«Patricio Pron es un audaz escritor cuya voz es única.» DANIEL ALARCÓN
«Perspicaz, de inteligencia sutil, estilo exquisito, Pron es uno de los escritores más importantes en lengua española.» ALBERTO MANGUEL
«Una conmovedora exploración de la culpa y la memoria, y un estudio implacable de lo que la historia nos puede hacer. Pron abre los ojos donde los demás preferiríamos cerrarlos y mantenerlos bien cerrados.» JUAN GABRIEL VÁSQUEZ
Henry David Thoreau afirmó alguna vez que en su cabaña del bosque de Walden tenía tres sillas: «una para la soledad, dos para la amistad, tres para la sociedad. Cuando inesperadamente venía un gran número de visitantes, sólo estaba la tercera silla para todos ellos, pero por lo general economizaban espacio quedándose de pie.»
No importa cuántas personas se queden de pie, los personajes de La vida interior de las plantas de interior sólo tienen una silla: una mujer que llora al ver la portada de una revista de decoración en un supermercado, un anciano encerrado en el baño de un avión que cree que se va a pique, el jurado de un concurso literario de provincias que por fin descubre al genial escritor que siempre ha estado buscando, un perro que aparece en cincuenta y cuatro pinturas de Pablo Picasso y odia a los comunistas, un albatros que vive en la gran Mancha de Basura del Atlántico, un caballo prehistórico que piensa en Empédocles de Agrigento, una joven que sólo come puré de patata deshidratado, un escritor que descubre las potencias de la ficción, una mujer en una lavandería en Bélgica que lee noticias de actrices porno muertas, dos aspirantes a escritores que giran en la nada y otro que vive bajo el gran escritor argentino vivo, un niño que se corta las piernas y el rostro con un cuchillo, dos amigos que les ponen caras a las nubes, una florista obsesionada con un viejo cliente suyo, un actor porno que huye de sí mismo. Todos ellos experimentan el bloqueo, pero también la liberación que promete este libro, a ellos y a sus lectores.
Patricio Pron (1975) es autor de los volúmenes de relatos Hombres infames (1999), El vuelo magnífico de la noche (2001) y El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan (Literatura Mondadori, 2010), y de las novelas Formas de morir (1998), Nadadores muertos (2001), Una puta mierda (2007) El comienzo de la primavera (Literatura Mondadori, 2008), ganadora del Premio Jaén de Novela y distinguida por la Fundación José Manuel Lara como una de las cinco mejores obras publicadas en España ese año y El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia (Literatura Mondadori, 2011) que será publicada en las editoriales más prestigiosas del panorama internacional, destacando Faber and Faber en Reino Unido, Flammarion en Francia y Knopf en Estados Unidos. Su trabajo ha sido premiado en numerosas ocasiones, entre otros con el premio Juan Rulfo de Relato de 2004, y antologado en Argentina, España, Alemania, Estados Unidos, Colombia y Cuba. Recientemente, la revista inglesa Granta lo ha escogido como uno de los veintidós mejores escritores jóvenes en español del momento. Pron es doctor en filología románica por la Universidad Georg-August de Göttingen (Alemania). En la actualidad vive en Madrid, donde trabaja como traductor y crítico.
El mes pasado leí por primera vez a Pron y, aunque Mañana tendremos otros nombres no satisfizo todas mis expectativas, tampoco me disuadió de leer éste, que esperaba en el librero desde octubre. Me gustó mucho (algunos cuentos, debo decirlo, me gustan mucho más que otros): va del ejercicio imaginativo y anecdótico —en cuentos que narran historias de soledad y sordidez— a la recursividad —con narraciones que funcionan como pretexto para extender los límites del lenguaje y la construcción léxica—, lo que da como resultado piezas literarias interesantes, que da gusto leer como —se nota— dio gusto escribir. El conjunto de cuentos, que están encadenados por algunos elementos en común, parece un homenaje a la creación literaria, a la formulación del oficio de escritura y a la relación de amor y odio que se genera con otros creadores literarios mejores o peores que uno mismo.
Me parece un conjunto valioso y divertido. Sin embargo, supongo que tiene más valor y atractivo para quienes de alguna manera estamos vinculados al mundo literario, la industria editorial y los libros en general.
Bueno, que yo espero que el muchacho éste, Pron, con el contrato que firmó para editar el libro ahora pueda comprarse un teclado al que le ande la tecla del punto. Porque macho, que un poco está bien pero que todas. las. putas. páginas. tengan oraciones que son más largas que el soliloquio de Molly ya es demasiado. Un ratito el ejercicio literario te lo banco; el libro entero, ya no puedo.
