Silvina Bullrich supo tener su momento de fama y éxito dentro de la letras argentinas, allá por los años '50 y '60 del siglo pasado. Luego, prácticamente desapareció. Hoy día, encontrarse con alguno de sus libros en cualquier librería de viejo pasó a ser poco menos que una rareza. Los burgueses, de 1964, es una novela breve, que no alcanza las 150 páginas, con algunas características que me gustaron bastante y otras que no lo hicieron tanto. Sin embargo, en un balance general, la disfruté.
El libro transcurre durante el nonagésimo cumpleaños de Don Ezequiel, el patriarca de la familia Barros. El hecho no solo sirve de pretexto para reunir a toda la familia (más de 30 personas), sino que incluso convoca a la prensa, dada la notoriedad del cumpleañero. El contexto sirve de pretexto a Bullrich, de la mano de un narrador en primera persona bastante indefinido (no sabemos si es hombre o mujer, ni a que se dedica, y apenas podemos intuir su edad), para desglosar a la clase media alta argentina, de la cual ella misma formaba parte, y criticarla sin piedad. El relato nos muestra a una caterva de personajes diferentes, que representan distintos aspectos o subgrupos dentro de la misma clase social. Por ejemplo: -Los patriarcas, el abuelo y la abuela, a los que todos fingen respeto y admiración, mientras internamente solo aguardan su muerte para heredar sus riquezas. -Los parientes ricos, que presumen constantemente -aunque de forma sutil e condescendiente, como no queriendo ofender a sus familiares menos afortunados- de sus bienes y propiedades; así como de sus contactos en las altas esferas de la sociedad argentina y europea. -Los parientes pobres, siempre con una actitud servil. Lo de "pobres" debe entenderse en el contexto de esta clase social, por supuesto. Son los que veranean 15 días en lugar de todo un mes, y lo hacen en Brasil en lugar de Miami; y cuyas mujeres apenas pueden permitirse joyas de oro y plata, y no de diamantes. -Los de humildad fingida, que pretenden ser más nacionalistas y populares por elogiar la carne argentina o tocar tangos con la guitarra. -Los cosmopolitas, que viajaron por todo el mundo y presumen de tener una cultura más amplia y superior. -Los intelectuales, con una actitud snob que los lleva siempre a verse como superiores al resto. -La divorciada, siempre expuesta tanto al juicio como a la lástima de sus familiares felizmente casados. -El solterón, foco de numerosos y malintencionados rumores sobre su sexualidad. Todos estos caracteres conviven en un mundo donde la apariencia lo es todo, y aunque de la boca para afuera se autoproclaman de mente abierta, los enjuiciamientos y críticas están a la orden del día.
Algo que me gustó mucho es el final, en el que se da a entender la comisión de un crimen, aunque de forma ambigua y velada. Ninguno de los personajes lo menciona, pero la semilla de la duda es sembrada en la mente del lector. Por otro lado, algo que no me gustó es el comienzo, no de la novela en sí sino del libro. Antes de comenzar con la historia, hay una especie de prefacio escrito por la autora, de apenas media página, en la que explica que el libro es una novela; que sus personajes son ficcionales, aunque haya tomado algunos rasgos de la realidad, y que el narrador tampoco tiene nada que ver con ella. Totalmente innecesario. Realmente, no sabía si sentirme ofendido, como si se me estuviera tratando de idiota o que. Ahora creo que quizás fue un resguardo de la autora, pensando en las probables críticas que recibiría por parte de su esfera social. Como sea, me pareció una cobardía: si vas a escribir una novela con crítica social, acéptalo y no intentes granjearte la simpatía de los criticados.
Dejo para el final una curiosidad: A principios de este año leí un libro de relatos de la brasileña Clarice Lispector, llamado Lazos de familia. Uno de estos cuentos narraba, justamente, un cumpleaños familiar, y no pude pasar por alto el marcado paralelismo y la similitud que hay entre ambos relatos, más allá de la obvia diferencia de extensión. En especial, el personaje de Lucía en Los burgueses tiene una contraparte casi idéntica en el cuento de la brasileña. Honestamente, creo que se trata de una casualidad. El cuento de Lispector es de 1960, cuatro años anterior a esta novela, pero no se publicó en español hasta 1970; por lo tanto, parece poco probable que Bullrich lo conociera. Por ello, creo que se trata más bien de una llamativa coincidencia: dos mujeres, pertenecientes a la misma clase social, en países también bastante similares, que eligieron el mismo recurso para criticarla.
"El miedo nos unía en una misma edad, en un mismo sexo. Apagábamos las luces del zaguán y esperábamos, luego otra luz se apagaba, ¿quién lo había hecho?, y otra luz, y otra, entonces, comenzábamos a deslizarnos al encuentro del miedo pero al mismo tiempo huyendo de él"
A pesar de que haya sido una señora burguesa muy pesada, esta novela me parece que está muy bien y tiene cosas sorprendentes; la acidez con la que describe a su clase y el narrador escondido, a pesar de la aclaración del comienzo, la hacen muy particular. La novela es del 64, no sé si otro autor reconocido argentino de esa época menciona el trato hacia un hombre gay como la naturalidad que lo hace ella en un párrafo muy breve, los personajes lo juzgan, ella no, se ríe de los comentarios. Eso no quita que haya sido una entusiasta de la última dictadura ni que el lenguaje y las expresiones que usa haya envejecido tan mal, pero se lee en un rato y sin prejuicios. Muy entretenida.
Un roman despre burghezia argentiniana. Este o radiografie foarte interesanta a unei familii aristocrate, familia Barros. Capul familie, nonagenar, isi serbeaza ziua de nastere alaturi de sotia sa alaturi cu care serbeaza nunta de diamant fiind incojurati de neamuri ( mai instarite, mai sarace), copii, valeti, bone, etc. Ce intriga mai mult este ca povestitorul, nu se stie ce este: barbat sau femeie, ce grad de rudenie este, nu exista dialoguri, dar exista o multitudine de personaje cu care interactioneaza.
Una exquisita demolición de la clase burguesa argentina de los años 60 con un giro inesperado respecto de la visión de pertenencias. La narración es divertida y delicada, perfecta. Detalle por detalle nos imaginamos ese almuerzo familiar lleno de parientes agazapados tras una herencia. La voz narrativa está dada de un modo muy vanguardista para su época.
Great sense of sarcasm and a wonderful social critique. Very short and easy to read, a recommendable delight. Quite a discovery, I found this old book by chance, I believe it is worth reading it.
Hermoso, ingenuo, critico hasta el hueso. Busquen la obra de Silvina Bullrich y leanla, es un espejo magistral. Es una lástima que no se reediten sus libros.