El continente asiático ha vivido en los últimos años la mayor, más rápida y exitosa transformación de la humanidad, sacando de la pobreza a cientos de millones de personas y mostrando al mundo que la miseria puede dejarse atrás. “Hijos del monzón” es la historia de quienes no han logrado subirse al tren de las oportunidades y que han sido a menudo aplastados por un modelo de sociedad que les ha hurtado la voz. Los niños, a pesar de las dificultades, mantienen el coraje y la dignidad. Como Vothy, que nació con SIDA cerca del Mekong; Reneboy, que crece en un vertedero de Manila; Yeshe, un niño-monje tibetano que peregrina para encontrarse con el Dalai Lama; o Man Hon, que es autista, y cruzó la frontera entre China y Hong Kong y nunca regresó.
David Jiménez ha sido reportero de guerra, corresponsal y director del periódico El Mundo. Como enviado especial cubrió conflictos en más de 30 países, incluidos Afganistán, Corea del Norte, Siria o Birmania. Sus libros han sido traducidos a una decena de idiomas e incluyen el bestseller El director, sus memorias sobre el año que dirigió El Mundo.
También ha publicado Hijos del monzón, premio al Mejor libro de literatura de viajes de España; El botones de Kabul, novela inspirada en su cobertura del conflicto afgano; y El lugar más feliz del mundo. Su último libro es la novela El corresponsal.
Nieman fellow por la Universidad de Harvard y maestro de periodistas, David Jiménez ha trabajado los últimos años como columnista en The New York Times. Sus reportajes y crónicas se han publicado, además, en The Guardian, Toronto Star, The Sunday Times o Corriere della Sera. Ha colaborado para las cadenas de televisión CNN y BBC.
Hijos del Monzón son muchas cosas. Son historias desgarradoras pero llenas de humanidad en un mundo que casi nunca es fácil y del que nosotros, afortunados por haber nacido donde lo hemos hecho, lo olvidamos demasiado a menudo. Son historias de quienes nacieron en una realidad injusta, de la que no es posible escapar. Aún así David Jiménez sabe encontrar la belleza en historias que casi no deberían tener luz y traza un retrato a la dignidad de los humildes, a la supervivencia salvaje, un grito de frustración, de pena, miedo e ira. Un recorrido por las caras que tan poco nos cuesta ignorar.
Esta segunda vez si lo he terminado. En la caseta de la feria del libro hace 3 años te conté que a partir de la historia de Teddy no puede seguir más, demasiado desgarrador, y respondiste que son historias de esperanza. Uf pensé... ¿esperanza?. Pero en este intento si lo he terminado... me lo he bebido más bien. Me he saltado paradas de metro que es mi mejor termómetro de Libro-mil-Estrellas. Y como se lee en mi dedicatoria las historias de tus niños me van a inspirar, no se si en todo, pero si en Mucho de lo que hago en mi vida. Imposible olvidar a Vothy cuidando de su madre, ni a la camaradería de los nómadas de las alcantarillas. Te coloco al lado de Ébano como uno de mis tesoros preciosos. Gracias.
Excepcional. Especialmente recomendado para las neohippies que nos vamos de mochileras a Asia y nos creemos que no somos una turista más. Cada historia duele más que una puñalada.
I strongly recommend this book. As a member born and raise, and living in South East Asia, I am fortunate that I did not went through those struggle time. However, stories in this book has remind me to be grateful and to concern more about the community.
Lo reconozco, cuando selecciono un libro, tiendo a la ficción. Quizás porque es más sencillo encontrar una vía de escape en los textos generado por la imaginación de una persona, por crudos que estos sean, que en historias reales, especialmente si son contemporáneas y contadas sin edulcorantes. Los Hijos del Monzón es un libro sencillamente impactante, una especie de despertador que todos deberíamos tener a mano, para tener un contexto en el que enmarcar nuestros caprichos, nuestras zozobras, nuestras penas o nuestros anhelos. Al margen de la calidad literaria de esta obra, la cual no me siento capacitado para juzgar porque creo que es algo secundario y esto muy lejos de ser un especialista en estilo periodístico, me parece muy interesante la estructura que ha utilizado para introducirnos en la realidad de los países del monzón. Pequeñas historias entornos a personas comunes o extraordinarias en su desgracia, a partir de las cuales de manera directa, sin demasiados ropajes, pero de fácil comprensión nos guía por la realidad geopolítica y social de los países por los que guía al lector. Seguramente cuando termine de escribir esta reseña, seguiré preocupándome de mis problemas de occidente, la hipoteca, los libros, hacienda, la cuota de autónomo... seguramente olvidaré a la niña con SIDA que daba luz a todo un hospital, al pequeño boxeador invencible que no quería pelear, a los que murieron sumergidos en basura, a los muchachos que han creado su mundo en las alcantarillas... pero seguramente cuando me entren ganas de rendirme por cualquier problema de mierda, me acuerde de todos las historias que aparecen en este libre y entonces me levante sin parpadear. Y voy a por otro, regreso a la ficción, a ver si me entero que hay debajo de la séptima lápida.