Después está el tema del qué cuenta Pron. Pues la verdad que me ha chupao todo como tres hectáreas de verga. No entiendo la obsesión con los actores porno y los accidentes de tránsito. No termina la primera oración y ya hay un perro muerto. Qué les pasa con los perros muertos, en serio, les pagan más por poner perros muertos o qué. También está la manía de contar los cuentos para atrás. No en pasado: para atrás. "Hoy comí fideos porque ayer fui al súper a hacer las compras porque el domingo vino mi madre a casa a visitarme y cociné todo, y ella vino porque se había peleado con el novio la semana anterior, y se pelearon porque hacía dos meses que estaba todo mal". Ugh. De nuevo, en un cuento es un lindo ejercicio. En todo el libro, pierde la novedad. Como si fuera poco (ah, qué, se pensaban que mi queja era por los puntos nomás? Minga!), el tema con nombrar las cosas. Los personajes muchas veces no tienen nombres sino que son referidos como "El autor argentino que vive en el piso de arriba". Y nunca El autor argentino que vive en el piso de arriba es nombrado como "el autor" o "el vecino" o simplemente "él". No, es El autor argentino que vive en el piso de arriba siempre. "Iba subiendo el ascensor y me crucé con el autor argentino que vive en el piso de arriba, él me saludó y yo le pregunté al autor argentino que vive en el piso de arriba si tenía hijos, y el autor argentino que vive en el piso de arriba me dijo que sí, que tiene uno pero justo está enfermo y por eso el autor argentino que vive en el piso de arriba tuvo que ir a la farmacia". ¿Querés más? La constante manía por contarte argumentos adentro de cuentos. No cuentos adentro de cuentos, eso sería novedoso en este libro. No, Pron te cuenta que el autor argentino que vive en el piso de arriba estaba pensando en escribir un cuento sobre una mujer que ama las flores y cuando muere su madre decide invertir toda su herencia y abrir una florería, pero a los pocos días empieza a estar muy enferma y resulta que es alérgica a los pétalos de las flores, pero que el autor argentino que vive en el piso de arriba nunca empezó a escribir ese cuento. Argumentos para cuentos no escritos, a raudales.
PERO Está "Cincuenta y cuatro veces". Tal vez el cuento más delirante pero menos pretencioso. Es un cuento sobre el perro de Picasso, que fue pintado 54 veces. Es una hermosura ese cuento. No hay experimentos sin puntos, ni contar cosas para atrás, ni flashear capítulos con los números en random. Es un cuento simple, directo, hermosísimo, de esos que te emocionan de verdad. Sólo por ese cuento va la segunda estrella.
los cuentos q hablan sobre literatura o en los q el narrador es claramente él están mucho mejor q los otros. hay algunos cuentos re ambiciosos, tipo esas películas q siguen a distintos personajes y dsp hace q todos se crucen y tiren la posta. el q transcurre en rosario (o en *Osario como escribe él) es el peor. mi consejo para pron es q siga escribiendo sobre europa. quisiera leer + libros suyos a ver q onda, no me pareció mal éste. le tenía un re prejuicio, pero sé q es un tipo inteligente pq es hincha del equipo + grande del interior, Rosario Central
Diagnóstico médico: la pretensión desmesurada del autor echa por tierra el buen oficio de la mayoría de los relatos. Léase también: el lado oscuro del name dropping.
Está bueno, es absurdamente entretenido y creo que es ideal para todos aquellos quienes leer algo bueno, entretenido y absurdamente ideal.
Puedo afirmar con toda certeza de que —si millás es el autor con más verdad por centímetro cuadrado de página— Pron es el autor con más entretenimiento por metro cúbico de espacio imaginario.
Dice Patricio Pron en un artículo de su blog publicado originalmente en el ABC Cultural de España que César Aira “siempre ha prestado más atención al singular procedimiento de su invención (que le permite publicar hasta cinco libros breves al año) que al resultado de ese procedimiento”; en el artículo, Pron se ocupa de su coterráneo a través del comentario de una novela, Los fantasmas, y una colección, Relatos reunidos, que incluye un cuento en el que un genio de una botella de leche mágica invita al narrador a escoger entre dos deseos: tener un cuadro de Picasso o convertirse en Pablo Picasso (“¿A quién no le gustaría tener un Picasso? ¿Quién rechazaría un regalo así? Y por otro lado, ¿quién no habría querido ser Picasso?”). Por supuesto, la admiración que siente el narrador de Aira por Picasso y su obra no es única, y la comparte en esta ocasión con uno de los narradores de La vida interior de las plantas de interior: el perro que Picasso pintó cincuenta y cuatro veces en sus cincuenta y cuatro variaciones de Las Meninas, quien no sólo habla de lo importante que es haber sido pintado por “El Gran Hombre” sino que cree también que en el arte lo más valioso no es la obra sino el proceso, un poco al estilo de lo que, según Pron, pasa en el caso del mismísimo Aira.
