ¿quién iba a leer ese rollo de «El Castillo de Arena» donde no hablas más que de filosofías?... ¿no te dije yo misma mil veces que buscases un buen argumento, sin ir más lejos el de Maximino Conde el que se casó con la viuda aquella y luego se enamoró de la hijastra?”
”Ahora os ha dado la monomanía de la cultura y andáis revolviendo cielo y tierra para que los pobres estudien, otra equivocación, que a los pobres les sacas de su centro y no te sirven ni para finos ni para bastos, les echáis a perder, convéncete, en seguida quieren ser señores y eso no puede ser, cada uno debe arreglárselas dentro de su clase como se hizo siempre... “
”Sí, Mario, sí, estoy llorando, pero bueno está lo bueno, que yo paso por todo, ya lo sabes, que a comprensiva y a generosa pocas me ganarán, pero antes la muerte, fíjate bien, la muerte, que rozarme con un judío o un protestante.”