Un libro que nos abre los ojos a la realidad que viven los países “lejanos” que sólo nos recuerda que la condición humana se repite en todas las civilizaciones del mundo. En cuanto a cómo está redactado el libro, las historias te atrapan sin permitir que se vuelva un libro condescendiente, está muy presente su escritura periodística. Recomiendo.
El segundo libro que leo de este autor. No sé si el titulo del Kapuzisnky español es acertado, pero para qué negarlo, me ha enganchando al genero literario, me ha provocado interés en leer más sobre Asia y en continuar con este tipo de obras. Libro 100% recomendable
Llevaba tiempo con ganas de leer Hijos del monzón, de David Jiménez, después de leer su El corresponsal hace tres años.
En este libro David relata la vida de varios niños de diferentes países asiáticos como Filipinas, Tíbet, Mongolia o Corea del Norte. Cada capítulo está dedicado a un niño, y el autor aprovecha también para ponernos en contexto político, social y demás del país correspondiente, hasta el punto de que en algunas de las historias tiene más peso eso que la vida del protagonista que da título al relato.
Es un libro duro, por supuesto, porque todo son dramas, así que no se lo recomendaría a alguien muy sensible, y menos con el tema de los niños, pero también ayuda a ver y conocer otras realidades, bastante alejadas de nuestro cómodo mundo.
En mi caso, he disfrutado más de las historias que se desarrollan en países en los que no he estado y de los que conocía menos de su historia, situación, etc., como, por ejemplo, Mongolia y Tíbet, que siguen siendo bastante desconocidos para mí. Por suerte, aunque no profundizando a fondo como aquí se hace en algunos casos, he podido conocer la realidad de varios países donde transcurren los relatos en mis viajes por el sudeste asiático, una experiencia que sin duda recomiendo a cualquier persona (saliendo del típico Tailandia, que aunque me encanta, hay más sitios 😅).
En definitiva, un muy buen libro para aprender, valorar lo que tenemos y viajar a través de sus páginas.
Un libro donde no te muestra una triste realidad sino muchas. Desde Hong Kong hasta Mongolia, Manila, Indonesia, Afganistán. Un corresponsal de guerra que fue reuniendo historias duras de sobrevivencia en momentos críticos de cada país que nombra en este libro. Son historias muy crudas muy duras y muy deshumanas. Historias que te hacen preguntar ¿por qué yo sufro por tan poca cosa? Estás biografías crudas de cada ser humano que vivió en épocas muy duras te llegan de una manera que no puedes evitar derramar lágrimas, por la injusticia vividas por la falta de suerte por la pobreza por la humillación y por último por un simple juego de escondidas tener un final dramático y tan injusto que no tiene nombre esa fatalidad. El libro muestra la dura vida que vivieron los asiáticos en tiempos de dictaduras de dinastías, dónde todo era para quien estaba arriba y el pueblo moría de hambre e injusticias. Un libro crudo pero fueron vidas reales y eso es lo más crudo que no es ficción sino la cruda realidad de lo más inhumano
Personalment, considero que no hi ha gaires oficis amb mes honor que ser reporter de guerra. Vaig comprar-me aquest llibre a causa de un impuls després de haver fet una marato de Lethal Crysis, i, tot i que m’ha costat aplicar disciplina en llegirme’l, ho he aconseguit. Tot i l’ignorància tan gran en la que vivim, ells son els unics que ens permeten treure el cap a la realitat en un mon plegat de mentides i fal·làcies. La forma en que David Jimenez explica i narra les seves vivències de aquelles que no van pujar el tren de la globalització, et trenca, pero no hi ha millor periodista que to pugui explicar millor. Grande David.
Totalmente inesperado como descubrí este libro, igual de inesperado cuanto me gustó! Las historias me transportaron con facilidad a los lugares, aprendi un poco de cada uno de ellos (lamentablemente quizas lo peor/mas triste en muchos casos) y me abrieron la puerta a la curiosidad de conocer estos lugares, de aprender mas de ellos, de su historia, su pasado y su gente. Estas historias son desgarradoras y dificiles de digerir, por momentos tengo que admitir que senti que estaba leyendo ficción, pero son reales y es importante que sean contadas.
Asia es el continente que ha crecido más rápido y en menos tiempo en la historia de la humanidad. A pesar de las megaciudades, los rascacielos, el lujo y la opulencia que se publicita, David Jiménez, nos relata 10 historias de 10 personas que vivieron el drama, la pobreza, la injusticia, las dictaduras y en ocasiones los genocidios: Camboya, Filipinas, Tailandia, el Tíbet, Indonesia o Corea del Norte son algunas de las ubicaciones en las que se ambientan estas historias, que de otro modo, no habría logrado conocer, todas ellas reales y estremecedoras.