Tenía ganas de leer a P.P. Me fascinaron dos cuentos del mundillo literario; “Un jodido día perfecto sobre la tierra” habla de un jurado en un concurso de cuentos y “Trofeos de amantes que han partido” de un joven que se jura subversivo por criticar a un autor bestseller en su blog.
Los demás cuentos me parecieron más cliché: historias paralelas/encadenadas o el recurso del meta relato. No sé, se agotó rápido en mi opinión.
Para estos fines recomendaría leer “Ventanas de viajar en tren” de Antonio Orejudo. Uffff.
Los cuentos de Patricio Pron proporcionan unos ratos sin duda agradables, el lector puede disfrutar tanto de la historia, como de los experimentos narrativos que realiza. Realmente recomendable.
Quise leer a Pron y empecé por leer lo que encontré en la red, que resultó ser La vida interior de las plantas de interior. Como el título augura, los cuentos del libro buscan jugar con las formas del lenguaje, pero a mí se me hizo algo artificioso. Recomendado si se quiere estudiar qué hay de vanguardia y gozar de una escritura "correcta", pero mejor pasar a otro título si se busca conectar.
“Leer a Pron es entender por fin las palabras de Empédocles, quien en uno de los cuentos es llamado el ‘infortunado filósofo griego’: ‘Yo he sido ya, anteriormente, muchacho y muchacha, arbusto, pájaro y pez habitante del mar’. Con estas historias nos damos cuenta de que, si miramos con atención, el panpsiquismo es apenas natural; no todos son obstáculos en el camino hacia el trabajo, pues hasta una pequeña piedra tiene alguna historia; puede haber vida interior en lo que sea, incluso en las plantas de la sala que últimamente olvidamos regar, pues se volvieron parte del paisaje.” [Sigue leyendo]
Cuando leo La vida interior de las plantas de interior tengo la impresión que Pron está más pendiente de mostrarse intelectual que de contar una historia que pudiera llegar al lector. De hecho, en ocasiones, sobretodo en los cuentos que giran alrededor de su labor como escritor, cuando uno se da cuenta de que Pron está escribiendo desde dentro y de forma menos calculada, es ahí dónde los relatos son mucho mejores. El resto de cuentos son excesivamente artificiosos y tienden a la repetición (hay al menos tres que son cuentos corales de personas conectadas por objetos u hechos azarosos, siguiendo siempre el mismo esquema una y otra vez: El cerco, Como una cabeza enloquecida vaciada de su contenido o La explicación). Pron también peca en ocasiones de citar a escritores o personajes culturales que, al menos yo, no conozco ni sé si existen, como si quisiera copiar el estilo de Vila-Matas, solo que uno sabe que aquí es impostado, pura imitación; o recurrir a elementos postmodernos que solo hacen que todo chirríe. A ratos también juega a que es Bolaño (Algo de nosotros quiere ser salvado, Algunas palabras sobre el ciclo vital de las ranas), escribiendo largos párrafos sin usar puntos y dándole vueltas a lo mismo, usando la táctica de describir personas o cosas aunando características aparentemente antagónicas.
Cuando deja a un lado todos esos intentos de ser molón y copiar a los demás me ocurren dos cosas: o me es indiferente o me gusta. Y los que más me gustan no siempre son los que giran alrededor de la literatura, porque entre estos también los hay de pretenciosos (Algunas palabras sobre el ciclo vital de las ranas), sino otros donde Pron es más natural y consigue transmitir algo, como en La explicación o La cosecha; aunque siguen siendo los centrados en la literatura los más redondos del conjunto; a destacar: Un jodido día perfecto en la Tierra (sobre los jurados de los premios) y Trofeos de amantes que han partido (sobre como funciona la crítica, los blogs y los dos tipos de personas que pueden esconderse detrás de ellos. El mejor de todos los cuentos reunidos en esta obra).
Como anécdota intrascendente, comentar que es la primera vez donde he sido consciente que el orden de los relatos, la elección consciente del autor sabedor de cuáles eran publicables y cuáles eran mejorables, cómo estaban intercalados los unos con los otros, en definitiva, el frío cálculo del autor en la composición del conjunto, me era muy evidente y esto solo hacía que sacarme contínuamente de la lectura.
Algunos de los relatos son muy autoreferenciales, habla de todo lo relacionado con la escritura y hay muchos guiños de ojo sobre el tema. Otros me parecieron un super ejercicio de imaginación y experimentación, que utilizan recursos de espacio, tiempo y narrador super interesantes como contar la historia de atrás para adelante o seguir la historia de los distintos personajes. También hay un uso extremo de las oraciones subordinadas que son largas, largas. Los textos, en general, no me desagradaron, hay algunos giros muy buenos, lo que sí creo es que en su mayoría no me terminaron de llegar. Es de esos libros que te olvidás al momento de terminar de leerlos, que sentís que no te dejaron nada para seguir masticando. Bonito, interesante pero vacío.
Confirmo con este libro que Pron es uno de los escritores más originales de su generación y de su país. Me encantaron sobre todo los cuentos dedicados al ejercicio mismo de la literatura, aunque no fui muy fanático de algunas decisiones con respecto al final de varios cuentos. Pero es cosa de "gustos".
Si tuviera que definir una palabra para la atmósfera que se respira en sus textos y que rodea a los personajes: soledad.
Mucha soledad.
Tan solos como las plantas de interior, supongo que por ahí va el título.
Es un libro de temática miscelánea pero estilo uniforme. Hay una voz original dentro de sus relatos que, además, son formalmente arriesgados. Las suyas son, muy a su manera, historias de esperanza en la humanidad. Ha sido un gusto leerlo.
Una prosa de primera categoría. Al mismo tiempo con una distancia, con ninguna disposición a ensuciarse las manos, a arriesgarse y cagarla. Pero de todas formas eso le alcanza para ser top3 de los mejores escritores jóvenes (under 45 años) que conozco (aunque también es verdad que no conozco tantos, que me gustaría conocer más).
En general me gustó su libro, tiene algunos cuentos que están muy bien, algunos detalles técnicos-estructurales que me parecieron interesantes (copiables), quizá demasiados cuentos metaliterarios para mi gusto (considerando la corta extensión del libro) pero que, como son lo mejor, se disfrutan igual.
Es un buen escritor. Tengo ganas de leer más de este tío. Y también tengo ganas de competir con él. Patricio Pron, te declaro oficialmente mi rival! (lol)
“Unas semanas después de la salida del libro, su mujer le dice que está embarazada y el escritor olvida todo el resto”.
“…y esos pasos habían sido un mandato y una enseñanza acerca de que sólo el dominio de la técnica mediante el ejercicio incesante convertía a uno en un buen intérprete, de sí mismo y de los demás, es decir, en un escritor”.
“A veces ella llora cuando está junto a él y le dice que lo que teme, que lo que más teme, es que esa historia de amor no se acabe, que se interrumpa cuando él se marche, si es que algún día se marcha, y no se acabe como debería acabarse, cuando los dos mueran y con ellos muera su memoria de lo que hicieron y de lo que amaron”.
Es un libro entretenido. En los relatos aquí agrupados es más importante la forma y la exploración de la forma por parte del autor, que las historias contenidas en esos relatos; de hecho algunas de las historias tienen en su centro la creación literaria y artística. Se juega con el tiempo, con la simultaneidad de los hechos, con el peso de sucesos (en apariencia accidentales) que determinan el curso de la vida, entre otras cosas. Creo que es un libro de relatos muy particular y que merece mucho la pena.
Expanding my literary horizons with this collection of shorts from Patricio Pron.
Con una gran varidedad de temas tratadas de varias puntos de vista. Uno se puede perder entre las frases, y con estas viñetas sumergir en diferentes vidas y emociones por un rato.
La mayoría de los cuentos son brillantes, entretenidos, muy disfrutables en cuanto al estilo. Está la historia pero también está la forma que transmite tanto o más. En otros cuentos no me pude enganchar o me perdía y me iba. Y no podía volver.
Interesante libro de relatos. La construcción de varios de los cuentos como una especie de matryoshka me pareció muy interesante (una idea que encuentra desarrollo en la siguiente y así). La repetición del recurso es lo que me hizo que me gustara menos.