Las historias de este libro son las historias que a nadie le interesa leer, que nos quedan muy lejanas. Pero David Jiménez nos acerca la historia de aquellos a los que les ha tocado vivir donde nadie quiere vivir. La forma en la que está escrito este libro es una auténtica maravilla, casi puedes creerte que eres tú quien ha estado escribiendo estos pequeños relatos en los rincones más escondidos del planeta.
Este libro te abre los ojos a un mundo en mi caso desconocido, con historias durísimas de personas reales. David Jimenez, desde su trabajo como corresponsal en Asia, recopila estos relatos de vidas, que te acercan a culturas, países y costumbres fascinantes en la que sus gentes son las protagonistas frente a unos dirigentes que nunca están a su altura.
No suelo escribir reseñas, tan solo puntuaciones como clasificación para mí misma de los libros que me gustaron y que volvería a leer. Pero acabo de terminar Hijos del Monzón y cuesta no compartir en voz alta tanta emoción removida. Todas las historias tocan, las de los personajes principales y también esos secundarios de los que apenas se esbozan unas palabras. Y pensar que todas estas historias se repiten una y otra vez, en esos países y en tantos otros. Y que no cambie nada. Y que no hagamos nada
Pasan los años y sigue siendo el mejor libro de Jiménez. Tocó techo con una serie de relatos muy duros sobre lo difícil que es nacer en según qué lugares de Asia. Una obra imprescindible para todos los que hemos decidido vivir en el Sudeste Asiático.
Un libro, diez historias, millones de vida. Con este libro he vuelto a viajar a oriente, a esa tierra que amo y no comprendo. Es un libro para remover conciencias, para leer y releer y para dar a conocer.
Una Asia muy distinta a la que visitamos los turistas al uso. Muy interesante y bien escrito. Me cuesta creer que estuviese a punto de no publicarse. Espero que Jiménez publique más.
A pesar de ser un libro que ya tiene algún tiempo sigue la línea del autor. Apasionantes historias muy desconocidas para el gran público. Gran lectura.
Imposible no querer saber que paso con los finales de estas historias. Te cuenta la historia moderna de Asia a través de los relatos de estas personas. Me conmovió bastante.
This is a quite satisfying read, as it includes stories from several countries. However, I find each chapter lack of editorial skills, as almost each chapter was told in the same fashion, which for the sake of spoilers I will not disclose here.
The stories itself brought to light of another world in that country, which may be individual incidents that the author was trying to make it seem like a widespread phenomenon. It is rather like a collection of stories than giving any profound insights into each particular country. As a collection, the beginning develops quite well, as the stories contain a shared element, which is monsoon as the title had suggested. However, towards the middle of the book, this element somehow disappeared into nowhere. I would rather like the author take some time to design a more consistent theme, in both the selection of region he wants to cover, and topics of the stories.
The stories may be written by the journalist when he is still young, that is why every chapter seems like the diary of an amateur reporter. It would be better if the author includes a more holistic picture of the history background and invest a significant amount of time into each culture, so to break the stereotypes we already knew, and offer much more valuable insights (and not biased) than he did in this book.
But again, better something than nothing. I learned something from reading this book, but not a lot. In conclusion, this is worth a read if you have time and want to know what kind of sufferings there are (/may be still there), yet a dispensable one.
Children of the Monsoon is a series of essays written about children the author has followed over the years as a foreign correspondent in Asia. Without exception, the conditions in the various Asian countries the author writes about are deplorable due to government negligence.
My mother-in-law passed this on for me to read. She got it from my sister-in-law, whose friend wrote the translation. Although heavy, I thought this book was really very good. It gave a good (but stark) picture of how the poor suffer, and how that specifically effects women and children. The book also lifted up how little I know about Asia and many countries there within. I particularly was interested in the chapters about the Philippines, Cambodia, North Korea and Mongolia. I felt, however, that the tie-in to the monsoon weather phenomenon was a bit weak and forced in some instances.
«Me cuesta ser optimista: cuando te roban la infancia, el resto de tu vida tampoco acaba de pertenecerte del todo. Pasas a ser una rama en medio del océano, a merced de los elementos.»
Increíble, estremecedor y emocionante. Este libro te hace viajar por el Sudeste Asiático conociendo, como postales de carne y hueso, la vida de diez niños de distintos países orientales. Cada uno, muestra una realidad cruda, pero descrita con el cuidado de no entrar en lo morboso. Siendo uno de mis primeros libros de no ficción, ha sido un viaje profundo por la realidad del lejano, lejano oriente. Al terminar la última página queda el silencio, y tengo la curiosa sensación de que mi alma ha recorrido cientos de miles de kilómetros.